Este blog busca difundir algunas fuentes de la obra vygotskiana publicada en español, así como traducir algunos artículos editados en revistas y libros o bajados de la red; todo relacionado con Vygotski.

lunes, 27 de marzo de 2023

Chehonadskih

 

 

El drama comunista de la individuación en Liev Vygotski

Maria Chehonadskih

Stasis Vol. 5 (2017) No. 2: 110-135

https://doi.org/10.33280/2310-3817-2017-5-2-110-135

 

Traducción: Efraín Aguilar

 

Preludio: Los Capitales no escritos del marxismo soviético, o la incómoda unidad de Spinoza, Hegel y Marx

 

La psicología necesita su propio El Capital, sus propios conceptos de clase, base, valor, etc., en los que pueda expresar, describir y estudiar su objeto (Vygotsky 1997a: 330).

 

Al principio, una comparación de la psicología marxista con el nuevo El Capital suena oscura, casi paradójica. Uno no debe sorprenderse de que nunca haya encontrado una elaboración sistemática en el trabajo de Liev Vygotski. Otro gran intelectual soviético y amigo de Vygotski, Serguéi Eisenshtéin,1 también quiso escribir su propio Capital, pero en forma de película. El resultado, como es bien sabido, fue similar. La puesta en escena de Eisenshtéin de la obra maestra de Marx nunca tuvo lugar (Eisenstein 1976). En este sentido, estos Capitales no escritos podrían ser tomados como un síntoma de “la atmósfera de la década de 1920”, que “era favorable para que todo tipo de proyectos generales se antepusieran a la investigación concreta” (Kozulin 1990: 85). Tal perspectiva obligó a varios investigadores a concluir que la actitud de Vygotski hacia Marx apunta hacia la tarea metodológica de la ciencia posrevolucionaria para construir fundamentos dialécticos y materialistas para cualquier disciplina dada, o demarca su interés general en la tradición marxista. En consecuencia, hay dos enfoques correspondientes al trabajo de Vygotski. Su marxismo es considerado como un exótico rudimento soviético, que debe ser explicado, pero al mismo tiempo podría ser fácilmente removido (Doise et al. 1996). El caso contrario es la recuperación cuidadosa de todos los rastros de Marx, Hegel o Spinoza en Vygotski sin tener en cuenta el método, ya que tiene el interés de confirmar que Vygotski era marxista, marxista hegeliano o spinozista: la elección depende de la preferencia académica.2 La mayoría de los lectores contemporáneos de Vygotski se han criado en el contexto de una elección radical entre Hegel y Spinoza,3 y por lo tanto no pueden aceptar el sistema de pensamiento que reúne a estos dos pensadores.4

 

1 Vygotski fue un participante activo en los círculos artísticos de vanguardia. Para obtener más información sobre sus actividades artísticas, consulte Kozulin (1990: 20–49) y Van Der Veer (2011: 20–21).

2 Parcker revisa las interpretaciones más comunes del marxismo de Vygotski en un contexto angloamericano y más allá. Él proporciona su propia interpretación, que lamentablemente cae en una comparación propedéutica de la concepción hegeliana y marxista de la historia con la de Vygotski (Parcker 2008). Langford hace un comentario similar. Él equipara las etapas de desarrollo de Vygotski con la evolución de las formaciones sociales en la historia (Langford 2005: 27–39, 157–60). Algunos estudios recientes en psicología también confrontan el enfoque antidialéctico y cognitivista común en el contexto angloamericano. Así, Dafermos reconoce la importancia de la tradición marxista para la teoría de Vygotski al mostrar que la noción de desarrollo no puede separarse de categorías dialécticas como crisis y drama (Dafermos 2015). Sin embargo, el estudio no tiene la ambición de sacar conclusiones filosóficas más amplias del análisis, ya que la tarea aquí es repensar las corrientes hegemónicas en las escuelas psicológicas afines a la tradición de Vygotski.

3 Aludo aquí a los debates franceses sobre Hegel y Spinoza (Macherey 2011).

4 Hasta la fecha, solo he encontrado una obra dedicada a Hegel y Spinoza en Vygotski. Sin embargo, tanto Vygotski como Spinoza se han transformado en esta obra en filósofos analíticos hegelianos. En consecuencia, el contexto soviético desaparece por completo de este estudio (Derry 2013). En su estudio de la tradición spinozista rusa, Andriey Maidanski ocasionalmente apela a Hegel, pero su tratamiento de Vygotski se basa en una interpretación puramente spinozista (2003, 2012). Un enfoque similar caracteriza el trabajo filosóficamente informado del psicólogo ruso Alieksandr Surmava (2012). No tomo en cuenta la enorme cantidad de literatura secundaria relacionada con el campo de la historia intelectual. En la mayoría de los casos, tales comentarios cubren toda la gama de intereses filosóficos de Vygotski, pero otra pregunta es cómo se ha interpretado. Véase, por ejemplo, Kozulin (1990) y Van der Veer et al. (1991).

 

El núcleo del problema es que Vygotski usa la terminología de otra persona y la llena con contenido autoral. Aunque términos como “comportamiento humano” y “reflejo” se refieren directamente a la reflexología de Pávlov y al conductismo estadounidense, Vygotski los vuelve a investigar en relación con la conciencia y el inconsciente, el pensar y el hablar, el humano y el animal. Todos estos pares interactúan entre sí de manera dialéctica y reciben nuevos significados. Por lo tanto, la piedra angular del proyecto de Vygotski, que se hará famoso con el nombre de "psicología cultural-histórica", es un reexamen crítico de varias tendencias en las ciencias sociales: conductismo, psicología Gestalt y psicoanálisis. Tenemos que entender el uso de los viejos conceptos de esta manera crítica, pero no como una expresión de simpatía con Pávlov, James o el pragmatismo estadounidense.5 En general, parece que no hay hipótesis sobre lo que podría ser El Capital de Vygotski y cuál es la unidad de Spinoza, Hegel y Marx.

 

5 Ver, por ejemplo, una comparación con el pragmatismo en Edwards (2007: 77–100) y con Wersch (1985: 200).

 

Para aproximarnos a esta unidad, debemos tener en cuenta las construcciones epistemológicas producidas antes, durante y después de la Revolución de Octubre que revelan una llamativa coexistencia de inmanencia y dialéctica.

Más precisamente, las figuras clave de los círculos revolucionarios rusos han comenzado a formular la importancia de los legados hegelianos y spinozianos para el marxismo.6 La filosofía soviética aclaró qué se puede adoptar de Hegel y Spinoza para el proyecto revolucionario, y por qué. En lugar de preguntar cómo criticar a la sociedad capitalista, cuestionó qué debería hacer la sociedad después de la revolución. Así, toda la historia de la filosofía a menudo sirve aquí como material de construcción, independientemente de si un discurso elegido fue considerado hostil al marxismo en los círculos académicos y políticos occidentales. A este respecto, peculiares uniones de Marx, Hegel y Spinoza surgieron sobre la base de un espacio vacío, que la tradición marxista crítica había dejado abierto para tales cuestiones especulativas.

 

6 La línea de argumentación sobre la unidad de Hegel y Spinoza solía ser la siguiente: “El materialismo dialéctico, según Dieborin, es una síntesis de la dialéctica hegeliana reelaborada materialistamente y el materialismo feuerbachiano. Y, dado que el materialismo de Feuerbach es una modificación del spinozismo, este último es un componente esencial de la filosofía marxista” (Kline 1952: 25).

 

Una apelación no dogmática a la historia de la filosofía preparó el terreno para conexiones de ideas originales y productivas en Vygotski, quien desarrolló una teoría de la individuación para respaldar el argumento de que el pensamiento debe entenderse como una forma de actividad desarrollada históricamente. En consecuencia, sólo la constitución consumada del pensamiento activo podría formar una sociabilidad comunista. Vygotski reorientó la dialéctica metafísica de la naturaleza y la comprensión fisiológica del  pensamiento, propuestas por un materialismo filosófico de tipo engelsiano, hacia una concepción materialista de la subjetividad comunista. Podría argumentarse que esta lógica evita las trampas de la alternativa entre Hegel y Spinoza, el vitalismo y el constructivismo social.

Sociológicamente hablando, esta perspectiva comunista del proyecto de Vygotski parte de una pregunta muy simple, a saber, ¿cómo en el contexto dado de pobreza y analfabetismo masivo puede nacer el nuevo sujeto del comunismo y quién es este nuevo sujeto? La diversidad de la pobreza soviética y la peculiaridad de las expresiones de pensamiento impresionan profundamente a Vygotski. Dedicó al análisis de la relación dialéctica entre pensamiento y habla toda la obra Pensamiento y habla (Vygotsky 1987). Este interés rara vez se toma dentro de un contexto del estrato geológico posrevolucionario de jergas de ciudad, dialectos provinciales y lenguaje callejero. Sin embargo, es precisamente donde se pueden encontrar las raíces sociológicas del comunismo de Vygotski. Su filosofía experimental estuvo vinculada al trabajo práctico: a la investigación clínica, la elaboración de programas educativos para las minorías étnicas soviéticas, un enfoque pionero de la educación de sordos y ciegos, por nombrar algunos. Por lo tanto, esta atención a la pobreza y la discapacidad puede apuntar a una idea de transformación radical de la imagen de una clase obrera industrial masculina fuerte. En cambio, el problema central en Vygotski son los proletarios posrevolucionarios, los campesinos, las minorías étnicas, las mujeres y los niños “realmente existentes”, es decir, una cacofonía desclasada, ensamblada como un mosaico, de lo viejo y lo nuevo, lo progresista y lo reaccionario.7

 

7 El interés por la clase obrera “afuera” se puede detectar en la cantidad de proyectos y estudios. Véase, por ejemplo, el estudio empírico de las minorías étnicas soviéticas realizado en Asia Central en 1931-1932 por el laboratorio de Vygotski. Vygotski no participó en la expedición, pero un miembro del laboratorio, Alieksandr Luria, realizó el trabajo de campo bajo su supervisión (Luria 1976). Luria publicó los resultados de esta investigación solo en la década de 1970, porque la expedición provocó debates públicos hasta el punto de acusar a Luria y Vygotski de ser fascistas. Para obtener información sobre la expedición y sus controversias, incluido el contexto político y económico de la colectivización en Asia Central, consulte Van der Veer y Valsiner (1991: 242–55). Antes de la expedición, Vygotski escribió un artículo en el que criticaba el enfoque "negativo" de los estudios de las minorías que generalmente comenzaba preguntando qué le falta a él o ella en comparación con un niño "civilizado". Llamó a esta perspectiva “tradicional” y señaló que expresa la idea colonial del hombre primitivo. En cambio, el enfoque positivo es un análisis histórico y concreto del desarrollo de un niño bajo condiciones culturales dadas (Vygotsky 1929).

 

Sin embargo, tal interpretación contradice la visión sobre el constructivismo social de Vygotski que históricamente coincide con las discusiones típicas sobre el hombre nuevo soviético y la “construcción de la vida” socialista (zhiznestroienie).8 Esta proyección constructivista imaginaria, se puede argumentar, obligó a Vygotski a estudiar la historia de la conciencia, o mejor, la historia del comportamiento cultural. Este constructivismo suele partir de la cuestión de cómo se forma la conciencia. Sin embargo, Vygotski no está de acuerdo con la visión soviética tradicional sobre la conciencia como un simple producto de las relaciones sociales y rechaza un enfoque sociológico de la clase social como un personaje arquetípico, formado por el entorno. Si la conciencia es solo una proyección de las relaciones sociales en la mente, debería haber solo unos pocos tipos humanos con un comportamiento predecible, similar al realista socialista “hombre típico en una situación típica”.9 En cambio, lo social se transforma en lo psíquico a través de un complejo sistema de mediaciones: “Cambiando la conocida tesis de Marx, podríamos decir que la naturaleza mental del hombre representa la totalidad de las relaciones sociales internalizadas y convertidas en funciones del individuo y formas de su estructura” (Vygotsky 1997c: 106).

 

8 Véase el artículo de Vygotski “La alteración socialista del hombre” (1994). El término “construcción de vida” (zhiznestroienie) pertenece a Chuzhak (Chuzhak y Lodder 2009 [1923]).

9 Me refiero al engelsiano “personajes típicos en circunstancias típicas” atribuido al realismo y tomado como axioma para el arte realista socialista en la Unión Soviética (Engels 1967: 42). Vygotski critica a Sombart precisamente por esta razón (Vygotsky 1997b: 106).

 

Lo que le interesa a Vygotski es la historia de la conversión de lo social en psíquico. Esta conversión se observa a nivel de la formación de la percepción, el pensamiento, el habla, la volición y los afectos. Les atribuye naturaleza funcional y estructural y llama a la unidad estructural de estas funciones "funciones mentales superiores", en oposición a las "funciones mentales inferiores" naturales, como el reflejo y el instinto. Aunque la terminología de “superior” e “inferior” tiene huellas metafísicas en la mentalidad científica del siglo XIX y delimita la diferencia entre animal y humano, biológico y cultural, Vygotski subraya que “inferior” y “superior” no apuntan a la vertical temporalidad del desarrollo filogenético, sino que significan una dimensión espacial, el “lugar en desarrollo” (Vygotsky 1999a: 33-34) que, como veremos más adelante, tienen una estructura temporal radicalmente diferente. Por ejemplo, en el último trabajo La historia del desarrollo de las funciones mentales superiores (1997c [1983]), Vygotski señala que los procesos biológicos inferiores son superados (aufgehoben) por los procesos históricos superiores. Señala el significado dual del hegeliano Aufhebung que es "eliminación", "rechazo" y también "preservación" y "salvación". Este significado dual “generalmente se traduce bien al ruso con la palabra sjoronit [enterrar], que también tiene un sentido positivo y negativo: destrucción y preservación” (Vygotsky 1997c: 81). Esta importante observación debe ser tenida en cuenta. Precisamente esta lógica de funciones “enterradas” cambia toda la perspectiva de la concepción vygotskiana del desarrollo que es tanto dialéctica como “geológica”:

 

Todo comportamiento cultural […] implica conflicto; la forma antigua es expulsada, a veces completamente interrumpida y, a veces, hay una superposición "geológica" de varias épocas genéticas que hacen que el comportamiento de una persona culta se asemeje a la corteza terrestre (Vygotsky 1997c: 221-22).

 

El análisis de las funciones mentales aparece como una recuperación de la historia “geológica” del desarrollo de la conciencia. El significado de la palabra “historia” y el significado del término “psicología histórica” se refieren al enfoque dialéctico de las cosas. Pensamiento, habla, memoria, voluntad y otras formas de comportamiento cultural son entidades estructurales dinámicas. Cada uno de ellos tiene una génesis y un desarrollo únicos, y cada uno de ellos es el resultado de una serie de determinaciones mutuas negativas y afirmativas. En Pensamiento y habla, las funciones superiores pasan por varios planos de desarrollo desde la generación hasta la culminación en el pensamiento verbal, y en el nivel de la conciencia el sujeto pasa de la certeza de los sentidos a la autocomprensión. Blunden afirma que tal exposición casi repite la Lógica de Hegel. En Pensamiento y habla, Vygotski parte de la unidad sincrética de sujeto y objeto (pensamiento no verbal y habla no intelectual) que luego se divide en habla y lenguaje, mientras que habla y lenguaje se dividirán en lo interno y lo externo para finalmente reencontrarse de nuevo como discurso intelectual (Blunden 1997). Este es un enfoque bastante común para la comprensión de Vygotski del desarrollo histórico (ver n 2). Sin embargo, el esquema de Blunden puede parecer una simplificación excesiva si exploramos e impulsamos la comprensión de Vygotski de la totalidad de las formas mentales como “temporalidad espacial” de funciones “enterradas”, otro nombre para el cual es el proceso de individuación. En este artículo me gustaría cuestionar el finalismo hegeliano de Vygotski mediante la recuperación de una comprensión spinozista de la actividad como diversificación espacial y estructural del comportamiento que tiende a una “forma adecuada”, pero no tiene un punto máximo.

 

En el principio fue la acción: Ontología de la mediación

 

La historia dialéctica del comportamiento cultural de Vygotski comienza con la resolución del problema mente/cuerpo. Afirma que un enfoque materialista de la conciencia humana debería ser monista, sin privilegiar la determinación física de lo psíquico ni tratar la organización física del organismo humano como un efecto del dominio psíquico. Tanto la explicación causal de la relación entre la mente y el cuerpo como el paralelismo caen en la comprensión mecanicista de la vida mental (Vygotsky 1997d: 114-15) y definen el cuerpo o la mente como una causa efficiens de la vida mental. Sin embargo, no existe un lugar privilegiado donde resida la vida mental, “[p]orque para la psicología dialéctica la mente no es, en palabras de Spinoza […] algo que se sitúa fuera de la naturaleza o como un reino dentro de un reino, es una parte de la naturaleza misma, directamente ligada a las funciones de la materia organizada superior de nuestro cerebro” (Vygotsky 1997d: 112). Aquí Vygotski traduce a su propio lenguaje la comprensión de Spinoza del hombre como una causa parcial o inadecuada que carece de autonomía y poder absoluto (Spinoza 1994 [1677], Eth., III, D1). La tercera parte de la Ética de Spinoza, de la que Vygotski toma prestada la comparación del hombre con el reino dentro del reino, parte del supuesto de que los seres humanos no deben entenderse como cosas excepcionales o anómalas, sino como cosas que obedecen y dependen de la ley natural (Spinoza 1994 [1677], III, Prefacio). Del simple hecho de esa dependencia de la ley natural se sigue la unidad de lo físico y lo psíquico.10 Sin embargo, para evitar las trampas de la uniformidad solipsista de ambos lados, la psicología tiene que redefinir su objeto e introducir un tercer término: proceso mental, que es la unidad real de los dos opuestos que media dos lados. Lo psíquico y lo físico se toman aquí no como dos órganos aislados de la vida humana, sino como un proceso de esa vida. Sólo así, cuando los tratamos como proceso, es posible explicar lo que hacen.

 

Es absurdo aislar primero una cierta cualidad del proceso integral y luego plantear la cuestión de la función de esta cualidad como si existiera en sí misma, con total independencia de ese proceso integral del que forma una cualidad. Es absurdo, por ejemplo, separar el calor del sol, atribuirle un significado independiente y preguntar qué significado puede tener ese calor y qué acción puede realizar […] Es absurdo preguntar si una determinada cualidad puede actuar sobre el objeto del cual forma una cualidad (Vygotsky 1997d: 114).

 

10 Un argumento similar sobre la resolución del dualismo de mente y cuerpo puede encontrarse en el tratado de Vygotski sobre Spinoza (Vygotsky 1999b).

 

El nivel del proceso es el nivel de desempeño y en el nivel de desempeño es difícil separar cada lado. El proceso es un plano monista de lo psíquico y lo físico. Es notable que en su ensayo sobre Spinoza, el filósofo soviético Évald Iliénkov explica la unidad de cuerpo y mente de manera similar, casi repitiendo el argumento de Vygotski décadas después:

 

No se pregunta cómo se construyen las piernas capaces de andar, sino en qué consiste el andar. ¿Qué es pensar como la acción de, aunque inseparable de, los mecanismos materiales por los que se efectúa, pero de ninguna manera idénticos a los mecanismos mismos? En un caso, la pregunta es sobre la estructura de un órgano, en el otro, sobre la función que realiza el órgano. Las estructuras, por supuesto, deben ser tales que puedan llevar a cabo la función apropiada; las piernas están construidas para que puedan caminar y no para que puedan pensar. Sin embargo, la descripción más completa de la estructura de un órgano, es decir, su descripción en un estado inactivo, no tiene derecho a presentarse como una descripción, por aproximada que sea, de la función que desempeña el órgano, como una descripción de la cosa real que hace (Ilyenkov 1977: 45).

 

La estructura de un órgano no es la de la conciencia humana, ya que el órgano no es la conciencia. Vygotski critica a Freud y Piaget precisamente por su incapacidad para adoptar un punto de vista monista sobre la conciencia humana. El primero fundamenta la libido y reduce la explicación de la vida psíquica al comportamiento instintivo (Vygotsky 1997d: 112), mientras que el segundo hace lo mismo en relación con el discurso egocéntrico (Vygotsky 1987: 53-91). Iliénkov resume perfectamente esta tendencia al decir que el estudio de la “estructura del lenguaje” o la estructura del cerebro es solo uno de los muchos presupuestos del pensamiento que no tiene nada que ver con el proceso de pensar y pensar como tal.11

 

11 Este pasaje fue omitido en la versión del texto en inglés. Ver el original en ruso (Ilyenkov 1984: 37–38).

 

Entiendo el concepto de proceso mental como expresión de la idea de que el problema de la conducta es el problema de la actividad. La pregunta no es cómo funciona un órgano, sino cómo se comportan los humanos; lo que hacen y cómo actúan. Eso significa que el comportamiento como unidad de mente y cuerpo es una estructura procesual de actividad. Pero, ¿cómo se ve esta estructura? El comportamiento humano difiere cualitativamente del comportamiento animal. Esta diferencia cualitativa no es una simple suma de respuestas condicionadas acumuladas ante estímulos que Pávlov y la reflexología proponen como esquema explicativo del tránsito de lo biológico a lo social. Vygotski compara el ámbito de lo social con un salto dialéctico que aleja el comportamiento humano del esquema de estímulo-respuesta (Vygotsky 1997c: 38-39). Este salto dialéctico no es ni una transición de la cantidad a la calidad, a través de la cual el diamat [materialismo dialéctico] explica varios fenómenos desde la ebullición del agua hasta la formación de un movimiento en masa, ni una complicación gradual del comportamiento a lo largo del curso del desarrollo de un organismo (Engels 1987: 356-61). El salto dialéctico es una conversión de lo natural en histórico a través de un cambio radical del tipo de desarrollo, de evolutivo a dialéctico (Vygotsky 2007c: 226).

Anteriormente, Vygotski señala que un ser humano se diferencia de un animal por el hecho mismo de que un cuerpo establece aquí una cadena de reacciones que reaccionan a los afectos del cuerpo (Vygotsky 1997e: 73). La conciencia es el conjunto de capacidades que se derivan de la capacidad de un cuerpo para afectarse a sí mismo. Vygotski compara la reflexión simple con la causa effectum, donde la causa A es igual al efecto B, y el efecto B que provoca un nuevo efecto C es igual a B: “Un estanque refleja todo; una piedra reacciona en principio a todo. Pero estas reacciones equivalen a la estimulación: causa aequat effectum” (Vygotsky 1997a: 274-75). Podemos sugerir que esta cadena simétrica de identidades es el reino de la inmediatez, mientras que la cadena causal del lado de la conciencia humana es lo que se podría llamar una causa intencionalis. Esta capacidad de relacionar reacciones con uno mismo (autoestimulación) es la capacidad de apropiarse de los afectos. El concepto de autoestimulación entendido como dirección mental puede parecer un concepto fenomenológico, pero Vygotski desafió su propia teoría cuando introdujo una comprensión histórica y materialista de la autoestimulación. Explica que no es el ámbito de la naturaleza lo que permite a los humanos reafirmar sus reacciones, sino el ámbito de la vida social. En otras palabras, el contacto social y la presencia del otro provocan una reversibilidad del yo. El plano monista de lo individual y lo social es similar a una escisión freudiana del ego en la conciencia individual, pero para Vygotski, el ello es el ámbito social de la inmediatez, el hábitat de un “yo” que lo supera en poder y fuerza.12 Lo social, como ámbito de la inmediatez, es el estadio de la certeza sensible, donde tiene lugar la primera escisión entre lo inconsciente (social) y el sujeto de este inconsciente. Es a partir de este tipo de inmediatez que la conciencia comienza a mediarse a sí misma.

 

12 En lugar de una comprensión freudiana del inconsciente, Vygotski toma la teoría del inconsciente de Høffding, quien “equiparaba la importancia de la introducción del concepto de inconsciente en psicología con [la introducción de] el concepto de energía física potencial en física (Vygotsky 1997d: 116).

 

La teoría de Vygotski no sigue el rechazo total de lo biológico. Por el contrario, cree que la psique humana es lo que realmente conecta la “historia natural” (evolución) y la “historia de la sociedad” (historia como tal) (1989: 55). La diferencia entre lo biológico y lo social radica en el hecho mismo de que donde “es imposible un mayor desarrollo orgánico, se abre un inmenso camino de desarrollo cultural” (Vygotsky 1997c: 229). Por ejemplo, la discapacidad puede mediarse a través de medios sociales y culturales, un sistema de escritura táctil o una prótesis podrían ser solo un ejemplo de tal mediación. Por lo tanto, la pregunta aquí es cómo mediar un material biológico dado para llevarlo a una forma social. En este sentido, el estudio de la conducta humana para Vygotski comienza donde termina el estudio biológico.

En La historia del desarrollo de las funciones mentales superiores, Vygotski introduce el concepto de mediación mediante una anécdota filosófica sobre el asno de Buridan, que se muere de hambre al no poder elegir entre dos opciones similares de comida. Esto se debe a que en tal hipotética situación tanto el animal como el hombre estarían en un modelo de estímulo-respuesta (causa aequat effectum), incapaces de elegir entre dos opciones idénticas de alimentación. Sin embargo, esto correspondería a una respuesta pasiva a la situación y la fluctuación entre dos opciones (o motivos en la terminología de Vygotski) que podría resolverse de manera activa introduciendo un tercer término en la situación: los estímulos artificiales o motivos auxiliares. Vygotski ilustra tal resolución con un episodio de Guerra y paz de Tolstói. Pier Biezújov no puede decidir si debe unirse al ejército o quedarse en Moscú, por lo que juega un juego de solitario para determinar su elección. Después, Pierre se encuentra en el mismo estado de angustia y aún no puede elegir, pero la lección fundamental de Tolstói, según Vygotski, es la solución de la mediación que ayuda a evitar la trampa de los dos motivos. La introducción del tercer término muestra una nueva estructura de estímulos artificiales, que ayuda a determinar la elección a través de herramientas externas especiales (Vygotsky 1997c: 44–52). Citando a Spinoza, Vygotski subraya el hecho de que la fluctuación entre opciones de Biezújov demarca la imposibilidad de la "libre elección" y el "libre albedrío", pero ejemplifica la capacidad humana para reconocer la necesidad.13

 

El experimento nos dice que la libertad de la voluntad no es la libertad de los motivos; consiste en que el niño reconoce una situación, reconoce la necesidad de hacer una elección basada en un motivo y, como dice la definición filosófica, en el caso dado, su libertad es el reconocimiento de la necesidad […] Como sabemos, la ley fundamental de nuestro comportamiento establece que el comportamiento está determinado por situaciones y la reacción es provocada por estímulos; por eso la clave del control de la conducta está en el control de los estímulos. No podemos dominar nuestro propio comportamiento excepto a través de estímulos apropiados. En los casos de selección con el dado del que acabamos de hablar, el niño controla su conducta, dirige su conducta a través de los estímulos auxiliares. En este sentido, el comportamiento humano no es una excepción a las leyes de la naturaleza. Como sabemos, estamos sujetos a la naturaleza, cumplimos con sus leyes. Nuestro comportamiento es uno de los procesos naturales, cuya ley básica es también la ley de estímulo-respuesta, y por ello la ley básica para dominar los procesos naturales es dominarlos a través de estímulos (Vygotsky 1997c: 210).

 

13 Vygotski desarrolla el argumento sobre Spinoza y su comprensión del libre albedrío (Vygotsky 1999c: 207-11).

 

De aquí sigue que la formación de las funciones psíquicas superiores —percepción, memoria, pensamiento y habla— corresponde al esquema básico de la mediación: la conexión entre el estímulo A y la reacción B se establecerá siempre por medio del estímulo X, que afectan a B y transforman la reacción. La introducción de los medios-estímulos artificiales caracteriza el desarrollo de la memoria, cuando un hombre hace un nudo para recordar algo o cuando un niño cuenta con los dedos (Vygotsky 1997c: 44-52). En ambos casos, los estímulos funcionan como una herramienta para que la apropiación del entorno social emancipe el comportamiento humano de la inmediatez de la percepción. Podríamos decir que una herramienta psicológica es el medio de producción del comportamiento cultural.

La producción del comportamiento cultural es el proceso de diferenciación y estratificación de la estructura biológica, mediante la intervención de un nuevo miembro intermedio en la relación operativa entre estímulo y reacción. El plano biológico, como base para la producción del comportamiento humano, sigue siendo el mismo, pero los órganos artificiales (herramientas) transforman su lógica funcional-operacional dentro del entorno e introducen un nuevo plano histórico y cultural de desarrollo: la actividad social mediatizada. 14

 

14 Hay que subrayar que la palabra rusa diéyatielnost —actividad— está más cerca del alemán Tätigkeit. Diéyatielnost deriva del verbo diélat (hacer) y del sustantivo dielo (hecho). La actividad inglesa corresponde al ruso aktívnost.

 

Un argumento similar sobre la modificación de la estructura biológica por medio de la producción de herramientas se puede encontrar en Creative Evolution de Henri Bergson (1944 [1911]). Afirma que en el ámbito biológico de la vida, un “instrumento forma parte del cuerpo que lo usa […] hay un instinto que sabe usarlo”, porque un instrumento está inscrito en el “trabajo organizador de la materia viva”. La modificación de esta estructura “implica la modificación de la especie” o la introducción de la lógica de la inteligencia frente a la lógica del instinto. La lógica de la inteligencia es “la facultad de fabricar objetos artificiales […] herramientas para hacer herramientas”. Una herramienta artificial extiende el cuerpo orgánico y crea un campo exterior ilimitado para una acción que supera la estructura cerrada y cíclica del hábitat animal (Bergson 1944: 153-56).

No es demasiado difícil ver que la comprensión de la acción humana como modificación de la materia prima se refiere además a la definición aristotélica de la mano como la herramienta de la herramienta y la mente como la forma de las formas. Sin embargo, el aristotelismo de este tipo es similar a Vygotski solo a primera vista. Vygotski era un lector de Creative Evolution y se refiere a los pasajes citados anteriormente en su cuaderno. Para él, Bergson pierde un punto crucial, a saber, la internalización de una herramienta y su transformación en la función intelectual. Cuando la herramienta se convierte en un órgano interno, una nueva construcción interna cambia no solo la estructura del hábitat, sino también las funciones cerebrales (Vygotsky 1986:52). Se puede agregar que Bergson pasa por alto la dialéctica de la mediación y confunde “la lógica de la inteligencia” con la fuerza orgánica y vital de la vida humana. Para Vygotski no hay nada orgánico en la inteligencia, es un conjunto de relaciones complejas que median y entierran “la lógica del instinto” y no la producción de las herramientas per se. Aquí haré una digresión para observar que precisamente este punto “materialista histórico” separa la teoría de la individuación de Vygotski y la de Gilbert Simondon. Expliquemos más la lógica de la internalización.

Vygotski destaca la similitud entre los medios auxiliares, que ayudan a resolver situaciones psicológicas como recordar, comparar o informar algo, y una herramienta de trabajo (orudie o Werkzeug). Tanto los medios auxiliares como las herramientas de trabajo son los instrumentos de la razón. Ahora bien, si una herramienta como medio de trabajo ayuda a apropiarse de materiales naturales que se encuentran fuera del cuerpo humano, medio auxiliar es la estructura de significación que se deriva de los medios de comunicación social. Los medios auxiliares ayudan a dar sentido a una acción. Esta estructura de dar sentido es la estructura de la mediación, que une herramienta y signo. En este sentido, las funciones psicológicas “no son estructuras naturales, sino construcciones”, “los modos de acción del exterior” que se apoderan de los “procesos internos” (Vygotsky 1986:55). Así, lo que une herramienta y signo es la lógica de la mediación, y por tanto, herramienta y signo operan lógicamente de la misma manera, pero difieren estructuralmente. Una herramienta afecta un objeto de actividad y lo transforma, mientras que un signo no cambia nada en el objeto, pero afecta el comportamiento del sujeto.

Por lo tanto, la herramienta y el signo tienen diferentes direcciones, la externa y la interna, pero a pesar de esa diferencia son mutuamente dependientes y representan una unidad dialéctica de opuestos.

La noción de mediación corresponde a la esencia transformadora del trabajo en Marx.15 Sin embargo, según la determinación de Vygotski, la función transformadora del trabajo de hecho se encuentra fuera del trabajo. Werkzeug es un estímulo-objeto y, a menos que se introduzcan estímulos-medios en la estructura, la línea natural de desarrollo permanecerá en su lugar (Vygotsky 1997c: 84). Vygotski se desvía de Marx cuando introduce el papel principal del signo y la significación en el comportamiento humano. La concepción filosófica de Marx sobre el trabajo y los medios de trabajo (herramientas) no es tan diferente del aristotelismo, mencionado anteriormente (Marx 1982: 283-86). Sin embargo, Vygotski se aferra a un pasaje de El Capital sobre un mal arquitecto y una buena abeja para hacer de Marx un aliado de la teoría de la significación. Marx dice que incluso las mejores abejas construyen la celda instintivamente, mientras que el resultado del trabajo “ya existía idealmente” incluso en el peor modelo arquitectónico. Para Vygotski, el peor de los arquitectos representa la característica distintiva del comportamiento humano que es “la duplicación de la experiencia”, la imaginación de la forma ideal antes de un acto de trabajo (Vygotsky 1997e: 68). Sin embargo, en sus escritos posteriores, Vygotski muestra que la capacidad de adelantarse a un acto se desarrolla dialécticamente y no puede existir “por adelantado” como un atributo metafísico del ser humano. Al comienzo de este desarrollo, la acción es afectiva y precede a la reflexión. Una vez que el habla se introduce en la estructura del comportamiento, al principio acompaña a la actividad, y solo al pasar por varios pasos dialécticos, correspondientes al proceso de dominar las capacidades del habla, el pensamiento anticipa y explica la acción que aún no se ha realizado (Vygotsky 1999a: 24-26) . Criticando la fórmula logocéntrica cristiana, “en el principio era la palabra”, Vygotski admite que “el intelecto [práctico] es genéticamente más antiguo que el verbal; la acción precede a la palabra, e incluso la acción sabia precede a la palabra sabia”, pero la acción es sólo el comienzo, “el punto inicial del movimiento” (Vygotsky 1999a: 65).16 “[Si] el acto, independientemente de la palabra, permanece al comienzo del desarrollo, luego al final está la palabra convirtiéndose en acto” (Vygotsky 1999a: 68). Podría argumentarse que el trabajo es un caso especial de actividad (Tätigkeit), mientras que la actividad sin significación es el caso especial de comportamiento. La significación pasa a transformar la actividad de trabajo o cualquier otro tipo de actividad con los objetos y materiales de la interacción pasiva con el entorno a la autoestimulación.

 

15 Vygotski explica su teoría de la mediación con referencia a Marx (Vygotsky 1997c: 61–62).

16 Traducción modificada con la palabra “sabio” en lugar de “mental” para resaltar el significado coloquial de la frase úmnoie dielo (acción sabia) y úmnoie slovo (palabra sabia). Ver edición rusa (Vygotsky 1984: 86)

 

Para Vygotski, un signo es cualquier tipo de estímulo condicional creado artificialmente por el hombre, para el hombre. Al principio, una señal es solo una herramienta de comunicación con el entorno externo. Es un “gesto en sí mismo” que indica acto intencional. Por lo tanto, el desarrollo del niño comienza con intentos fallidos de agarrar un objeto, lo que podría ser reconocido como un "gesto de señalar" solo por una madre; en otras palabras, el significado de toda la situación —el gesto de señalar— introducido por el otro, cuando una madre comienza a comunicarle al niño el movimiento de agarre fallido.

El niño reconocerá el “gesto para los demás” solo conectando la idea de agarrar con la situación objetiva que incluye un objeto deseado y una persona, que puede traer eso. En este punto el “gesto para los demás” se convierte en un “gesto para sí mismo”17 o una estructura de comprensión, a partir de la generación de un discurso significativo.

 

17 Aunque en el pasaje sobre el gesto de señalar Vygotski se refiere directamente a Hegel, la traducción al inglés enmascara su terminología hegeliana: gesto en sí mismo (zhest v siebié) traducido simplemente como “gesto de señalar” y gesto para sí mismo (zhest dlia siebiá) traducido como “gesto para uno mismo” (Vygotsky 1997c: 104-05). Véase la edición rusa (Vygotsky 1983: 143–44).

 

La individuación se representa aquí como un movimiento hegeliano del ser en sí mismo al ser para sí mismo, pero para el hegeliano-spinozismo de Vygotski significa un movimiento de un universal abstracto (el inconsciente social) al singular concreto (un individuo).18

 

18 Esto puede parecer un total malentendido de Hegel. Sin embargo, el intento de Vygotski de concretar su teoría de la individuación a través de Hegel y Spinoza tiene continuación. Podría compararse con un reciente análisis comparativo de individuación y deseo en Hegel y Spinoza realizado por Jason Read (2012).

 

Sin embargo, esta lógica dialéctica triádica se complica por el hecho de la doble mediación. En su cuaderno, Vygotski escribe que el hombre es homo duplex (Vygotsky 1986: 54), porque todas las funciones superiores presuponen un modelo particular de relaciones sociales. En la nueva estructura del comportamiento cultural, el signo aparece no entre sujeto y objeto, sino entre dos sujetos a través del objeto, donde el objeto pasa a significar algo sólo gracias a la comunicación entre los sujetos. Las relaciones sociales forman una significación externa, donde el signo aparece como “función inter-mental”. Al mismo tiempo, el sujeto forma una significación interna, que “transfiere la relación social […] hacia el interior de su personalidad”. En otras palabras, “[la] historia de las funciones mentales superiores se revela aquí como la historia de convertir medios de comportamiento social en medios de organización psicológica individual” (Vygotsky 1999a: 41). Significa que el sujeto interioriza no el objeto como tal, sino la relación, establecida a través del objeto.19

 

19 Paolo Virno analiza la relacionalidad de los medios de individuación preindividuales en términos de objetos transindividuales, que cosifican las relaciones entre sujetos. La reificación se “encarna en los objetos de la relación, mientras que el fetichismo es “una relación entre objetos” (Virno 2015: 143).

 

Aunque Vygotski afirma que la formación de funciones mentales superiores es un proceso social, es la internalización del signo, como se mencionó anteriormente, lo que cambia la estructura del cerebro. Los elementos del entorno social “comienzan a ser utilizados como agentes activos que controlan el proceso mental desde el exterior” (Vygotsky 1999a: 46). La significación es el dominio del comportamiento del otro o del propio por medio de la creación de las “conexiones en el cerebro desde el exterior”. Permite al hombre controlar su propio cuerpo. El uso de signos reestructura las funciones mentales. Si se puede decir así, la socialización del cerebro y la individuación de la conducta son sólo otra demostración de la doble mediación, es decir, la simultaneidad del movimiento externo e interno en el proceso de desarrollo.

Toda función mental “aparece dos veces en escena, en dos planos” (Vygotsky 1997c: 106), como una relación social que se vuelve intermental (función para otro) e individualmente intramental (función para sí). De hecho, todas las funciones mentales muestran una divergencia estructural similar. Cada función aparece como una cosa unívoca a menos que se transforme en un proceso (Vygotsky 1997c: 68). La perspectiva monista del proceso, como ya se ha mostrado, permite revelar la unidad dialéctica de lo psíquico y lo físico, pero también reconoce una contradicción entre cómo aparece un proceso y cómo se estructura. Esto está muy cerca del análisis de Marx de la forma convertida que describe la conversión de las relaciones internas en un sistema capitalista, cuando un proceso complejo es sustituido por expresiones indirectas. Por ejemplo, en los fenómenos que son forma de valor, la propiedad de las relaciones sociales se atribuye a las cosas sin ninguna conexión con la actividad humana. Se podría argumentar que es posible aplicar la forma convertida al análisis de la individuación de Vygotski, ya que la tarea es revelar el carácter estructural complejo de la totalidad de las formas mentales.20

 

20 Nos basamos en el artículo de Mierab Mamardashvili dedicado al concepto de la forma convertida en Marx (1990). Mamardashvili afirma que el concepto puede funcionar como una herramienta epistemológica para analizar "sistemas empíricos complejos" con el objetivo de la "desobjetivación" de formas convertidas y la "superación" de la unidad de objeto y conocimiento. Argumenta que la forma convertida, entendida de esta manera, podría abrir una nueva posibilidad poscartesiana para la filosofía. La forma convertida permite criticar el reduccionismo fenomenológico y el formalismo estructuralista al revelar una unidad causal compleja de objeto y sujeto en las formas sociales (Mamardashvili 1990). Parece que Vygotski discutió temas similares décadas antes. Bájurst también argumenta que Vygotski tomó prestado su enfoque metodológico del pensamiento y el discurso del análisis marxista de la forma de la mercancía. Sin embargo, no explica cómo funciona exactamente la “forma de mercancía” en su sistema (Bakhurst 2007: 59). Véase también el mencionado texto de Virno sobre la reificación y la individuación. En este análisis, Virno se basa en Simondon, pero no menciona a Vygotski (Virno 2015: 135–68).

 

Así, pensar y hablar no son idénticos entre sí, sino que aparecen como idénticos sólo cuando se presentan como una cosa. Cuando pensar y hablar se han transformado en la estructura dinámica, es evidente que son dos funciones independientes que pueden concordar o formar una unidad disyuntiva. Pensamiento y palabra pueden contradecirse y sólo pueden acoplarse gracias al papel mediador del signo. La lógica externa del hablar deriva de la actividad social compartida y del diálogo con los demás que podría ser denostada en los fenómenos de hablar en voz alta o en el discurso egocéntrico de un niño. Este último Vygotski lo interpreta no como un discurso autista y asocial, sino como una forma inicialmente social de un discurso. Si Piaget ve lo social como una intervención violenta en el mundo autista de un niño, Vygotski muestra que el discurso egocéntrico es una forma intermediaria entre el discurso externo (dialógico) y el interno (monólogo), o un punto transitorio entre formas transindividuales e individuadas de subjetividad.21 La unidad dialéctica de las funciones separadas del pensamiento y el habla aparece solo en el significado, mediado por la palabra (Vygotsky 1987: 244-45). El pensamiento y el habla representan así una “unidad difícil”22 o una unidad disyuntiva en nuestra terminología.

 

21 Véase el capítulo de Pensamiento y habla sobre “Habla egocéntrica” (Vygotsky 1987: 53–91)

22 La expresión “unidad difícil” está parafraseada en la traducción al inglés (Vygotsky 1987: 250). Véase la edición rusa (Vygotsky 1982: 306).

 

En otras palabras, hay un proceso de creación de pensamiento, y el éxito de la articulación del pensamiento está condicionado por la capacidad de mediar en las motivaciones internas de una persona que habla al producir nuevos efectos externos: un discurso o un comportamiento con un propósito basado en la actividad del habla. “El desarrollo no representa la socialización, sino la individualización de las funciones sociales (conversión de las relaciones sociales en funciones psíquicas)”, escribe Vygotski (1986: 56). La transición de afuera hacia adentro o el "crecimiento interno" (vrashchivania), signo de la función interna de una psique, es la individuación, o una estructura psicológica compleja de doble mediación que modifica constantemente el comportamiento cultural.

Los medios auxiliares externos, tales como los dedos para contar, un nudo para recordar, un dado para decidir, o el discurso egocéntrico para pensar, van incorporándose gradualmente a la estructura psíquica interna. La mediación exterior se invierte en mediación interior, cuando los medios auxiliares se transforman en los complejos sistemas psicológicos de significación interior. Los medios auxiliares comienzan a desempeñar el papel de las funciones, como la memoria voluntaria (contar sin dedos, recordar sin nudos), la volición (decidir sin dados), el pensamiento verbal (pensar para uno mismo o habla monológica) solo después del procedimiento de incorporación. La individualización es un proceso continuo de transformación funcional y parece que en términos contemporáneos significa individuación de las relaciones transindividuales. Así, podemos concluir que la individualidad es la totalidad de relaciones transindividuales convertidas o una unidad disyuntiva de modos de acción. Permítanme explicar ahora qué significa 'individuación' y 'transindividual' en términos contemporáneos.

Tomamos prestado el concepto de transindividual, que fue acuñado originalmente por Simondon, del estudio de Étienne Balibar sobre la ontología de las relaciones sociales de Spinoza (Balibar 2007; Simondon 2005). Para Balibar, la transindividualidad, entendida en términos spinozistas, es el orden de la conexión de cosas e ideas que produce y reproduce, individua e individualiza a los individuos. En otras palabras, es una causalidad generativa donde el todo y las partes funcionan como procesos productivos interconectados (Balibar 2007: 9). Lo transindividual no se limita a invertir la idea de un “yo” individual separado y aislado, cuando el “yo” es considerado simplemente como la secuela de las relaciones sociales. Lo transindividual cuestiona la lógica del “antes” y el “después”. La causalidad preindividual no se trasciende en el individuo individualizado en un punto particular del tiempo y del espacio, sino que desestabiliza constantemente la autonomía del individuo: “un individuo dado (llamémosle “yo”) abandona continuamente alguna(s) parte(s) de sí mismo, al mismo tiempo que se incorporan continuamente alguna(s) parte(s) de otras (llamémoslas “ellos”), siempre que esta sustitución deje invariable cierta “proporción” (o esencia)” (Balibar 1997: 18). El pre-individuo se esparce a través del pre- y el después para manifestar lo trans-. En otras palabras, lo transindividual se distribuye entre los individuos.23 La lectura de Balibar de Spinoza y Simondon es bastante cercana a la propia comprensión de Vygotski de lo inconsciente social. Lo inconsciente social es lo virtual y puede reforzarse a través de la cadena dialéctica de mediaciones que determina la individuación. Sin embargo, lo que parece separar a Simondon y Vygotski, y quizás también a Balibar y Vygotski, es la insistencia del primero en las analogías biológicas y físicas de la individuación (Simondon 1992). En otras palabras, lo que realmente separa en ese caso al espinozismo propiamente dicho de la fusión soviética de Hegel y Spinoza es la introducción de la dimensión histórica y dialéctica, de la que carece la naturaleza. La naturaleza es causa effectum, según Vygotski. No hay mediación ni dialéctica en la naturaleza, y cuando no hay mediación, no hay vida social y, en consecuencia, no hay individuación. La individuación, a diferencia de Spinoza y Simondon, es una categoría social. Esta afirmación tiene consecuencias importantes. Permítanme intentar problematizarlos.

 

23 En el vocabulario de Simondon, señala Virno, “entre” es lo preindividual, la “tierra de nadie” (Virno 2015: 144).

 

En 1931, un alumno y colaborador de Vygotsky, Alexéi Leóntiev, logró realizar una investigación experimental de la memoria que demostró científicamente la hipótesis filosófica de Vygotski sobre el comportamiento mediado. El llamado paralelogramo del  desarrollo de la memoria (2009 [1931]) que se muestra a continuación ilustra gráficamente el experimento. Se pidió al grupo de niños en edad preescolar, escolar y adultos que memorizaran palabras de dos maneras diferentes, con las ayudas externas y sin medios auxiliares. Los grupos sociales se muestran en el eje de abscisas. La ordenada muestra la cantidad de palabras memorizadas. Las líneas superior e inferior indican memorización mediada y directa respectivamente. El resultado del experimento muestra que la mediación aumenta la memorización en la edad preescolar, pero la memoria mediada se ralentiza en la edad escolar, dando paso al aumento de la capacidad de memorización voluntaria. Así, dos modos de comportamiento —inmediato y mediado— “se juntan en los límites inferior y superior, y forman una figura cuya forma es aproximadamente la de un paralelogramo no del todo regular con dos ángulos truncados” (Leontiev 2009 [1931]: 320). El paralelogramo del desarrollo de la memoria demuestra que la memoria mediada y la memoria inmediata se desarrollan independientemente una de la otra para formar una contradicción que podría verse potencial e hipotéticamente como una unidad dialéctica de opuestos cuando la memoria mediada externamente supera la memoria mecánica no mediada y forma la memoria lógica por medio del tipo interno de mediación.

Para Vygotski, el paralelogramo de la memoria muestra el proceso de desarrollo de todas las funciones que dan forma a la estructura psicológica (Vygotsky 1999a: 54) de lo  transindividual individuado. Este esquema representa una lógica dialéctica bastante simple del desarrollo. Se puede concluir que la individuación al final parece un conjunto de automatismos que funcionan sin problemas y que están hechos de relaciones externas superadas.

 

Esquema 1: Paralelogramo teórico o hipotético de desarrollo.24

24 La figura puede ser hallada en Leóntiev (2009 [1931]: 321). El título de la figura es del propio autor.

Ver en https://doi.org/10.33280/2310-3817-2017-5-2-110-135

 

El paralelogramo hipotético del desarrollo, de hecho, muestra a un individuo supraconsciente que es capaz de resolver mentalmente una ecuación diferencial, hablar diez idiomas y decidir el dilema ético más complicado en dos minutos. La conciencia supraconsciente puede transformar lo inconsciente social en autoconciencia. Este definitivamente no es el caso de Pier Biezújov, quien no puede decidir incluso después de mediar sus motivos jugando al solitario y discutiendo interminablemente la situación con diferentes personas. Se trata de un nuevo tipo humano, capaz de adelantarse a una acción o de modelar mentalmente cualquier acción en cualquier situación, una especie de máquina matemática y lógica perfecta. Este nuevo tipo humano es también alio esse de la otredad externa, pero la esclavitud de la exterioridad se reestructura aquí a través de los conjuntos generadores de retroalimentaciones individuales.

La producción de formas y medios de pensamiento que dominan la acción, el dominio sobre sí mismo25 en términos de Vygotski, está cerca de la capacidad spinoziana de transformar los afectos en acciones significativas y con propósito.26 Es la capacidad de una cosa pensante para alcanzar la mayor intensidad posible, pero tal vez esta capacidad solo podría revelarse bajo el gobierno del comunismo. Bien puede ser que el comunismo, tomado desde el lado subjetivo, aparezca aquí como el programa ético y político de Spinoza.

 

En Spinoza encontrarás una teoría (la estoy cambiando un poco) que dice que el alma puede lograr que todas las manifestaciones, todas las condiciones se relacionen con un solo objetivo. Un sistema con un solo centro puede desarrollarse con la máxima integridad del comportamiento humano. Para Spinoza esta idea única es la idea de dios o naturaleza. Psicológicamente esto no es en absoluto necesario. Pero una persona puede, de hecho, no solo traer funciones separadas a un sistema, sino también crear un centro único para todo el sistema. Spinoza demostró este sistema en el plano filosófico. Hay personas cuya vida es modelo de la subordinación a un solo fin y que demostraron en la práctica que esto es posible. La psicología tiene la tarea de demostrar que el desarrollo de tal sistema unificado es científicamente posible (Vygotsky 1997b: 107).27

 

25 El “dominio sobre uno mismo” traducido como “dominio propio”, pero hay una gran diferencia entre kontrol—control, y gospodstvo—dominio. En nuestra opinión, es mejor mantener aquí la palabra “dominio”, también en aras del patetismo pseudo-hegeliano de este concepto. Sobre el dominio sobre uno mismo ver Vygotsky (1997c: 207-20).

26 En las propias palabras de Vygotski, Spinoza “afirmó que el hombre tiene poder sobre sus afectos, que el intelecto puede cambiar el orden y las conexiones de las pasiones y ponerlas de acuerdo con el orden y las conexiones que se dan en el intelecto”, y además “ Spinoza […] correctamente dicho, el conocimiento de nuestro afecto lo cambia y lo modifica de un estado pasivo a uno activo […] nuestros afectos actúan en un sistema complejo con nuestros conceptos y el que no sabe que los celos de un hombre que está atado por los conceptos islámicos sobre la fidelidad de la mujer y de un hombre que está atado por un sistema de concepciones opuestas sobre la fidelidad de la mujer es diferente, no entiende que este sentimiento es histórico, que cambia su esencia en diferentes medios ideológicos y psicológicos” (Vygotsky 1997b: 103).

27 Sobre la elaboración spinozista del problema de la libertad en Vygotski, véase Zavershneva (2015b)

 

En todo caso, la simpleza del paralelogramo que muestra la dialéctica de interiorización y reafirmación de las relaciones sociales no corresponde a la complejidad de la individuación, al drama del desarrollo. En realidad, Pier Biezújov nunca actúa razonablemente. La estructura de individuación muestra el drama real del desorden entre actuar, hacer y pensar que no necesariamente termina con la unidad racional de palabra y acto. Vygotski está de acuerdo en que la dinámica de la subjetividad es un drama y la psicología no podría presentarse en términos de procesos, sino solo en términos de drama (Vygotsky 1986: 62). Además, el programa de relacionar todas las condiciones con un solo objetivo no debe confundirse con el dominio sucesivo de las funciones mentales que es un pasaje del pensamiento no verbal al verbal. Por ejemplo, subraya que aunque la escritura es la mejor técnica social de expresión del pensamiento, no es una etapa final del desarrollo del pensamiento, porque ni suprime el habla oral ni la precede, sino que diversifica los modos de comportamiento cultural. Escribir y hablar están precedidos por condiciones históricas concretas y representan dos capacidades de expresión de pensamiento diferentes socialmente desarrolladas: la primera se genera a partir de la simbolización gráfica de un signo y la segunda a partir de la simbolización fonética de un signo.28 Ambas tienen un "valor de uso" únicamente en un contexto particular de desarrollo. Aunque nunca abandonó la idea hegeliana del Concepto como la etapa más alta de desarrollo, Vygotski todavía tiene algo en spinozista mente cuando habla de la multiplicación y diversificación de modos de comportamiento cultural. Esta diversificación no niega la primacía del pensamiento abstracto, pero rearticula lo que es el pensamiento abstracto. Para Vygotski, el pensar es un atributo del comportamiento humano, y el habla es un modo de expresión de ese atributo. El habla (riech) podía manifestarse en un gesto, un afecto, una comunicación oral o un discurso emitido gráficamente organizado sobre la base de imágenes alfabéticas o jeroglíficas. En otras palabras, todas las formas de hablar expresan lo mismo: un pensamiento, pero cada una de manera diferente. En consecuencia, podemos intentar radicalizar su esquema dialéctico señalando la dramaturgia y la espacialidad geológica del desarrollo.29

 

28 Véase el capítulo 7, “Prehistoria del desarrollo del lenguaje escrito” en Vygotski (1997c: 131–48). Véase también el capítulo 7, “Pensamiento y palabra” (Vygotsky 1987: 243–85).

29 Existe un interés creciente en el problema de la dramaturgia entre los psicólogos vygotskianos. Véase, Davis et al. (2015) y el citado texto de Dafermos (2015). Viériesov destaca la importancia del marco conceptual del drama en la teoría dialéctica del desarrollo de Vygotki. Para él, el drama del desarrollo es la resolución subjetiva de “colisiones interpsicológicas” (Veresov 2010; 2016).

 

La superación, entendida como sjoronienie (enterrar), indica una lógica espacial de preservación de los patrones de desarrollo en conflicto, una historia de las “diversas épocas genéticas”. (Vygotsky 1997c: 222). En otras palabras, una historia de individuación contiene en sí misma un paisaje de tiempos multidireccionales, que toma la forma de superposición geológica. La individuación “se asemeja a la corteza terrestre”. (Vygotsky 1997c: 222). El paisaje espacial de todos los conflictos, direcciones y rastros del desarrollo configura un lugar estructural de subjetividad dentro de lo inconsciente social, dentro de lo  transindividual individualizador.

Vygotski resume la compleja estructura de convertirse en individuo en su trabajo anterior "La psicología del arte" (1971 [1925]). A primera vista, el libro no corresponde a la obra posterior de Vygotski. Sin embargo, si nos fijamos en los instrumentos metodológicos que utiliza, es posible concluir con total seguridad que el análisis de las obras de arte concretas repite en muchos sentidos su teoría de la individuación, que en este caso se entiende como la transformación de lo material —relaciones cotidianas, historias, casos, situaciones, personajes— en una forma o construcción de arte. Una forma de arte es la fuerza activa de transformación y conversión del material (Vygotsky 1971: 145-49).

Analizando el cuento de Bunin Suave aliento, Vygotski dibuja el esquema de individuación de un material en la forma de arte. La construcción del cuento se representa como la curva de la forma de arte y el material de la obra como una línea recta. Las funciones estilísticas que forman una línea curva conforman la “teleología intencional” de la Suave aliento.

Aquí podemos ver cómo interviene la familiar terminología vygotskiana en el campo del arte. El material es la historia de una chica de clase media provinciana que tuvo una relación sexual con un hombre casado y luego con un militar, al que traicionó y que la mató a tiros en una estación de tren. Bunin, argumenta Vygotski, hizo un suave soplo de vida a partir de la banalidad del material —a partir de una insignificante vida filistea— al recomponer los elementos de la narración de tal manera que la típica historia provinciana ha comenzado a significar la ligereza y el movimiento de la vida. Precisamente esta contradicción entre contenido y forma crea una fuerte reacción estética.

Esta contradicción es una violación de la causalidad por medio de “saltos dialécticos” que es la acentuación de un elemento de la historia y la supresión del otro, o un salto del final de la historia al principio (Vygotsky 1971: 150-60). La “lucha dialéctica” entre lo que se da como material y cómo este material se recompone, o más bien se reafirma, en la “curva de la forma del arte” es la misma capacidad de relacionarse externamente con uno mismo.

 

Esqema 2: Disposición y composición de la historia breve Suave aliento30

30 Este esquema puede ser hallado en la edición rusa de Psicología del Arte (Vygotsky 2000: 209).

Ver en https://doi.org/10.33280/2310-3817-2017-5-2-110-135

 

Lo que muestra el esquema es la “melodía” o la curva de la individuación. Es similar a la lógica dialéctica del paralelogramo, pero estructuralmente tiene un origen topológico. Sólo el ojo detectivesco de un analista podría cartografiarlo. En efecto, tal mapeo demandaría un trabajo de anatomía (y así es precisamente como lo describe Vygotski), donde la apariencia y el funcionamiento de cada elemento de la historia deberían ser analizados de acuerdo al material de una narración de vida concreta. La diferencia entre el paralelogramo del desarrollo y la composición del desarrollo radica en la disposición lógica de la unidad disyuntiva del comportamiento. El paralelogramo muestra una forma ideal simplificada31 que pone de acuerdo funciones en conflicto, creando, al final, la imagen del sujeto consciente de sí mismo, mientras que la composición muestra topológicamente una narrativa del conflicto, rompiendo con la lógica lineal del movimiento hacia Comprensión y Concepto. Presenta la geología y la geografía de la estructura dialéctica de la externalidad internalizada. La dialéctica aquí es dibujo y la psique es una obra de arte.

 

31 Yekatierina Záviershnieva también destaca la simplicidad de la lógica operativa de la mediación (que en nuestro análisis corresponde al paralelogramo del desarrollo). Refiriéndose a los nuevos materiales del archivo de Vygotski, demuestra que en 1930-1934 comenzó a desarrollar una comprensión semántica de la conciencia (Zavershneva 2014; 2015a). Sin embargo, no la desafía a repensar la idea del desarrollo subjetivo. A pesar del gran número de analogías topológicas en el análisis, Záviershnieva repite una idea familiar sobre los niveles de desarrollo vertical. Está peligrosamente cerca de la tradición del diamat, la "tríada hegeliana" de transición de la naturaleza (tesis) a la cultura (antítesis) y la superación de esta última en libertad (síntesis) se aplica a la comprensión de la personalidad de Vygotski (Zavershneva 2015b: 103-05). ).

 

Contrasto estos dos esquemas de mediación para enfatizar que el drama de la individuación explorado por Vygotski plantea ciertos problemas. Aunque la individuación se formula aquí como un proceso de conversión de lo inconsciente social, se estudia minuciosamente sólo desde el lado de la psique. En otras palabras, no está claro cómo se logrará la “subordinación a un solo objetivo” o la individuación comunista. De hecho, la teoría de Vygotski nos dice qué significa ser comunista, pero no nos dice qué es el comunismo como sociedad. La individuación puede ser vista como comunización, cuando tiende a una “forma adecuada” o alcanza la máxima intensidad posible y “subordinación a un solo fin”. La psique como obra de arte es una psique comunista. Es decir que incluso en las sociedades precomunistas hay una tendencia a la comunización. Vygotski vivió una vida corta y quizás pretendía elaborar su esquema formal de individuación con respecto al estudio concreto de cómo tipos particulares de sociabilidad producen formas particulares de individuación. Por ahora, solo puedo sugerir repensar la política de individuación trayendo a los debates actuales El Capital de Vygotski o su crítica de la economía política del individuo.32

 

32 En la literatura revisada pude encontrar solo un estudio de individuación que cita a Vygotski. Son los trabajos de Paolo Virno, quien trata repensar la relación entre “preindividual”, “individuación” y “transindividual” en relación con el concepto marxista de “intelecto general” y la teoría spinozista de la “multitud” (Virno 2015: 221–36). El análisis de Virno y la literatura existente sobre individuación exige un estudio aparte. En este artículo, mi objetivo es señalar la elaboración adicional del problema.

 

Al igual que los filósofos franceses de la década de 1960, Vygotski reflexiona sobre la importancia de la dimensión espacial y causal en el desarrollo histórico. Sin embargo, el componente estructural de su dialéctica no rechaza una línea temporal de desarrollo. Vygotski reúne el tiempo y el espacio al observar la formación de la conciencia a través de una perspectiva materialista y monista de la relación entre el sujeto y el entorno. La lógica asimétrica y convertida del intercambio entre los dos elementos crea capas polifónicas de funciones mediadoras en el comportamiento humano. Esto lleva a Vygotski a la concepción de individuación que es una articulación semántica de la estructura temporal y espacial de la conciencia. La unidad de Spinoza, Marx y Hegel le permite demostrar las condiciones materiales de la dialéctica y la dimensión temporal de la constante afirmación y reafirmación del contenido humano. Sin embargo, su teoría del comunismo está por escribirse.

 

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