El sistema de la psicología histórica de L.S. Vygotskiy y
algunos conceptos para su análisis (resumen)*
P. Ya. Galpierin
4 de enero de 1935, Моsсú**
Кulturno-istorícheskaia
psijologuia, 1/2009, pp. 118-123
* Publicación del archivo
científico de P. Ya. Gаlpierin preparada por М. А. Stiepánova.
** El artículo original es de 20
páginas escritas a máquina; el texto presente conserva la formación del
material hecha por el autor: márgenes, selección de fuentes, encabezados.
Traducción:
Efraín Aguilar
I.
EL SISTEMA
La
idea básica del sistema — la idea de un tipo de desarrollo y estructura de la
consciencia humana.
En
cada palabra de esta situación se puede hacer una acentuación lógica. Sin
embargo, por lo menos tres puntos merecen ser destacados.
Primero
— la idea del desarrollo, como idea directriz de la investigación psicológica,
que es crucial para entender génesis, estructura, función y significado de las formaciones
psicológicas individuales.
Segundo
— la idea de los dos tipos de desarrollo psicológico: animal y humano y, por lo
tanto, de los dos tipos de procesos psicológicos: inferiores, naturales, y
superiores, culturales y además, de los dos tipos de consciencia: instintiva y
razonada.
Теrcero
— la idea afirma que la singularidad de la consciencia humana consiste en su
estructura sistémica y semántica.
Es
preferible considerar el sistema siguiendo las instrucciones de esto último, es
decir, primero averiguar su estructura sistémica, después su contenido
semántico y, por último, el desarrollo de la consciencia humana como un todo;
esta es la forma del esquema para la comprensión más completa y coherente.
А. Estructura sistémica de la consciencia
En
primer lugar aquí nos encontramos con dos hechos básicos.
El primero es que la consciencia humana se desarrolla.
¿Cuáles
son las leyes y el curso general del desarrollo de la consciencia humana? L. S.***
asigna tres leyes: metamorfosis, ciclicidad y desarrollo desigual. Pero las dos
primeras leyes no son más que una característica general del desarrollo y, por
lo tanto, la ley básica de importancia decisiva para la formación de la
consciencia del niño es la ley del desarrollo desigual.
*** De aquí en adelante — L. S. Vygotskiy.
La
desigualdad de esto sugiere que entre las funciones de la consciencia siempre
una es la dominante;
ella es la actividad predominante de la consciencia, determina su carácter y
las leyes en esta etapa del desarrollo; todas las demás funciones actúan y se
manifiestan, sobre todo, en ella y por ella.
La
desigualdad del desarrollo se expresa además en que las funciones son asignadas
para dominar de modo alterno:
primero la percepción, después — la memoria y, por último, el pensamiento. Esta
selección significa: para la propia función — primero la separación, primero la
diferenciación como actividad independiente, y para la consciencia en general —
primero su estructuración.
Pero,
en realidad, la interrelación de la función solo comienza con la aparición de
las funciones en plural, es decir con la aparición de una segunda (y posterior)
función. El aislamiento de las funciones dominantes en el fondo de la jerarquía
funcional ya existente, por supuesto, cambia las relaciones entre las nuevas
funciones afirmadas y las funciones ya existentes en la consciencia. Cómo
sucede esto — ustedes lo saben. Pero es importante destacar que el próximo
cambio de la relación entre las funciones, y sobre todo la subordinación
de las funciones restantes a la nueva dominante, se convierte en
el segundo principio de la diferenciación de las funciones y al mismo tiempo en
una nueva herramienta de diferenciación y organización de la consciencia.
Así,
la asignación alternativa de funciones conduce a que entre ellas se establezca
una interrelación compleja, y siempre una de ellas es la dominante, y las demás
quedan en una posición subordinada. Como resultado, la consciencia aparece como
un sistema jerárquico de funciones con un carácter especial de leyes, que
determinan la etapa correspondiente del desarrollo.
El segundo hecho básico es que la
consciencia, como sistema funcional jerárquico,
solo se produce en el humano y se
asocia con la aparición de prácticas culturales de
la actividad mental. Estas prácticas culturales son operaciones mediadas por el
signo y, por lo tanto, el problema del desarrollo de la estructura sistémica de
la consciencia se reduce al problema de: 1) el origen, 2) el desarrollo y 3) el
significado funcional del signo.
Con
respecto al origen, las operaciones mediadas por el signo, no son más que
formas de comunicación entre las personas de una sociedad, normas de
comunicación, que «crecen por dentro» y devienen las operaciones psicológicas
de la personalidad. Esto se establece en las leyes: de la mediación, la
sociogénesis y la interiorización de las funciones psicológicas superiores.
El
desarrollo de las operaciones mediadas en el
niño pasa por cuatro etapas: el estadio natural, el
psicológico ingenuo, el estadio de la mediación externa y, por último, el de la
mediación interna. La ley general del desarrollo de las operaciones mediadas se
da en «la ley del paralelogramo». Y esta
ley, y las cuatro etapas señaladas tienen, como veremos, tal significado
esencial, que indican la aparición relativamente tardía de las operaciones
mentales mediadas.
El
significado funcional de la mediación del signo (su actividad mental) para la transformación
de la consciencia es como sigue. El uso del signo implica una cierta
cooperación de funciones elementales, y por lo tanto:
el
signo enlaza las nuevas relaciones inter funcionales y cambia las antiguas;
se
forma un centro estructural y funcional de nuevas formaciones psicológicas
complejas;
aparecen,
en la consciencia, nuevas funciones y se produce la separación de las funciones
superiores de las inferiores.
De
tal modo, se convierte en herramienta de la estructura sistémica y de su propio
desarrollo humano.
Conclusión. Las funciones
psicológicas superiores son operaciones internas, formas mediadas de la comunicación.
La
aparición de las funciones psicológicas superiores se determina por la
aparición de actividades externas apropiadas.
El
orden de esta selección se determina por el orden de la mediación en la comunicación,
es decir lo social.
De
hecho, la consistencia de la selección de las funciones: percepción — memoria —
pensamiento es una expresión de la consistente expansión de la esfera de la
actividad y la transición a situaciones menos obvias; el aumento cuantitativo
del volumen de la actividad y una salida mucho más libre de la situación visual
requieren para su realización un cambio cualitativo de la actividad psicológica
apropiada.
Por
consiguiente, la formación de las funciones, y su promoción para dominar, y el
orden de esta designación se determinan por lo social.
La consciencia como un sistema jerárquico de funciones y de
funciones mentales superiores como actividades de la consciencia — es un
fenómenos histórico, específicamente humano.
B. Estructura semántica de la consciencia
Hasta
ahora el sistema se ha presentado formalmente. Esto es — una máquina compleja y
sutil. Naturalmente, porque nos distrajimos de su contenido interno. Pero sin
este contenido interno, de hecho, no se puede entender la estructura externa
del sistema; ya que hasta ahora solo aceptábamos que esto sucede, como se ha
descrito arriba, porque no revela las fuerzas motrices y las razones por las
que ello ocurre de esa manera y no de otra.
Para
revelar los mecanismos internos, el verdadero rostro de las funciones
psicológicas superiores, es necesario referirse a aquello que sirve como
herramienta para la formación de estas
funciones psicológicas superiores, — el contenido interno del acto mediado.
La
construcción del acto mediado se determina por dos factores: objetivos y medios.
Antes estábamos convencidos de aislar el medio como el momento decisivo de la
operación: ello, decíamos, convierte la operación en acto mediado, y con el
mismo objetivo el carácter del acto mediado se determina por la estructura del
medio. Pero ahora necesitamos más análisis a profundidad del acto mediado en su
totalidad.
¿Qué
es el objetivo? Es lo que se quiere lograr, aquello que es necesario resolver. Pero
si algo se quiere lograr, significa que hay una razón, por la que esto es
necesario hacerlo, — detrás del objetivo hay un motivo, que lleva a poner este objetivo.
Así,
tenemos objetivo y
motivo.
¿Cuál
es la relación entre ellos?
El
motivo está «detrás», «muy dentro de mí», el objetivo — es lo que está «enfrente»,
lo que se debe dominar.
Моtivo
— es lo subjetivo, lo interior; objetivo — es lo que está delante de mí, en
este sentido es lo externo, lo objetivo; siempre será objetivo porque es lo que
se forma en aquella realidad que me enfrenta con el problema.
Моtivo
— es una expresión de la necesidad; objetivo — es lo que la debe satisfacer.
Al
objetivo se le podría llamar la expresión inversa y objetiva del motivo.
Pero
— el motivo puede tener varias expresiones (en el niño: «quiero jugar» — el
motivo es uno y los objetivos varios, en función de la posibilidad de jugar).
Así,
las relaciones entre motivos y objetivos, por un lado, son muy estrechas, por
el otro — en gran medida son libres y por lo mismo siempre inversas.
Medio — signo, con ayuda del cual «alguien
dice algo a alguien». El signo, por lo tanto,
en
primer lugar significa una realidad para alguien y,
en
segundo lugar, es un enlace con la actividad de alguien. Pero esta misma
actividad tiene un doble procedimiento, ella es:
actividad
de mensaje, de comunicación y
es
parte de una actividad más amplia, la que,
al
tener existencia objetiva independiente, puede proveer por vez primera la
función de signo como transmisor de significado.
Se
podría decir que el signo tiene dos significados: el propio significado del
signo y el significado de la realidad, dentro
de la cual realiza la función de signo.
Significado
propio del signo —
esta
es la generalización de la realidad significada en el proceso de comunicación y,
por lo tanto,
un
conjunto de operaciones internas de esta generalización.
El
segundo significado del signo permanece oculto, pero por vez primera se hace
posible su claro significado, — este es el significado del habla dentro de la
actividad del trabajo.
Con
respecto al signo y su significado se expresa la relación del habla y de su
refracción psicológica individual — de la forma ideal y su contenido
psicológico real. Estas relaciones no son sinónimas. Tal como en la relación
del objetivo y el motivo, ellas cambian, y en el proceso de dominación de la
forma ideal surge una serie de aproximaciones sucesivas a ellas, una serie de
refracciones psicológicas reales cualitativamente diferentes.
Así
tenemos: una relación inestable entre el motivo y el objetivo y una relación
cambiante entre el signo y su significado. Por último, la relación misma entre el
objetivo y los medios del acto mediado
tampoco permanece constante: la misma tarea puede resolverse por diferentes
medios y por esto son la similitud, el carácter del sistema de signos usado los
que determinan el carácter de la operación mediada.
Obtenemos
como resultado cuatro eslabones: significado, signo, objetivo, motivo. Ellos
forman una cadena articulada libremente, pero la relativa libertad de los
enlaces solo dura el tiempo que su relación se nos presenta externa y
formalmente. Esta situación cambia drásticamente tan pronto como se incluyen ellos
en el sistema de la actividad real, que, dirigida por el motivo, resuelve la
tarea con ayuda de medios significativos.
En
esta actividad significativa ellos no forman dos lados: interno y externo, no
es que por un lado estén el objetivo y el medio, y por el otro — el motivo y el
significado; ni son las sucesivas etapas del despliegue de la actividad — ellos
forman una especie de estructura extendida en el tiempo, y en cada etapa
experimentada están presentes todos los demás.
Esta
es la unidad del motivo, del significado, del medio real y del objetivo
establecido y es la unidad de la acción significativa, y es una unidad efectiva y tiene sentido.
El enlace aislado de uno con otro lleva a la pérdida del sentido (en una
situación en la que por la razón que sea el niño no está en condiciones de
actuar, la tarea ya no es para él un reto y el motivo pierde su significado
causal de motivo para la acción). Solo la inclusión de todos ellos en la acción
lleva a que el motivo se convierta en motivo, el objetivo participa como algo
que requiere permiso y actividad, y la actividad adquiere sentido.
Conclusión. Así, las funciones
psicológicas superiores, que representan el acto mediado, no son otra cosa que
acciones significativas.
La
acción significativa indica cierta organización del mundo interior y cierta actitud
hacia el mundo exterior.
La
consciencia participa no como un sistema de funciones mecánicas, sino de
actividades significativas. La organización sistémica de la consciencia
significa una organización de la actividad significativa, y es dominante en
esta organización jerárquica de la función — es una actividad significativa
central de la consciencia en esta etapa de su desarrollo.
La
actitud hacia el mundo exterior aparece con nueva luz. El mundo exterior, representado
en el motivo, el significado y el objetivo, y en el mismo signo, incluido como
herramienta de la actividad, deviene parte integral del mundo interior.
La
acción mediada expresa, así, la forma y el grado de comprensión del mundo y de
sí mismo en este mundo.
La consciencia humana en general es diferente de la
consciencia de los animales no en sus elementos aislados, ni en su composición,
sino en su estructura, que ahora participa como relación con el mundo, con la
realidad.
В. Desarrollo de la consciencia
La
consciencia como sistema de la actividad significativa se desarrolla a través
del desarrollo de la acción significativa. El sentido de esta misma acción se
refleja en el carácter de la tarea de esta acción y del medio utilizado para su
solución. El desarrollo del sentido se refleja en los cambios del objetivo y el
medio.
Pero:
para el cambio del objetivo se necesita el cambio del motivo y el medio, y para
el cambio del medio — el cambio del significado. Por lo tanto, lo importante en
el desarrollo del sentido — este es el cambio del motivo y del significado del
signo.
El
cambio del motivo puede ser condicional o biológico, pero en una u otra misma
base biológica el cambio del motivo se determina solo por el cambio del
significado — y en esto consiste el desarrollo humano adecuado.
La
clave para el desarrollo del sentido y de la acción significativa es, por lo
tanto, el desarrollo del significado.
¿Cuál
es el origen del desarrollo del significado? El desarrollo del significado se
mueve por la interacción del significado ideal del
habla y su contenido psicológico real en el niño. La
influencia del medio se refracta a través del fondo de los significados
efectivos del niño y tiene para él un
significado relativo, pero para su desarrollo,
para el contenido, los mecanismos, dirección
y tiempos de su desarrollo tiene un significado crucial. El significado del
signo es el momento definitivo en cada etapa del desarrollo, es la forma ideal de
la realidad, en coincidencia con la cual se tiende al desarrollo.
El significado del signo es al mismo tiempo
realidad generalizada y, como generalización,
un conjunto de operaciones internas, que
entran en el sentido de la actividad.
Al mismo tiempo muestra
un nivel de comprensión de la realidad
y un nivel de dominio de la propia actividad.
Por lo tanto
el desarrollo de la actividad, es decir el
real desarrollo de la actividad
significativa es el desarrollo de la razón y de la libertad de consciencia.
II.
CRÍTICA
En
esta crítica procuro hacer el siguiente experimento: expongo aislado el sistema,
lo imagino como si pudiera ver a un enemigo inteligente. Esto es necesario para
entender cuáles son sus debilidades y no solo las que hallamos en este día, sino
aquellas que pudieran demostrársele en el desarrollo ulterior puestas a su
disposición.
¿Cuál
es la parte central del sistema, cuál es su eslabón decisivo? Es la teoría del
acto mediado. El acto mediado construye el sistema. Con él comienza la división
de las funciones psicológicas en superiores e inferiores. En la génesis del
acto mediado se abre la relación con la vida histórica (con la comunicación
social). El significado funcional del acto mediado abre el camino a la teoría
de la estructura sistémica de la consciencia. Y, por último, a través de la
estructura interna del acto mediado llegamos a la teoría de la estructura
semántica de la consciencia.
¿Cómo
actúa la teoría del acto mediado en el sistema? Al principio lo vemos desde el
lado externo, en el momento cuando entra en el desarrollo psicológico del niño.
Aquí
ante todo nos encontramos con la siguiente dualidad:
por
un lado la comunicación — la fuente de las operaciones del signo, ella media
los procesos psicológicos; pero solo para el otro;
por
otro lado, la comunicación no es un fenómeno psicológico, ella es — un fenómeno
de orden social; y no siempre es un medio; la comunicación no significa la
mediación de las operaciones psicológicas por sí misma y por lo tanto no
significa del todo la mediación.
En
el sistema se destaca precisamente la segunda postura. Y la teoría de los
cuatro estadios del desarrollo de la mediación, y su ley general expresada en
la ley del paralelogramo del desarrollo, destacan el hecho que la adecuada
mediación psicológica comienza relativamente tarde. Esto significa,
que
una parte sustancial del desarrollo se lleva a cabo fuera de la mediación, las
funciones de la percepción, la memoria, el pensamiento se distinguen por su
maduración natural y, por lo tanto, las funciones aisladas y el sistema
funcional en su totalidad se vuelven algo natural, y no una formación histórico
social.
La
diferencia de las funciones psicológicas superiores e inferiores, la diferencia
de la consciencia humana y animal deviene ahistórica. Y como esta diferencia
permanece, perdiéndose las posibilidades históricas concretas de su aplicación,
deviene un hecho sobrenatural no en el sentido histórico, sino un hecho
claramente idealista.
Siguiente.
El desarrollo de la mediación se coloca en relación al desarrollo del intelecto:
las funciones primero maduran, y después son mediadas con base en el intelecto
incipiente.
El
desarrollo se entiende como resultado de dos factores y su convergencia: el
factor biológico, la fuente, y el factor social, por supuesto, apareciendo en
este sentido en su forma ideal.
Así,
según esta línea, si se desarrolla en el sistema, obtenemos el regreso al
concepto biosocial de la escuela sociológica francesa y la pérdida de su propia
teoría.
Pero
a pesar de este sesgo puesto en teoría, no es necesario. Sin embargo para superarlo
se requiere:
atribuir
el inicio de la mediación al hecho de la comunicación en la sociedad humana, esto
es, al primer llanto del bebé. Es necesario elevar la importancia de este hecho,
que hasta ahora ha permanecido inexplorado y poco apreciado, en otras palabras,
es necesario avanzar el estudio del habla y su importancia para la consciencia
hasta su origen;
sobrevalorar
el significado de lo que se llamó hasta ahora desarrollo de la mediación en el
niño y la ley del paralelogramo de su desarrollo. Es necesario limitar el
significado total de esta ley y al mismo tiempo establecer el papel de la mediación
de sus procesos psicológicos para sí,
el papel de la comprensión del propio discurso. Porque este no es un hecho
general de la mediación, sino particular, aunque es un caso muy importante.
Ahora
consideremos el acto de la mediación desde su lado interno, desde el lado de su
estructura.
La
comunicación actúa como reservorio social no psicológico de las operaciones
mediadas por signos, de donde el signo se toma como producto ya acabado, en
forma de medio externo para la transmisión del signo interno.
El
acento psicológico en el sistema se pone en el significado, el cual durante el
desarrollo del niño cambia a un signo invariable. Pero la relación del
significado y el signo parece psicológicamente importante solo desde el punto
de vista que fija el significado a través del signo y de este modo hace que
siempre esté disponible. Este vínculo entre el signo y su significado es
causado históricamente, y no psicológicamente. Psicológicamente parece externo
(reflejo condicional), sin estructura y, por lo tanto, constante.
El
significado del signo puede variar, pero la relación del signo con cualquiera
de sus significados permanece constante, puramente externa.
Y
esto conduce a dos circunstancias:
1.
Todo está en el significado. Signo — solo es el símbolo del significado. No va
más allá de los límites de la consciencia.
Los
procesos mediados no superan el
subjetivismo de la vieja psicología; superan el conductismo para regresar
al subjetivismo. El acto mediado, que se revela como actividad significativa, es
actividad dentro de la propia consciencia. De tal modo, es, sin embargo, dos
veces psicológica, pero actividad teórica
puramente.
Naturalmente,
el sujeto de esta actividad resulta ser aquella entidad puramente teórica, la consciencia.
Además,
el significado — es el reflejo generalizado de la realidad. Pero la
generalización es una forma de comunicación y, por lo tanto, el reflejo de la
realidad en la consciencia es una forma de su diálogo con otras consciencias, —
la consciencia personal no se determina por la realidad, sino por la
consciencia social. En el sistema esto aparece como afirmación de que la
educación es fuerza motriz del desarrollo. Resulta:
que
la consciencia social determina la personal, y la consciencia personal
determina la social (pues el medio tiene significado relativo para la persona, y
al interactuar con otras personas, por supuesto, las determina). Círculo del
materialismo francés: la sociedad influye en la persona, la persona en la
sociedad.
2.
El signo queda como una cosa externa, de hecho, no relacionada con el
significado. Precisamente en calidad de cosa externa juega y puede jugar el
papel de factor, mediador de las operaciones internas y su re constructor en
las funciones psicológicas superiores. Perо
en
calidad de medio externo o dispositivo, que requiere una conocida combinación
de funciones psicofísicas, no es fundamentalmente diferente de cualquier otro dispositivo
o medio externo y carácter sin signo.
Esta
naturalización del signo conduce
a
la comprensión naturalista del mecanismo de formación de las funciones
psicológicas superiores y, por lo tanto,
a
la imposibilidad de explicar su origen y su estructura, es decir, su lugar y
papel en el signo.
En
la base de este naturalismo está
una
falsa interpretación de la identidad de las funciones psicológicas superiores
como estructura de la identidad en general, de la estructura, que no es más que
una nueva combinación de las mismas funciones psicológicas inferiores. Esto — es
una comprensión abstracta, por la cual pierde su propio contenido y la
originalidad de las funciones psicológicas superiores;
una
falsa interpretación de la relación de las funciones psicológicas superiores e
inferiores como relación de las funciones psicológicas y fisiológicas adecuadas.
Pero la relación de las funciones psicológicas superiores e inferiores no es la
relación de las funciones fisiológicas y psicológicas.
Así,
se podría decir que la relación permanente, externa, sin estructura y no
psicológica del significado y el signo de este vínculo crucial del acto mediado
conduce a que el sistema, si lo tomamos en su forma actual,
se
deslice al seno de la escuela sociológica francesa y
permanezca
abierto «desde arriba» y «desde abajo».
No
está cerrado «desde arriba» porque la consciencia participa en él solo como
sistema jerárquico de la actividad significativa. Pero detrás de la actividad
hay un motivo — los motivos permanecen irreconciliables y en lugar de un haz de
funciones hay un haz de motivos.
El
sistema queda inconcluso «desde abajo», porque el signo participa en su doble
función — indicativa y comunicativa — como formación autónoma. PERO de sí mismo
no se puede entender ni su unidad, ni su formación, ni su función. Para cada
una de estas funciones se requiere otra, pero ni cada una de ellas por separado,
ni las dos juntas pueden formarse sin ayuda de algo «ajeno» — el signo se forma
como parte de la realidad, en la cual se incluye la comunicación y dentro de la
cual el signo y su significado forman ingredientes iguales.
Así, hasta el día de hoy en el sistema
no
hay nadie que hubiese actuado impulsado por uno u otro motivo, y
no
hay una realidad dentro de la cual podría desplegar su propia vida psicológica,
—
no hay personalidad ni sus relaciones reales,
es decir, un sistema alrededor de sus necesidades.
¿Sería
necesario deslizarse hacia el sociologismo francés? No, de lo contrario no nos
habríamos mantenido en las posturas de esta teoría. Nuestra teoría es al día de
hoy no tanto un sistema como una serie de factores y posturas básicos. Ninguno de ellos debería ser rechazado, pero todos deberán
ser entendidos de modo diferente en un determinado
contexto más amplio, en el cual necesitan ser incluidos.
Aunque
por lo mismo no se debe subestimar el peligro. No se puede engañar a la
cercanía de la realidad, que es tan brillante, pero en teoría cubierta solo de
un lado. En sus posturas y hechos es necesario tener en cuenta el concepto, el
cual podría surgir de ellos, si se les toma tal como aparecen hoy. Y no hay que
olvidar que en ese momento encajan exactamente en el sistema del positivismo
sociológico francés.
¿Qué
se necesita para evitar esta cerradura falsa del sistema?
1.
Considerar el estudio de la consciencia como un paso para el estudio de la
personalidad. La clave de esta enseñanza deberá servir más a la investigación del acto significativo, y
sobre todo a la investigación del proceso de formación de objetivos y motivos. Dijimos
que la estructura del acto mediado se determina por objetivos y medios, los
cuales son signos. Pero hasta hoy todo el sistema se construyó solo en la
investigación del papel del signo y su significado. La investigación del objetivo
y el motivo quedó al margen — pero detrás del objetivo están el motivo y la
personalidad.
2.
Retorno al estudio «de la historia
natural del signo». Solo queda no perder de vista que esta
historia no puede ser una historia natural, que ella es una historia social y
se origina en el trabajo, es decir, en aquellas relaciones en las cuales las
personas y las cosas están incluidas en la estructura constante, activa y
necesaria para ellas.
3.
Por último, lo más importante en el aspecto metodológico, lo que solo puede
asegurar el desarrollo adecuado de estas tendencias, consiste en cruzar de
la investigación fragmentaria a la investigación de las causas.
Esto
es un paso adelante, pero no solo eso, con él se da un cambio radical de postura.
La investigación fragmentaria establece cómo se
comporta el sometido a prueba, cuál es la estructura de su actividad significativa.
El asunto se mira desde el interior, incluso si este «desde el interior» está
más allá del mundo interior de la persona sujeta a prueba. Esta investigación
fragmentaria establece qué es
el mundo para el sometido a prueba. Pero como resultado siempre obtenemos una
especie de constancia del hecho, un fragmento. «¿Por qué?» sigue sin respuesta.
La
investigación causal debe dar con este «por qué». Para esto debe abandonar el
punto de vista del sujeto. Debe ir hasta el punto de vista de la necesidad, que
rodea al sujeto y lo define, aunque se refleja de forma incompleta en su
consciencia y acción. Esta investigación establece no lo que es el mundo para el sujeto a prueba, sino lo que es el mundo para el sometido a
prueba.
La
forma ideal, dice L. S., tiene para el niño solo un significado relativo. Este
término es útil en la práctica, pero falso en teoría. La necesidad, de una
determinada persona, no es la forma ideal. Ella nunca entra por completo ni en
la consciencia ni en la actividad. A medida que entra en la consciencia, no es
tanto asimilada como transformada y superada.
El
paso al estudio de la necesidad podría compararse en la historia de la química
con el paso del estudio de las propiedades cualitativas de los compuestos
químicos al de sus características por su peso. Este fue el objetivo histórico
de Lavoisier. El siguiente paso crucial de la química — la ley periódica. También
se relaciona con el peso atómico. Mendeléiev — no es filósofo, pero vean qué
filosofía desarrolla cuando se trata de entender el peso específico de los
elementos como su propiedad interna e íntima. Solo gracias a que organiza todos
los elementos en una serie lineal, no sobre la base de su composición química, sino
de acuerdo con su peso atómico, gracias a esto puede establecer dentro de la serie
lineal la periodicidad de sus propiedades químicas reales. El peso atómico no
es una propiedad química, sino física de los elementos químicos, pero solo
gracias al uso de esta característica importante de las ciencias básicas
cercanas a la química se puede descubrir correctamente las leyes químicas.
Y
así en psicología tenemos que pasar hacia las características de lo psicológico
no solo por su calidad interna, sino por las necesidades que gravitan sobre
ellas.
Énfasis
de L. S. — este es el entusiasmo de la razón y de la libertad de la consciencia
humana. En nuestros pasos del desarrollo de la teoría, si queremos tomar en
serio este entusiasmo, debemos asegurarla desde el lado de la necesidad, tenemos
qué hallar esa necesidad que permitiría la realización de la idea.
Repito:
el sistema no está cerrado. Podría cerrarse en el positivismo francés. Para
evitar esto, es necesario pasar del análisis de la
consciencia al análisis de la persona real en sus relaciones reales desde el
lado de la necesidad, con la cual determina al sujeto. Para la gente
— recordar la definición de Маrx — esto no es más que «un montón de relaciones
sociales». Por ello, me parece, la tarea principal de nuestra etapa sería
formularla correctamente así: frente a nosotros está el reto — superar el
marxismo.
Y
cómo hacer esto — en cierta medida esto me fue señalado en las partes positiva
y negativa del análisis del sistema.
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