Este blog busca difundir algunas fuentes de la obra vygotskiana publicada en español, así como traducir algunos artículos editados en revistas y libros o bajados de la red; todo relacionado con Vygotski.

sábado, 6 de mayo de 2023

Jones

 

 

El legado de Vygotski en perspectiva: ¿construir o construir alrededor?

Peter E Jones

Ponencia presentada en ISCAR 2017 en la sesión ´Continuidades y rupturas en la renegociación del legado de Vygotski: un debate a cuatro bandas´

https://www.academia.edu/34514025/Vygotskys_legacy_in_prospect_to_build_on_or_build_around

 

Traducción: Efraín Aguilar

 

Ni el lado ‘cultural’ ni el ‘histórico’ de la psicología cultural-histórica se sostienen bien en términos de los principios básicos que apuntalan la teoría. Ver esto es también apreciar el carácter contradictorio de los logros y el legado de Vygotski. Significa ver por qué la contribución de Vygotski fue tan poderosamente progresiva y todavía es de gran interés por sus notables conocimientos. Pero al mismo tiempo significa encarar las cualidades bastante problemáticas de la teoría. La agudeza de la contradicción está en que tanto la dimensión progresiva como la regresiva están enraizadas en los mismos principios. Se puede ver que leer a Vygotski es ver la revolución rusa misma desde un particular ángulo – su atrevimiento e iconoclasia, su promesa, sus logros junto con sus errores y dificultades.

Quiero explorar esta contradicción a través de un examen crítico de la forma que asume la teoría de Vygotski desde el punto de vista de su conformidad con las particulares perspectivas del lenguaje y la comunicación. El lenguaje (comunicación por lo general) ha sido relativamente descuidado como foco de atención crítica dentro de los estudios vygotskianos.

¿Por qué abordar la psicología de Vygotski desde el final del lenguaje? Primero, porque cualquier concepción del lenguaje implica una visión de lo que es el ser humano.  El lenguaje nos conecta y las opiniones del lenguaje son, por lo tanto, opiniones sobre nosotros y sobre cómo nos conectamos como personas que persiguen nuestras vidas. ¿Nos reconocemos en el espejo teórico? A su vez, las opiniones del lenguaje y la comunicación se conectan de modo íntimo con nuestras opiniones sobre todo lo demás. Cualquier teoría del lenguaje necesariamente presupone supuestos y principios psicológicos y sociológicos.

Segundo, la obra psicológica de Vygotski está construida desde cero sobre conceptos y principios lingüísticos y semióticos:

 

Habla

Mediación

El signo como un ‘medio de estímulo auxiliar’ (nudos, pilas y muescas)

El comando y la ‘ley genética’

Internalización

El gesto de señalar

Significado de la palabra

Significado como generalización

Habla exterior, egocéntrica e interior

Significado y sentido

Escritura, gramática

Juego

Teoría semántica (‘sémica’) de la consciencia

 

La teoría está "centrada en el signo". Así que apostar por la concepción semiótica de Vygotski es la manera más directa de evaluar la teoría como un todo. Pero también esto depende, por supuesto, de dónde venimos teóricamente. Yo favorezco el integracionismo, una hebra clave dentro de una perspectiva emergente más amplia sobre el lenguaje y la comunicación que pienso es compatible con las ideas y objetivos básicos de Vygotski, pero no con sus principios concretos o sus métodos.

La alineación progresiva entre las contribuciones de Vygotski y la revolución de octubre es más clara en el modo como sus principios guía generales- lo ilimitado del potencial humano, la transformabilidad histórica de la práctica social, la mutabilidad de la naturaleza humana – fueron concretizados en nuevos conceptos semiológicos, de modo notable la mediación, al servir e informar los programas prácticos de la educación de necesidades especiales y rehabilitación que Vygotski ayudó a iniciar y contribuyó. Al  teorizar qué fue en realidad una práctica de mediación, Vygotski mostró que las habilidades y capacidades psicológicas humanas estaban culturalmente construidas y por lo tanto podían ser reconstruidas por ‘medios indirectos’, a través de la incorporación práctica de las ayudas ‘culturales’ en la actividad relevante (de lectura, marcha, etc). Vygotski probó que la parcialidad de la historia cultural y social nos había cegado a las diferentes rutas que los individuos podían tomar en la cultura y la vida de la mente, parcialidad basada en la fabricación de signos fetichistas en modos sensoriales particulares (lenguaje hablado versus lenguaje de signos) o al confundir las limitaciones en el desarrollo personal impuestas por el entorno social con límites innatos al potencial intelectual. Contra esto, Vygotski dibujó las líneas generales de lo que ahora llamaríamos un ‘modelo social de discapacidad’.

Incluso la distinción fundamental que Vygotski estableció entre las funciones psicológicas "naturales" y "culturales" ("inferiores" y "superiores"), una de las cuales más tarde lamentaría pero no pudo deshacerse, fue, en el contexto, una forma de poner en primer plano el papel transformador de lo social y lo cultural en contra de lo "natural", que era solo una condición previa para el desarrollo humano pero no predeterminaba nuestras habilidades intelectuales y personalidades.

Pero también hay un lado muy problemático, y uno mucho más oscuro, en el trabajo práctico y experimental que Vygotski y Luria emprendieron cuando fueron guiados por los mismos principios básicos. Este lado problemático es evidente en todo el trabajo sobre formación de conceptos, pero adquiere un tono más oscuro en la investigación intercultural que involucra las expediciones a Asia Central, tanto en el pensamiento detrás de la investigación como en los hallazgos que efectivamente pintaron el pensamiento y la comunicación de las prácticas de las comunidades sin alfabetización como un obstáculo para el progreso socialista.

Examinemos más de cerca la razón intelectual de la psicología cultural-histórica. Quiero comenzar con un texto ruso de la década de 1920 que es instructivo por lo que nos dice acerca de cómo se había desarrollado una poderosa cepa de "teoría marxista" (o "filosofía marxista") en el movimiento revolucionario ruso bajo la influencia de Plejánov y Lenin. El texto afirma confidencial y dogmáticamente un conjunto de ideas supuestamente marxistas que eran claramente una moneda común entre los intelectuales comunistas de la época.

 

·         Un determinismo social rígido: el individuo como punto de absorción o intersección de presiones sociales o influencias que existen fuera de él/ella – ‘llenos de contenido social’ como ‘la piel de una salchicha está llena de carne de salchicha’ (Bujarin, 1926: 98); la voluntad o el deseo consciente está condicionado o determinado causalmente por fuerzas sociales externas. 

 

·         Una filosofía representacional del lenguaje basada en una epistemología de "correspondencia" o "teoría del reflejo" con lenguaje y significado lingüístico como reflejo o representación de acciones y cosas del mundo real.

 

·         Una psicología del lenguaje que combina la identificación de hablar con pensar con la reflexología de Pávlov: «El pensamiento siempre funciona con la ayuda de las palabras, incluso cuando estas últimas no son habladas; el pensamiento es discurso menos sonido" (Bujarin, 1926: 204); los conceptos son generalizaciones abstractas que solo pueden ser transmitidas en palabras; el desarrollo histórico humano se refleja en el nivel de abstracción que han alcanzado los conceptos verbales: siguiendo a Lévy-Brühl, cuyo libro de 1910, Las funciones mentales en las sociedades inferiores (Cómo piensan los nativos en inglés) tuvo una gran influencia en el mismo Vygotski (ver Van der Veer y Valsiner, 1991), el texto argumenta que la "mentalidad primitiva" es "pre-lógica", es decir, incapaz de generalización o abstracción.1

 

[1] Como explica Bujarin, Lévy-Brühl consideró ‘el modo de pensar de los salvajes’ como ‘pre-lógico’ (1926: 204): ‘En el pensamiento salvaje, los detalles y las cosas específicas a menudo no son distinguibles de lo general o incluso del todo; una cosa es confundida con otra’.

 

Este es el popular libro de texto teórico de la era soviética de Nikolái Bujarin, Materialismo histórico: un sistema de sociología, publicado por vez primera en 1921 y bien conocido por Vygotski. Combina un materialismo crudo mecanicista (teoría del reflejo), un reduccionismo fisiológico (Pávlov), un determinismo social implacable, una concepción lógica tradicional (en oposición a la dialéctica) de la abstracción y una perspectiva descontextualizada del lenguaje y la comunicación. Cómo este conjunto de puntos de vista llegó a tomarse como "marxismo" es una pregunta para otro momento; lo importante es que tales ideas fueron una poderosa inspiración para una nueva generación de eruditos marxistas. El libro de Bujarin fue una piedra de toque importante para Vygotski al principio de su carrera y, de hecho, se puede hallar fácilmente todas estas proposiciones en su trabajo.

Para entender cómo esta visión del mundo "marxista soviético" se convirtió en un modelo psicológico concreto en manos de Vygotski, un buen punto de referencia son los Estudios en la historia del comportamiento: mono, hombre primitivo, niño de Vygotski y Luria. De los textos publicados, éste ofrece la exposición más sustancial y detallada de los fundamentos filosóficos y el fundamento empírico de la psicología histórico-cultural y una explicación sostenida, arraigada explícitamente en Marx y Engels, del carácter distintivo de la psicología humana y la mutabilidad histórica del ser humano El famoso folleto de Engels sobre "el papel desempeñado por el trabajo en la transición del mono al hombre" está reproducido en gran medida. Engels distingue entre el trabajo humano y la actividad animal de la siguiente manera: "un animal solo usa la naturaleza externa y causa cambios en ella simplemente en virtud de su presencia", mientras que el ser humano "obliga a la naturaleza a cumplir sus propósitos, él la domina" (Marx y Engels, 1970, p. 34). Además, Engels trata históricamente la libertad humana como un “control sobre uno mismo y la naturaleza externa” (p. 35). Estas proposiciones se presentan como los principios básicos de la psicología histórico-cultural, aunque con una interpretación específica. Así que Vygotski y Luria argumentan que "algo similar" a este proceso histórico de autocontrol o autodominio también ocurre en "la esfera del desarrollo psicológico humano":

 

"los animales simplemente usan su propia naturaleza, mientras que el hombre obliga a la naturaleza a cumplir sus propios propósitos y la domina. Por esto, también, está en deuda con el trabajo. El proceso de trabajo requiere que el hombre ejerza cierto grado de control sobre su propio comportamiento. Este autocontrol, en esencia, se basa en el mismo principio que nuestro dominio sobre la naturaleza" (p. 34, énfasis mío). 

 

Ahora esta "similitud" es la que autorizó la analogía entre las herramientas del trabajo y las herramientas psicológicas o culturales en el "método instrumental" de Vygotski. En sí misma, la analogía extiende cualquier vínculo conceptual previsto con el punto de ruptura del pasado de Marx, un tema que dejo de lado. Pero el punto más importante es cómo los autores entienden el "autocontrol" y la manera en que se ejerce. En opinión de Vygotski y Luria, el proceso histórico de autocontrol se centra exclusiva o esencialmente en los mecanismos semióticos:

 

"Una vez que los símbolos que permitían al hombre controlar sus propios procesos de comportamiento se habían inventado y estaban en uso, la historia del desarrollo del comportamiento se transformó, en gran medida, en la historia del desarrollo de esos ‘medios de comportamiento’ auxiliares artificiales, y en la historia del control del hombre sobre su propia conducta” (p. 35; énfasis mío).

 

¿La historia del desarrollo de la conducta como (en gran medida) la historia de los símbolos como medio para controlar la conducta? Ese pasaje único marca el alcance de la desviación de los autores desde la perspectiva y metodología de Marx, es decir, la concepción materialista de la historia. Además, ¿qué tipo de poder atribuyen los autores a los símbolos para que funcionen como "controladores" del comportamiento? Funcionan de acuerdo con la doctrina reflexológica pavloviana: son estímulos artificiales diseñados para provocar respuestas psicológicas específicas.

 

"Crear y utilizar estímulos artificiales como dispositivos auxiliares para controlar las propias reacciones también sirve como base para la nueva forma de determinación de comportamiento que distingue el comportamiento superior del elemental. La presencia de estímulos creados junto con los estímulos dados nos parece ser la característica distintiva de la psicología humana".

“Llamamos dispositivos de estímulos artificiales [sic; ‘Estímulo-medios’] introducidos por el hombre en una situación psicológica en la que cumplen la función de ‘signos’ de autoestimulación [znákami], dando a este término un sentido más amplio y al mismo tiempo más preciso que en el uso común. Según nuestra determinación [sic; ‘definición’], todo estímulo condicionado creado artificialmente por el hombre que es un medio para dominar el comportamiento, el de otro o el propio, es un signo [znak]” (Vygotsky, 1997, p. 54).

 

Así que tenemos una psicología en la que una capa de comportamiento naturalmente reactivo está dirigida por signos artificiales (signos lingüísticos en primer lugar). Los autores simplemente han reinventado el dualismo cartesiano expresado en un discurso materialista. El principio reflejo mismo, como Pávlov estaba feliz de reconocer, se debía a Descartes. Y si aceptas la mitad mecánica de la dicotomía cartesiana, no tienes más remedio que agregar la otra mitad "espiritual" en forma de lenguaje.

Esta versión psicologizada de la perspectiva de "autocontrol" de Engels también se transforma en una historia del desarrollo infantil. El niño, nos dicen, "nace en un entorno cultural y productivo preparado; y ahí radica la diferencia radical y decisiva entre él y lo primitivo". Sin embargo, "cuando nace, el niño no está en contacto con ese entorno, y se incorpora a él solo gradualmente" (Vygotsky, 1993, p. 113; énfasis original).

Al principio, el niño se encuentra en una "fase primitiva o caracterizada por formas naturales de comportamiento" en la que es incapaz de "utilizar funcionalmente los estímulos como símbolos" (Idem, p. 140). En esta 'fase primitiva', los niños son seres pre-sociales, orgánicos y animales, y es solo en 'la segunda fase del desarrollo cultural' que 'los procesos intermedios aparecen en el comportamiento del niño, alterando ese comportamiento mediante el uso de estímulos-símbolos' (Idem, p. 117).

Aunque podemos preguntarnos acerca de la visión de la socialidad en general que informa esta visión psicológica, encontraremos muy poco en Vygotski al respecto. No presta ningún interés psicológico al funcionamiento de la sociedad adulta, es decir, a la forma de existencia socialmente organizada en la que crecerá el niño. Hay razones para esto en las que no voy a entrar aquí. Cuando la vida social se describe en términos teóricos, está expresada directamente en el discurso reflexológico social del libro de  Bujarin:

 

"La vida social crea la necesidad de someter el comportamiento del individuo a los requisitos sociales y, junto con esto, crea sistemas de señalización complejos, medios de comunicación [sic; sviazi, "conexiones"] que guían y regulan el desarrollo de conexiones condicionadas [sviazi] en el cerebro de cada persona. La organización de la actividad nerviosa superior crea los requisitos previos necesarios, crea la posibilidad de una regulación externa del comportamiento [sic; "de regular el comportamiento desde el exterior"]" (Vygotsky, 1997, p. 56).

 

Cuando analizamos su relato del origen e historia humanos, vemos que este modelo evolutivo se proyecta en términos de estado "natural", reflexológico, de funcionamiento psicológico como la base sobre la cual surgirá la superestructura semiótica controladora. Diferentes comunidades humanas, gracias al nivel de control semiótico que han logrado, se encuentran a diferentes distancias del hipotético punto cero cultural.

De esta manera, todas las actividades y artefactos comunicativos, ya sea el habla, la escritura o el reparto de lotes, se eliminan de su contexto social y se les quita su significado y función social. Por lo tanto, la 'historia notable de la escritura' es una historia de 'los esfuerzos del hombre por controlar su memoria' (Vygotsky, 1997, p. 61) y 'el tipo de nudo, atado como una ayuda para la memoria, es claramente el vestigio más antiguo del cambio del hombre del uso de la memoria para controlarlo' (Idem, p. 59). Más tarde (Pensamiento y habla) aplica el enfoque de autodominio simbólico de una manera ligeramente diferente a la escritura (y a la enseñanza de la gramática) en el supuesto de que la escritura es una representación del habla. Esta es la razón por la que la de Vygotski no es una teoría de la actividad laboral, por ejemplo, o una actividad en general porque lo que hace que la actividad sea humana son las formas distintivas de la herramienta simbólica que permiten el control cognitivo y racional de la acción.

Volviendo a nuestro conjunto de conceptos semióticos: ¿cómo encajan las concepciones más orientadas semánticamente en este marco? Ya hemos visto la combinación de principios reflexológicos y lógicos-conceptuales en Bujarin. La respuesta corta es que proyectan una línea diferente, pero paralela, de la perspectiva de control simbólico. Por lo tanto, en una investigación sobre el significado de las palabras, la dicotomía inicial "natural" - "cultural" se volvió a contextualizar, en línea con una visión representativa del pensamiento, como una distinción entre la imagen "concreta" de objetos particulares vinculados a circunstancias inmediatas y el contenido conceptual ‘abstracto’ del pensamiento habilitado lingüísticamente. La noción de Vygotski de "concepto" y su papel en el pensamiento "cultural" avanzado, por lo tanto, se expandió en el espacio psicológico de la autorregulación simbólica que los mecanismos basados en el reflejo no podían alcanzar. Si el pensamiento y la percepción "naturales" tenían que ver con imágenes de cosas particulares en su contexto "concreto" de apariencia y uso, entonces el pensamiento "cultural" se apartaba de los detalles empíricos para intercambiar generalizaciones "abstractas" que permitían la "acción libre". En la práctica, como se muestra en la investigación intercultural, esto significó la descontextualización de las prácticas comunicativas, y la denigración de clasificaciones, cálculos y juicios "primitivos" imbuidos de la sabiduría de la experiencia en contraste con el pensamiento adecuadamente "conceptual" en el cual los objetos se categorizaron independientemente de su utilidad o conexiones prácticas de la vida real.

En términos generales, hay dos concepciones básicas del signo que sustentan los conceptos y principios fundamentales de la psicología de Vygotski en períodos particulares de la evolución de su pensamiento, a los que me refiero como:

 

1. El signo causal-mecánico: un signo que actúa, en virtud de su físico, como un "estímulo" que causa una "reacción" según el modelo reflexológico mecanicista.

 

2. El signo escolástico abstracto: un signo verbal (una palabra) considerado desde el punto de vista de su "significado" o "contenido" semántico donde este contenido se ve en términos de una relación representativa con la "realidad" en una escala de generalidad creciente conduciendo hacia un 'verdadero concepto'.

 

Estas son visiones igualmente empobrecidas. Las discusiones posteriores sobre "sentido", en oposición a significado, son interesantes, ya que reconocen el dualismo involucrado en los conceptos basados en la reflexología de "dos niveles" e intentan introducir la interpretación individual y la experiencia individual. Pero estos constructos, a su vez, se sientan dentro de un marco ya dado en el que los productos y procesos de las prácticas de creación de signos se han descontextualizado y no proporcionan formas de entender el papel de los signos y la creación de signos dentro de la actividad (individual o colectiva). 

No es que no haya ningún cambio o revisión de los puntos de vista de Vygotski y sus prioridades, sino que la razón básica para la elaboración progresiva de diferentes concepciones y principios sigue siendo un compromiso con la comprensión de la psicología humana distintiva en términos semióticos y, más específicamente en términos de control simbólico o regulación. La "nueva teoría de la conciencia de base semántica", que apareció en el trabajo posterior, no se presentó, al menos en esta etapa, como un cambio total de todas las concepciones anteriores, y de hecho, la concepción del significado de las palabras y la ley genética y la internalización se mantuvieron como presuposiciones.

Volviendo a Marx: a primera vista, el enfoque de Marx hacia el desarrollo histórico parece estar enmarcado por distinciones conceptuales que concuerdan con las psicológicas de Vygotski: autocontrol, autodominio, voluntario e involuntario, espontáneo y consciente y, quizás de manera crucial, ‘natural’ y 'social'. Ahora, Marx ciertamente habla sobre el crecimiento histórico de la libertad humana como una extensión progresiva del control consciente sobre la actividad productiva ‘natural’ y la organización social. Pero el término ‘natural’ no se refiere a un punto cero primitivo, pre-social y psicológico desde el cual despegará la historia cultural, sino a la sociedad misma, es decir, a formas de organización social, incluida la sociedad burguesa, antes de ese estado de ‘humanidad socializada’ a la que Marx se refirió como comunismo, por ejemplo:

 

“la división del trabajo nos ofrece el primer ejemplo de cómo, mientras exista el hombre en la sociedad natural, es decir, mientras exista una división entre el interés particular y el interés común, siempre que la actividad no sea voluntaria, pero naturalmente dividida, la propia acción del hombre se convierte en un poder extraño opuesto a él, que lo esclaviza en lugar de ser controlado por él" (Marx y Engels, 1970, p. 35).

 

Lo que, en Marx, se presenta como un proceso socio-histórico mediante el cual las comunidades enfrentan críticamente y ejercen colectivamente el control sobre sus propias prácticas y formas de relación social previamente desarrolladas, se convierte en Vygotski y Luria un proceso psicológico en el que el 'comportamiento' individual está sujeto a 'control' a través de símbolos ubicados en el entorno social. Comparemos a Engels, para quien 'Las fuerzas sociales activas funcionan exactamente como las fuerzas naturales: a ciegas, a la fuerza, destructivamente, mientras no las entendamos y nos reconciliemos con ellas' (Marx y Engels, 1970, p. 146), con Vygotski y Luria, para quienes la memoria del 'hombre primitivo' es la que 'funciona espontáneamente, como una fuerza natural. "La historia para Marx no fue un proceso de dominar nuestra naturaleza ‘animal’ subordinándola a la organización social, sino de dominar nuestra naturaleza humana, nuestro potencial para vivir humanamente, al abandonar las formas de organización social que nos obligaron a actuar de manera inhumana hacia unos y otros. Es el poder social colectivo el que es ‘natural’ en el sentido de estar fuera de control y se necesitará más que palabras u otras formas de violencia simbólica para ponerlo en evidencia. ‘Liberación’, como lo expresaron Marx y Engels, ‘es un acto histórico y no mental, y se debe a las condiciones históricas’ el [desarrollo] de la industria, el comercio, la agri[cultura], las [condiciones de la relación sexual] '(Idem, p. 27), una función del desarrollo integral de los poderes prácticos, intelectuales y sociales (Idem, p. 103).

 

Conclusión

 

Necesitamos una visión diferente de la creación de signos, que nos permita comprender la integración de las prácticas comunicativas en nuestras relaciones y actividades cotidianas, lo que hace justicia a la inteligencia comunicacional creativa del niño y a la reciprocidad fundamental de la socialidad. La actividad social requiere de sus participantes el poder de participar cooperativamente en una confluencia desarrollada dinámicamente de comportamientos prácticos y comunicativos inteligentes, con propósito. En otras palabras, debemos dejar atrás la dicotomía vygotskiana de ‘natural’ y ‘cultural’, así como la de "abstracto" y "concreto", repensando el carácter social del lenguaje y la comunicación. Se está desarrollando un campo emergente de enfoques de acción e integración para el lenguaje y la comunicación en los que se puede abordar tales desafíos.

Necesitamos una visión del lenguaje y de la comunicación como formas y medios de  práctica cooperativa situada, es decir, en términos de una señalización inteligente, socialmente organizada y cargada éticamente a través de la cual los individuos conciben, coordinan o integran reflexivamente sus contribuciones individuales en un conjunto o esfuerzo colectivo hacia un objetivo común. La creación cooperativa de la organización social involucrada en la comunicación en sí misma es una dimensión integrada de la organización social general de las actividades; todos los aspectos de estas actividades organizadas socialmente, incluidas las habilidades físicas involucradas, pueden transformarse y amplificarse recíprocamente entre sí en la búsqueda colectiva de objetivos y resultados particulares.

 

Bukharin, N. (1926) Historical Materialism: a System of Sociology. London: Allen & Unwin.

Marx, K. & Engels, F. (1970). Selected Works in Three Volumes. Vol. 3. Moscow: Progress.

Van der Veer, R. & Valsiner, J. (1991) Understanding Vygotsky. A Quest for Synthesis. Oxford: Blackwell.

Vygotsky, L. S. & Luria, A. R. (1993). Studies on the History of Behavior: Ape, Primitive, and Child. Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum.

Vygotsky, L.S. (1997) The Collected Works of L.S. Vygotsky. Volume 4 The History of the Development of Higher Mental Functions. New York: Plenum.

 

miércoles, 3 de mayo de 2023

Packer

 

¿Es relevante Vygotski? La psicología marxista de Vygotski

Martin J. Packer

Mind, Culture, and Activity, 15: 8–31, 2008

https://www.academia.edu/1510293/Is_Vygotsky_relevant_Vygotskys_Marxist_psychology

 

Correcciones al traductor de google: Efraín Aguilar

 

Será mejor dejar que otros digan de nuestra psicología que es marxista que llamarla así nosotros mismos. Vygotsky (1926–27/2004, p. 340)

 

Cuando los textos de Vygotski se tradujeron por primera vez al inglés, algunos psicólogos en los Estados Unidos notaron que su trabajo tenía fuertes conexiones con el análisis del capitalismo de Marx, pero desde entonces estas conexiones a menudo han pasado desapercibidas y "muchas interpretaciones de Vygotski no han intentado ubicarlo dentro un marco marxista” (Robbins, 1999, p. vi). Las traducciones del trabajo de Vygotski a menudo han omitido las referencias a Marx y Engels, o las han tratado como “una concesión forzada a la ideología oficial” (Yaroshevsky, 1989, p. 20). En consecuencia, “la deuda de Vygotski con Marx es más profunda de lo que comúnmente se reconoce” (Wertsch, 1985, p. 1), y

 

el contexto político de su obra es virtualmente ignorado por los estudiosos modernos preocupados por recuperarlo. Vygotski es retratado no tanto como un teórico marxista que negoció un ambiente político tenso y cuyo trabajo fue víctima de las purgas de Stalin, sino como un pensador cuyo genio “trasciende las barreras históricas, sociales y culturales”. (Bakhurst, 2005, pág. 178)

 

Incluso cuando se han reconocido las referencias a Marx, ha habido poco consenso sobre su significado. Algunos han asumido que cualquier científico que trabaja en la Unión Soviética tiene que hablar de Marx. Otros no pueden captar la relevancia de una crítica económica para la psicología.

Las excepciones importantes y tempranas a esta tendencia a ignorar o minimizar la deuda de Vygotski con Marx incluyen a Toulmin (1978) quien, en el artículo de la New York Review of Books en el que apodó a Vygotski como "el Mozart de la psicología", escribió que "el marco general proporcionado por la filosofía 'materialista histórica' le dio la base que necesitaba para desarrollar una explicación integrada de las relaciones entre la psicología del desarrollo y la neurología clínica, la antropología cultural y la psicología del arte.” Una segunda excepción fue la introducción a Mind in Society de Cole y Scribner (1978), quienes escribieron que el marco teórico marxista era un “recurso científico valioso” para Vygotski, que usó “los métodos y principios del materialismo dialéctico” y pretendía “crear el propio Capital”. Más recientemente, Cole, Levitin y Luria (2006) propusieron que “Vygotski, Luria y Leóntiev emprendieron la reformulación total de la psicología siguiendo líneas marxistas. Como resultado, nació la psicología histórico-cultural como una solución autoconsciente a la 'crisis de la psicología'” (p. 244).

Explorar el marco marxista de la concepción y práctica de la psicología de Vygotski parecería una tarea importante pero descuidada. Ahora, después de la caída de la URSS y el crecimiento, aparentemente sin oposición ni límites, de las economías capitalistas en Rusia, China y otros lugares, a muchos les parece que Marx ahora es irrelevante. ¿Es esto así? ¿Significa esto que la psicología marxista de Vygotski también es irrelevante? ¿Cuál es la relevancia de Vygotski “después” de Marx? ¿Es su trabajo relevante para la psicología actual en Occidente, una época y una cultura muy diferentes de aquellas en las que se inició su trabajo? Hoy “todavía esperamos un análisis adecuado de la deuda de Vygotski con Marx” (Bakhurst, 1991, p. 87). Este artículo pretende ser un paso en esa dirección.

Argumento que Marx proporcionó a Vygotski, lo que es más importante, una concepción de la historia. Sin embargo, la literatura sobre Vygotski y Marx no ha notado esto, por lo que para defender el caso debo rastrear la visión de la historia visible en el análisis de Vygotski de la "crisis en psicología". Este análisis identificó la “tarea histórica” de crear una “psicología general”, una psicología marxista. Esta psicología general es la psicología del desarrollo infantil de Vygotski, que es en sí misma un análisis histórico central, que rastrea la génesis de la mente para contar una "historia infantil". Sugiero que la concepción de la historia evidente en Crisis arroja nueva luz sobre la descripción del desarrollo infantil de Vygotski.

 

LA RELACIÓN ENTRE MARX Y VYGOTSKI

Se ha hecho esfuerzos para identificar lo que Vygotski y Marx tenían en común. Lee (1985) señaló cuatro suposiciones fundamentales compartidas. Primero, ambos pusieron énfasis en la actividad práctica. La interacción práctica entre los humanos y el medio ambiente crea tanto objetos como sujetos humanos. En segundo lugar, sus análisis eran "funcionalistas", "mostrando qué papel o efecto [un] elemento tiene en algún sistema del que forma parte" (p. 68). En tercer lugar, se consideraba que la conciencia tenía un carácter dialéctico en desarrollo, un aspecto emergente de la interacción práctica. Finalmente, se distinguió el desarrollo cultural del desarrollo natural.

Wertsch (1985) destacó “tres áreas en las que Vygotski tomó prestado de Marx: su método, sus afirmaciones sobre la naturaleza de la actividad humana y sus afirmaciones sobre los orígenes sociales de los procesos psicológicos” (p. 5). El método consistía en rastrear “la génesis de unidades vivas completas de funcionamiento” (p. 5, énfasis eliminado), tal como “Marx analiza una sola 'célula' viva de la sociedad capitalista” (p. 6, citando a Cole & Scribner, 1978, pág. 8). En segundo lugar, Wertsch, al igual que Lee, notó que Vygotski y Marx pusieron énfasis en la actividad. Consideraron fundamental la interacción práctica y material entre los humanos y el medio ambiente. Los procesos y productos psicológicos, incluida la conciencia misma, se construyen sobre esta base. Mientras que —como dijo Marx en la undécima tesis sobre Feuerbach— otros habían dado prioridad a la contemplación del mundo, tanto él como Vygotski consideraban la acción en el mundo como primaria y la contemplación como secundaria y derivada.

En tercer lugar, Vygotski, como Marx, consideraba que lo social tenía prioridad sobre lo individual. El funcionamiento psicológico individual tiene orígenes sociales. Mientras Piaget buscaba comprender cómo el niño individual, egocéntrico e incluso autista, se socializa gradualmente, es capaz de descentrarse y comunicarse, Vygotski vio al niño inicialmente como una criatura social que solo se individualiza con el tiempo. Esto es muy similar a las observaciones hechas por Marx sobre el carácter inherentemente social de la existencia humana y la forma en que solo formas específicas de sociedad crean al individuo aparentemente independiente.

Sin embargo, tratar de comprender el tipo de psicología marxista que Vygotski buscó crear al buscar paralelos entre los dos tiene sus límites. Porque “si bien tales paralelismos son muchos e incontrovertibles, su existencia no resuelve el problema tanto como lo plantea de manera más aguda” (Bakhurst, 1991, p. 87). Bakhurst propuso en cambio que Vygotski estaba tratando de aplicar el "método dialéctico de Marx" a los problemas de la psicología. Pero en la URSS en la época de Vygotski había al menos dos posiciones entre los pensadores soviéticos sobre la naturaleza del método de Marx y su adecuación a la psicología. Los mecanicistas vieron la dialéctica como una metodología general para la investigación científica natural. Los deborinitas, por el contrario, vieron la tarea como “una reinterpretación materialista de la dialéctica hegeliana” (p. 32), una tarea filosófica más que estrechamente científica. Bakhurst sugirió que Vygotski muy probablemente se puso del lado de los deborinistas (y que Vygotski “habría despreciado [su] uso de la dialéctica”) y concluyó que “parece que lo que Vygotski se apropió de Marx se representa mejor como un método, concebido sobre el modelo de una habilidad o técnica para seguir la naturaleza específica del objeto de investigación” (p. 88).1

 

1No comparto las conclusiones de Bakhurst, como queda claro. En mi lectura, Vygotski no se apropió de Marx de un método, y mucho menos de un método que equivalía a una “habilidad o técnica”. Es cierto que escribió “Quiero aprender de todo el método de Marx cómo construir una ciencia, cómo abordar la investigación de la mente” (Vygotsky, 1926–27/2004, p. 331), pero también está claro que por “método” no se refería a una técnica sino a una “metodología”: una “filosofía” (p. 304), una “teoría del método científico” (p. 305). (Y “una teoría del método es, por supuesto, la producción de medios de producción” [p. 248].) Vemos que leyó El capital como un modelo del que aprender, no del que tomar. Buscó desarrollar su propia metodología dialéctica, una “ciencia intermedia”, una “teoría del materialismo psicológico” (p. 330), que sería “una metodología científica construida sobre una base histórica” (p. 236).

 

Llama la atención que ni Lee ni Wertsch ni Bakhurst notaron el énfasis en la historia compartido por Vygotski y Marx. Sin embargo, el papel central que desempeñó la historia en el pensamiento de Vygotski es bastante evidente. Por ejemplo, una de las entradas del cuaderno de Vygotski (Kozulin, 1986) comenzaba con estas palabras:

 

La palabra historia (psicología histórica) para mí significa dos cosas: (1) un enfoque dialéctico general de las cosas; en este sentido, todo tiene su historia; esto es lo que quería decir Marx: la única ciencia es la historia. . . (2) historia en sentido estricto, es decir, historia humana. . . . La singularidad de la mente humana radica en que en ella se unen (síntesis) ambos tipos de historia (evolución+historia). Lo mismo ocurre con la psicología infantil. (págs. 54 y 55)2

 

2En un pasaje eliminado de La ideología alemana, Marx escribió: “Conocemos una sola ciencia, la ciencia de la historia” (este pasaje apareció antes del título de la sección; Marx y Engels, 1845/1947, p. 4).

 

Sin embargo, la centralidad de la historia fue evidente para Scribner (1985), quien escribió que Vygotski fue “el primero en explicar la formación histórica de la mente” (p. 121) y sugirió que “su obra puede leerse como un intento de entrelazar tres hilos de la historia: la historia general, la historia del niño y la historia de las funciones mentales, en un relato explicativo de la formación de aspectos específicamente humanos de la naturaleza humana” (p. 138). Ella identificó la “conclusión principal” de Vygotski como “la necesidad de buscar

 

el comportamiento humano en la historia más que en la biología” (p. 123) y que el comportamiento humano difiere del comportamiento animal de la misma manera cualitativa que todo el tipo de adaptabilidad y desarrollo histórico del hombre difiere de la adaptabilidad y desarrollo de los animales, porque el proceso de el desarrollo mental del hombre es parte del desarrollo histórico general de la humanidad. (Vygotsky, 1931/1997b, p. 39, citado en Scribner, 1985, p. 123)

 

Sin embargo, ni siquiera Scribner articuló el carácter preciso de la concepción de la historia de Vygotski. Vygotski hace repetidas referencias a la historia, pero a menudo en términos amplios en los que los detalles no son evidentes. Al escribir dónde y cuándo lo hizo, Vygotski podría presuponer una familiaridad con Marx y el marxismo-leninismo por parte de sus lectores, algo que no ocurre cuando las traducciones se leen en los Estados Unidos. Pero si “fue una exposición temprana al pensamiento histórico marxista lo que le permitió al propio Vygotski abordar los problemas del desarrollo infantil en su propia forma original” (Toulmin, 1978), y si Vygotski estaba “tejiendo la breve vida del individuo en la gran edad- larga historia del ser social. . . la macroescala de la vida de las personas a lo largo de las edades y . . . la microescala de los contactos rutinarios del individuo con sus hermanos” (Yaroshevsky, 1989, p. 80), entonces es crucial examinar cómo concebía la historia.

 

PSICOLOGÍA MARXISTA: UN MOMENTO  REVOLUCIONARIO EN LA HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA

Comencemos con “probablemente el mejor lugar para los estudiosos. . . obtener una idea de lo que todos están de acuerdo fue el principal esfuerzo de Vygotski: crear una ciencia marxista de la psicología apropiada para la nueva sociedad soviética” (Rieber & Robinson, 2004, p. 223). Este es el manuscrito escrito en 1926–27 pero que no se publicó en Rusia hasta 1982: El significado histórico de la crisis en psicología: una investigación metodológica (Vygotsky, 1926–27/2004). Aquí Vygotski contó una historia de la psicología y sobre la base de un "diagnóstico" de su condición propuso una "psicología general" que fue el anteproyecto para su psicología del desarrollo infantil.

 

Tendencias objetivas de la psicología

La historia de la psicología de Vygotski trazó su “camino de desarrollo”. Esta historia, argumentó, no era simplemente una de puntos de vista en conflicto u opiniones divergentes, y sus problemas no eran simplemente la consecuencia de la falta de voluntad o incapacidad de los psicólogos para llegar a un acuerdo. La lectura de textos clásicos de Vygotski (1926-27/2004) “apunta a una necesidad objetiva que subyace al desarrollo de la ciencia, a una necesidad que podemos observar cuando abordamos los hechos de la ciencia desde un punto de vista igualmente científico” (p. 236). No se trataba simplemente de “una investigación crítica de los puntos de vista de algún autor”, sino del “análisis metodológico del problema mismo”, que “no era del todo indiferente a los puntos de vista”, sino que “debe ser capaz de explicarlos, de poner al descubierto su objetivo, su lógica interna” (p. 309). Como explicó, “Nosotros no investigamos a los pensadores. . . sino su destino, es decir, los procesos objetivos que están detrás de ellos y los controlan” (p. 308).

Esta “lógica interna” no había hecho que la psicología siguiera un camino directo:

 

Somos dialécticos. No pensamos en absoluto que el camino evolutivo de la ciencia siga una línea recta, y si ha tenido zigzags, vueltas y bucles entendemos su significado histórico y los consideramos eslabones necesarios en nuestra cadena, etapas inevitables de nuestro camino, así como el capitalismo es una etapa inevitable en el camino hacia el socialismo. (pág. 336)

 

Vygotski (1926–27/2004) describió estas etapas. Al principio “hay algún descubrimiento fáctico... que reforma la concepción ordinaria de toda el área de fenómenos a la que se refiere” (p. 236). Entonces “la influencia de estas ideas se extiende a áreas adyacentes”, y se formula de manera más abstracta. La “idea cumple su campaña de conquista como un descubrimiento confiable y científicamente verificado” (p. 236). Luego, “la idea controla más o menos toda la disciplina en la que originalmente surgió. . . en forma de un principio formulado más o menos abstractamente”, y “se transfiere fácilmente a disciplinas adyacentes” donde “también transforma las áreas en las que penetra” (p. 236). Luego “se extiende a los dominios más remotos del ser, a todo el mundo —al transformarse y ser transformado— y se formula como un principio universal o incluso como una cosmovisión total” (p. 237).

La idea, ahora “inflada en una visión del mundo como una rana que se ha hinchado al tamaño de un buey, un filisteo en medio de la nobleza, ahora entra en la quinta y más peligrosa etapa de desarrollo” (p. 237). Encuentra oposición por todos lados, y “finalmente muestra lo que es en realidad, muestra su verdadera cara”. Ahora una “forma filosófica” abstracta en lugar de un hecho científico, “la idea revela lo que quiere, lo que es, de qué tendencias sociales surgió, a qué intereses de clase sirve” (p. 237). A medida que se expande en alcance y extensión, su contenido “cae igual de impetuosamente a cero” (p. 240) y se convierte en una fórmula vacía. Ahora está desinflado: “Se acepta como un descubrimiento particular pero se rechaza como una visión del mundo”. Ahora “como idea que revoluciona la ciencia deja de existir. Es una idea que se ha retirado y ha recibido el grado de general de su departamento” (p. 237).

Por ejemplo, la idea del reflejo condicionado tuvo su origen en el estudio de la salivación en perros. Se extendió a toda la psicología animal y luego a todos los dominios de la psicología: “Todo —el sueño, el pensamiento, el trabajo y la creatividad— resulta ser un reflejo” (Vygotsky, 1926–27/2004, p. 239). Se convirtió en una cosmovisión: “Anna Kariénina y la cleptomanía, la lucha de clases y un paisaje, el lenguaje y el sueño son todos reflejos” (p. 239). Y desde allí finalmente se extralimitó y se colocó firmemente en su lugar.

Vygotski (1926–27/2004) agregó que mientras los “factores externos” pueden acelerar o retardar estas etapas, “cambiar la secuencia de estas etapas es imposible” (p. 332). Que diversas ideas en psicología hayan recorrido este mismo camino demostró, en opinión de Vygotski, “la necesidad objetiva de un principio explicativo” (p. 241). La evidente falta de un principio explicativo general satisfactorio mostró la necesidad de una adecuada "psicología general", una que difiera de las ramas empíricas de la psicología no cuantitativamente, sino cualitativamente (p. 245). Tal psicología general no se ocuparía de abstracciones manejadas lógicamente, sino de "conceptos de un orden superior" en los que "la realidad se representa de otra manera que en los conceptos de una ciencia empírica" (p. 248). Era una psicología general de este tipo la que Vygotski pretendía definir.

 

El dualismo de la psicología

En el diagnóstico de Vygotski, la psicología padecía un problema fundamental. Detrás de todas sus múltiples posiciones y campos, “la psicología contemporánea – esta doctrina de un alma sin alma – es intrínsecamente contradictoria, está dividida en dos partes” (Vygotsky, 1926–27/2004, p. 300). “Existen dos psicologías: una científica natural, materialista y una espiritualista” (p. 299), y “las dos tendencias en lucha están profunda y objetivamente arraigadas en el desarrollo de la psicología” (p. 305).

Ofreció una revisión detallada de las diversas formas en que se manifestaba este dualismo subyacente. Me refiero brevemente a sólo dos ejemplos: el conductismo había parecido una alternativa profunda al introspeccionismo, pero de hecho simplemente había invertido sus supuestos dualistas. Las psicologías naturalista e intencionalista eran simplemente dos caras de la misma moneda. La concepción de Dilthey de "dos psicologías" no era mejor: la psicología explicativa y la psicología descriptiva (la fenomenología de Husserl) eran simplemente imágenes especulares.

 

Impulsada por preocupaciones prácticas

Esta contradicción había existido en psicología durante mucho tiempo, pero Vygotski (1926–27/2004) vio que había llegado a un punto crítico. La psicología aplicada, en forma de "industrial, educativa, política o militar" (p. 304) y otros campos, fue la "fuerza impulsora" detrás de "la exacerbación y bifurcación del dualismo" en una "crisis" (p. 303). “Digamos de entrada que el principal motor de la crisis en su fase final es el desarrollo de la psicología aplicada en su conjunto” (p. 303). La psicología académica había sido "algo desdeñosa" hacia la psicología aplicada, viéndola simplemente como una ciencia inexacta. Pero la psicología aplicada había tomado “el papel principal en el desarrollo de nuestra ciencia” (p. 304). Vygotski enfatizó que “no se puede exagerar la importancia de la nueva psicología práctica para toda la ciencia. El psicólogo podría dedicarle un himno” (p. 304). Obligó a la psicología a incorporar las habilidades prácticas y la experiencia adquirida durante miles de años. La psicología ahora “intenta no tanto explicar la mente sino comprenderla y dominarla” (p. 304). La práctica era la "prueba más alta" de la teoría; “establece las tareas y sirve como juez supremo de la teoría, como su criterio de verdad” (p. 304).

La psicología aplicada también sería el impulso para la resolución de la crisis: “Así será en la práctica como se superarán las contradicciones de la psicología” (Vygotsky, 1926–27/2004, p. 305); “no solo condujo al desarrollo de la crisis, sino que continúa determinando su curso y destino posteriores” (p. 308). En particular, la psicología práctica estaba avanzando en el desarrollo de la metodología: “Las contradicciones más complejas de la metodología psicológica se trasladan a los terrenos de la práctica y sólo allí pueden ser resueltas. Ahí el debate deja de ser estéril, llega a su fin” (p. 305). La metodología apropiada de la psicología, y el camino a seguir para la ciencia, serían establecidos por los objetivos prácticos de la psicología aplicada.

 

Un salto cualitativo: sale del capullo la mariposa

Vygotski empleó varias imágenes sorprendentes para describir la resolución de la crisis y la creación de una nueva psicología. La primera fue de cirugía. La crisis marcó un momento en la historia de la psicología en el que finalmente se pudieron resolver sus contradicciones, pero se requería una “ruptura”, en la que se resquebrajaba la psicología idealista y sólo quedaba una psicología materialista. Lo que se requería no era un “acuerdo” entre las dos posiciones fundamentalmente opuestas, ya que “solo una ruptura y la selección de una sola psicología proporcionarán la salida de la crisis” (Vygotsky, 1926–27/2004, p. 309). Era “la suerte y el destino de una de las psicologías” sobrevivir mientras la otra se marchitaba:

 

Siguiendo a Spinoza, hemos comparado nuestra ciencia con un paciente mortalmente enfermo que busca una medicina poco fiable. Ahora vemos que solo el bisturí del cirujano puede salvar la situación. Una operación sangrienta es inminente. Muchos libros de texto tendremos que rasgarlos en dos, como el velo en el templo, muchas frases perderán la cabeza o las piernas, otras teorías se abrirán en el vientre. Sólo nos interesa el borde, la línea de la ruptura, la línea que será descrita por el futuro cuchillo. (pág. 323)

 

Sería necesario, insistió Vygotski (1926–27/2004), “cortar el tejido vivo de la psicología, cortándolo por así decirlo en dos cuerpos heterogéneos que crecieron juntos por error” (p. 322). El resultado sería una nueva “psicología general” libre de dualismos y contradicciones. Esta psicología lograría la “unidad dialéctica de metodología y práctica. . . Esta ruptura comenzó, continúa y se completará en la línea de la práctica” (p. 309). Aquí la imagen de Vygotski pasó de la enfermedad al parto. “La psicología”, escribió, “está preñada de una disciplina general, pero aún no la ha entregado” (p. 232). La mariposa estaba a punto de salir del capullo; el polluelo estaba a punto de abandonar el nido. La psicología práctica había llevado a la psicología a un punto sin retorno. “Está presionando mucho a la psicología y empujándola a dividirse en dos ciencias. Garantiza el correcto desarrollo de la psicología materialista en el futuro” (p. 308).

Entonces, la creación de la psicología general implicaría separar las dos psicologías contradictorias y entregar una ciencia materialista que unificara la metodología y la práctica. Es importante enfatizar que Vygotski no consideraba la “metodología” como una mera cuestión de técnica: describió la metodología como “la teoría del método científico”, “construida sobre una base histórica” (p. 236), en la que “la práctica y la filosofía se están volviendo” unidos (p. 308).

La crisis de la psicología fue una señal, entonces, de que había llegado el momento de algo nuevo. Wertsch (1985) sugirió que la nueva Unión Soviética inmediatamente después de la revolución de 1917

 

brindó a Vygotski y a otros jóvenes académicos oportunidades y desafíos que aún no tienen paralelo en el siglo XX. Se les pidió que reformularan disciplinas enteras de acuerdo con los principios filosóficos marxistas, y se les pidió que crearan ciencias que pudieran ayudar en la construcción de una nueva sociedad socialista. (pág. 1)

 

Sin embargo, caracterizar la oportunidad solo en términos de lo que se “pidió” que hiciera Vygotski sería engañoso. Evidentemente, el propio Vygotski consideró que el momento histórico mismo le brindaba la oportunidad, por el hecho de que vivía en un momento de cambio social profundamente significativo, que requería y hacía posible una nueva forma de investigación científica. “Hemos llegado, así, a una situación indiscutiblemente histórica” (1926–27/2004, p. 198). Vygotski escribió que

 

nuestra ciencia entrará en la nueva sociedad en cuyo umbral comienza a tomar forma. Nuestra ciencia no pudo ni puede desarrollarse en la vieja sociedad. No podemos dominar la verdad sobre la personalidad y la personalidad misma mientras la humanidad no haya dominado la verdad sobre la sociedad y la sociedad misma. En cambio, en la nueva sociedad nuestra ciencia ocupará un lugar central en la vida. “El salto del reino de la necesidad al reino de la libertad” pone inevitablemente en el orden del día la cuestión del dominio de nuestro propio ser, de su sujeción al yo. . . . De hecho, será la última ciencia en el período histórico o prehistórico de la humanidad. La nueva sociedad creará al nuevo hombre. Cuando se menciona la remodelación del hombre como un rasgo indiscutible de la nueva humanidad y la creación artificial de un nuevo tipo biológico, entonces esta será la única y primera especie en biología que se creará a sí misma. . . . En la sociedad futura, la psicología será efectivamente la ciencia del hombre nuevo. Sin esto, la perspectiva del marxismo y de la historia de la ciencia no estaría completa. (pág. 343)

 

Fue Marx quien había "dominado la verdad sobre la sociedad y la sociedad misma". Ahora bien, una psicología marxista podría “dominar la verdad sobre la personalidad y la personalidad misma” (p. 343).

 

Dominar la necesidad para lograr la libertad

La noción de que el estudio de la historia permite a los humanos dar el “salto” de ser objetos del proceso histórico a convertirse en sus agentes, fue fundamental para la concepción de la historia de Vygotski, y vemos que también fue fundamental para sus explicaciones sobre el desarrollo infantil. Vygotski estaba citando a Engels (1877/1966), escribiendo sobre la relación entre libertad y necesidad:

 

La propia organización social de los hombres, que hasta ahora se ha opuesto a ellos como arbitrariamente decretada por la Naturaleza y la historia, se convertirá entonces en un acto voluntario de los hombres mismos. Las fuerzas externas y objetivas que hasta ahora han dominado la historia, pasarán entonces a estar bajo el control de los hombres mismos. Sólo a partir de aquí los hombres, con plena conciencia, elaborarán su propia historia; sólo a partir de aquí las causas sociales puestas en movimiento por los hombres tendrán predominantemente y en medida cada vez mayor los efectos deseados por los hombres. Es el salto de la humanidad del reino de la necesidad al reino de la libertad. (págs. 301 y 302)

 

En esta concepción de la historia, la libertad y la necesidad se interrelacionan de manera compleja. El estudio científico de las leyes objetivas de la historia nos permite, en apariencia paradójicamente, usar estas leyes para ser libres. Podemos pasar de ser los objetos de la historia a ser sus agentes conscientes. Es la necesidad misma de estas leyes lo que permite la libertad: una vez que las identificamos podemos dominarlas. De hecho, nuestro conocimiento científico es en sí mismo un producto necesario de la historia. Engels (1877/1966) atribuyó esta visión a Hegel:

 

Hegel fue el primero en establecer correctamente la relación entre libertad y necesidad. Para él, la libertad es la apreciación de la necesidad. “La necesidad es ciega sólo en la medida en que no se comprende”. La libertad no consiste en el sueño de la independencia de las leyes naturales, sino en el conocimiento de estas leyes, y en la posibilidad que esto da de hacerlas funcionar sistemáticamente hacia fines definidos. Esto vale tanto en relación con las leyes de la naturaleza externa como con las que gobiernan la existencia corporal y mental de los hombres mismos, dos clases de leyes que podemos separar una de otra a lo sumo sólo en el pensamiento pero no en la realidad. Por lo tanto, la libertad de la voluntad no significa más que la capacidad de tomar decisiones con conocimiento real del sujeto. (pág. 125)

 

La referencia aquí es a un pasaje en la Enciclopedia de Filosofía de Hegel (1812/1904) donde rechaza tanto el determinismo ciego como una providencia divina completamente libre:

 

La necesidad es ciega sólo mientras no se comprenda. Nada hay, pues, más erróneo que la acusación de ciego fatalismo que se hace a la Filosofía de la Historia, cuando toma por problema comprender la necesidad de todo acontecimiento. . . . Si el hombre viera, por el contrario, que todo lo que le sucede es sólo el resultado de sí mismo, y que sólo carga con su propia culpa, sería libre, y en todo lo que le sobreviniera tendría la conciencia de que no sufrió ningún mal. . . . . Es su visión de la necesidad, por tanto, la que está en la raíz del contento y el descontento de los hombres, y que de esa manera determina su propio destino. (págs. 269, 271)

 

Vygotski estaba extendiendo una poderosa línea de análisis. El marxismo ya había proporcionado el conocimiento necesario para controlar la organización social y hacer un nuevo tipo de sociedad. Lo que ahora se necesitaba, y ahora era posible, era "el dominio de nuestro propio ser": el control de la organización psicológica humana y la creación del "hombre nuevo". El enfoque de la nueva psicología general sería “las leyes. . . que rigen la existencia corporal y mental de los hombres mismos”. El conocimiento de estas leyes haría del hombre “arquitecto de su propia fortuna” (Hegel, 1812/1904, p. 271).

Por supuesto que habría obstáculos en el camino. Marx (1867/1906) escribió sobre el “objetivo último” de su análisis en El Capital:

 

Incluso cuando una sociedad ha tomado el camino correcto para el descubrimiento de las leyes naturales de su movimiento —y el objetivo último de este trabajo es poner al descubierto la ley económica del movimiento de la sociedad moderna—, tampoco puede despejarse a pasos agigantados, ni eliminar mediante disposiciones legales, los obstáculos que ofrecen las sucesivas fases de su normal desarrollo. Pero puede acortar y disminuir los dolores de parto. (págs. 14 y 15)

 

Se puede considerar que Vygotski tiene como objetivo aliviar los dolores de parto de la nueva Unión Soviética socialista proporcionando las herramientas con las que formar el "hombre nuevo" necesario para tal sociedad. Luria (1979) escribió sobre los esfuerzos por “una reconstrucción científica de la vida” (p. 30) que comenzaron después de la Revolución de Octubre. Yaroshevski (1989) insistió en que Vygotski estaba “haciendo su propia contribución a la formación de hombres capaces de reconstruir el mundo sobre los principios del bien, la justicia y la belleza” (p. 66) y esto lo transformó en “Vygotski el psicólogo, guiado por la firme convicción de que sólo la ciencia exacta podría crear, al descubrir las causas y leyes que rigen el comportamiento, al hombre del nuevo mundo social” (p. 66). La nueva psicología sería una herramienta central para la nueva sociedad. Con su ayuda, el “hombre nuevo” podría comprender y dominar conscientemente las leyes de su propia formación.

 

LA CONCEPCIÓN DE VYGOTSKI DE LA HISTORIA

La Crisis es de hecho un buen lugar para comenzar, porque encontramos a Vygotski no simplemente hablando de historia sino haciendo historia. Yaroshevski (1989) lo llamó “el primer filósofo e historiador soviético de la psicología” (p. 28). A primera vista, esto parece simplemente otra declaración de los múltiples intereses y logros de Vygotski: Vygotski como Mozart. Pero dentro del contexto de Marx y Hegel, ser un “filósofo e historiador de la psicología” no es algo que Vygotski fuera además de ser un estudioso del desarrollo infantil. Recuérdese que “la única ciencia es la historia”. Era crucial identificar la “base histórica” sobre la cual construir la metodología que sería central para una psicología marxista. Para Vygotski, la creación de una psicología marxista era en sí misma una “tarea histórica”. Era necesario un análisis histórico  

 

Para ver la legalidad del choque de ideas y opiniones que se está produciendo. . . ver un anteproyecto ordenado de las opciones fundamentales relativas al desarrollo de la ciencia, un sistema de las tendencias objetivas que son inherentes a las tareas históricas planteadas por el desarrollo de la ciencia y que actúan a espaldas de los diversos investigadores y teóricos con la fuerza de un resorte de acero. (Vygotsky, 1926–27/2004, pág. 253)

 

Analizar la historia de la psicología, entonces, era revelar sus tendencias objetivas subyacentes y trazar el camino que habían determinado. El conocimiento de las leyes históricas de la psicología permitió el reconocimiento y diagnóstico de su crisis. El significado histórico de esta crisis fue el dualismo subyacente de la psicología, la contradicción en su corazón, que las preocupaciones prácticas habían puesto a prueba y exacerbado. Esta es evidentemente una historia “marxista”, aunque puede deberle mucho a Hegel, Lenin, Trotski y otros.3

 

3Este enfoque histórico fue, por supuesto, más desarrollado por Luria, Leóntiev, Holzkamp y otros. Sin embargo, mi discusión en este artículo se limita a la formulación de la psicología general de Vygotski y no a la forma en que se llevó a cabo su proyecto.

 

Hablar de crisis, que a primera vista podría parecer meramente una estrategia retórica en sintonía con el discurso revolucionario de la época, tenía para Vygotski un significado “metodológico” crucial. Comprender la lógica detrás de la escena hizo posible crear algo nuevo: “Apunta a la posibilidad de una metodología científica construida sobre una base histórica” (Vygotsky, 1926–27/2004, p. 236). La “tarea histórica” quedó clara: la “realización de la psicología como ciencia”. Esta ciencia no seguiría automáticamente; su existencia no estaba garantizada. Era necesaria la acción humana, la voluntad y la determinación humanas; el cirujano debe actuar en base al diagnóstico. Pero conocer la historia de la psicología ofrecía la posibilidad de dominarla. La conciencia de las leyes de sus tendencias objetivas ofrecía la oportunidad de finalmente liberarse de ellas. Para la psicología, podría haber un fin a sus contradicciones; sus dualismos podrían trascender mediante la creación de una psicología general. No era posible una tercera vía; debe darse un salto cualitativo en el que se corte el idealismo. Habría, entonces, un final para la historia de la psicología.4

 

4¿Vygotski leyó a Marx y Hegel como si creyeran que habrá un final para la historia? Este es un tema complejo, que abordo en Packer (2006).

 

En el marxismo soviético, la investigación —tanto la filosofía como la ciencia (y el término ruso para ciencia, nauka, significa algo mucho más amplio que las ciencias naturales)— era la actividad de captar y comprender la lógica de la historia (Bakhurst, 1991). El marxismo es una filosofía de la historia y una filosofía históricamente situada. Al mismo tiempo es también una filosofía de la práctica y una filosofía práctica. La “tarea histórica” era también una tarea práctica: “Toda ciencia surge de demandas prácticas y está, en última instancia, dirigida también hacia la aplicación práctica. Marx ha dicho que era suficiente que los filósofos hubieran interpretado el mundo, ahora es el momento de cambiarlo” (Vygotsky, 1926/1997a, pp. 9-10).

 

LA TAREA HISTÓRICA: UNA PSICOLOGÍA MARXISTA GENUINA

En Crisis también vemos el esbozo de Vygotski de la nueva psicología. ¿Cuál era el carácter de esta “psicología real” que sólo podía desarrollarse en el nuevo estado soviético y que podía “dominar la verdad de la personalidad y la personalidad misma”? Hemos visto que crucial para la nueva psicología era que derribaría las dicotomías de la historia de la psicología —dualismos físico/espiritual, mental/material, causal/semántico, explicación/comprensión— en una concepción integral y materialista del ser humano. Las dos psicologías habrían sido rebanadas, la psicología idealista eliminada y la psicología empirista —la ciencia natural— se habría convertido en una psicología materialista, una ciencia dialéctica. (Así que no fue el caso que, como sugirió Toulmin, 1978, “Vygotski buscó reintegrar las ciencias supuestamente separadas de los fenómenos 'naturales' y 'culturales'”). Esta psicología general lograría una unidad dialéctica, no en una síntesis de dos psicologías sino en una síntesis de metodología y práctica.

El vínculo entre la superación del dualismo teórico y la construcción de una psicología con consecuencias revolucionarias puede no ser evidente de inmediato. Lo que los conecta es la noción de que las concepciones del ser humano llevan dentro de sí mismas el potencial de fomentar o extinguir la iniciativa y la agencia humana. Para Vygotski, las explicaciones causales y deterministas del pensamiento humano, la emoción y otras capacidades psicológicas encierran a los humanos en un círculo sin esperanza del que no podemos escapar. Pero igualmente, las explicaciones intencionalistas del funcionamiento cognitivo humano lo desconectan del mundo real. Como objeto de las ciencias naturales, la vida humana parece ser algo sin sentido, sin ningún valor o propósito. Como objeto de una fenomenología descriptiva, las experiencias humanas parecen carecer de vida real, están despojadas de su corporeidad y han sido abstraídas de los dramas cotidianos del mundo real. Ambas formas de investigación, ambos lados del dualismo, roban a los humanos la capacidad de ser agentes libres. La psicología de Vygotski (1930/1994) presumía, en cambio, que un ser humano tiene “un potencial infinito para el dominio sobre la naturaleza y el desarrollo de su propia naturaleza”. Su psicología general, entonces, estaba destinada a contribuir al proyecto histórico de forjar una sociedad socialista.

Esta sería una psicología marxista, aunque Vygotski se mostró reacio a usar este nombre. La última sección de Crisis trata de la cuestión de cómo llamar a esta psicología general. En el sentido preciso, la psicología todavía “no existe” (Vygotsky, 1926–27/2004, p. 334), por lo que un nombre “nuevo” no era apropiado. Tampoco necesitaba distinguirse de otras ramas de la psicología con la etiqueta “objetivo” o “la psicología del comportamiento”, porque esas otras ramas habían sido eliminadas. “La psicología marxista no es una escuela entre escuelas, sino la única psicología genuina como ciencia. Una psicología distinta a esta no puede existir” (p. 342). Finalmente, el término marxista era innecesario porque era evidente: marxista debería ser "sinónimo de 'veraz' y 'científico'" (p. 342).

 

Será mejor que dejemos que otros digan de nuestra psicología que es marxista que llamarla así nosotros mismos. Lo ponemos en práctica y esperamos un poco con el plazo. En última instancia, la psicología marxista aún no existe. Debe entenderse como una meta histórica, no como algo ya dado. (pág. 340)

 

Pero Vygotski también se esforzó por distinguir la psicología general que imaginó de la llamada psicología marxista de Plejánov, Frankfurt y otros. Criticó cualquier esfuerzo por resolver las contradicciones en psicología ofreciendo una "tercera vía". “Nadie discute que la psicología general no será una tercera psicología añadida a las dos partes en pugna, sino una de ellas” (p. 299). Describió en detalle los problemas con tres propuestas diferentes para una "tercera vía": la psicología de la gestalt, el "personalismo" de Stern y la "psicología marxista" de Plejánov y otros. Este último, argumentó Vygotski (1926–27/2004), estaba “buscando, en primer lugar, en el lugar equivocado; en segundo lugar, por el objeto equivocado; en tercer lugar, de manera incorrecta” (p. 312).

La psicología marxista de Plejánov estaba buscando en el lugar equivocado porque no había apreciado la necesidad de articular “una metodología consumada de la psicología” (Vygotsky, 1926–27/2004, p. 312). Estaba buscando algo incorrecto al buscar una "fórmula ontológica pomposa" en lugar de "una fórmula que nos serviría en la investigación" (p. 312); buscando con impaciencia respuestas que sólo llegarían después de muchos años de investigación. Miraba mal al proceder “por principios autoritarios” en lugar de “de manera crítica, libre e investigativa” (p. 312). Y “estos tres defectos se derivan de una causa común: una mala comprensión de la tarea histórica de la psicología y el significado de la crisis” (p. 313).

Estos psicólogos marxistas habían llegado a un método que llamaron "análisis", que implicaba el estudio contemplativo de casos individuales. Afirmaron que la ciencia natural procede de manera inductiva, mientras que la mente debe estudiarse a través del análisis. En opinión de Vygotski, solo habían logrado reproducir el mismo viejo dualismo. Pero insistió en que “el método analítico es, en principio, demasiado importante para el desarrollo de toda la psicología social, como para presentarlo sin dar un golpe” (Vygotsky, 1926–27/2004, p. 316). No quería perder el análisis ante el introspeccionismo, no quería rendirlo antes de que se hubiera asestado un golpe en su defensa. Vygotski argumentó que la ciencia natural también procede a través del estudio de casos individuales. No hace esto para generalizar por medio de la inducción, porque el análisis es la “forma más alta” de la inducción, y como tal “contradice su esencia [de la inducción] (repetición)” (p. 317). El análisis es una forma de inducción que no requiere el estudio repetido de múltiples casos individuales porque estudia el caso particular no como particular, sino desde un punto de vista especial que ve las propiedades generales que se realizan en él. Establecemos de antemano (aunque provisionalmente) la clase general que representa nuestro caso particular. Por ejemplo, al estudiar la salivación en perros, Pávlov había estudiado los reflejos en general, en los animales en general. “Pávlov abstrajo al máximo el fenómeno que estudió de las condiciones específicas del fenómeno particular. Percibió brillantemente lo general en lo particular” (Vygotsky, 1926–27/2004, p. 317). El grado de extensión de tales hallazgos se determina de antemano; no es que uno tenga que estudiar más casos para descubrir cuánto puede generalizar. Por supuesto, agregó Vygotski, determinar los límites de la generalización es un asunto complicado y continuo, nunca definitivo. Y el análisis no conduce a esencias, sino a “generalizaciones que tienen límites y grados” (p. 321).

Vygotski (1926–27/2004), entonces, visualizó la psicología general como un estudio detallado de casos individuales por medio del análisis y la experimentación (“un análisis en acción”; p. 319). (Señaló que comenzó esto en sus propios estudios de fábulas). “Debemos reconquistar el derecho de la psicología a examinar lo que es especial, el individuo como un microcosmos social, como un tipo, como una expresión o medida de la sociedad” (pág. 317). El análisis se encuentra en la intersección de la metodología y la práctica: es el estudio exhaustivo de un solo caso en todas sus conexiones, tomado como un microcosmos social. Implica lo que Marx (siguiendo a Hegel) llamó “abstracción”:

 

Marx [1867/1977, p. 90] dice esencialmente lo mismo cuando compara la abstracción con un microscopio y las reacciones químicas en las ciencias naturales. Todo Das Kapital está escrito según este método. Marx analiza la “célula” de la sociedad burguesa —la forma del valor de la mercancía— y muestra que un cuerpo maduro puede estudiarse más fácilmente que una célula. Discierne la estructura de todo el orden social y todas las formaciones económicas en esta célula. Él dice que 'para los no iniciados, su análisis puede parecer una sutileza en los detalles. De hecho, estamos tratando con detalles, pero también con detalles como la anatomía microscópica”. Aquel que puede descifrar el significado de la célula de la psicología, el mecanismo de una reacción, ha encontrado la clave de toda la psicología. (pág. 320)

 

Una ciencia, insistía Vygotski, no estudia las apariencias sino lo que realmente existe. La óptica, por ejemplo, estudia las superficies de los espejos y los rayos de luz, no las imágenes que vemos en el espejo, pues estas últimas son fantasmas. Del mismo modo una psicología científica debe estudiar los procesos reales que dan lugar a las apariencias. Por lo tanto, cualquier fenomenología descriptiva e intuicionista que trate la conciencia como una apariencia (como había hecho Frankfurt) debe ser rechazada. ¿Qué existe realmente? Un materialista sostiene que tanto el cerebro como la conciencia existen. Vygotski (1926–27/2004) citó a Lenin (1909/1960–78) en el sentido de que lo que es materia, lo que es objetivo, es lo que existe independientemente de la conciencia humana. Y, en apariencia paradójicamente, la conciencia puede existir fuera de nuestra conciencia: porque podemos ser conscientes sin ser autoconscientes. Puedo ver sin saber que veo. De modo que una psicología general puede, de hecho debe, estudiar la conciencia como algo que existe objetivamente.

Pero para conocer la conciencia no podemos confiar en la introspección porque en el autoexamen la mente se divide en sujeto y objeto: surge un dualismo en el acto de autorreflexión. No podemos establecer una ciencia psicológica sobre la base de lo que experimentamos directamente (como intentó hacer Husserl); debe basarse en el conocimiento. “Ninguna ciencia es posible sin separar la experiencia del conocimiento” (Vygotsky, 1926–27/2004, p. 325). El conocimiento es el resultado del análisis.

“La única aplicación legítima del marxismo a la psicología sería crear una psicología general” (Vygotsky, 1926-27/2004, p. 329), pero lo que esto requería no era la aplicación directa del materialismo dialéctico (demasiado abstracto) ni la aplicación del materialismo histórico (demasiado específico). El materialismo histórico era apropiado para la sociología, pero la psicología “necesita una teoría aún no desarrollada pero inevitable del materialismo biológico y del materialismo psicológico como una ciencia intermedia que explica la aplicación concreta de las tesis abstractas del materialismo dialéctico al campo de fenómenos dado”. (pág. 330). Esta ciencia intermedia sería “una crítica de la psicología” (p. 331); esta “teoría del materialismo psicológico o dialéctica de la psicología es lo que yo llamo psicología general” (p. 330). No sería tomar de Marx, sino aprender de Marx. Para ello “debemos crear nuestro propio Das Kapital” (p. 330).

 

No quiero aprender lo que constituye la mente gratis, escogiendo un par de citas, quiero aprender de todo el método de Marx cómo construir una ciencia, cómo abordar la investigación de la mente. . . . Das Kapital debe enseñarnos muchas cosas, tanto porque una psicología social genuina comienza después de Das Kapital como porque la psicología actual es una psicología anterior a Das Kapital. (pág. 331)

 

Entonces, el análisis científico de la crisis proporcionó a Vygotski una comprensión de “la tarea histórica de la psicología”, y esto lo llevó a proponer una psicología marxista que emplearía una metodología de análisis y abstracción (buscando en el lugar correcto); una fórmula ontológica en la que tanto el cerebro como la conciencia son reales y materiales (mirar lo correcto); y un “materialismo psicológico” informado por, pero no idéntico, al materialismo histórico de El Capital (mirando de la manera correcta). La Crisis debe leerse como un prolegómeno de esta psicología marxista: Vygotski fue explícito en que se necesitaría mucho trabajo y esfuerzo para realizarla.

 

La psicología de Vygotski del desarrollo infantil

A partir de este esquema, queda claro que esta psicología general es la psicología del desarrollo infantil de Vygotski. Era la investigación de los temas de la psicología —memoria, cognición, personalidad, etc.— pero estudiados genéticamente: es decir, en la historia de su desarrollo. Mientras que en los Estados Unidos normalmente vemos la psicología del desarrollo como una subdisciplina especializada, para Vygotski la importancia de la historia, de emplear un enfoque genético, significaba que la psicología del desarrollo era la forma verdaderamente general de la psicología. Como investigación genética, también implica una concepción de la historia.

También está claro que Vygotski continuó trabajando hasta su muerte para articular y elaborar esta psicología general, por lo que es imposible evaluarla como un todo completo. Pero podemos hacer algunas declaraciones generales, primero sobre la psicología en sí, luego sobre la "historia infantil" que ofrece. Implicaba un “análisis” que, como hemos visto, es el estudio detallado, idiográfico —podríamos decir cualitativo— de casos individuales para discernir las leyes generales, las tendencias objetivas que subyacen a las múltiples apariencias del desarrollo (p. ej., Vygotsky, 1931/1997b). Superaría así los dualismos de la teoría del desarrollo. Fue impulsado por preocupaciones prácticas: centralmente, educación y "defectología". Buscó el dominio de las leyes de la psicología humana para lograr una transformación cualitativa de la especie humana.

 

Tendencias objetivas del desarrollo del niño

Vygotski fue bastante explícito en que su psicología buscaría explicaciones de los fenómenos mentales rastreando su génesis. No era suficiente conceder simplemente que estos fenómenos psicológicos tienen un desarrollo histórico; uno podría hacer esto y luego trazar una distinción entre aspectos diacrónicos y sincrónicos y decidir que la psicología necesita tratar sólo con estos últimos. La visión de Vygotski era muy diferente: la psicología general explicaría los fenómenos psicológicos precisamente rastreando su historia, proporcionando una explicación genética. El objetivo general de la psicología del desarrollo infantil de Vygotski era comprender, por medio de la experimentación y el análisis, las tendencias objetivas que operan "detrás" del desarrollo psicológico. Vygotski (1926–27/2004) escribió: “Una investigación general establece, en última instancia, leyes y hechos objetivos” (p. 252).

 

Superar el dualismo de la psicología del desarrollo

La psicología infantil de Vygotski buscaba evitar el dualismo de la teoría del desarrollo. El atractivo que inicialmente tuvo para él la obra de Pávlov fue precisamente que prometía trascender la dicotomía de lo biológico y lo social. Un reflejo condicionado es una conexión biológica de estímulo-acción que ha sido modificada por factores socioculturales de modo que se ha vuelto tanto biológica como sociocultural. El trabajo de Pávlov parecía ofrecer una forma de superar el idealismo de la Rusia prerrevolucionaria; la reflexología era tanto una ciencia natural (ofrecía explicaciones causales; empleaba métodos objetivos) como una ciencia histórica. Vygotski escribió en su prefacio a Psicología Educativa (1926/1997a), “El término reflejo condicional es el nombre dado a ese mecanismo que nos lleva de la biología a la sociología y hace posible comprender la esencia misma y la naturaleza del proceso educativo” (pág. xvii).

 

Las preocupaciones prácticas de la enseñanza y la defectología

El estudio de Vygotski sobre el desarrollo de los niños fue impulsado por sus preocupaciones prácticas con la educación y la defectología. Entre 1917 y 1924 trabajó como profesor en escuelas públicas, incluida la Escuela Laboral Soviética y la Escuela de Profesores de Gómiel (Van der Veer & Valsiner, 1991). En el prefacio de Psicología de la educación, Vygotski (1926/1997a) escribió que el proceso educativo debía “comprenderse como uno que involucra la reorientación social de formas biológicas de comportamiento” (p. xix). Quería dar “el primer paso en el camino hacia la construcción de un sistema científico objetivo y riguroso de psicología educativa” (p. xix). Esto sería una ciencia aplicada, una ciencia práctica. “Ahora, cuando la psicología ha comenzado a estudiar el comportamiento, es natural preguntarse cómo alterar el comportamiento. La psicología educativa es también una ciencia de las leyes de variación del comportamiento humano y de los medios para dominar estas leyes” (p. 10). El estudio del desarrollo infantil no generaría simplemente un conjunto de datos o una teoría independiente y desinteresada; sería una herramienta social, diseñada para cumplir un propósito práctico, y se le pediría que demostrara “su capacidad para cambiar realmente el comportamiento, para darle nuevas formas al comportamiento basándose en el conocimiento verificado objetivamente de sus causas, determinantes y mecanismos” (Yaroshevsky, 1989, pág. 63). Vygotski concluyó su libro con estas palabras:

 

En la medida en que el propio proceso pedagógico se transforma a la luz del conocimiento científico, se altera toda idea sobre el fundamento y naturaleza de la educación. Sobre todo, el concepto mismo de educación se ha ampliado. La preocupación no es simplemente la educación, sino la “reforja de los hombres”, en la expresión de Trotski. . . . Así se hace comprensible la naturaleza creativa del proceso educativo, dirigido no al simple cultivo de datos naturales, sino a la creación de vida humana “sobrenatural”. (pág. 347)

 

Dominio de las Leyes del Desarrollo Psicológico

Estas preocupaciones prácticas no eran simplemente la aplicación de las leyes del desarrollo psicológico, sino su superación. La práctica “exigió una teoría ‘que produjera una subordinación y dominio sobre la psique, y un control artificial sobre el comportamiento’” (como se cita en Yaroshevsky, 1989, p. 15). En última instancia, sugirió Vygotski, comprender los principios del comportamiento humano a través de la investigación científica conduciría a “la creación artificial de un nuevo tipo biológico” (1926–27/2004, p. 343). Sugirió que el control humano sobre la naturaleza, incluida nuestra propia naturaleza, sería tan poderoso que seríamos capaces de transformar nuestra propia biología y eliminar la vejez y la enfermedad. Este no es el lugar para debatir la probabilidad de tal posibilidad, o su ética, sino simplemente para señalar que Vygotski vio claramente su propio trabajo como una contribución a tal transformación. En su propio proyecto y el de sus compañeros de trabajo, estaba interesado en dominar la naturaleza humana lo suficiente como para modificar no nuestra biología sino simplemente nuestra psicología, pero sin embargo su interés era de hecho uno de dominio y transformación. Así como Marx había buscado comprender la historia de la sociedad para transformarla, así la psicología general buscó comprender la historia del ser humano para permitirnos alterarnos a nosotros mismos.

 

LA NARRACIÓN DE VYGOTSKI DE LA “HISTORIA DEL NIÑO”

La “psicología general” de Vygotski era, entonces, una psicología del desarrollo que ofrecía explicaciones genéticas de las funciones psicológicas. Al hacerlo, relató la historia de la génesis de la mente, lo que Scribner (1985) llamó “historia del niño”. Ahora debemos preguntarnos qué forma tomó esta historia. Creo que la concepción de la historia evidente en Crisis muestra los textos de Vygotski sobre el desarrollo infantil bajo una nueva luz. Tengo espacio aquí para ofrecer sólo algunas observaciones preliminares y provisionales, que deben ser desarrolladas en detalle en otro lugar.

 

Ontogénesis como la historia de la consciencia, no del conocimiento

No creo que sea posible poner demasiado énfasis en la noción, central en el concepto de ontogénesis de Vygotski, de que así como la sociedad humana tiene una historia, también la tiene la conciencia personal. Esta noción va en contra de gran parte de nuestro sentido común, así como de la mayoría de nuestras teorías psicológicas. La división entre percepción y cognición perpetúa la concepción, una idea errónea, desde el punto de vista de Vygotski, de que la percepción, nuestra conciencia del mundo, es simplemente una entrada directa y verídica de datos no interpretados del mundo. Tendemos a suponer que, aunque nuestro pensamiento sobre el mundo cambie y se vuelva más sofisticado a medida que nos desarrollamos, nuestra conciencia de él sigue siendo la misma. Pero al igual que Marx y Hegel, Vygotski vio que nuestra conciencia se desarrolla.

Ya hemos visto que Vygotski consideraba fundamental para la psicología general que se ocupara de la conciencia, científicamente y no a través de la introspección. Se esforzó en argumentar que la conciencia es algo real y objetivo, incluso material. En términos modernos, la conciencia es una propiedad emergente, no un epifenómeno. Como consecuencia, su descripción del desarrollo infantil debe leerse, sugiero, no como una historia de la adquisición o incluso de la construcción del conocimiento, o de la apropiación de herramientas culturales, sino como un rastreo de las tendencias objetivas en el desarrollo de la conciencia.

Este no es el estudio de algún reino interior, porque eso equivaldría a una recaída en el dualismo. Vygotski, está claro, quería ubicar la conciencia en la interacción entre la persona y el medio ambiente. Citó a Marx: “'Mi relación con mi entorno', dice Marx, 'es mi conciencia'” (Vygotsky, 1930/1994).5 Este enfoque en la conciencia puede verse incluso en los primeros escritos de Vygotski sobre el reflejo, donde sugiere esa conciencia comienza cuando se interrumpe un reflejo. Habiendo llegado a creer que la reflexología de Pávlov todavía era dualista, reelaboró la teoría del reflejo para superar la distinción entre subjetividad y comportamiento. Al hacer esto, se centró en los reflejos "latentes" o "interiorizados" y argumentó que cuando se inhibe un reflejo se gana algo:

 

Por la subdivisión y supresión de un reflejo. . . nuestra reacción gana en términos de flexibilidad, sutileza y complejidad de sus interrelaciones con los elementos del mundo. . . . El pensamiento juega el papel de guía anticipada de nuestro comportamiento. . . [y] se desvanece toda distinción entre el tipo de comportamiento deliberado o consciente y el tipo reflexivo o instintivo. (Vygotsky, 1926/1997a, págs. 165–166)

 

5 La referencia parece ser a Marx y Engels (1845/1947, p. 19). Avineri (1968) consideró que esta “identificación de la conciencia humana con el proceso práctico de la realidad moldeada por el hombre es un logro epistemológico e historiosófico de Marx” (p. 71). Marx y Engels (1845/1947) insistieron en que “la conciencia nunca puede ser otra cosa que existencia consciente, y la existencia de los hombres es su proceso de vida real” (p. 14). Esto, diría yo, es el mismo “realismo radical” que Bakhurst (1991) encontró en Lenin (1909/1960-1978).

 

Entre el estímulo y la respuesta inhibida se forma un “espacio interior” que es verdaderamente psicológico, no fisiológico, ya que el estímulo y la respuesta, que en el reflejo habían estado conectados de manera directa, sin mediación, ahora están mediados. Este enfoque en la conciencia continuó en el trabajo posterior de Vygotski.6

 

6Si la conciencia es un componente central de la “historia infantil”, debemos tener cuidado con las traducciones de los escritos de Vygotski. La nota de un traductor en Thinking & Speech señala: "Con la frase 'consciencia consciente' glosamos el ruso osaznanie, que Vygotski usa cuidadosa y consistentemente y lo distingue del término soznanie o conciencia". Vygotski aclara la diferencia entre los dos en varios puntos en el texto. . . . [Sin embargo] la traducción anterior de este volumen. . . tradujo ambos términos como ‘conciencia’, introduciendo una confusión que no se encuentra en el texto ruso original” (Vygotsky, 1934/1987, p. 388).

 

El desarrollo como superación, no como internalización

Vygotski vio el desarrollo infantil como un proceso a través del cual se superan las contradicciones. Describió esto en términos de la noción dialéctica de aufheben de Hegel, a menudo (pero inconsistentemente) traducida como “superación”. Vygotski (1931/1993) explicó la noción con referencia a dos términos rusos, sniatie y sjoronit:

 

Permítanme decir algunas palabras con respecto al concepto conocido como la superación de las leyes biológicas. La palabra rusa para este término, sniatie, a veces se malinterpreta. Fue tomada del alemán aufheben pero el alemán transmite un doble significado. Cuando la palabra superación se usa en relación con algún rasgo orgánico, esto no significa que ese rasgo se elimine. En lugar de eso, la característica se suprime y preserva, incrustada en algún lugar dentro; retrocede al fondo, dando paso a esos rasgos regulares que surgieron en etapas posteriores. (pág. 124)

 

De la nota de un traductor aprendemos que sniatie se traduce como "derribar", "cosechar" o "aliviar". En otra parte Vygotski (1931/1997b) escribió,

 

Hegel indica que debemos recordar el doble significado de la expresión alemana “quitar”. En esta palabra entendemos, primero, "remoción", "rechazo", y según esto decimos que las leyes son revocadas, "canceladas", pero la misma palabra también quiere decir "conservadas", y decimos que "salvará" algo. El significado dual del término “retirar” generalmente se traduce bien al ruso con la palabra sjoronit’ [enterrar], que también tiene un sentido positivo y negativo: destrucción y preservación. (pág. 81)

 

Cualesquiera que sean los términos utilizados, está claro que Vygotski veía el desarrollo infantil como un proceso en el que las formas anteriores se superan y preservan. Kozulin (1986) escribió que “Vygotski usó el término hegeliano. . . designar la transformación de las funciones naturales en funciones culturales” (p. xxv). En la historia de la sociedad humana, la evolución biológica ha sido superada (no reemplazada sino aufgehoben) por la evolución cultural. En la historia personal de la conciencia, de manera similar, las funciones naturales son superadas (no reemplazadas sino aufgehoben) por funciones socioculturales. La fenomenología de la mente de Hegel (1807/1967) fue un recuento del desarrollo dialéctico de la conciencia desde la simple certeza sensorial en adelante. También para Vygotski, la lógica, la historia personal del desarrollo infantil es una superación que pasa de los reflejos inconscientes a la conciencia de los objetos, a la autoconciencia y el autodominio, y finalmente al pensamiento científico que es consciente de la objetividad del mundo. Vygotski ofreció una explicación de cómo el niño, un organismo biológico, se vuelve primero consciente, luego autoconsciente y finalmente logra una forma científica de conciencia, como consecuencia de vivir en la cultura.

La génesis de las “funciones psicológicas superiores” se describe en los mismos términos. Incluso con estas sofisticadas funciones de orden superior, las conexiones estímulo-respuesta no dejan de operar, sino que “están sepultadas en la forma superior de la conducta, es decir, aparecen en ella de forma subordinada y críptica” (Vygotsky, 1931/ 1997b, pág. 81). Entre otras implicaciones, esto sugiere que Vygotski nunca “abandonó la opinión de que los comportamientos complejos se construyen sobre la base de unidades de estímulo-respuesta” (Minick, 1987, p. 23). Las nociones de fundación y construcción deben ser consideradas dialécticamente.

La superación también ocurre en la relación entre uno mismo y los demás. De crucial importancia para el crecimiento de la conciencia es el hecho de que existimos para los demás. Ya en su Psicología de la educación, Vygotski (1926/1997a) escribió que “somos conscientes de nosotros mismos solo en la medida en que somos otros para nosotros, es decir, de alguna manera ajenos a nosotros mismos” (p. 172). Este mismo principio está en funcionamiento, propongo, en lo que Vygotski (1931/1997b) llamó “la ley genética general del desarrollo cultural” (p. 106). Uno de los pasajes más citados de Vygotski (1930–31/1998) introduce esta ley:

 

Cada función en el desarrollo cultural del niño aparece en el escenario dos veces, en dos formas: primero como social, luego como psicológica; al principio como una forma de cooperación entre las personas, como grupo, una categoría intermental, luego como un medio de comportamiento individual, como una categoría intramental. Esta es la ley general para la construcción de todas las funciones mentales superiores. (pág. 169)

 

Esto generalmente se lee como una declaración sobre la "internalización", el cambio de "intermental" a "intramental" entendido como un movimiento de "exterior" a "interior". Sin embargo, curiosamente, el ejemplo que se suele ofrecer para ilustrar la ley: un niño intenta alcanzar un objeto sin éxito; su madre lo recupera; posteriormente, el alcance se convierte en un gesto de señalar: parece implicar que nada se vuelve "interior". Sugiero que la ley debería leerse más bien como una declaración sobre el carácter social de la conciencia. Vygotski (1931/1997b) introdujo el ejemplo de señalar con estas palabras: “Todo desarrollo cultural del niño pasa por tres etapas básicas que pueden describirse de la siguiente manera, usando el análisis de Hegel” (p. 104). Y lo siguió con estas palabras:

 

Así, podríamos decir que a través de los demás nos convertimos en nosotros mismos, y esta regla se refiere no sólo al individuo como un todo, sino también a la historia de cada función por separado. Esto también comprende la esencia del proceso de desarrollo cultural expresado en una forma puramente lógica. El individuo se vuelve para sí mismo lo que es en sí mismo a través de lo que manifiesta para los demás [cursivas añadidas]. Este es también el proceso de formación del individuo. (pág. 105)

 

Esto indica que lo que Vygotski entendía por “análisis de Hegel” era la dialéctica de “en-sí”, “para-otros” y “para-sí”. El niño es al principio consciente del objeto pero no consciente de su propio movimiento de alcance hacia él. El movimiento es “en sí mismo”. Otras personas, sin embargo, interpretan el alcance y captan su intención, por lo que es una dirección "para-otros". Su reacción permite que el niño tome conciencia de este movimiento, que ahora se convierte en un gesto dirigido conscientemente hacia las personas que pueden proporcionar el objeto. El movimiento se ha convertido en “para sí mismo”. La etapa “interna” se alcanza cuando el niño reconoce el significado social de su propio movimiento de alcance. Y “el niño es el último en reconocer su gesto” (p. 105). Finalmente, el movimiento se convierte en un gesto abreviado que el niño hace para sí mismo.

 

Pero el movimiento se convierte en gesto para sí mismo no de otro modo que siendo, en un principio, dirección para sí mismo, es decir, teniendo objetivamente todas las funciones necesarias para la dirección y el gesto para los demás, es decir, siendo pensado y entendido por las personas cercanas como una dirección. (pág. 105)

 

Incluso en sus discusiones sobre el "habla interna", la transición que Vygotski enfatizó no es el habla para uno mismo que se vuelve silencioso, sino el momento en que el habla para los demás se convierte en habla para uno mismo. Él (1930–31/1998) escribió que “el discurso egocéntrico es una forma de transición del discurso externo al interno” (p. 170). Es decir, el habla dirigida a los demás se transforma en habla en voz alta dirigida a sí mismo, antes de convertirse en habla muda dirigida a sí mismo, y “el habla egocéntrica del niño es un habla para sí mismo que cumple una función mental completamente diferente a la del habla externa” (p. . 170).

La función del habla ha cambiado antes de que se vuelva silenciosa. Entonces tiene sentido que Vygotski escribiera que “el habla se vuelve interna mentalmente antes de lo que se vuelve interna fisiológicamente” (p. 170). Volverse "mentalmente interno" es cambiar de estar dirigido por otros a ser egocéntrico, es decir, pasar de dirigir a otros a dirigirse a uno mismo. Volverse “fisiológicamente interno” es pasar de hablar en voz alta a hablar en silencio. El primero de ellos es un cambio de conciencia, el cambio del “en-sí” al “para-sí” (a modo de “para-otros”); el segundo es un cambio en la fisiología. En consecuencia, es ambiguo decir que “Vygotski afirmó que el habla interna permite a los humanos planificar para regular su acción” (Wertsch & Tulviste, 1992, p. 550); depende de a qué “interior” se esté refiriendo. El habla en voz alta pero egocéntrica hace esto primero; lo que posibilita la planificación no es que el discurso sea silencioso sino que sea autodirigido.

Entonces, lo que Vygotski enfatizó sobre el desarrollo infantil no fue la transferencia de algo “afuera” a “adentro”, sino lo que él (1925/1999) llamó la “sociologización” de la conciencia, la “primacía” del “momento social” de la conciencia:

 

Somos conscientes de nosotros mismos porque somos conscientes de los demás; y de manera análoga, somos conscientes de los demás porque en nuestra relación con nosotros mismos somos iguales a los demás en su relación con nosotros. Soy consciente de mí mismo sólo en la medida en que soy como otro para mí, es decir, sólo en la medida en que puedo percibir de nuevo mis propios reflejos como nuevos irritantes. Entre el hecho de que puedo repetir en voz alta una palabra dicha a mí mismo en silencio y el hecho de que puedo repetir una palabra dicha por otro no hay diferencia esencial, ni hay ninguna diferencia principal en sus mecanismos: ambos son reflejos reversibles, irritantes. Por tanto, una consecuencia directa de esta hipótesis será la “sociologización” de toda conciencia, el reconocimiento de que el momento social de la conciencia es primario en el tiempo y de hecho. El aspecto individual de la conciencia se construye como derivado y secundario, basado en lo social y exactamente de acuerdo con su modelo.

 

Autodominio: un salto cualitativo a las funciones psicológicas superiores

He argumentado que el marxismo de Vygotski es visible en su concepción de la historia. En el centro de esta concepción está la creencia de que el estudio científico de la historia nos permite conocer las leyes de sus tendencias objetivas y así superarlas, de modo que pasemos de ser objetos de la historia a ser sus agentes. Vygotski escribió sobre la “historia del niño” de la misma manera, como una relación dialéctica entre necesidad y libertad, determinismo y agencia, causalidad y voluntad. Como señaló Bruner (1987): “Creo que Vygotski tuvo que enfrentarse al tema de la voluntad. . . porque estaba tan dedicado al concepto de autorregulación, un concepto que exige que uno tome una posición sobre el tema de la voluntad” (p. 15).

Vygotski trazó un paralelismo explícito entre el dominio sobre su historia que una sociedad en su conjunto puede lograr y el autodominio que puede lograr un individuo: “Al igual que toda sociedad humana, la personalidad individual debe dar este salto adelante del reino de la necesidad a la esfera de la libertad, tal como la describe Engels” (Vygotsky, 1930/1994). Yaroshevski (1989) sostuvo que el interés de Vygotski por Spinoza y Shakespeare demostraba que incluso de joven, a la edad de 17 años,

 

se adhirió firmemente al principio de que la vida de un individuo separado estaba sujeta a la necesidad histórica, y que al mismo tiempo el individuo tenía un cierto valor propio, presuponiendo sus actos una cierta libertad de elección, una capacidad para asumir responsabilidades y jugar su papel en el drama social independiente de su voluntad. (pág. 35)

 

La voluntad y el autodominio están justo en el centro de la explicación de Vygotski sobre la génesis de las funciones psicológicas superiores. Consideró la capacidad de controlarse a sí mismo, de dominar las propias funciones psicológicas naturales, como la memoria y la percepción, como lo que hace posibles estas funciones superiores. En estos procesos superiores, el individuo no utiliza simplemente formas de cognición más sofisticadas, sino que actúa sobre sí mismo. El pensamiento complejo es un tipo de acción reflexiva. Es importante reconocer que con esta formulación de los procesos superiores Vygotski (1934/1987) mantuvo una estrecha conexión entre pensamiento y acción:

 

La forma superior de actividad está presente allí donde hay dominio de los procesos de la propia conducta y, en primer lugar, de sus funciones reactivas. Al someter a su voluntad el proceso de sus propias reacciones, el hombre entra así en una relación sustancialmente nueva con el entorno, llega a una nueva explotación funcional de los elementos del entorno como estímulos-signos que utiliza, dependiendo de medios externos, y dirige y controla su propio comportamiento, se controla a sí mismo desde afuera, obligando a los estímulos-signos a afectarlo, y provoca las reacciones que desea. (pág. 63)

 

Hay vínculos entre el desarrollo de la conciencia, la superación, el momento social y el autodominio. El autodominio es una cuestión de lograr la conciencia de los propios procesos psicológicos, y esto requiere que la conciencia tenga un momento social:

 

Al principio, toda forma superior de comportamiento es asimilada por el niño exclusivamente desde el aspecto externo. Desde el aspecto objetivo, esta forma de comportamiento ya incluye en sí misma todos los elementos de las funciones superiores, pero subjetivamente, para el propio niño que aún no ha tomado conciencia de ello, es un método de comportamiento puramente natural e innato. Es sólo debido al hecho de que otras personas llenan la forma natural de comportamiento con un cierto contenido social, para otros más que para el niño mismo, que adquiere el significado de una función superior. Finalmente, en el proceso de un largo desarrollo, el niño toma conciencia de la estructura de esta función y comienza a controlar sus propias operaciones internas ya dirigirlas. (Vygotsky, 1930–31/1998, pág. 171)

 

El meollo de la cuestión no es la interiorización, sino llegar a actuar sobre uno mismo como uno actúa sobre los demás, o como los demás actúan sobre uno. Uno debe ejercer su voluntad sobre sí mismo. Uno debe dominar las leyes objetivas del propio funcionamiento psicológico, y esto requiere un escenario social externo:

 

Toda función mental superior pasa necesariamente por una etapa externa de desarrollo porque la función es principalmente social. Este es el centro de todo el problema del comportamiento interno y externo. Muchos autores han señalado desde hace mucho tiempo el problema de la interiorización, la internalización del comportamiento. . . . Pero tenemos algo más en mente cuando hablamos de la etapa externa en la historia del desarrollo cultural del niño. Para nosotros llamar a un proceso "externo" significa llamarlo "social". Toda función mental superior era externa porque era social antes de convertirse en una función interna, estrictamente mental; antes era una relación social de dos personas. El medio de actuar sobre sí mismo es inicialmente un medio de actuar sobre otros o un medio de acción de otros sobre el individuo. (Vygotsky, 1931/1997, p. 105)

 

Los conceptos científicos también son consecuencias del autodominio. Creo que aquí también se ha malinterpretado a Vygotski. A menudo se considera que su posición es que los conceptos se basan en el pensamiento verbal y el significado de las palabras. De hecho, las palabras están involucradas, pero nuevamente el énfasis de Vygotski está en otra parte:

 

Fundamental para el proceso de formación de conceptos es el dominio del individuo de sus propios procesos mentales a través del uso funcional de la palabra o signo. Este dominio de los procesos de la propia conducta a través de medios auxiliares alcanza su forma definitiva sólo en la adolescencia. (Vygotsky, 1934/1987, pág. 132)

 

Van der Veer y Valisner (1991) sugirieron que “los conceptos científicos. . . llevar al niño a la realización consciente y al uso deliberado de sus propias operaciones mentales” (p. 277), pero la opinión de Vygotski era la contraria: los conceptos requieren una selección y atención deliberadas, y se derivan del control y dominio de los procesos del propio pensamiento (cf. 1930–31/1998, p. 64ff; 1931/1997b, p. 203ff). Cuando los educadores informados científicamente fomentan las funciones psicológicas superiores, lo hacen fomentando una conciencia humana capaz de elección libre y deliberada.

 

LA RELEVANCIA DE VYGOTSKI

He sugerido que la psicología de Vygotski era principalmente marxista en su concepción de la historia. He descrito esta concepción como es evidente en el análisis y diagnóstico de la crisis de la psicología, y la creación de una psicología general marxista como la tarea histórica definida por esta crisis. He esbozado cómo esta psicología general se ubicaba en la historia, como parte de un proyecto histórico, y he esbozado el relato de la “historia infantil” que Vygotski comenzó a escribir. He propuesto que, cuando se lee a la luz de la concepción de la historia evidente en Crisis, el desarrollo infantil es una historia de conciencia, de superación y de autodominio.

Con tal concepción de la forma en que un niño se desarrolla para convertirse en un miembro adulto competente de la sociedad, ejerciendo un dominio apropiado de su propia conducta y actividad, Vygotski estaba de hecho “tejiendo la breve vida del individuo en la gran historia secular de la vida” del ser social . . . la macroescala de la vida de las personas a lo largo de las edades y . . . la microescala de los contactos rutinarios del individuo con sus hermanos” (Yaroshevsky, 1989, p. 80), trabajando “para entretejer tres hilos de la historia—la historia general, la historia del niño y la historia de las funciones mentales—en un relato explicativo de la formación de aspectos específicamente humanos de la naturaleza humana” (Scriber, 1985, p. 138). Vygotski vio cada uno de estos hilos como organizados por tendencias objetivas ocultas que podrían revelarse a través del análisis científico. Cada uno estaba dividido por contradicciones que podían, y de hecho debían, superar. Y en cada uno, la superación requería un acto de voluntad, de dominio. El psicólogo revolucionario podría dominar la historia de la psicología y crear una nueva psicología marxista general, una investigación genética de las funciones psicológicas verdaderamente humanas. Esta psicología general trazaría la historia en la que los seres humanos individuales viven en la intersección de la biología y la cultura, y en momentos de superación dominan sus propias tendencias psicológicas objetivas y logran los frutos del autodominio. Esta psicología general, a través de su análisis de esta historia ontogenética, permitiría a educadores, defectólogos y otros transformar colectivamente la naturaleza misma de la especie humana.

En varios aspectos, se trata de un tipo de psicología desconocido, basado como está en una concepción de la historia desconocida para muchos psicólogos occidentales. Los estudios futuros deben explorar las fuentes de esta concepción en Marx, Hegel, Engels, Lenin, Trotski y otros lugares. En occidente, la práctica está conceptualmente separada de la teoría. La teoría generalmente se entiende como una estructura puramente conceptual que representa el conocimiento objetivo del mundo externo y hace predicciones comprobables. Una vez que una teoría se ha desarrollado, probado y sobrevivido a los intentos de falsificación, se pueden explorar sus aplicaciones prácticas, pero estas aplicaciones son secundarias; no son inherentes a la teoría. En psicología, se supone que la teoría busca un conocimiento general e inmutable sobre los seres humanos vistos como procesadores de información general, entidades que no se alteran históricamente ni varían culturalmente.

Visto en tales términos, el de Vygotski sería simplemente una teoría más cuya validez a los hechos podría y debería ser probada. Si tiene aplicaciones prácticas, tanto mejor, pero tal aplicación sería bastante independiente de la verdad o falsedad de la teoría. Pero el propio Vygotski vio su trabajo de manera bastante diferente, creo. Consideraba que la teoría se basaba y surgía de las circunstancias específicas de un tiempo y un lugar. Para un psicólogo marxista, la teoría es una herramienta, forjada para tratar problemas particulares de importancia práctica, incluso política. Esta es una investigación científica con un interés emancipador (Habermas, 1971).

Seguramente Vygotski no hubiera sancionado la aplicación a los Estados Unidos modernos de una psicología general creada en la Rusia soviética. La cultura es diferente, el tiempo es diferente, los problemas y las contradicciones que los producen son diferentes. El mismo Vygotski habría sido, creo, el primero en decir que su escritura y pensamiento eran productos de su tiempo y lugar y que no deberíamos trasplantarlos sin pensar a nuestra situación y circunstancias actuales, abstrayendo sus concepciones de su contexto original e insertándolas en una nueva ubicación, sin cambios. Estamos, después de todo, en el corazón del sistema económico que Vygotski creía que había sido derrocado y dejado en el polvo por la Rusia soviética.

Al mismo tiempo, la psicología de Vygotski nos brinda un modelo ejemplar de investigación que es práctica y política en el sentido amplio de la palabra. La noción de estudiar el desarrollo para influir en él de tal manera que fomente la capacidad de los niños para la libertad es poderosa, digna de ser emulada. El suyo fue un proyecto psicológico rico y provocativo, abordando cuestiones prácticas apremiantes, consciente de su lugar en la disciplina, deseoso de trascender la división entre la ciencia teórica y aplicada. Aquí en los Estados Unidos, y seguramente en otros lugares, necesitamos esa herramienta. Pero sería optimista y quizás ingenuo pensar que podemos usar el que diseñó Vygotski, sin modificar.

En particular, tenemos que preguntarnos si la concepción de la historia de Vygotski es una que deberíamos adoptar o adaptar. Esta concepción de la historia subyace en dos grandes problemas de su psicología (cf. Packer, 2006). El primero es su tratamiento de las diferencias culturales como diferencias históricas y, en particular, la caracterización de las formas “primitivas” de conciencia. El segundo es el carácter abstracto de su descripción del desarrollo infantil y, específicamente, su falta de atención a la clase social. Estas son fallas en la herramienta que diseñó que deberían alertarnos sobre la necesidad de construir la nuestra. Pero él nos ha mostrado una forma de hacer esto, una forma de hacer una psicología sociocultural que se adapte a nuestro tiempo y lugar. ¿Es relevante Vygotski? Ciertamente, pero como un modelo del que aprender, no como una teoría descontextualizada para ser trasplantada.

 

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