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martes, 13 de septiembre de 2016

Galpierin


El sistema de la psicología histórica de L.S. Vygotskiy y algunos conceptos para su análisis (resumen)*
P. Ya. Galpierin
4 de enero de 1935, Моsсú**

Кulturno-istorícheskaia psijologuia, 1/2009, pp. 118-123

* Publicación del archivo científico de P. Ya. Gаlpierin preparada por М. А. Stiepánova.
** El artículo original es de 20 páginas escritas a máquina; el texto presente conserva la formación del material hecha por el autor: márgenes, selección de fuentes, encabezados.

Traducción: Efraín Aguilar

I. EL SISTEMA

La idea básica del sistema — la idea de un tipo de desarrollo y estructura de la consciencia humana.
En cada palabra de esta situación se puede hacer una acentuación lógica. Sin embargo, por lo menos tres puntos merecen ser destacados.
Primero — la idea del desarrollo, como idea directriz de la investigación psicológica, que es crucial para entender génesis, estructura, función y significado de las formaciones psicológicas individuales.
Segundo — la idea de los dos tipos de desarrollo psicológico: animal y humano y, por lo tanto, de los dos tipos de procesos psicológicos: inferiores, naturales, y superiores, culturales y además, de los dos tipos de consciencia: instintiva y razonada.
Теrcero — la idea afirma que la singularidad de la consciencia humana consiste en su estructura sistémica y semántica.
Es preferible considerar el sistema siguiendo las instrucciones de esto último, es decir, primero averiguar su estructura sistémica, después su contenido semántico y, por último, el desarrollo de la consciencia humana como un todo; esta es la forma del esquema para la comprensión más completa y coherente.

А. Estructura sistémica de la consciencia
En primer lugar aquí nos encontramos con dos hechos básicos.
El primero es que la consciencia humana se desarrolla.
¿Cuáles son las leyes y el curso general del desarrollo de la consciencia humana? L. S.*** asigna tres leyes: metamorfosis, ciclicidad y desarrollo desigual. Pero las dos primeras leyes no son más que una característica general del desarrollo y, por lo tanto, la ley básica de importancia decisiva para la formación de la consciencia del niño es la ley del desarrollo desigual.

*** De aquí en adelante — L. S. Vygotskiy.

La desigualdad de esto sugiere que entre las funciones de la consciencia siempre una es la dominante; ella es la actividad predominante de la consciencia, determina su carácter y las leyes en esta etapa del desarrollo; todas las demás funciones actúan y se manifiestan, sobre todo, en ella y por ella.
La desigualdad del desarrollo se expresa además en que las funciones son asignadas para dominar de modo alterno: primero la percepción, después — la memoria y, por último, el pensamiento. Esta selección significa: para la propia función — primero la separación, primero la diferenciación como actividad independiente, y para la consciencia en general — primero su estructuración.
Pero, en realidad, la interrelación de la función solo comienza con la aparición de las funciones en plural, es decir con la aparición de una segunda (y posterior) función. El aislamiento de las funciones dominantes en el fondo de la jerarquía funcional ya existente, por supuesto, cambia las relaciones entre las nuevas funciones afirmadas y las funciones ya existentes en la consciencia. Cómo sucede esto — ustedes lo saben. Pero es importante destacar que el próximo cambio de la relación entre las funciones, y sobre todo la  subordinación de las funciones restantes a la nueva dominante, se convierte en el segundo principio de la diferenciación de las funciones y al mismo tiempo en una nueva herramienta de diferenciación y organización de la consciencia.
Así, la asignación alternativa de funciones conduce a que entre ellas se establezca una interrelación compleja, y siempre una de ellas es la dominante, y las demás quedan en una posición subordinada. Como resultado, la consciencia aparece como un sistema jerárquico de funciones con un carácter especial de leyes, que determinan la etapa correspondiente del desarrollo.
El segundo hecho básico es que la consciencia, como sistema funcional jerárquico, solo se produce en el humano y se asocia con la aparición de prácticas culturales de la actividad mental. Estas prácticas culturales son operaciones mediadas por el signo y, por lo tanto, el problema del desarrollo de la estructura sistémica de la consciencia se reduce al problema de: 1) el origen, 2) el desarrollo y 3) el significado funcional del signo.
Con respecto al origen, las operaciones mediadas por el signo, no son más que formas de comunicación entre las personas de una sociedad, normas de comunicación, que «crecen por dentro» y devienen las operaciones psicológicas de la personalidad. Esto se establece en las leyes: de la mediación, la sociogénesis y la interiorización de las funciones psicológicas superiores.
El desarrollo de las operaciones mediadas en el niño pasa por cuatro etapas: el estadio natural, el psicológico ingenuo, el estadio de la mediación externa y, por último, el de la mediación interna. La ley general del desarrollo de las operaciones mediadas se da en  «la ley del paralelogramo». Y esta ley, y las cuatro etapas señaladas tienen, como veremos, tal significado esencial, que indican la aparición relativamente tardía de las operaciones mentales mediadas.
El significado funcional de la mediación del signo (su actividad mental) para la transformación de la consciencia es como sigue. El uso del signo implica una cierta cooperación de funciones elementales, y por lo tanto:
el signo enlaza las nuevas relaciones inter funcionales y cambia las antiguas;
se forma un centro estructural y funcional de nuevas formaciones psicológicas complejas;
aparecen, en la consciencia, nuevas funciones y se produce la separación de las funciones superiores de las inferiores.
De tal modo, se convierte en herramienta de la estructura sistémica y de su propio desarrollo humano.
Conclusión. Las funciones psicológicas superiores son operaciones internas, formas mediadas de la comunicación.
La aparición de las funciones psicológicas superiores se determina por la aparición de actividades externas apropiadas.
El orden de esta selección se determina por el orden de la mediación en la comunicación, es decir lo social.
De hecho, la consistencia de la selección de las funciones: percepción — memoria — pensamiento es una expresión de la consistente expansión de la esfera de la actividad y la transición a situaciones menos obvias; el aumento cuantitativo del volumen de la actividad y una salida mucho más libre de la situación visual requieren para su realización un cambio cualitativo de la actividad psicológica apropiada.
Por consiguiente, la formación de las funciones, y su promoción para dominar, y el orden de esta designación se determinan por lo social.
La consciencia como un sistema jerárquico de funciones y de funciones mentales superiores como actividades de la consciencia — es un fenómenos histórico, específicamente humano.

B. Estructura semántica de la consciencia
Hasta ahora el sistema se ha presentado formalmente. Esto es — una máquina compleja y sutil. Naturalmente, porque nos distrajimos de su contenido interno. Pero sin este contenido interno, de hecho, no se puede entender la estructura externa del sistema; ya que hasta ahora solo aceptábamos que esto sucede, como se ha descrito arriba, porque no revela las fuerzas motrices y las razones por las que ello ocurre de esa manera y no de otra.
Para revelar los mecanismos internos, el verdadero rostro de las funciones psicológicas superiores, es necesario referirse a aquello que sirve como herramienta para la  formación de estas funciones psicológicas superiores, — el contenido interno del acto mediado.
La construcción del acto mediado se determina por dos factores: objetivos y medios. Antes estábamos convencidos de aislar el medio como el momento decisivo de la operación: ello, decíamos, convierte la operación en acto mediado, y con el mismo objetivo el carácter del acto mediado se determina por la estructura del medio. Pero ahora necesitamos más análisis a profundidad del acto mediado en su totalidad.
¿Qué es el objetivo? Es lo que se quiere lograr, aquello que es necesario resolver. Pero si algo se quiere lograr, significa que hay una razón, por la que esto es necesario hacerlo, — detrás del objetivo hay un motivo, que lleva a poner este objetivo.
Así, tenemos objetivo y motivo. ¿Cuál es la relación entre ellos?
El motivo está «detrás», «muy dentro de mí», el objetivo — es lo que está «enfrente», lo que se debe dominar.
Моtivo — es lo subjetivo, lo interior; objetivo — es lo que está delante de mí, en este sentido es lo externo, lo objetivo; siempre será objetivo porque es lo que se forma en aquella realidad que me enfrenta con el problema.
Моtivo — es una expresión de la necesidad; objetivo — es lo que la debe satisfacer.
Al objetivo se le podría llamar la expresión inversa y objetiva del motivo.
Pero — el motivo puede tener varias expresiones (en el niño: «quiero jugar» — el motivo es uno y los objetivos varios, en función de la posibilidad de jugar).
Así, las relaciones entre motivos y objetivos, por un lado, son muy estrechas, por el otro — en gran medida son libres y por lo mismo siempre inversas.
Medio — signo, con ayuda del cual «alguien dice algo a alguien». El signo, por lo tanto,
en primer lugar significa una realidad para alguien y,
en segundo lugar, es un enlace con la actividad de alguien. Pero esta misma actividad tiene un doble procedimiento, ella es:
actividad de mensaje, de comunicación y
es parte de una actividad más amplia, la que,
al tener existencia objetiva independiente, puede proveer por vez primera la función de signo como transmisor de significado.
Se podría decir que el signo tiene dos significados: el propio significado del signo  y el significado de la realidad, dentro de la cual realiza la función de signo.
Significado propio del signo —
esta es la generalización de la realidad significada en el proceso de comunicación y, por lo tanto,
un conjunto de operaciones internas de esta generalización.
El segundo significado del signo permanece oculto, pero por vez primera se hace posible su claro significado, — este es el significado del habla dentro de la actividad del trabajo.
Con respecto al signo y su significado se expresa la relación del habla y de su refracción psicológica individual — de la forma ideal y su contenido psicológico real. Estas relaciones no son sinónimas. Tal como en la relación del objetivo y el motivo, ellas cambian, y en el proceso de dominación de la forma ideal surge una serie de aproximaciones sucesivas a ellas, una serie de refracciones psicológicas reales cualitativamente diferentes.
Así tenemos: una relación inestable entre el motivo y el objetivo y una relación cambiante entre el signo y su significado. Por último, la relación misma entre el objetivo y los  medios del acto mediado tampoco permanece constante: la misma tarea puede resolverse por diferentes medios y por esto son la similitud, el carácter del sistema de signos usado los que determinan el carácter de la operación mediada.
Obtenemos como resultado cuatro eslabones: significado, signo, objetivo, motivo. Ellos forman una cadena articulada libremente, pero la relativa libertad de los enlaces solo dura el tiempo que su relación se nos presenta externa y formalmente. Esta situación cambia drásticamente tan pronto como se incluyen ellos en el sistema de la actividad real, que, dirigida por el motivo, resuelve la tarea con ayuda de medios significativos.
En esta actividad significativa ellos no forman dos lados: interno y externo, no es que por un lado estén el objetivo y el medio, y por el otro — el motivo y el significado; ni son las sucesivas etapas del despliegue de la actividad — ellos forman una especie de estructura extendida en el tiempo, y en cada etapa experimentada están presentes todos los demás.
Esta es la unidad del motivo, del significado, del medio real y del objetivo establecido y es la unidad de la acción significativa, y es una unidad efectiva y tiene sentido. El enlace aislado de uno con otro lleva a la pérdida del sentido (en una situación en la que por la razón que sea el niño no está en condiciones de actuar, la tarea ya no es para él un reto y el motivo pierde su significado causal de motivo para la acción). Solo la inclusión de todos ellos en la acción lleva a que el motivo se convierta en motivo, el objetivo participa como algo que requiere permiso y actividad, y la actividad adquiere sentido.
Conclusión. Así, las funciones psicológicas superiores, que representan el acto mediado, no son otra cosa que acciones significativas.
La acción significativa indica cierta organización del mundo interior y cierta actitud hacia el mundo exterior.
La consciencia participa no como un sistema de funciones mecánicas, sino de actividades significativas. La organización sistémica de la consciencia significa una organización de la actividad significativa, y es dominante en esta organización jerárquica de la función — es una actividad significativa central de la consciencia en esta etapa de su desarrollo.
La actitud hacia el mundo exterior aparece con nueva luz. El mundo exterior, representado en el motivo, el significado y el objetivo, y en el mismo signo, incluido como herramienta de la actividad, deviene parte integral del mundo interior.
La acción mediada expresa, así, la forma y el grado de comprensión del mundo y de sí mismo en este mundo.
La consciencia humana en general es diferente de la consciencia de los animales no en sus elementos aislados, ni en su composición, sino en su estructura, que ahora participa como relación con el mundo, con la realidad.

В. Desarrollo de la consciencia
La consciencia como sistema de la actividad significativa se desarrolla a través del desarrollo de la acción significativa. El sentido de esta misma acción se refleja en el carácter de la tarea de esta acción y del medio utilizado para su solución. El desarrollo del sentido se refleja en los cambios del objetivo y el medio.
Pero: para el cambio del objetivo se necesita el cambio del motivo y el medio, y para el cambio del medio — el cambio del significado. Por lo tanto, lo importante en el desarrollo del sentido — este es el cambio del motivo y del significado del signo.
El cambio del motivo puede ser condicional o biológico, pero en una u otra misma base biológica el cambio del motivo se determina solo por el cambio del significado — y en esto consiste el desarrollo humano adecuado.
La clave para el desarrollo del sentido y de la acción significativa es, por lo tanto, el desarrollo del significado.
¿Cuál es el origen del desarrollo del significado? El desarrollo del significado se mueve por la interacción del significado ideal del habla y su contenido psicológico real en el niño. La influencia del medio se refracta a través del fondo de los significados efectivos del niño y tiene para él un significado relativo, pero para su desarrollo, para el contenido,  los mecanismos, dirección y tiempos de su desarrollo tiene un significado crucial. El significado del signo es el momento definitivo en cada etapa del desarrollo, es la forma ideal de la realidad, en coincidencia con la cual se tiende al desarrollo.
El significado del signo es al mismo tiempo
realidad generalizada y, como generalización,
un conjunto de operaciones internas, que entran en el sentido de la actividad.
Al mismo tiempo muestra
un nivel de comprensión de la realidad
y un nivel de dominio de la propia actividad.
Por lo tanto
el desarrollo de la actividad, es decir el real desarrollo de la actividad significativa es el desarrollo de la razón y de la libertad de consciencia.

II. CRÍTICA

En esta crítica procuro hacer el siguiente experimento: expongo aislado el sistema, lo imagino como si pudiera ver a un enemigo inteligente. Esto es necesario para entender cuáles son sus debilidades y no solo las que hallamos en este día, sino aquellas que pudieran demostrársele en el desarrollo ulterior puestas a su disposición.
¿Cuál es la parte central del sistema, cuál es su eslabón decisivo? Es la teoría del acto mediado. El acto mediado construye el sistema. Con él comienza la división de las funciones psicológicas en superiores e inferiores. En la génesis del acto mediado se abre la relación con la vida histórica (con la comunicación social). El significado funcional del acto mediado abre el camino a la teoría de la estructura sistémica de la consciencia. Y, por último, a través de la estructura interna del acto mediado llegamos a la teoría de la estructura semántica de la consciencia.
¿Cómo actúa la teoría del acto mediado en el sistema? Al principio lo vemos desde el lado externo, en el momento cuando entra en el desarrollo psicológico del niño.
Aquí ante todo nos encontramos con la siguiente dualidad:
por un lado la comunicación — la fuente de las operaciones del signo, ella media los procesos psicológicos; pero solo para el otro;
por otro lado, la comunicación no es un fenómeno psicológico, ella es — un fenómeno de orden social; y no siempre es un medio; la comunicación no significa la mediación de las operaciones psicológicas por sí misma y por lo tanto no significa del todo la mediación.
En el sistema se destaca precisamente la segunda postura. Y la teoría de los cuatro estadios del desarrollo de la mediación, y su ley general expresada en la ley del paralelogramo del desarrollo, destacan el hecho que la adecuada mediación psicológica comienza relativamente tarde. Esto significa,
que una parte sustancial del desarrollo se lleva a cabo fuera de la mediación, las funciones de la percepción, la memoria, el pensamiento se distinguen por su maduración natural y, por lo tanto, las funciones aisladas y el sistema funcional en su totalidad se vuelven algo natural, y no una formación histórico social.
La diferencia de las funciones psicológicas superiores e inferiores, la diferencia de la consciencia humana y animal deviene ahistórica. Y como esta diferencia permanece, perdiéndose las posibilidades históricas concretas de su aplicación, deviene un hecho sobrenatural no en el sentido histórico, sino un hecho claramente idealista.
Siguiente. El desarrollo de la mediación se coloca en relación al desarrollo del intelecto: las funciones primero maduran, y después son mediadas con base en el intelecto incipiente.
El desarrollo se entiende como resultado de dos factores y su convergencia: el factor biológico, la fuente, y el factor social, por supuesto, apareciendo en este sentido en su forma ideal.
Así, según esta línea, si se desarrolla en el sistema, obtenemos el regreso al concepto biosocial de la escuela sociológica francesa y la pérdida de su propia teoría.
Pero a pesar de este sesgo puesto en teoría, no es necesario. Sin embargo para superarlo se requiere:
atribuir el inicio de la mediación al hecho de la comunicación en la sociedad humana, esto es, al primer llanto del bebé. Es necesario elevar la importancia de este hecho, que hasta ahora ha permanecido inexplorado y poco apreciado, en otras palabras, es necesario avanzar el estudio del habla y su importancia para la consciencia hasta su origen;
sobrevalorar el significado de lo que se llamó hasta ahora desarrollo de la mediación en el niño y la ley del paralelogramo de su desarrollo. Es necesario limitar el significado total de esta ley y al mismo tiempo establecer el papel de la mediación de sus procesos psicológicos para sí, el papel de la comprensión del propio discurso. Porque este no es un hecho general de la mediación, sino particular, aunque es un caso muy importante.
Ahora consideremos el acto de la mediación desde su lado interno, desde el lado de su estructura.
La comunicación actúa como reservorio social no psicológico de las operaciones mediadas por signos, de donde el signo se toma como producto ya acabado, en forma de medio externo para la transmisión del signo interno.
El acento psicológico en el sistema se pone en el significado, el cual durante el desarrollo del niño cambia a un signo invariable. Pero la relación del significado y el signo parece psicológicamente importante solo desde el punto de vista que fija el significado a través del signo y de este modo hace que siempre esté disponible. Este vínculo entre el signo y su significado es causado históricamente, y no psicológicamente. Psicológicamente parece externo (reflejo condicional), sin estructura y, por lo tanto, constante.
El significado del signo puede variar, pero la relación del signo con cualquiera de sus significados permanece constante, puramente externa.
Y esto conduce a dos circunstancias:
1. Todo está en el significado. Signo — solo es el símbolo del significado. No va más allá de los límites de la consciencia.
Los procesos mediados no superan el subjetivismo de la vieja psicología; superan el conductismo para regresar al subjetivismo. El acto mediado, que se revela como actividad significativa, es actividad dentro de la propia consciencia. De tal modo, es, sin embargo, dos veces psicológica, pero actividad teórica puramente.
Naturalmente, el sujeto de esta actividad resulta ser aquella entidad puramente teórica, la consciencia.
Además, el significado — es el reflejo generalizado de la realidad. Pero la generalización es una forma de comunicación y, por lo tanto, el reflejo de la realidad en la consciencia es una forma de su diálogo con otras consciencias, — la consciencia personal no se determina por la realidad, sino por la consciencia social. En el sistema esto aparece como afirmación de que la educación es fuerza motriz del desarrollo. Resulta:
que la consciencia social determina la personal, y la consciencia personal determina la social (pues el medio tiene significado relativo para la persona, y al interactuar con otras personas, por supuesto, las determina). Círculo del materialismo francés: la sociedad influye en la persona, la persona en la sociedad.
2. El signo queda como una cosa externa, de hecho, no relacionada con el significado. Precisamente en calidad de cosa externa juega y puede jugar el papel de factor, mediador de las operaciones internas y su re constructor en las funciones psicológicas superiores. Perо
en calidad de medio externo o dispositivo, que requiere una conocida combinación de funciones psicofísicas, no es fundamentalmente diferente de cualquier otro dispositivo o medio externo y carácter sin signo.
Esta naturalización del signo conduce
a la comprensión naturalista del mecanismo de formación de las funciones psicológicas superiores y, por lo tanto,
a la imposibilidad de explicar su origen y su estructura, es decir, su lugar y papel en el signo.
En la base de este naturalismo está  
una falsa interpretación de la identidad de las funciones psicológicas superiores como estructura de la identidad en general, de la estructura, que no es más que una nueva combinación de las mismas funciones psicológicas inferiores. Esto — es una comprensión abstracta, por la cual pierde su propio contenido y la originalidad de las funciones psicológicas superiores;
una falsa interpretación de la relación de las funciones psicológicas superiores e inferiores como relación de las funciones psicológicas y fisiológicas adecuadas. Pero la relación de las funciones psicológicas superiores e inferiores no es la relación de las funciones fisiológicas y psicológicas.
Así, se podría decir que la relación permanente, externa, sin estructura y no psicológica del significado y el signo de este vínculo crucial del acto mediado conduce a que el sistema, si lo tomamos en su forma actual,
se deslice al seno de la escuela sociológica francesa y
permanezca abierto «desde arriba» y «desde abajo».
No está cerrado «desde arriba» porque la consciencia participa en él solo como sistema jerárquico de la actividad significativa. Pero detrás de la actividad hay un motivo — los motivos permanecen irreconciliables y en lugar de un haz de funciones hay un haz de motivos.
El sistema queda inconcluso «desde abajo», porque el signo participa en su doble función — indicativa y comunicativa — como formación autónoma. PERO de sí mismo no se puede entender ni su unidad, ni su formación, ni su función. Para cada una de estas funciones se requiere otra, pero ni cada una de ellas por separado, ni las dos juntas pueden formarse sin ayuda de algo «ajeno» — el signo se forma como parte de la realidad, en la cual se incluye la comunicación y dentro de la cual el signo y su significado forman ingredientes iguales.
Así, hasta el día de hoy en el sistema 
no hay nadie que hubiese actuado impulsado por uno u otro motivo, y
no hay una realidad dentro de la cual podría desplegar su propia vida psicológica, —
no hay personalidad ni sus relaciones reales, es decir, un sistema alrededor de sus necesidades.
¿Sería necesario deslizarse hacia el sociologismo francés? No, de lo contrario no nos habríamos mantenido en las posturas de esta teoría. Nuestra teoría es al día de hoy no tanto un sistema como una serie de factores y posturas básicos. Ninguno de ellos debería ser rechazado, pero todos deberán ser entendidos de modo diferente en un determinado contexto más amplio, en el cual necesitan ser incluidos.
Aunque por lo mismo no se debe subestimar el peligro. No se puede engañar a la cercanía de la realidad, que es tan brillante, pero en teoría cubierta solo de un lado. En sus posturas y hechos es necesario tener en cuenta el concepto, el cual podría surgir de ellos, si se les toma tal como aparecen hoy. Y no hay que olvidar que en ese momento encajan exactamente en el sistema del positivismo sociológico francés.
¿Qué se necesita para evitar esta cerradura falsa del sistema?
1. Considerar el estudio de la consciencia como un paso para el estudio de la personalidad. La clave de esta enseñanza deberá servir más a la investigación del acto significativo, y sobre todo a la investigación del proceso de formación de objetivos y motivos. Dijimos que la estructura del acto mediado se determina por objetivos y medios, los cuales son signos. Pero hasta hoy todo el sistema se construyó solo en la investigación del papel del signo y su significado. La investigación del objetivo y el motivo quedó al margen — pero detrás del objetivo están el motivo y la personalidad.
2. Retorno al estudio «de la historia natural del signo». Solo queda no perder de vista que esta historia no puede ser una historia natural, que ella es una historia social y se origina en el trabajo, es decir, en aquellas relaciones en las cuales las personas y las cosas están incluidas en la estructura constante, activa y necesaria para ellas.
3. Por último, lo más importante en el aspecto metodológico, lo que solo puede asegurar el desarrollo adecuado de estas tendencias, consiste en cruzar de la investigación fragmentaria a la investigación de las causas.
Esto es un paso adelante, pero no solo eso, con él se da un cambio radical de postura. La investigación fragmentaria establece cómo se comporta el sometido a prueba, cuál es la estructura de su actividad significativa. El asunto se mira desde el interior, incluso si este «desde el interior» está más allá del mundo interior de la persona sujeta a prueba. Esta investigación fragmentaria establece qué es el mundo para el sometido a prueba. Pero como resultado siempre obtenemos una especie de constancia del hecho, un fragmento. «¿Por qué?» sigue sin respuesta.
La investigación causal debe dar con este «por qué». Para esto debe abandonar el punto de vista del sujeto. Debe ir hasta el punto de vista de la necesidad, que rodea al sujeto y lo define, aunque se refleja de forma incompleta en su consciencia y acción. Esta investigación establece no lo que es el mundo para el sujeto a prueba, sino lo que es el mundo para el sometido a prueba.
La forma ideal, dice L. S., tiene para el niño solo un significado relativo. Este término es útil en la práctica, pero falso en teoría. La necesidad, de una determinada persona, no es la forma ideal. Ella nunca entra por completo ni en la consciencia ni en la actividad. A medida que entra en la consciencia, no es tanto asimilada como transformada y superada.
El paso al estudio de la necesidad podría compararse en la historia de la química con el paso del estudio de las propiedades cualitativas de los compuestos químicos al de sus características por su peso. Este fue el objetivo histórico de Lavoisier. El siguiente paso crucial de la química — la ley periódica. También se relaciona con el peso atómico. Mendeléiev — no es filósofo, pero vean qué filosofía desarrolla cuando se trata de entender el peso específico de los elementos como su propiedad interna e íntima. Solo gracias a que organiza todos los elementos en una serie lineal, no sobre la base de su composición química, sino de acuerdo con su peso atómico, gracias a esto puede establecer dentro de la serie lineal la periodicidad de sus propiedades químicas reales. El peso atómico no es una propiedad química, sino física de los elementos químicos, pero solo gracias al uso de esta característica importante de las ciencias básicas cercanas a la química se puede descubrir correctamente las leyes químicas.
Y así en psicología tenemos que pasar hacia las características de lo psicológico no solo por su calidad interna, sino por las necesidades que gravitan sobre ellas.
Énfasis de L. S. — este es el entusiasmo de la razón y de la libertad de la consciencia humana. En nuestros pasos del desarrollo de la teoría, si queremos tomar en serio este entusiasmo, debemos asegurarla desde el lado de la necesidad, tenemos qué hallar esa necesidad que permitiría la realización de la idea.
Repito: el sistema no está cerrado. Podría cerrarse en el positivismo francés. Para evitar esto, es necesario pasar del análisis de la consciencia al análisis de la persona real en sus relaciones reales desde el lado de la necesidad, con la cual determina al sujeto. Para la gente — recordar la definición de Маrx — esto no es más que «un montón de relaciones sociales». Por ello, me parece, la tarea principal de nuestra etapa sería formularla correctamente así: frente a nosotros está el reto — superar el marxismo.
Y cómo hacer esto — en cierta medida esto me fue señalado en las partes positiva y negativa del análisis del sistema.


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