EL APORTE DE LA
ESTÉTICA EN LA CATEGORÍA SENTIDO EN EL PENSAMIENTO DE VYGOTSKI
Maria
Regina Namura
II Coloquio de
Psicología del Arte: la correspondencia de las artes y la unidad de los sentidos, Universidad de Sao Paulo, 2007
Correcciones
al traductor de google: Efraín Aguilar
El camino tomado por la
investigación para comprender la categoría de sentido en el pensamiento vygotskiano
adoptó el procedimiento detallado por el propio autor: el análisis del
subtexto, es decir, preguntar por la génesis y la intencionalidad de los
textos. Este procedimiento implicaba la lectura de La tragedia de Hamlet, príncipe
de Dinamarca, la primera monografía escrita en 1916 (1999) y la Psicología del
arte publicada en 1925 (1998), obras poco discutidas en el escenario académico
contemporáneo, para encontrar una contribución teórica que revelara el
contenido de la categoría de sentido e iluminase la polémica instalada en la
psicología social entre las vertientes del cognitivismo, el construccionismo y
el materialismo histórico dialéctico.
La categoría de
sentido puede aprehenderse a lo largo de la obra de Vygotski, pero está mejor
sistematizada en el último capítulo del libro Pensamiento y habla [1934-2001], titulado ‘Pensamiento y palabra’.
Vygotski hace numerosas referencias a poetas y obras literarias para mostrar
que la reacción estética que provoca el arte es fundamental para que la
psicología pueda explicar el comportamiento humano, y que el sentido,
objetivado en palabras, es la categoría más importante de la conciencia: “el sentido
real de cada palabra está finalmente determinado después de todo, por toda la
riqueza de momentos existentes en la conciencia” [1934-2001, p. 466]. También
en esta obra el sentido aparece acoplado al lenguaje y al pensamiento, a
diferencia de la Psicología del Arte
en la que aparece vinculado a la estética y el arte.
En el
inconmensurable aporte que ofrece a la psicología la explicación de la génesis
y constitución de las funciones psicológicas superiores, Vygotski enfatiza la
mediación del lenguaje (de la palabra significativa) y las relaciones entre
palabra y pensamiento en la configuración de la conciencia. Esta construcción
ha promovido la interpretación del sentido como fenómeno lingüístico y minimiza
la complejidad de la categoría de sentido que se venía construyendo en el
análisis de la tragedia de Hamlet,
príncipe de Dinamarca [1916-1999] y sistematizada en la Psicología del Arte [1925-1998].
Vygotski también
postula que la conciencia no se agota en la palabra, y la dimensión semántica
de la palabra, no agota la configuración del sentido, no contempla la totalidad
de la categoría de sentido, porque no da cuenta del sentido del todo. Para comprender el significado profundo de esta
afirmación, es necesario traer la estética, porque inserta las sensaciones y
emociones que Vygotski definió como un reflejo en la conciencia, diferente al
del pensamiento y el lenguaje, pero no lo excluyó; por tanto, la psicología del
arte dilucida el enigma de los sentidos al incluir las emociones estéticas.
“(...) para comprender esto, es necesario recurrir a la síntesis [psicológica]
(...) a partir del sentido del todo”. [1925-1998, pág. 232]
Las reflexiones
de Vygotski sobre el arte ayudan a comprender que el signo semántico es
inseparable del signo estético. Existe una larga y compleja controversia en
torno a la tradición estética de Vygotski que requiere ser entendida en
términos de método y no de adscripción a alguna escuela literaria: la
originalidad de la visión psicológica del arte es el reconocimiento del arte
como técnica social del sentimiento,
contemplando el fundamento socio-psicológico de la sociología marxista y el
método analítico-objetivo que parte del análisis de los mecanismos del arte
para llegar a la síntesis psicológica. Partiendo de estos pilares, al afirmar
que el arte es un conjunto de signos estéticos destinados a despertar emociones
en las personas, está proponiendo que el análisis de estos signos estéticos por
el método analítico-objetivo recrea los fenómenos psicológicos que corresponden
a los mecanismos del arte.
Esta concepción
presupone el reconocimiento de la psique
social [psicología del individuo
particular] como objeto de estudio del arte y no del sujeto colectivo. Para
ello, es necesario delimitar los campos de la sociología y la psicología del
arte, y en ello es necesario superar la escisión subjetivo/objetivo y definir
que la psiquis de un determinado individuo es efectivamente social y
socialmente condicionada. La psicología del arte pretende conocer y establecer
las leyes psicológicas que explican la influencia del arte en el hombre, la
recepción de la obra de arte propiciada por la reacción estética y por la
catarsis que revela la presencia del arte/estética en la constitución del
sentido.
Centrándonos en
los mecanismos de la obra de arte, su convención estética, se comprende su acción psicofísica sobre el
funcionamiento mental del individuo, que la disfruta en un determinado contexto
socio-histórico.
El análisis de
la respuesta estética, por tanto, es la recreación de la psicología;
corresponde a los procesos psicológicos que responden a la estructura de
estímulo del arte, aprehende la contradicción dialéctica entre forma y
contenido, dando una nueva cualidad a la dinámica de las relaciones entre
materia y forma de la obra de arte, y permite establecer las leyes psicológicas
que rigen la psicología del arte. Para Vygotski, la idea central de la
psicología del arte es el reconocimiento del arte como técnica social del sentimiento.
Esta nueva
cualidad de las relaciones entre materia y forma que articula la respuesta
estética, tiene la propiedad o función de reconciliar los sentimientos opuestos
en la conciencia del lector [síntesis psicológica] un momento de resolución y
solución de la contradicción – la catarsis. La catarsis en la reacción
estética, según la formulación de Vygotski, tiene un contenido diferente a la
concepción psicoanalítica de la descarga de energía emocional y tiene una
cualidad diferente al significado aristotélico de la catarsis, porque además de
educativa, es transformadora.
La reacción
estética es una reacción específicamente humana en respuesta a la contradicción
subyacente en la estructura de la obra de arte, la contradicción entre forma y
contenido. La contradicción suscita sentimientos opuestos, uno al otro, y
provoca un “cortocircuito” que aniquila estos sentimientos; este fenómeno no se
traduce en descarga emocional, sino en la complejización del pensamiento y de
la vida afectiva que establece el sentido psicológico de la reacción estética,
formula Vygotski.
La innovación
del método objetivo-analítico, al
aprehender la contradicción dialéctica forma/contenido, introduce el movimiento
en el campo literario, contradice y supera los análisis estáticos de la
estética oficial soviética, tanto los que hacen del arte una imitación o copia
de la realidad, como los que interpretan la obra como una manifestación de la
psicología del autor y/o del lector, es decir, ni el arte realista que pretende
un paralelismo entre el sentido del arte y el sentido de la vida, ni el arte
idealista y subjetivista con sus raíces esencialmente individualistas “según la
cual el sentimiento que nace en un individuo se contagia a todos, se vuelve
social”; por el contrario, sería más correcto decir que en el arte, la
dialéctica entre lo individual y lo social, los aspectos más íntimos y
personales de nuestro ser, se incorporan al gran círculo de la vida social.
El
arte introduce cada vez más la acción de la pasión, rompe el equilibrio
interior, modifica la voluntad en una nueva dirección, formula para la mente y
revive para el sentimiento aquellas emociones, pasiones y vicios que sin él
habrían permanecido indeterminados e inmóviles”. [1925-1998, pág. 316] “Sería
más correcto decir que el sentimiento no se vuelve social, al contrario, se
vuelve personal, cuando cada uno de nosotros experimenta una obra de arte, se
vuelve personal sin dejar de ser social. [op.cit, pág. 315]
Por tanto, EL
ARTE ES LO SOCIAL EN NOSOTROS, reflexión fundamental para la
comprensión del sentido estético-ontológico.
El sentido en la
psicología del arte anticipa la reconstrucción de la categoría de sentido en
las relaciones entre significado, sentido, emociones, pensamiento y palabra sin
dejar de ser social. Vygotski afirma claramente que la verdad del arte y la
realidad está en una relación de tal complejidad que la realidad siempre aparece
transfigurada en el arte, no es posible trasladar directamente el sentido de
los fenómenos del arte a los fenómenos de la vida. Los análisis que así
proceden muestran la incomprensión del fenómeno del arte como la estética
estalinista
El sentido sólo es
evidente cuando, al analizar “la estructura de los estímulos” [la obra de arte
y sus mecanismos] se puede recrear “la estructura de las respuestas” [los
correspondientes mecanismos psicológicos]. El psiquismo como tal no está en la
obra de arte, es decir, no nos es dado directamente, sino indirectamente.
Esto es
radicalmente diferente de la interpretación de los signos estéticos, como
manifestación de la organización espiritual del autor o de los lectores, de las
concepciones románticas y naturalistas del arte, es decir, supera las
concepciones idealistas de la contemplación de la belleza, y las concepciones
hedonistas del puro placer estético.
Los fundamentos
de la psicología del arte se sustentan en la tradición aristotélica de la
tragedia, en la reedición de la tragedia de Shakespeare y en el contexto del
simbolismo ruso, y la formulación de la concepción psicológica de la actividad
artística, máxima expresión de la actividad superior del hombre [funciones
psicológicas superiores] transpone los límites puramente racionales, cognitivos
y objetivos de la creación artística y la recepción del arte por parte del
espectador/lector. En definitiva, la teoría de la reacción estética (técnica
social de los sentimientos) involucra el arte y la estética en la constitución
del sentido, a diferencia del texto Pensamiento y habla, que aparece ligado al
lenguaje y al pensamiento.
A partir de la
constatación de que el camino de Vygotski para aprehender el sentido como
categoría fundamental de la conciencia -el microcosmos de la conciencia- para
superar la escisión subjetivo/objetivo y definir que la psique del individuo
socialmente condicionado señala el camino estético-ontológico y no sólo
lógico-epistemológico del sentido entendido en su proceso y en la incesante
conversión de lo social (y ético-político) a lo psicológico y viceversa, cuyo
eje es la humanidad en su historicidad.
La
particularidad inmersa en la procesualidad acerca nuestra tesis a los
presupuestos de la estética y la ontología de Lukács. En el libro Introducción a una estética marxista
(1978) trae la categoría de realismo y totalidad como fundamentos de lo social
y lo humano y concibe la categoría central de la estética como la
particularidad, mediadora de los complejos nexos causales de la realidad, la
mediación entre lo singular y lo universal. En la Ontología del Ser Social, concibe el sentido como una necesidad
humana y debe entenderse como una
afirmación ontológica, que vincula la existencia del hombre, al movimiento
del mundo y los hechos de la vida individual.
La dirección
ontológica es el eje del debate epistemológico. Reiterando el principio de la
totalidad y el materialismo dialéctico, Lukács afirma la existencia
indiscutible de la objetividad del mundo
exterior, independientemente de la conciencia humana. De ello se deduce que
tanto la ciencia como el arte tienen el mismo marco objetivo, parten de la
misma realidad y categorías para proporcionar auténticamente el conocimiento de las relaciones humanas esenciales y
significativas. La ciencia y el arte son reflejos diferentes de una misma
realidad, debido a la prioridad que se otorga a categorías específicas para
cada ámbito: en la ciencia, la categoría de universalidad, en el arte, la
superación de lo singular y lo universal, en la categoría de particularidad. El
rasgo significativo que explica la centralidad de ambas categorías en la
ciencia y la estética es su carácter antropomórfico y la naturaleza
desantropomorfizante de la ciencia. “(...) en la ciencia todas las relaciones
reales aparecen bajo una forma conceptual, abstractamente racional, mientras
que en el arte aparecen a través de una representación sensible, inmediatamente
evocadora”. [1967, pág. 107]
Es así como la teoría del reflejo y el realismo como método de creación artística superan
simples determinismos de clase en la constitución de la subjetividad,
solipsismos, hedonismos particularistas y producciones formalistas de sentido.
Por el contrario, es la expresión de un
hecho ontológico, como conocimiento sensible de formas de ser que se transforman [la historia de la transformación
de las categorías]. Como dice Tertuliano, la cualidad de subjetividad constituyente se fundamenta en un “estudio
original de la dialéctica entre subjetividad y objetividad, entre heteronomía y
autonomía del sujeto” [2002, p. 45].
Este énfasis en
el papel activo y creador del individuo es evidencia de que el realismo y la teoría del reflejo no excluyeron el factor subjetivo que Lukács admitió como
un factor que a veces modifica e incluso
decide la praxis social, concomitante con el carácter contradictorio de los
modos de ser, es decir, aquellas condiciones en las que el hombre cumple sus
propósitos, toma decisiones entre alternativas concretas, plantea posiciones
teleológicas futuras y, al mismo tiempo, está constreñido por las necesidades sociales
y las presiones que los individuos ejercen entre sí, en otras palabras, la
dialéctica entre la libertad y la
necesidad.
Los caminos son
diferentes, pero tanto la reflexión científica como la reflexión artística
encuentran su punto de partida en las mismas contradicciones de la realidad
social. La superación tanto de lo singular como de lo universal en particular
refleja el carácter activo y creativo del sujeto en la lucha contra las formas
actuales de alienación y expresa los
movimientos más profundos, más secretos y de más difícil acceso de la
subjetividad, las ‘síntesis’ afectivas e intelectuales realizadas por la
“autoconciencia” que trascienden una experiencia empírica”. [Tertuliano,
2002. Pág. 17]
La estética
lukácsiana permite una fructífera reflexión sobre la categoría de sentido como
núcleo de la constitución del sujeto y la subjetividad en su concreción e historicidad.
El arte basado en la relación del hombre con el mundo, cuyo efecto catártico
suspende al espectador de su vida cotidiana y permite la comprensión de sí
mismo y del mundo a través de la sensibilidad, traduce la misma especificidad
de la formulación de Vygotski, que tampoco acepta la catarsis como pura
descarga emocional, sino como proceso transformador de sentimientos y sentidos.
En ambos, esta semejanza tiene un fundamento ontológico y un sentido
propiamente humano en el valor estético que no puede diluirse en una
comprensión genérica del signo ni en concepciones lógico-epistemológicas, sino
como anunció Marx su interés por una epistemología del ser y no una
epistemología sobre el saber del ser, es decir, la dirección ontológica del
debate epistemológico.
La catarsis que
promueve el objeto estético tiene una especificidad o una reflexión sobre la
conciencia, que tiene el poder de hacer atravesar la sensibilidad, las
emociones y los sentimientos, dando no sólo una dimensión semántica a la configuración
de la conciencia, sino también una dimensión afectivo-emocional, liberadora y
emancipadora. En este debate, la calificación de Lukács como ontólogo y esteta
también caracteriza a Vygotski.
Consideraciones
finales
De lo anterior, se puede inferir
que el sentido formulado sistemáticamente por Vygotski como mediación y
categoría psicológica, en Pensamiento y
habla [1934-2001], tiene su génesis en la herencia estética que aportó a la
psicología, revelada por el análisis del subtexto de sus reflexiones. También
es destacable la formulación del sentido como la “suma de todos los hechos
psicológicos” [1934-2001, p. 465], de la formulación que aparece en la
Psicología del Arte como la “síntesis” psicológica, lo que permite pensar que
la categoría sentido tiene implicaciones más profundas, que van más allá de la
atribución de sentidos y significados del lenguaje y la comunicación humana, y
no se fija a los postulados de la semántica de las palabras, aun cuando el
propio autor advierte a sus lectores que el sentido se separa de la palabra,
puede conservarse, superarse e incluso existir sin palabras.
Sin embargo, los
estudiosos de Vygotski centran sus reflexiones y discusiones en las obras
psicológicas per se y cuando se refieren a la Psicología del Arte lo hacen como si fuera parte de un pasado ya
superado que poco tiene que aportar a la psicología, especialmente a la
categoría de sentido, y se centran unilateralmente en los análisis semánticos,
a pesar de la riqueza y diversidad de los aportes contenidos en ese acervo. Es
importante señalar que la cualidad de ser del pasado, impuesta a la obra Psicologia del Arte, no es la más
adecuada, ya que el momento de su producción y publicación ocurre en 1925,
contemporánea, por tanto, al Sentido de
la crisis de la psicología y a la Psicología
Pedagógica publicadas en 1926; hay, por tanto, una intersección temporal en
su producción artística y en la publicación de obras psicológicas.
Además, los
hechos históricos demuestran que el arte nunca abandonó el escenario de Vygotski,
éste se mantuvo interesado en el teatro; en los años treinta se tiene
constancia de la publicación de un trabajo sobre la psicología del actor,
conferencias impartidas y encuentros con directores y escenógrafos,
principalmente con Eisenshtéin “para discutir cómo las ideas abstractas del
materialismo histórico podían ser representadas en imágenes cinematográficas”
[Cole, 1979].
Cuando
permanecemos atentos a la trayectoria intelectual de Vygotski, rastreando la
obra Psicología del arte, encontramos
cierta disonancia en relación con la comprensión hegemónica y la interpretación
exclusivamente semiológica de la categoría de sentido. El autor se esforzó por
establecer, por sistematizar el campo de la psicología del arte, proponiendo
categorías psicológicas para analizar los fenómenos psicológicos que configuran
el sentido en relación al arte literario, inaugurando en este campo lo que
actualmente es un tema recurrente en la estética, la recepción del arte.
El pensamiento
dialéctico y la asunción del principio de totalidad, su inmersión en la
filosofía, la sociología, la literatura, la estética y la lingüística, entre
otras áreas del saber, sus presupuestos metodológicos y estético-ontológicos,
desautorizan la discusión y énfasis en el abordaje exclusivamente
epistemológico y semiológico de la categoría de sentido. Por el contrario,
llevan a cuestionar el rumbo que se le está dando a la comprensión de la
categoría sentido en la escalada del siglo XXI, que, al dejar en la sombra al
materialismo histórico-dialéctico, impide una concepción social del hombre tal
como la esbozan las teorías psicosociales críticas. Estas, al elegir el
significado como matriz psicológica para comprender al sujeto, evitan caer en
concepciones idealistas y diluir o cosificar el significado en las producciones
mediáticas. La categoría de sentido no sirve para promover el individualismo
exacerbado de las expresiones neoliberales como medio para alcanzar los fines
económicos que atraviesan la sociedad de consumo y alejan al hombre de su
génesis social y de la sociedad humana.
A pesar del
énfasis dado a la actividad mediada por el lenguaje, y de su interés por la
lingüística y los procesos de significación que surgieron con mucha fuerza en
el espíritu de la época, Vygotski propone este camino sin abandonar el
materialismo histórico-dialéctico, ya que, al proponer la mediación de los
sentidos como método “objetivo-analítico” de la conciencia, se está desligando
de las concepciones idealistas y naturalistas del sentido. Recordemos lo que se
destacaba en los párrafos finales de Pensamiento y habla al postular que el
sentido objetivado en las palabras es la categoría más importante de la
conciencia, la culminación de la acción
del ser social.
Finalmente,
podemos cuestionarnos qué nos permite tomar este camino y esta interpretación,
es decir, qué nos autoriza, dado el limitado acceso a los textos en la lengua
de origen, a pretender socializar y dilucidar la constitución del sentido, su
papel en la configuración de la conciencia, en la comprensión del hombre, en la
construcción del sujeto o en la construcción de un “hombre nuevo”. La respuesta
está en la expresión del propio Vygotski, “una nueva sociedad y un hombre
nuevo” y reflexiones que llaman la atención sobre la importancia de comprender las emociones en sus conexiones con
sistemas psicológicos más complejos y comprensivos, es decir, no sólo desde la
perspectiva de la vida privada de una persona en particular.
Referencias bibliográficas
ANTUNES, R. & Rego, W.L. Lukács no século XX.
São Paulo: Boitempo, 1996.
BAUDELAIRE, C. O pintor da vida moderna. Tradução de
Tereza Cruz. Lisboa: Veja. 1993. Título original: Le Peinte de la Vie Moderne.
DANIELS, H. (org) Vygotsky em foco: pressupostos e
desdobramentos. Tradução Elizabeth J. Cestari, Adriana Lia F. de Laplane, Campinas:
Papirus, 1994. Título original: Charting the agenda: Educational activity after
Vygotsky.
EAGLETON, T. A Ideologia da Estética. Tradução de
Mauro Sá Rego Costa, Rio de Janeiro: Jorge Zahar, 1990. Título
original: The ideology of the Aesthetic.
______.
As ilusões do pós-modernismo. Tradução
de Elizabeth Barbosa. Rio de Janeiro: Jorge Zahar, 1998. Título Original: The
Illusion of Postmodernism.
HAUSER, A. História Social da Arte e da Literatura.
Tradução Álvaro Cabral. São Paulo: Martins Fontes, 2000. Título original:
Socialgeschichte Der Kunst und Literatur.
KOSULIN, A. La psicología de Vygotski. Vérsion
espanhola de Juan Carmos Gómez Crespo. Madrid: Alianza Editorial, 1994. Título
original: Vigotsky’s Psychology. A Biography of ideas.
LUKÁCS, G. Marxismo e Teoria da Literatura. Tradução
de Carlos Nelson Coutinho. São Paulo: Civilização Brasileira, 1968.
_____. Introdução a uma Estética Marxista: Sobre a
Categoria da Particularidade. Tradução de Carlos Nelson Coutinho e Leandro
Konder. Coleção Perspectiva do Homem. São Paulo: Paz e Terra, 1978. Título
original: Prolegomeni a un’estetica marxista.
______. Ontologia do Ser Social: Os princípios
Ontológicos Fundamentais de Marx. Tradução de Carlos Nelson Coutinho. São
Paulo: Livraria Ed. Ciências Humanas, 1979. Título
original: Zur Ontologie des Gesellschaftlichen Seins. Die Ontologischen Grundprinzipien
von Marx.
______. Pensamento Vivido: autobiografia em diálogo:
entrevista a István Eörsi e Erzsébet Vezér. Tradução de Cristina Alberta
Franco. Estudos e Edições Ad. Hominem. Viçosa: Editora da UFV, 1999.
______ As bases ontológicas do pensamento e da
atividade do homem. Programa de Estudos Pós-Graduados em Serviço Social da PUC,
São Paulo, Núcleo de Estudos e Aprofundamento Marxista, n.1, p.8-44, maio 1997.
MARX, K. "Manuscritos econômico-filosóficos de
1844”, In, Fromm, E. Conceito Marxista do Homem, Tradução de Octávio
Alves Velho, 3. ed. Rio de Janeiro: Zahar Editores, 1964. Título original:
Marx’s Concept of Man.
______. & ENGELS, F. Sobre Literatura e Arte.
Tradução de Albano Lima. Lisboa: Editorial Estampa, 1971.
______. Para a Crítica da Economia Política, Os
Economistas, Tradução de Edgar Malagodi, colaboração de José Arthur Giannotti,
São Paulo: Editor VICTOR CIVITA, 1982, P.3-132.
NETTO, J.P. Georg Lukács: um exílio na
pós-modernidade.In, Lessa e Pinassi (orgs.) Lukács e a atualidade do marxismo,
São Paulo: BoiTempo Editorial, 2002.
VYGOTSKY, L.S. Psicologia da arte. Tradução de Paulo
Bezerra. São Paulo: Martins Fontes, 1998. Título original: Psijologuia
Iskusstva.
______. A Formação Social da Mente: o
desenvolvimento dos processos psicológicos superiores. Tradução de José Cipolla
Neto, Luiz Silveira Mena Barreto e Solange Castro Afeche. São
Paulo: Martins Fontes, 1984. Título original: Mind in Society – The Development
of Higher Psychological Processes.
______. Historia del Dessarollo de las Funciones
Psíquicas Superiores (1931). Obras Escogidas III: Problemas del desarrollo de
la Psique. Traducción de Lyddia Kuper. Madrid: Visor, 1995. Título original:
Sobranie Sochiniénii Tom Triétii. Probliemi Razvitia Psijiki.
______. Teoria e Método em Psicologia. Tradução
Claudia Berliner. São Paulo: Martins Fontes, 1996. Título original: Sobranie Sochiniénii
Tom Vtorói. Probliemi Obschei Psilológuii.
______. La imaginación y el arte en la infancia. 4. ed.
Madrid: Akal Ediciones, 1998.
______, A tragédia de Hamlet, Príncipe da Dinamarca.
Tradução de Paulo Bezerra. São Paulo: Martins Fontes, 1999. Título original: Psijologuia
Iskusstva. (2a. parte)
______. A Construção do Pensamento e Linguagem.
Tradução de Paulo Bezerra. São Paulo: Martins Fontes, 2001. Título original: Muishlienie
i Riech.
______. Psicologia Pedagógica. Tradução de Paulo
Bezerra. São Paulo: Martins Fontes, 2001. Título original: Piedagoguícheskaya
Psijologuia.