Este blog busca difundir algunas fuentes de la obra vygotskiana publicada en español, así como traducir algunos artículos editados en revistas y libros o bajados de la red; todo relacionado con Vygotski.

sábado, 6 de mayo de 2023

Jones

 

 

El legado de Vygotski en perspectiva: ¿construir o construir alrededor?

Peter E Jones

Ponencia presentada en ISCAR 2017 en la sesión ´Continuidades y rupturas en la renegociación del legado de Vygotski: un debate a cuatro bandas´

https://www.academia.edu/34514025/Vygotskys_legacy_in_prospect_to_build_on_or_build_around

 

Traducción: Efraín Aguilar

 

Ni el lado ‘cultural’ ni el ‘histórico’ de la psicología cultural-histórica se sostienen bien en términos de los principios básicos que apuntalan la teoría. Ver esto es también apreciar el carácter contradictorio de los logros y el legado de Vygotski. Significa ver por qué la contribución de Vygotski fue tan poderosamente progresiva y todavía es de gran interés por sus notables conocimientos. Pero al mismo tiempo significa encarar las cualidades bastante problemáticas de la teoría. La agudeza de la contradicción está en que tanto la dimensión progresiva como la regresiva están enraizadas en los mismos principios. Se puede ver que leer a Vygotski es ver la revolución rusa misma desde un particular ángulo – su atrevimiento e iconoclasia, su promesa, sus logros junto con sus errores y dificultades.

Quiero explorar esta contradicción a través de un examen crítico de la forma que asume la teoría de Vygotski desde el punto de vista de su conformidad con las particulares perspectivas del lenguaje y la comunicación. El lenguaje (comunicación por lo general) ha sido relativamente descuidado como foco de atención crítica dentro de los estudios vygotskianos.

¿Por qué abordar la psicología de Vygotski desde el final del lenguaje? Primero, porque cualquier concepción del lenguaje implica una visión de lo que es el ser humano.  El lenguaje nos conecta y las opiniones del lenguaje son, por lo tanto, opiniones sobre nosotros y sobre cómo nos conectamos como personas que persiguen nuestras vidas. ¿Nos reconocemos en el espejo teórico? A su vez, las opiniones del lenguaje y la comunicación se conectan de modo íntimo con nuestras opiniones sobre todo lo demás. Cualquier teoría del lenguaje necesariamente presupone supuestos y principios psicológicos y sociológicos.

Segundo, la obra psicológica de Vygotski está construida desde cero sobre conceptos y principios lingüísticos y semióticos:

 

Habla

Mediación

El signo como un ‘medio de estímulo auxiliar’ (nudos, pilas y muescas)

El comando y la ‘ley genética’

Internalización

El gesto de señalar

Significado de la palabra

Significado como generalización

Habla exterior, egocéntrica e interior

Significado y sentido

Escritura, gramática

Juego

Teoría semántica (‘sémica’) de la consciencia

 

La teoría está "centrada en el signo". Así que apostar por la concepción semiótica de Vygotski es la manera más directa de evaluar la teoría como un todo. Pero también esto depende, por supuesto, de dónde venimos teóricamente. Yo favorezco el integracionismo, una hebra clave dentro de una perspectiva emergente más amplia sobre el lenguaje y la comunicación que pienso es compatible con las ideas y objetivos básicos de Vygotski, pero no con sus principios concretos o sus métodos.

La alineación progresiva entre las contribuciones de Vygotski y la revolución de octubre es más clara en el modo como sus principios guía generales- lo ilimitado del potencial humano, la transformabilidad histórica de la práctica social, la mutabilidad de la naturaleza humana – fueron concretizados en nuevos conceptos semiológicos, de modo notable la mediación, al servir e informar los programas prácticos de la educación de necesidades especiales y rehabilitación que Vygotski ayudó a iniciar y contribuyó. Al  teorizar qué fue en realidad una práctica de mediación, Vygotski mostró que las habilidades y capacidades psicológicas humanas estaban culturalmente construidas y por lo tanto podían ser reconstruidas por ‘medios indirectos’, a través de la incorporación práctica de las ayudas ‘culturales’ en la actividad relevante (de lectura, marcha, etc). Vygotski probó que la parcialidad de la historia cultural y social nos había cegado a las diferentes rutas que los individuos podían tomar en la cultura y la vida de la mente, parcialidad basada en la fabricación de signos fetichistas en modos sensoriales particulares (lenguaje hablado versus lenguaje de signos) o al confundir las limitaciones en el desarrollo personal impuestas por el entorno social con límites innatos al potencial intelectual. Contra esto, Vygotski dibujó las líneas generales de lo que ahora llamaríamos un ‘modelo social de discapacidad’.

Incluso la distinción fundamental que Vygotski estableció entre las funciones psicológicas "naturales" y "culturales" ("inferiores" y "superiores"), una de las cuales más tarde lamentaría pero no pudo deshacerse, fue, en el contexto, una forma de poner en primer plano el papel transformador de lo social y lo cultural en contra de lo "natural", que era solo una condición previa para el desarrollo humano pero no predeterminaba nuestras habilidades intelectuales y personalidades.

Pero también hay un lado muy problemático, y uno mucho más oscuro, en el trabajo práctico y experimental que Vygotski y Luria emprendieron cuando fueron guiados por los mismos principios básicos. Este lado problemático es evidente en todo el trabajo sobre formación de conceptos, pero adquiere un tono más oscuro en la investigación intercultural que involucra las expediciones a Asia Central, tanto en el pensamiento detrás de la investigación como en los hallazgos que efectivamente pintaron el pensamiento y la comunicación de las prácticas de las comunidades sin alfabetización como un obstáculo para el progreso socialista.

Examinemos más de cerca la razón intelectual de la psicología cultural-histórica. Quiero comenzar con un texto ruso de la década de 1920 que es instructivo por lo que nos dice acerca de cómo se había desarrollado una poderosa cepa de "teoría marxista" (o "filosofía marxista") en el movimiento revolucionario ruso bajo la influencia de Plejánov y Lenin. El texto afirma confidencial y dogmáticamente un conjunto de ideas supuestamente marxistas que eran claramente una moneda común entre los intelectuales comunistas de la época.

 

·         Un determinismo social rígido: el individuo como punto de absorción o intersección de presiones sociales o influencias que existen fuera de él/ella – ‘llenos de contenido social’ como ‘la piel de una salchicha está llena de carne de salchicha’ (Bujarin, 1926: 98); la voluntad o el deseo consciente está condicionado o determinado causalmente por fuerzas sociales externas. 

 

·         Una filosofía representacional del lenguaje basada en una epistemología de "correspondencia" o "teoría del reflejo" con lenguaje y significado lingüístico como reflejo o representación de acciones y cosas del mundo real.

 

·         Una psicología del lenguaje que combina la identificación de hablar con pensar con la reflexología de Pávlov: «El pensamiento siempre funciona con la ayuda de las palabras, incluso cuando estas últimas no son habladas; el pensamiento es discurso menos sonido" (Bujarin, 1926: 204); los conceptos son generalizaciones abstractas que solo pueden ser transmitidas en palabras; el desarrollo histórico humano se refleja en el nivel de abstracción que han alcanzado los conceptos verbales: siguiendo a Lévy-Brühl, cuyo libro de 1910, Las funciones mentales en las sociedades inferiores (Cómo piensan los nativos en inglés) tuvo una gran influencia en el mismo Vygotski (ver Van der Veer y Valsiner, 1991), el texto argumenta que la "mentalidad primitiva" es "pre-lógica", es decir, incapaz de generalización o abstracción.1

 

[1] Como explica Bujarin, Lévy-Brühl consideró ‘el modo de pensar de los salvajes’ como ‘pre-lógico’ (1926: 204): ‘En el pensamiento salvaje, los detalles y las cosas específicas a menudo no son distinguibles de lo general o incluso del todo; una cosa es confundida con otra’.

 

Este es el popular libro de texto teórico de la era soviética de Nikolái Bujarin, Materialismo histórico: un sistema de sociología, publicado por vez primera en 1921 y bien conocido por Vygotski. Combina un materialismo crudo mecanicista (teoría del reflejo), un reduccionismo fisiológico (Pávlov), un determinismo social implacable, una concepción lógica tradicional (en oposición a la dialéctica) de la abstracción y una perspectiva descontextualizada del lenguaje y la comunicación. Cómo este conjunto de puntos de vista llegó a tomarse como "marxismo" es una pregunta para otro momento; lo importante es que tales ideas fueron una poderosa inspiración para una nueva generación de eruditos marxistas. El libro de Bujarin fue una piedra de toque importante para Vygotski al principio de su carrera y, de hecho, se puede hallar fácilmente todas estas proposiciones en su trabajo.

Para entender cómo esta visión del mundo "marxista soviético" se convirtió en un modelo psicológico concreto en manos de Vygotski, un buen punto de referencia son los Estudios en la historia del comportamiento: mono, hombre primitivo, niño de Vygotski y Luria. De los textos publicados, éste ofrece la exposición más sustancial y detallada de los fundamentos filosóficos y el fundamento empírico de la psicología histórico-cultural y una explicación sostenida, arraigada explícitamente en Marx y Engels, del carácter distintivo de la psicología humana y la mutabilidad histórica del ser humano El famoso folleto de Engels sobre "el papel desempeñado por el trabajo en la transición del mono al hombre" está reproducido en gran medida. Engels distingue entre el trabajo humano y la actividad animal de la siguiente manera: "un animal solo usa la naturaleza externa y causa cambios en ella simplemente en virtud de su presencia", mientras que el ser humano "obliga a la naturaleza a cumplir sus propósitos, él la domina" (Marx y Engels, 1970, p. 34). Además, Engels trata históricamente la libertad humana como un “control sobre uno mismo y la naturaleza externa” (p. 35). Estas proposiciones se presentan como los principios básicos de la psicología histórico-cultural, aunque con una interpretación específica. Así que Vygotski y Luria argumentan que "algo similar" a este proceso histórico de autocontrol o autodominio también ocurre en "la esfera del desarrollo psicológico humano":

 

"los animales simplemente usan su propia naturaleza, mientras que el hombre obliga a la naturaleza a cumplir sus propios propósitos y la domina. Por esto, también, está en deuda con el trabajo. El proceso de trabajo requiere que el hombre ejerza cierto grado de control sobre su propio comportamiento. Este autocontrol, en esencia, se basa en el mismo principio que nuestro dominio sobre la naturaleza" (p. 34, énfasis mío). 

 

Ahora esta "similitud" es la que autorizó la analogía entre las herramientas del trabajo y las herramientas psicológicas o culturales en el "método instrumental" de Vygotski. En sí misma, la analogía extiende cualquier vínculo conceptual previsto con el punto de ruptura del pasado de Marx, un tema que dejo de lado. Pero el punto más importante es cómo los autores entienden el "autocontrol" y la manera en que se ejerce. En opinión de Vygotski y Luria, el proceso histórico de autocontrol se centra exclusiva o esencialmente en los mecanismos semióticos:

 

"Una vez que los símbolos que permitían al hombre controlar sus propios procesos de comportamiento se habían inventado y estaban en uso, la historia del desarrollo del comportamiento se transformó, en gran medida, en la historia del desarrollo de esos ‘medios de comportamiento’ auxiliares artificiales, y en la historia del control del hombre sobre su propia conducta” (p. 35; énfasis mío).

 

¿La historia del desarrollo de la conducta como (en gran medida) la historia de los símbolos como medio para controlar la conducta? Ese pasaje único marca el alcance de la desviación de los autores desde la perspectiva y metodología de Marx, es decir, la concepción materialista de la historia. Además, ¿qué tipo de poder atribuyen los autores a los símbolos para que funcionen como "controladores" del comportamiento? Funcionan de acuerdo con la doctrina reflexológica pavloviana: son estímulos artificiales diseñados para provocar respuestas psicológicas específicas.

 

"Crear y utilizar estímulos artificiales como dispositivos auxiliares para controlar las propias reacciones también sirve como base para la nueva forma de determinación de comportamiento que distingue el comportamiento superior del elemental. La presencia de estímulos creados junto con los estímulos dados nos parece ser la característica distintiva de la psicología humana".

“Llamamos dispositivos de estímulos artificiales [sic; ‘Estímulo-medios’] introducidos por el hombre en una situación psicológica en la que cumplen la función de ‘signos’ de autoestimulación [znákami], dando a este término un sentido más amplio y al mismo tiempo más preciso que en el uso común. Según nuestra determinación [sic; ‘definición’], todo estímulo condicionado creado artificialmente por el hombre que es un medio para dominar el comportamiento, el de otro o el propio, es un signo [znak]” (Vygotsky, 1997, p. 54).

 

Así que tenemos una psicología en la que una capa de comportamiento naturalmente reactivo está dirigida por signos artificiales (signos lingüísticos en primer lugar). Los autores simplemente han reinventado el dualismo cartesiano expresado en un discurso materialista. El principio reflejo mismo, como Pávlov estaba feliz de reconocer, se debía a Descartes. Y si aceptas la mitad mecánica de la dicotomía cartesiana, no tienes más remedio que agregar la otra mitad "espiritual" en forma de lenguaje.

Esta versión psicologizada de la perspectiva de "autocontrol" de Engels también se transforma en una historia del desarrollo infantil. El niño, nos dicen, "nace en un entorno cultural y productivo preparado; y ahí radica la diferencia radical y decisiva entre él y lo primitivo". Sin embargo, "cuando nace, el niño no está en contacto con ese entorno, y se incorpora a él solo gradualmente" (Vygotsky, 1993, p. 113; énfasis original).

Al principio, el niño se encuentra en una "fase primitiva o caracterizada por formas naturales de comportamiento" en la que es incapaz de "utilizar funcionalmente los estímulos como símbolos" (Idem, p. 140). En esta 'fase primitiva', los niños son seres pre-sociales, orgánicos y animales, y es solo en 'la segunda fase del desarrollo cultural' que 'los procesos intermedios aparecen en el comportamiento del niño, alterando ese comportamiento mediante el uso de estímulos-símbolos' (Idem, p. 117).

Aunque podemos preguntarnos acerca de la visión de la socialidad en general que informa esta visión psicológica, encontraremos muy poco en Vygotski al respecto. No presta ningún interés psicológico al funcionamiento de la sociedad adulta, es decir, a la forma de existencia socialmente organizada en la que crecerá el niño. Hay razones para esto en las que no voy a entrar aquí. Cuando la vida social se describe en términos teóricos, está expresada directamente en el discurso reflexológico social del libro de  Bujarin:

 

"La vida social crea la necesidad de someter el comportamiento del individuo a los requisitos sociales y, junto con esto, crea sistemas de señalización complejos, medios de comunicación [sic; sviazi, "conexiones"] que guían y regulan el desarrollo de conexiones condicionadas [sviazi] en el cerebro de cada persona. La organización de la actividad nerviosa superior crea los requisitos previos necesarios, crea la posibilidad de una regulación externa del comportamiento [sic; "de regular el comportamiento desde el exterior"]" (Vygotsky, 1997, p. 56).

 

Cuando analizamos su relato del origen e historia humanos, vemos que este modelo evolutivo se proyecta en términos de estado "natural", reflexológico, de funcionamiento psicológico como la base sobre la cual surgirá la superestructura semiótica controladora. Diferentes comunidades humanas, gracias al nivel de control semiótico que han logrado, se encuentran a diferentes distancias del hipotético punto cero cultural.

De esta manera, todas las actividades y artefactos comunicativos, ya sea el habla, la escritura o el reparto de lotes, se eliminan de su contexto social y se les quita su significado y función social. Por lo tanto, la 'historia notable de la escritura' es una historia de 'los esfuerzos del hombre por controlar su memoria' (Vygotsky, 1997, p. 61) y 'el tipo de nudo, atado como una ayuda para la memoria, es claramente el vestigio más antiguo del cambio del hombre del uso de la memoria para controlarlo' (Idem, p. 59). Más tarde (Pensamiento y habla) aplica el enfoque de autodominio simbólico de una manera ligeramente diferente a la escritura (y a la enseñanza de la gramática) en el supuesto de que la escritura es una representación del habla. Esta es la razón por la que la de Vygotski no es una teoría de la actividad laboral, por ejemplo, o una actividad en general porque lo que hace que la actividad sea humana son las formas distintivas de la herramienta simbólica que permiten el control cognitivo y racional de la acción.

Volviendo a nuestro conjunto de conceptos semióticos: ¿cómo encajan las concepciones más orientadas semánticamente en este marco? Ya hemos visto la combinación de principios reflexológicos y lógicos-conceptuales en Bujarin. La respuesta corta es que proyectan una línea diferente, pero paralela, de la perspectiva de control simbólico. Por lo tanto, en una investigación sobre el significado de las palabras, la dicotomía inicial "natural" - "cultural" se volvió a contextualizar, en línea con una visión representativa del pensamiento, como una distinción entre la imagen "concreta" de objetos particulares vinculados a circunstancias inmediatas y el contenido conceptual ‘abstracto’ del pensamiento habilitado lingüísticamente. La noción de Vygotski de "concepto" y su papel en el pensamiento "cultural" avanzado, por lo tanto, se expandió en el espacio psicológico de la autorregulación simbólica que los mecanismos basados en el reflejo no podían alcanzar. Si el pensamiento y la percepción "naturales" tenían que ver con imágenes de cosas particulares en su contexto "concreto" de apariencia y uso, entonces el pensamiento "cultural" se apartaba de los detalles empíricos para intercambiar generalizaciones "abstractas" que permitían la "acción libre". En la práctica, como se muestra en la investigación intercultural, esto significó la descontextualización de las prácticas comunicativas, y la denigración de clasificaciones, cálculos y juicios "primitivos" imbuidos de la sabiduría de la experiencia en contraste con el pensamiento adecuadamente "conceptual" en el cual los objetos se categorizaron independientemente de su utilidad o conexiones prácticas de la vida real.

En términos generales, hay dos concepciones básicas del signo que sustentan los conceptos y principios fundamentales de la psicología de Vygotski en períodos particulares de la evolución de su pensamiento, a los que me refiero como:

 

1. El signo causal-mecánico: un signo que actúa, en virtud de su físico, como un "estímulo" que causa una "reacción" según el modelo reflexológico mecanicista.

 

2. El signo escolástico abstracto: un signo verbal (una palabra) considerado desde el punto de vista de su "significado" o "contenido" semántico donde este contenido se ve en términos de una relación representativa con la "realidad" en una escala de generalidad creciente conduciendo hacia un 'verdadero concepto'.

 

Estas son visiones igualmente empobrecidas. Las discusiones posteriores sobre "sentido", en oposición a significado, son interesantes, ya que reconocen el dualismo involucrado en los conceptos basados en la reflexología de "dos niveles" e intentan introducir la interpretación individual y la experiencia individual. Pero estos constructos, a su vez, se sientan dentro de un marco ya dado en el que los productos y procesos de las prácticas de creación de signos se han descontextualizado y no proporcionan formas de entender el papel de los signos y la creación de signos dentro de la actividad (individual o colectiva). 

No es que no haya ningún cambio o revisión de los puntos de vista de Vygotski y sus prioridades, sino que la razón básica para la elaboración progresiva de diferentes concepciones y principios sigue siendo un compromiso con la comprensión de la psicología humana distintiva en términos semióticos y, más específicamente en términos de control simbólico o regulación. La "nueva teoría de la conciencia de base semántica", que apareció en el trabajo posterior, no se presentó, al menos en esta etapa, como un cambio total de todas las concepciones anteriores, y de hecho, la concepción del significado de las palabras y la ley genética y la internalización se mantuvieron como presuposiciones.

Volviendo a Marx: a primera vista, el enfoque de Marx hacia el desarrollo histórico parece estar enmarcado por distinciones conceptuales que concuerdan con las psicológicas de Vygotski: autocontrol, autodominio, voluntario e involuntario, espontáneo y consciente y, quizás de manera crucial, ‘natural’ y 'social'. Ahora, Marx ciertamente habla sobre el crecimiento histórico de la libertad humana como una extensión progresiva del control consciente sobre la actividad productiva ‘natural’ y la organización social. Pero el término ‘natural’ no se refiere a un punto cero primitivo, pre-social y psicológico desde el cual despegará la historia cultural, sino a la sociedad misma, es decir, a formas de organización social, incluida la sociedad burguesa, antes de ese estado de ‘humanidad socializada’ a la que Marx se refirió como comunismo, por ejemplo:

 

“la división del trabajo nos ofrece el primer ejemplo de cómo, mientras exista el hombre en la sociedad natural, es decir, mientras exista una división entre el interés particular y el interés común, siempre que la actividad no sea voluntaria, pero naturalmente dividida, la propia acción del hombre se convierte en un poder extraño opuesto a él, que lo esclaviza en lugar de ser controlado por él" (Marx y Engels, 1970, p. 35).

 

Lo que, en Marx, se presenta como un proceso socio-histórico mediante el cual las comunidades enfrentan críticamente y ejercen colectivamente el control sobre sus propias prácticas y formas de relación social previamente desarrolladas, se convierte en Vygotski y Luria un proceso psicológico en el que el 'comportamiento' individual está sujeto a 'control' a través de símbolos ubicados en el entorno social. Comparemos a Engels, para quien 'Las fuerzas sociales activas funcionan exactamente como las fuerzas naturales: a ciegas, a la fuerza, destructivamente, mientras no las entendamos y nos reconciliemos con ellas' (Marx y Engels, 1970, p. 146), con Vygotski y Luria, para quienes la memoria del 'hombre primitivo' es la que 'funciona espontáneamente, como una fuerza natural. "La historia para Marx no fue un proceso de dominar nuestra naturaleza ‘animal’ subordinándola a la organización social, sino de dominar nuestra naturaleza humana, nuestro potencial para vivir humanamente, al abandonar las formas de organización social que nos obligaron a actuar de manera inhumana hacia unos y otros. Es el poder social colectivo el que es ‘natural’ en el sentido de estar fuera de control y se necesitará más que palabras u otras formas de violencia simbólica para ponerlo en evidencia. ‘Liberación’, como lo expresaron Marx y Engels, ‘es un acto histórico y no mental, y se debe a las condiciones históricas’ el [desarrollo] de la industria, el comercio, la agri[cultura], las [condiciones de la relación sexual] '(Idem, p. 27), una función del desarrollo integral de los poderes prácticos, intelectuales y sociales (Idem, p. 103).

 

Conclusión

 

Necesitamos una visión diferente de la creación de signos, que nos permita comprender la integración de las prácticas comunicativas en nuestras relaciones y actividades cotidianas, lo que hace justicia a la inteligencia comunicacional creativa del niño y a la reciprocidad fundamental de la socialidad. La actividad social requiere de sus participantes el poder de participar cooperativamente en una confluencia desarrollada dinámicamente de comportamientos prácticos y comunicativos inteligentes, con propósito. En otras palabras, debemos dejar atrás la dicotomía vygotskiana de ‘natural’ y ‘cultural’, así como la de "abstracto" y "concreto", repensando el carácter social del lenguaje y la comunicación. Se está desarrollando un campo emergente de enfoques de acción e integración para el lenguaje y la comunicación en los que se puede abordar tales desafíos.

Necesitamos una visión del lenguaje y de la comunicación como formas y medios de  práctica cooperativa situada, es decir, en términos de una señalización inteligente, socialmente organizada y cargada éticamente a través de la cual los individuos conciben, coordinan o integran reflexivamente sus contribuciones individuales en un conjunto o esfuerzo colectivo hacia un objetivo común. La creación cooperativa de la organización social involucrada en la comunicación en sí misma es una dimensión integrada de la organización social general de las actividades; todos los aspectos de estas actividades organizadas socialmente, incluidas las habilidades físicas involucradas, pueden transformarse y amplificarse recíprocamente entre sí en la búsqueda colectiva de objetivos y resultados particulares.

 

Bukharin, N. (1926) Historical Materialism: a System of Sociology. London: Allen & Unwin.

Marx, K. & Engels, F. (1970). Selected Works in Three Volumes. Vol. 3. Moscow: Progress.

Van der Veer, R. & Valsiner, J. (1991) Understanding Vygotsky. A Quest for Synthesis. Oxford: Blackwell.

Vygotsky, L. S. & Luria, A. R. (1993). Studies on the History of Behavior: Ape, Primitive, and Child. Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum.

Vygotsky, L.S. (1997) The Collected Works of L.S. Vygotsky. Volume 4 The History of the Development of Higher Mental Functions. New York: Plenum.