Bases metodológicas marxistas en la obra de Vygotski
Lígia Márcia Martins
En: Vygotsky and Marx. Toward a Marxist Psychology. Eds. Carl Ratner and Daniele Nunes Henrique
Silva. Oxon and New York: Routledge, 2017, pp. 109-117.
Correcciones al traductor de google: Efraín Aguilar
Este capítulo busca
identificar la correlación visceral existente entre las condiciones de la
teoría histórico-cultural –que tiene como principal exponente a Vygotski
(1896-1934) y el tapizado metodológico marxista; es
decir, el método científico en el que Marx (1818-1883) basó su crítica de la
economía política.
Con
este trabajo, pretendemos avanzar en el desafío a la interpretación unilateral
de la obra de Vygotski planteado por el movimiento internacional del idealismo,
importado por Brasil desde la década de 1990, en el que busca separar la obra
de Vygotski de sus raíces marxistas, reinterpretando efectivamente, reeditar y censurar
lo escrito por Vygotski e intentar someter su teoría a los intereses neoliberales
dominantes (Duarte, 2001). Asumimos, por tanto, un compromiso político por
esclarecer las bases radicales del movimiento metodológico que ha construido la
trayectoria adoptada por la psicología marxista, cuya supresión oculta los
significativos avances que la teoría histórico-cultural ha traído al campo de
estudio.
En busca
de una ciencia psicológica marxista
Como punto de partida
de nuestro empeño, nos enfocamos en el momento histórico en el que Vygotski se
comprometió en la lucha por la construcción de una psicología legítimamente
marxista, criticando simultáneamente la trayectoria tomada por la psicología
rusa a partir de este punto. Según Vygotski, este último se limitó a enfoques
mecanicistas e intentó formalizar estrictamente el vínculo entre psicología y
marxismo sin cuestionar la filosofía de Marx de manera que permitiera la
creación de una verdadera psicología científica; es decir, sin someter a la
psicología a los supuestos que subyacen al método marxista. Era necesario, por
tanto, identificar los elementos centrales del materialismo histórico y
dialéctico que vendrían a orientar la epistemología y metodología de la
psicología.
Así,
el proceso de construcción de la psicología marxista no fue entendido por
Vygotski como una mera yuxtaposición de
adjetivos y cita de fragmentos de la teoría marxista, mecánicamente conectados
al concepto de psique; más bien, para este empeño, consideró fundamental
someter las categorías fundadoras de la psicología tradicional al mismo proceso
metodológico que utilizó Marx en el estudio de las categorías de la economía
clásica. En el estudio de caso marxista de las categorías económicas de la
sociedad burguesa, éstas se desarrollaron hasta que surgieron las
contradicciones esenciales y se demostraron las interdependencias e
interrelaciones, cuya configuración única fue capaz de conducir a una forma
superior de modo de producción. Así, a través del estudio de las disposiciones
categóricas que se ajustaban a su esencia, Marx distinguió la sociedad del
capital de los precedentes de la organización social, revelando sus orígenes,
sus leyes generales y su transitoriedad.
Respecto
a este movimiento, en relación a la psicología, Vygotski afirma que debe
escribir su propio Capital y que,
como en el estudio marxista de la sociedad burguesa, esto implicaría
desarrollar categorías psicológicas, teniendo en cuenta sus interdependencias y
contradicciones fundamentales y llegando a identificar la esencia del proceso
que permitió la formación, en un psiquismo único, de la conciencia humana. En
este sentido, la psicología histórico-cultural encuentra en el desarrollo del
funcionamiento psíquico humano superior, la prerrogativa fundante del psiquismo
humano, distinguiéndolo del psiquismo animal y revelando los principios
generales de su funcionalidad que permite al hombre hacerse inteligible y
actuar encima de eso.
Por
lo tanto, analizar un fenómeno a través de la lente de Marx presupone el
dominio de la crítica radical, a través del cual la exposición de la sociedad
burguesa reveló su dialéctica. La tarea psicológica histórico-cultural es, en
este sentido, una simple aplicación mecánica de la teoría marxista a la
comprensión de la psicología; más allá de eso, presupone que el estudio del
psiquismo se somete al movimiento metodológico de desarrollo categorial
propuesto por Marx. Para ello, es necesario comprender el proceso de deducción
categórica descrito por el pensador alemán, enraizado en premisas metodológicas
del materialismo histórico y dialéctico.
Materialismo histórico y dialéctico en las raíces de la psicología marxista
Según los fundamentos
metodológicos del materialismo dialéctico histórico, la apropiación de la
realidad tal como se manifiesta directamente no ofrece las condiciones
necesarias para el análisis de sus leyes generales; tal enfoque sólo es capaz
de llegar a los detalles específicos de la realidad a través de numerosas
iteraciones en un proceso de síntesis que reconstruye progresivamente la
realidad, a partir de sus determinaciones más simples, sin perder de vista su
lógica interna contradictoria.
Siguiendo
esto, la base de la psicología marxista construida por Vygotski es la
suposición de que la realidad objetiva no puede ser aprendida por la conciencia
humana como una copia mecánica, confiando completamente en el entorno del
sujeto. La capacidad de los fundamentos metodológicos marxistas en Vygotski de
dominar y captar la realidad es posible gracias a un sistema de procesos
mentales, alcanzado, a su vez, por la actividad humana vital – el trabajo
social – que actúa como mediador de las relaciones entre los seres humanos y la
naturaleza. De esta forma, el psiquismo humano está constituido por un sistema
multifuncional compuesto por funciones psicológicas cognitivo-afectivas que
sirven para crear una imagen subjetiva de la realidad objetiva; la medida en
que esto se corresponda con la realidad dependerá de la trayectoria educativa y
las posiciones sociales a lo largo del desarrollo del individuo (Martins,
2011).
Consecuente con esta
idea de la realidad objetiva como facsímil, y en contraste con la exposición de
la economía clásica, para Marx es el discernimiento abstracto de los elementos
categóricos el responsable de la reproducción de lo concreto en sus múltiples
determinaciones en el pensamiento; tener como punto de partida lo concreto tal
como se presenta directamente implicaría un análisis basado en la
representación caótica del todo. Así, la estructura arquitectónica de los
niveles graduales de desarrollo conceptual construidos en El Capital parte de los más altos niveles de abstracción hacia la
concreción multideterminada, obedeciendo al movimiento dialéctico de
presentación progresiva de las categorías económicas que supera la linealidad
lógico formal abordada en la economía clásica.
A la
luz de ello, en su obra “El sentido histórico de la crisis de la psicología”,
Vygotski (1999) señala la importancia de recuperar las premisas fundamentales
del método marxista, que gravita en torno a identificar la configuración de la
sociedad burguesa en una organización histórica más desarrollada y diversa de
la producción; así, las categorías que componen su estructura permiten
comprender las relaciones de producción de todas las organizaciones sociales
precedentes “a partir de las ruinas y elementos con los que se construyó,
llevando en sí restos en parte aún no conquistados, y parte de los cuales han
desarrollado plena significación dentro de ella, etc.” (Marx, 2011, p. 58).
Por
lo tanto, a pesar de presentarse como aparentemente antidilutivas, es decir,
válidas para todos los tiempos, las categorías abstractas son “en la
determinación de su propia abstracción, igualmente producto de relaciones
históricas, y tienen su plena validez sólo para esas relaciones” ( Marx, 2011,
p.58). En este sentido, si bien las categorías económicas tienen su esencia en
la organización social previa, “en todas las formas de sociedades, son un
producto determinado y sus correspondientes relaciones que establecen la
posición y la influencia de otras producciones y sus respectivas relaciones”
(Marx , 2011, pág. 59).
En
consecuencia, Marx revela que si bien la sociedad capitalista se configura de
acuerdo con las categorías económicas de formas anteriores de organización
social, su análisis siempre enfatiza el dominio del modo de producción actual,
que somete esas categorías previas a su propia funcionalidad particular. Por
tanto, una comprensión de la sociedad burguesa no puede perder de vista su
especificidad en la que el capital subyuga a otras relaciones categóricas.
Así,
en su análisis relativo a la crisis de la psicología, Vygotski (1999, p. 206)
recupera aquellas afirmaciones marxistas como “posibles caminos metodológicos”
para el desarrollo de esta ciencia. De la misma manera que identifican la
organización social burguesa como una forma superior de modo de producción,
reconocen la conciencia humana como una forma psíquica superior; a pesar de las
categorías correspondientes en otras formas de psiquismo animal, esta alcanza
nuevas alturas en comparación con formas de psiquismo anteriores debido a su
especificidad de dar saltos de acuerdo con leyes que son biológicas pero
también, principalmente, histórico-sociales. Tal especificidad en el desarrollo
de la psique humana se aclara en la siguiente cita:
podemos decir junto a Hegel que algo es lo que es, gracias a su
cualidad y cuando [se pierde], ya no lo es porque el desarrollo de la conducta
del animal al ser humano provocó una nueva cualidad. Esta es nuestra tesis
principal. Este desarrollo no se limita a la simple complejidad de relaciones
entre estímulos y reacciones que conocemos en psicología animal. Tampoco ha
recorrido el camino cuantitativo y creciente de sus relaciones. Hay en su
centro un salto dialéctico que modifica la calidad de su propia relación entre
estímulo y reacción. Podríamos formular nuestra principal deducción diciendo
que la conducta humana se distingue por la misma peculiaridad cualitativa
-frente a la conducta animal que difiere del carácter de adaptación y
desarrollo histórico del hombre, ya que el proceso de desarrollo de la psique
humana es parte del proceso de desarrollo histórico de la humanidad. (Vygotsky, 1995, p. 62, énfasis añadido)
Es decir, así como la
teoría marxista buscaba identificar las leyes funcionales de la organización
social burguesa que caracterizan un modo de producción más desarrollado
–superando la tendencia económica clásica de eliminar las diferencias
históricas y eternizar la sociedad del capital–, la psicología marxista se
comprometió a superar el modelo lineal y análisis ahistórico del psiquismo,
identificando las especificidades y características de su expresión más
desarrollada -la conciencia humana- y las leyes histórico-culturales que rigen
su desarrollo.
El
desarrollo histórico del psiquismo sometido al movimiento categórico marxista
Una vez delineados
los fundamentos del camino metodológico tomado por la psicología marxista, es
necesario profundizar en la comprensión del desarrollo categorial a partir de
la lógica histórico-dialéctica en la obra de Marx. En este sentido, es
necesario rescatar el doble carácter de la presentación de la teoría marxista;
esto existe en la exposición y crítica simultáneas de la sociedad del capital,
lo que proviene del hecho de que Marx buscó superar la articulación conceptual
superficial desarrollada por los economistas clásicos con una nueva
justificación metodológica. En este proceso, Marx reinventa y revierte,
buscando identificar lazos conceptuales internos en articulación con la crítica
en construcción.
En
una carta a Lassale, Marx señala que su obra “es una Crítica de las categorías económicas o, si se prefiere, una
exposición crítica del sistema de la economía burguesa” (Marx, 1984, p. 270);
en esta afirmación ya nos muestra que la crítica que los marxistas delinearán
al sistema económico burgués se sobrecargará de su propia exposición. Así,
tenemos la articulación simultánea de dos procesos importantes: Marx desarrolla
las categorías económicas clásicas, que exponen las propias limitaciones y
contradicciones insolubles del sistema según su dinámica interna; a partir de
ahí, reorganiza y resignifica sus conceptos fundamentales, desarrollando la
crítica desde la exposición dialéctica. Por tanto, el método marxista de
exponer categorías de la teoría económica clásica demuestra sus inconsistencias,
lo que caracteriza su crítica y lo lleva a proponer una nueva comprensión de
las leyes generales de la sociedad burguesa en su movimiento y transitoriedad.
El
mismo proceso se puede observar en Vygotski. Así como la economía clásica se
había acercado a las categorías centrales de la sociedad burguesa, la
psicología tradicional abordó sus fenómenos de manera atomizada y desarticulada
hasta ese momento histórico. En consecuencia, Vygotski expone las
insuficiencias metodológicas de la psicología tradicional, demostrando las
limitaciones de sus dicotomías, sus fragmentaciones y sus intentos ahistóricos
de comprender la psique, lo que le lleva a reorganizar y resignificar conceptos
fundamentales de esta ciencia.
Por
lo tanto, la exposición crítica elaborada por Vygotski se transformó en una
nueva propuesta para el estudio de la psique, que la concibe como transversal y
para ser examinada en su totalidad. Para Vygotski (2000, p. 8), la psicología
que pretende estudiar las unidades complejas… debe pasar del método de
descomponerlo en elementos a un método de análisis que lo desmembra en
unidades. Es de suma importancia encontrar aquellas propiedades que no se
descomponen y sí prevalecen, que son inherentes a una totalidad dada como una
unidad, y descubrir las unidades en las que esas propiedades se representan en
un aspecto opuesto para intentar, a través de este análisis, resolver las
cuestiones que se presentan.
Es
posible identificar en la cita anterior la correspondencia visceral con el
método marxista en la búsqueda de Vygotski de una unidad de análisis para la
psicología. Permanecer en la superficie aparente de las categorías económicas
clásicas conduce a conclusiones erróneas sobre la funcionalidad de la
burguesía, ya que según los principios de su investigación, Marx pretende
encontrar las determinaciones específicas del "capital general" y
comprender las tendencias internas de esta esfera abstracta. Para ello, El Capital comienza afirmando, “la
riqueza de las sociedades en las que prevalece el modo de producción
capitalista aparece como una inmensa acumulación de mercancías y las mercancías
individuales como su forma elemental” (Marx, 1995, p. 27).
En
consecuencia, el autor identifica dentro de la mercancía del producto del
trabajo la capacidad de crecimiento de la economía burguesa, anunciándola como
punto de partida de su exposición. Este punto de partida sólo se justifica por
el hecho de que la investigación de Marx está social e históricamente fundada y
dirigida; todos los pasos dados por él se sustentan en la prerrogativa de que
el camino de la economía burguesa está condicionado a un determinado modo de
producción y a una determinada forma histórica de riqueza, escapando a un
carácter estático y naturalista del pensamiento burgués en el que las
relaciones categoriales aparecen de manera externa, fragmentadas y, en
consecuencia, limitadas a sus manifestaciones aparentes. En El Capital, son las contradicciones
lógico-históricas inherentes a esta forma elemental y fundamental de
representación de la sociedad capitalista -la mercancía- las que delinean el
desarrollo categorial marxista que nos ayudará a comprender las leyes generales
de funcionamiento de esta 'inmensa colección de mercancías' en su esencia.
Al
explicar los elementos científicos y metodológicos que subyacen en la elección
del camino antes referido, Marx asegura que las ciencias económicas “no pueden
servir al microscopio ni a los reactivos químicos. La facultad de abstracción
debe sustituir a ambos” (Marx, 1995, p. 6). Por tanto, siendo la abstracción la
herramienta con la que se ha de analizar la forma celular de la economía, para
comprender el modo de producción capitalista y su correspondiente producción y
circulación, es necesario observar desde las categorías más profundamente, “en
condiciones que aseguren el puro tránsito del proceso” (Marx, 1995, p. 6). Así,
Marx busca en la célula de la
sociedad burguesa -la forma de la mercancía- la construcción de otras modas
económicas, una vez que la unidad mínima de análisis contiene todas las
tendencias civilizatorias del fenómeno investigado.
La
psicología marxista sigue estos pasos metodológicos al investigar una determinada
forma histórica y social de la psique y, por lo tanto, identificar la célula
que constituye los procesos psicológicos elementales y representativos de la
psique humana. Según Vygotski (2000), esta unidad mínima de análisis se
encuentra en el significado de la palabra, que contiene la síntesis de todo el
tapizado del proceso de desarrollo consciente.
el significado es una parte inalienable de la palabra como tal, y
por lo tanto pertenece al dominio del lenguaje tanto como al dominio del pensamiento.
Sin significado, la palabra no es una palabra, sino un sonido vacío. Separado
del significado, ya no pertenece al dominio del lenguaje. Por eso el
significado puede ser visto igualmente como un fenómeno del lenguaje y del
pensamiento. No podemos hablar del significado de la palabra tomada por
separado. Es a la vez lenguaje y pensamiento porque es una unidad del
pensamiento verbalizado. (Vygotsky, 2000, p. 10)
Según Martins (2011),
Vygotski deja claro que el desarrollo del funcionamiento psicológico superior
se basa en un sistema dinámico que supone un movimiento constante y la reconstrucción
de funciones cruzadas. Este movimiento está habilitado por el uso de signos
que:
operan transformaciones que exceden el ámbito específico de cada
función. El trabajo referido no se complejiza de manera privada y por lo tanto
no provoca solo transformaciones interfuncionales – no se trata de la
conversión, por ejemplo, de la memoria natural a la memoria lógica, de la
atención natural a la atención voluntaria, de la inteligencia práctica a la
abstracta pensar, etc. Las transformaciones específicas de cada función
determinan modificaciones en el conjunto de funciones en las que intervienen;
es decir, la psique como un todo. (Martins, 2011,
p. 58, traducción del autor)
Así, las
transformaciones alcanzadas a lo largo del desarrollo del psiquismo no se dan
en cada función psicológica de manera aislada, sino en las relaciones y
funciones cruzadas que articulan nuevas composiciones a medida que alcanzan
nuevos niveles de desarrollo.
Una
vez más, la psicología histórico-cultural demuestra su intrínseca correlación
con el materialismo histórico y dialéctico ya que, al igual que en el estudio
de Marx sobre las categorías económicas de la sociedad burguesa, Vygotski
identifica que el estudio de cada función psicológica, desde su forma más
simple de expresión, cuando se desarrolla hasta su contradicciones
fundamentales, resulta en otras funciones y encuentra en ellas su pleno desarrollo
y, del mismo modo, ninguna de ellas puede ser comprendida en su esencialidad
sin la comprensión de las que les han precedido.
Esta
misma trayectoria es delineada por Marx en su crítica a la economía clásica. A
partir de la unidad mínima de análisis de la sociedad burguesa -la mercancía-
Marx demuestra esta misma correlación visceral entre cada categoría económica,
cuando se subdivide en su esencialidad. Por ejemplo, mediante una deducción
categórica que obedece a la estructuración interior de la sociedad burguesa,
las contradicciones internas de la categoría “mercancías” se subdividen en
“valor”, que presupone el “dinero” y deriva en el “capital”.
A
través de esta exposición metodológica, el análisis marxista fue el único
enfoque capaz de investigar y desentrañar estas relaciones de interdependencias
y cambios entre las categorías económicas, nunca antes reveladas, identificando
a partir de ellas las leyes internas del movimiento fundamental del proceso
productivo capitalista.
De
acuerdo con este enfoque, Vygotski ancla su estudio de la historia del desarrollo
de los procesos funcionales superiores en las ideas marxistas, desarrollando
las categorías psicológicas hasta revelar sus vínculos internos para conocer
las leyes generales que las fundamentan. Por ello, es pionero en la comprensión
de la interdependencia existente entre los niveles social y psicológico,
logrando lo que denominó la “ley genética general del desarrollo cultural”.
De
acuerdo con esta ley, cualquier función en el desarrollo cultural del niño
aparece en dos niveles: principalmente en el nivel social (categoría
interpsicológica), luego en el nivel psicológico dentro del niño (categoría
intrapsicológica; Vygotsky, 1995). Por lo tanto, los estudios de Vygotski sobre
la psique humana realizados por el materialismo histórico y dialéctico pusieron
en términos de ciencia psicológica lo que ya había sido señalado por Marx en la
sexta tesis sobre Feuerbach; es decir, la esencia humana no es algo abstracto,
interior a cada individuo aislado. Es, en su propia realidad, el conjunto de
relaciones sociales (Marx y Engels, 1984).
Manteniendo
la misma filiación metodológica a las premisas marxistas, Vygotski (2001) también se dedicó al estudio del
proceso psicológico implicado en la construcción del conocimiento. Los signos
lingüísticos aportan complejidad a la aprehensión de lo real en sus relaciones
internas, abstractas. Este proceso intelectual posibilita la formación de
generalizaciones y operaciones lógicas de razonamiento, tales como:
análisis/síntesis, comparación, generalización y abstracción.
El
pensamiento complejo debe ayudar al pensamiento efectivamente abstraído y esta
tarea se supedita, necesariamente, a la interiorización de los signos de la
cultura, a la apropiación de productos del trabajo abstracto de recodificación
de la realidad concreta realizado por los individuos a lo largo de la historia.
Se trata de una necesidad irrevocable de abstracciones, de teorías, de
captación de lo real en su apariencia para dar lugar a su aprehensión esencial.
Sólo por medio del pensamiento teórico, conceptual, el objeto de la conciencia
puede ser representado en su concreción como una síntesis de múltiples
relaciones y varias determinaciones.
Consideraciones
finales
El desarrollo de la
psicología marxista por parte de Vygotski no consiste en la búsqueda de una
teoría dirigida a la comprensión del psiquismo humano en las obras de Marx ya
que, para la teoría marxista, el objeto de estudio es en última instancia la
sociedad capitalista. Por tanto, la identificación de los fundamentos
metodológicos marxistas de la psicología histórico-cultural no debe limitarse a
la búsqueda de citas en la obra del autor o en relaciones meramente
descriptivas y yuxtaposiciones entre conceptos.
Más
allá de eso, argumentamos que la constatación de los fundamentos marxistas de
esta psicología depende del análisis estricto del movimiento metodológico que
sustenta sus presupuestos. En este sentido, nuestro objetivo en el presente
capítulo es demostrar que, del mismo modo que Marx adoptó el materialismo
histórico y dialéctico para realizar su crítica radical de la sociedad
capitalista y descubrir sus leyes generales de funcionamiento, Vygotski buscó
el camino marxista para encontrar una ley análoga que debería ser seguida por
la psicología marxista en la investigación de la psique humana, resultando en
el esbozo de los fundamentos metodológicos específicos de la psicología
marxista.
En
resumen, en este esfuerzo, vemos que Vygotski estudia la psique humana bajo la
égida de las leyes socio-históricas del desarrollo. Encuentra la unidad mínima
de la vida psíquica en el significado de las palabras una vez sintetizado el
carácter social de la formación de la conciencia; desplegando procesos
psíquicos en su esencia, incauta sus interdependencias y reorganización
estructural en el curso de su desarrollo.
Por
tanto, la aplicación de los principios metodológicos marxistas revolucionó el
estudio de la conciencia humana al demostrar su especificidad en una forma
superior de conciencia. En este proceso superó las concepciones dualistas y
fragmentarias que atomizaban su desarrollo y, en consecuencia, perdió la visión
compleja de los principios generales que lo conducen. En conclusión, tomar la
conciencia como objeto de estudio histórico y dialéctico ha resultado en la
superación de los límites de la linealidad lógico-formal hacia la construcción
de una ciencia capaz de comprender el movimiento dialéctico sintetizado en el
ser humano histórico.
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