La teoría de la actividad es un
callejón sin salida también para el pensamiento metodológico en psicología
cultural
Aaro Toomela
Culture &
Psychology Vol. 14(3): 289–303, 2008
Traducción: Efraín Aguilar
El contenido de las teorías científicas se puede entender de
manera diferente. De modo superficial,
una teoría científica contiene algunas declaraciones confiables y válidas sobre
la naturaleza del fenómeno estudiado. Estas declaraciones deberían conducir a
la comprensión de un fenómeno. La superficialidad de esta explicación se hace
evidente cuando se cuestiona la teoría: ¿cómo sabemos que la teoría es
correcta? Entonces necesitamos una prueba. Y esta prueba contiene la
descripción de cómo se creó la teoría: qué preguntas se hicieron y qué
hipótesis se crearon, qué métodos se usaron para recopilar datos y de qué
manera se interpretaron los datos. Por lo tanto, la metodología de investigación
es una parte esencial de una teoría científica.
En la psicología convencional moderna, la
metodología se discute principalmente en revistas especializadas (y
relativamente periféricas) o libros. En este contexto, todo intento de llevar
la metodología de la investigación al foco de la discusión merece atención. El
artículo de Carl Ratner (2008) está dedicado al uso de métodos de investigación
cualitativa en psicología cultural. Propone una tipología de metodologías de
investigación cualitativa donde se distinguen los enfoques metodológicos macro
y microculturales formales e informales. Concluye que la metodología informal
es inadecuada. Hallé tres razones en su artículo por las cuales las
metodologías informales deberían ser rechazadas: 1) solo se estudian los
comportamientos fragmentarios en lugar de una gama completa de comportamientos
interrelacionados; 2) la interpretación de los fenómenos estudiados ignora el
contexto más amplio dentro del cual tiene lugar el fenómeno; y 3) el análisis
de los comportamientos es impresionista en lugar de sistemático. Ratner también
sugiere que la metodología macro formal es más útil que la metodología micro
formal por razones científicas y políticas.
En las siguientes secciones de mi artículo son
exploradas cuatro cuestiones. Primero, las razones para rechazar las
metodologías informales son discutidas más a fondo. En segundo lugar, son
descritos problemas conceptuales fundamentales en el artículo mencionado.
Tercero, se discute la posible fuente de estos problemas fundamentales: su
dependencia de la teoría de la actividad. Finalmente, se propone algunas
direcciones para futuros debates sobre metodología de investigación.
Rechazo de las metodologías informales
Yo solo puedo estar de acuerdo con el rechazo a las metodologías
informales, pese a que la contradicción entre la conclusión de Ratner y su
selección impresionista de las dimensiones según las cuales se distinguen las
metodologías de investigación y su ubicación impresionista, de los métodos de
investigación en diferentes cuadrantes de su Figura 1, hace que su enfoque sea
algo confuso.
Para mí, la justificación de por qué rechazar las
metodologías informales permaneció incompleta. Creo que las metodologías
informales ya pueden ser rechazadas porque no permiten que uno construya una
teoría científica coherente. Como dije antes, la teoría científica contiene no
solo declaraciones sobre el fenómeno en estudio, sino también una comprensión
clara de la metodología mediante la cual se construyeron esas declaraciones.
Las metodologías informales contienen pasos metodológicos subjetivos que no
pueden ser analizados explícitamente. En consecuencia, no hay forma de
cuestionar la teoría porque el criterio para la calidad de la teoría se vuelve
subjetivo: una teoría es buena cuando parece ser buena para un investigador. El
número de posibles teorías para cualquier fenómeno es ilimitado. Si el criterio
para la calidad de la teoría se vuelve subjetivo, todas las teorías posibles se
vuelven igualmente 'correctas'. Sin embargo, si asumimos que el mundo más allá
de nuestras mentes está organizado y podemos describir esta organización,
entonces todas las teorías no pueden ser igualmente correctas (cf. Toomela,
2007b). Las metodologías informales no permiten un rechazo racional de teorías
inadecuadas.
Problemas conceptuales fundamentales del artículo
seleccionado
El artículo discutido contiene problemas fundamentales que me
impiden aceptar sus conclusiones. El artículo, como "una cosa en sí misma",
es principalmente coherente y lógico. Sin embargo, contiene omisiones serias y
líneas de pensamiento teóricamente cuestionables. Los problemas están
relacionados no tanto con los conceptos discutidos sino con los supuestos de
fondo ocultos que se dan por sentados. Estas suposiciones ocultas son
discutidas ahora.
Definición de cultura
Es necesario, de nuevo, enfatizar que una teoría científica debe
contener no solo declaraciones sobre los fenómenos estudiados, sino también la
metodología por la cual se construyeron las declaraciones. La metodología puede
ser entendida como un puente entre el fenómeno estudiado y una teoría al
respecto. La metodología impone una restricción fundamental a una teoría:
podemos aprender sobre el fenómeno solo tanto como lo permita un método. Si el
método no corresponde al fenómeno estudiado, nada puede concluirse sobre la
base de los datos recopilados con el método.
Tomemos la astronomía como ejemplo. Los primeros
astrónomos confiaron en sus ojos desnudos para recopilar "datos"
sobre los cuerpos celestes. La invención del telescopio óptico permitió a las
personas ver más detalles en el cielo de lo que podían a simple vista. Con el
desarrollo de la teoría sobre el universo, se planteó la hipótesis de que los
cuerpos celestes pueden emitir ondas de radio. Eventualmente se inventaron
radiotelescopios que demostraron que los cuerpos celestes emiten tales ondas.
Al mismo tiempo, los radiotelescopios permitieron a los astrónomos observar
cualidades completamente nuevas del universo. Por lo tanto, los astrónomos
pueden "ver" el universo solo dentro de los límites de sus herramientas
de investigación. Las teorías están limitadas por los métodos de investigación.
Podemos imaginar también una posibilidad en la que
se utiliza una herramienta completamente inapropiada para los estudios. En
lugar de un telescopio, un microscopio podría girarse hacia el cielo para
estudiar los cuerpos celestes. ¿Y por qué no? Un microscopio es un instrumento
óptico, y los instrumentos ópticos se pueden usar en astronomía. Incluso sería
posible recopilar datos en este campo de "microastronomía". Definitivamente
se puede ver algo a través del microscopio dirigido hacia el cielo, y este
material observado se puede organizar en "datos". En este caso, es
obvio que la herramienta no corresponde al fenómeno estudiado. Si preguntamos
más, "¿Por qué un microscopio no es adecuado para estudiar
astronomía?", resulta que tenemos una teoría sobre qué estudia la astronomía y qué puede ser y qué no puede ser
observado con un microscopio. En otras palabras, encontramos que las
declaraciones sobre fenómenos y metodología estudiados comprenden un conjunto
de ideas teóricas interrelacionadas.
En un campo de estudios completamente nuevo, no
habría una base inequívoca para decidir qué se estudia. En realidad, uno de los
principales objetivos de la investigación científica es comprender lo que se
estudia (por ejemplo, Koffka, 1935; Köhler, 1947; Lewin, 1944 / 1997a, 1940 /
1997b; Toomela, en prensa). Sin embargo, sin definir el objeto de los estudios,
la elección de los métodos de investigación tampoco puede justificarse
teóricamente. En teoría, tanto la metodología como la comprensión de los
fenómenos crecen unidas.
En el artículo citado son analizadas las
metodologías cualitativas en psicología cultural. Se concluye que los métodos
macro deberían preferirse a los micro métodos. Al comienzo del artículo se
menciona que la psicología cultural es un campo emergente que aún no se ha
establecido ni siquiera en un objeto de estudio. Sin embargo, ni la cultura ni
la psicología cultural como campo de estudio son nuevas. Cientos de definiciones
de cultura ya se habían propuesto hace más de medio siglo (Kroeber y Kluckhohn,
1952). Por lo tanto, puede haber cientos de fenómenos diferentes que se
estudian con el mismo nombre, cultura. Y no hay forma de decidir si un método
corresponde al objeto de los estudios sin una definición explícita de lo que se
estudia.
Hace algunos años, Sneddon (2003) intentó describir
métodos apropiados para estudiar cultura en antropología. El análisis de su
artículo reveló que su elección se basó en una tautología pura: tenía una
definición de cultura que determinaba exactamente qué métodos se pueden usar
para estudiar la cultura (Toomela, 2003d). Lo que faltaba por completo en el
documento de Sneddon fue la discusión de por qué se eligió esa definición
particular. Sin embargo, al menos había una definición de cultura en su
artículo. No hay una definición explícita en el artículo que discutimos. Antes
de aceptar o descartar las afirmaciones de Ratner, debemos comprender de qué
manera se entiende la cultura en el artículo citado y por qué se elige esta o
aquella definición en particular.
Ratner describe la teoría macrocultural que
interpreta los fenómenos psicológicos como organizados principalmente por
factores macroculturales como (a) instituciones sociales, (b) artefactos y (c)
conceptos culturales. La teoría microcultural, a su vez, interpreta la
psicología organizada por pequeñas relaciones interpersonales. Ratner apoya
claramente la definición macrocultural. Los factores macroculturales
proporcionados en diferentes partes del artículo incluyen los siguientes:
gobierno, sistemas educativos, empresas económicas, organizaciones religiosas,
estructuras familiares, vestimenta, centros comerciales, catedrales,
arquitectura de casas, conceptos (de tiempo, privacidad, niños, riqueza,
aborto), anuncios, ser despedido de un trabajo, no tener oportunidad de
trabajo, no ser seleccionado para participar en juegos o citas, ser golpeado
por sus padres o compañeros, vivir en un barrio pobre, trabajar en una línea de
montaje, ser expulsado de negocios por los precios más bajos de los
competidores, la clase social, la posición social, la mayor riqueza financiera
de un esposo que la de su esposa.
En conjunto, la definición de cultura de Ratner
incluye fenómenos del medio ambiente. En esto su enfoque es consistente. Pero
no más. Para ser categorizados en una categoría (factores macroculturales en
este caso), todos los miembros de la categoría deben compartir algunos
atributos. Al mismo tiempo, debe haber atributos que diferencien esta categoría
de otra categoría; debe haber atributos que distingan así como atributos que
unan. Todos los factores macroculturales en el artículo objetivo comparten el
atributo de ser un entorno para un individuo. Pero no hay otro atributo obvio
común a todos los factores macroculturales. ‘Ser golpeado por sus padres o
compañeros, por ejemplo, ¿es una institución social, un artefacto o un concepto
cultural? Tampoco hay ningún atributo que distinga los factores culturales de
los no culturales.
Vygotski diferenciaba el pensamiento menos
desarrollado en "complejos" o "conceptos cotidianos" y un
pensamiento más desarrollado en conceptos "científicos" (Vygotsky,
1934/1996; Vygotski y Luria, 1930/1994). En los conceptos cotidianos, los
miembros de una categoría no necesariamente comparten los mismos atributos. Los
atributos son elegidos sobre la base de las observaciones de los fenómenos
cotidianos. Ratner llamaría a esta forma de construcción de categorías una
metodología informal. Los conceptos científicos, a su vez, comparten el mismo
conjunto de atributos definidos explícitamente. La elección de los atributos
está racionalmente justificada. Solo los conceptos científicos permiten
derivaciones lógicamente coherentes y justificación racional; ambas son
características que son necesarias para cualquier teoría científica. La
definición de cultura aplicada en el artículo seleccionado parece estar basada
en un tipo informal de concepto cotidiano que no es aceptable para una teoría
científica.
En el campo de la psicología cultural, la
definición elegida de cultura debe conceptualizar la cultura de una manera que
permita comprender cómo la cultura puede afectar la mente. He propuesto que la
cultura en psicología cultural puede entenderse como información socialmente
compartida que está codificada en símbolos (Toomela, 1996a, 1996b). Los símbolos
son al mismo tiempo objetos externos (como palabras, diagramas, dibujos, etc.)
y construcciones mentales, fenómenos psicológicos (Toomela, 1996b). Los
símbolos pueden ser el vínculo entre cultura y mente.
Para Ratner, no solo los conceptos culturales sino
también las instituciones y los artefactos son parte de la cultura. Ratner
sugiere que una mentalidad cultural compartida (fenómenos psicológicos
culturales) está organizada por factores macroculturales. Por su definición,
por lo tanto, uno debe entender las formas en que los artefactos y las
instituciones sociales afectan directamente la mente cultural. Pero no hay una
forma directa para que las instituciones o los artefactos "entren" en
la mente, se "interioricen" (cf. Toomela, 1996a, 2003b, 2003c). Ni
las catedrales, los centros comerciales y otros artefactos culturales, ni las
empresas económicas, las estructuras familiares y otras instituciones sociales
organizan la mente. La mente se organiza en el proceso de usar las cosas,
incluidos los artefactos, por el individuo y en el proceso de conceptualización
por las instituciones sociales individuales. Las mentes no son receptoras
pasivas de las influencias ambientales, como se sugiere en muchos lugares del
artículo citado, a pesar de las claras razones teóricas para rechazar esta
actividad de comprensión teórica de las relaciones cultura-mente (Toomela,
2000). Este comentario es demasiado corto para discutir más a fondo este tema.
Brevemente, se puede concluir que la definición de cultura aplicada en el
artículo seleccionado no es apropiada para la psicología cultural. Todas las
derivaciones que se produzcan de esta definición inapropiada de cultura,
incluida la sugerencia de qué metodologías son las más adecuadas para la
psicología cultural, también deben rechazarse lógicamente. Por lo tanto, la
preferencia de Ratner por la metodología formal macrocultural no está
teóricamente justificada.
Definición de cultura y metodología formal macro-cultural
Otra pregunta surge al leer el artículo elegido: ¿la definición
(implícita) de cultura corresponde a la metodología preferida? La metodología
formal macrocultural preferida ‘examina la psicología real y luego trabaja de
nuevo para comprender qué elementos culturales han sido más influyentes en la
configuración de la psicología cultural de las personas’ (p. 267). Como formal,
esta metodología "emplea procedimientos sistemáticos y rigurosos para
obtener información (entrevistas) y analizarla" (pág. 266). Todos los
ejemplos de investigación discutidos son casos de entrevistas más o menos
formales, discursos o simplemente informes verbales.
Entonces, la metodología macrocultural formal
cualitativa, como se entiende en el artículo revisado, se basa en entrevistas,
narraciones e informes verbales. Esta limitación de la metodología de
investigación es cuestionable por diferentes razones. El primer problema surge
como una contradicción en el artículo analizado en sí. Ratner menciona que la
metodología formal "se basa en una ontología y epistemología realistas que
sostienen que los fenómenos psicológicos culturales tienen propiedades reales
que son complejas, confusas, difíciles de discernir y, a menudo, desconocidas para las personas que participan en ellas"
(p. 266, énfasis mío). Los informes verbales de cualquier tipo revelan solo lo
que la persona que da un informe conoce. Las influencias de factores
macroculturales desconocidos para el informante no se pueden encontrar de esta
manera. Otros tipos de comportamientos además del verbal deben estar
involucrados en los estudios.
A continuación, cualquier recopilación de datos
incluye la selección. Solo una parte de la información disponible puede
registrarse en un momento dado porque la misma situación puede, en principio,
describirse de forma ilimitada. Las preguntas formuladas por el entrevistador,
la selección de partes "relevantes" o "importantes" de los
discursos o informes verbales, todas se basan en la teoría más o menos
explícita del investigador. Ratner sabe que "no hay acuerdo sobre en qué
consisten específicamente la cultura, la psicología y su interrelación"
(pág. 259). Por lo tanto, las elecciones de los investigadores en psicología
cultural a menudo se basan en una teoría implícita del fenómeno estudiado. Si
el investigador mismo no sabe lo que se estudia, no hay forma de utilizar
procedimientos formales "sistemáticos, rigurosos".
Tercero, las observaciones sin interferencia con la
situación no pueden en principio conducir a una comprensión de los fenómenos
mentales. Como regla general, un conjunto de datos fenotípicos no está
directamente relacionado con otros datos fenotípicos. En cambio, las
"variables intervinientes" deben insertarse entre los datos
fenotípicos (por ejemplo, Lewin, 1935, 1947 / 1997c, 1949/1999; Toomela, en
prensa).
Cuarto, la metodología macrocultural formal
preferida del artículo citado no tiene dimensión de desarrollo. Al mismo
tiempo, se afirma que el objetivo de la metodología macrocultural formal es
revelar qué elementos culturales han sido más influyentes en la configuración
de la psicología cultural de las personas. El objetivo de los estudios, por lo
tanto, es comprender el desarrollo, el cambio en las mentes de las personas.
Existen razones teóricas muy fuertes para sugerir que solo la observación
directa de los hechos reales de la serie del desarrollo, puede revelar cómo se
llevó a cabo el desarrollo. Las razones principales de la metodología del
desarrollo radican (1) en el hecho de que la génesis (desarrollo) no puede
expresarse en proposiciones convertibles: si A se convierte en B, entonces no
sigue que B se convierta en A; y (2) en el principio de que una serie de
eventos genéticos (del desarrollo) no se pueden construir antes de que hayan
sucedido, y no se pueden agotar leyendo hacia atrás después de que hayan
sucedido (cf. Baldwin, 1902, 1906; véase también Toomela, 1996a, 2003c).
Ninguno de los métodos de investigación descritos en el artículo discutido es,
por lo tanto, apropiado para la psicología cultural tal como se entiende allí.
Finalmente, no existe una teoría que explique cómo
todos los factores macroculturales (instituciones sociales, artefactos y
conceptos culturales) configuran exactamente las mentes de las personas.
Incluso si estamos de acuerdo con la idea de que la definición de cultura
aplicada en el artículo objetivo es apropiada para la psicología cultural (y
hay razones para estar en desacuerdo, como mencioné anteriormente), aún queda
la pregunta de si estas tres categorías de factores culturales dan forma a la
mente por el mismo mecanismo. ¿La arquitectura o la catedral dan forma a la
mente de la misma manera que son golpeados por sus compañeros? Si no es así,
existen varias posibilidades abiertas sobre lo que se puede entender al
estudiar los comportamientos verbales observados. Puede resultar, por ejemplo,
que algunos factores macroculturales dan forma a la mente de una manera más
accesible para la reflexión consciente de la persona, mientras que el efecto de
los otros factores es menos accesible. En este caso, los informes verbales
distorsionarían la teoría a favor de un grupo de factores y subestimarían otros
grupos de factores.
En conjunto, por las razones que acabamos de
describir, es posible concluir que la definición de cultura aplicada en el
artículo analizado y el método de investigación preferido allí no corresponden.
Además, resulta que ninguno de los métodos descritos en el artículo citado es
apropiado para estudiar psicología cultural como se entiende en ese artículo.
Oposición de las teorías de nivel macro y micro
Ratner afirma que las teorías microculturales rechazan la idea de
que los factores macroculturales organizan la psicología. Por lo tanto, para
él, estos dos puntos de vista se oponen entre sí. En consecuencia, cuando
intenta encontrar las "mejores" metodologías para la psicología
cultural, debe elegir entre una macro o una micro metodología. Sin embargo, se
puede entender que estos dos enfoques de la teoría cultural representan dos
niveles de análisis que se complementan entre sí en lugar de estar en oposición
(Toomela, 2008). Por lo tanto, hay una razón para sugerir que si la distinción
entre las teorías micro y macroculturales se justifica teóricamente, entonces
los métodos micro y macro culturales tienen una posición igual, complementaria,
en psicología cultural.
¿Qué es la investigación cualitativa?
Otro problema se puede hallar en el artículo mencionado. Ratner
describe la metodología cualitativa con muy poco detalle, pero la impresión
general que surge del artículo es que solo hay una forma de conceptualizar la
investigación cualitativa: los informes de comportamiento verbal en una
situación sin interferencia experimental se recopilan y luego se analizan más o
menos de manera formal. La historia de la psicología conoce otro enfoque para
la investigación cualitativa, que es experimental, utiliza datos sobre una
amplia variedad de comportamientos, se basa en preguntas de investigación
formuladas explícitamente y fundamentadas teóricamente que guían el estudio,
tiene como objetivo formular teorías matemáticamente exactas (definitivamente
no en el lenguaje del análisis probabilístico de datos estadísticos, tal como
se utiliza en la psicología convencional moderna, sino más bien en un lenguaje
que sea más apropiado para las teorías cualitativas, como la topología), y
tiene como objetivo comprender la mente como un todo (por ejemplo, Koffka,
1935; Köhler, 1947; Lewin, 1935, 1936; Toomela, 2007a, 2007b, 2007c, en prensa;
Vygotsky, 1927/1982, 1929/1994, 1934/1996). El enfoque superficial del artículo
citado para la investigación cualitativa pierde por completo las importantes
diferencias entre los tipos de investigación cualitativa. Cuando llegué a la
conclusión de que ninguno de los métodos descritos en el artículo objetivo es
apropiado para estudiar psicología cultural como se entiende allí, no es que la
investigación cualitativa como tal sea inapropiada. Por el contrario, una
metodología cualitativa más rica aunque históricamente más antigua puede ser
muy apropiada para la psicología cultural.
La teoría de la actividad es un callejón sin salida
para el pensamiento metodológico
El análisis del artículo blanco reveló varias ideas cuestionables.
Primero, no está claro por qué exactamente estas dos dimensiones, micro macro y
formal informal, fueron elegidas para el análisis. Después, ¿por qué se
entiende que debe haber una opción o bien elegir entre enfoques micro y macro?
Además, ¿por qué se aceptó que el análisis de la metodología de investigación
adecuada se puede realizar sin definir lo que se estudia? ¿Por qué se entiende
la cultura como una colección de grupos de factores conceptualmente muy
diferentes —conceptos, artefactos, instituciones— sin justificar teóricamente
por qué se seleccionó esta comprensión particular de varios cientos de
definiciones disponibles? ¿Por qué se acepta (implícitamente) la idea de que la
metodología cualitativa se puede restringir al análisis de informes de
comportamiento verbal? ¿Por qué los experimentos ni siquiera se mencionaron
como necesarios si el objetivo de los estudios es comprender el desarrollo?
Hay un denominador común que se puede aplicar a
todas las elecciones teóricas que hizo el autor del artículo analizado al
construir su artículo: describe la situación de la psicología cultural y las
metodologías utilizadas en él tal como aparecen ahora. Se describe el ambiente
cultural científico de los psicólogos culturales de hoy. Las elecciones se
hacen y se discuten dentro de los límites planteados por la situación teórica
actual, sin ningún intento de tener una visión más amplia e intentar ir más
allá de esta situación.
La psicología construye teorías sobre las formas en
que opera la mente y por qué funciona de la manera en que lo hace. Lo que rara
vez se comprende es que las mismas teorías sobre otras mentes son al mismo
tiempo teorías sobre las mentes de los propios teóricos. Las respuestas a la pregunta de cómo el
comportamiento de los científicos está modelado por sus propias teorías sobre
otras mentes, pueden revelar ideas muy interesantes (por ejemplo, Cornish,
Gillespie, Zittoun y Baucal, 2007).
Ahora, si hacemos la pregunta: "¿Por qué el
autor tomó estas decisiones?", surge una posible respuesta de inmediato,
sabiendo que el autor sigue los principios de la teoría de la actividad. He
discutido cinco problemas fundamentales relacionados con la teoría de la
actividad en otros lugares (Toomela, 2000). La teoría de la actividad: 1) se
basa en una visión unidireccional en lugar de visión dialéctica teóricamente
más plausible de las relaciones cultura-individuo; 2) se enfoca en el análisis
de actividades sin tener en cuenta al individuo involucrado en la actividad al
mismo tiempo; 3) subestima el papel de los signos y la importancia de centrarse
en el significado de los signos en los estudios; 4) se acerca a la mente
fragmentariamente, sin comprender la naturaleza holística de la mente; y 5) es
fundamentalmente un desarrollo y, por lo tanto, no es un enfoque apropiado para
comprender los fenómenos emergentes, incluida la mente.
Las mismas limitaciones de la teoría de la
actividad se pueden hallar en el enfoque de la metodología de la psicología
cultural aplicada en el artículo cuestionado. Primero, enfocarse en actividades
ignora un aspecto importante de la mente humana: externamente, el mismo
comportamiento puede surgir de operaciones mentales cualitativamente
diferentes. Del mismo modo, en el artículo cuestionado el foco del análisis es
la actividad científica externa. No se discute por qué la psicología cultural
de hoy se caracteriza por este tipo de actividad. No se aborda los individuos,
los científicos. No se discute por qué los científicos de hoy continúan
trabajando sin definir explícitamente la cultura, el individuo y las relaciones
cultura-individuo. En consecuencia, tampoco se entiende que la metodología es
una parte importante de la teoría y que la metodología debe ser discutida en
relación con una definición explícita de lo que se estudia, qué preguntas se
hacen sobre los fenómenos estudiados y por qué.
El análisis teórico holístico, que toma en cuenta
todos los aspectos importantes de la teoría de la psicología cultural,
conduciría al rechazo de la oposición micro-macro e incluiría la discusión
sobre diferentes tipos de investigación cualitativa, por ejemplo. Además, la
idea de confiar solo en informes de comportamiento verbal e ignorar todos los
otros tipos de comportamiento en la investigación refleja el mismo problema: la
teoría de la mente en la actividad no se conceptualiza como un fenómeno
holístico. Así, la segunda falacia fundamental de la teoría de la actividad
también caracteriza la discusión de la metodología en el artículo discutido.
La tercera falacia de la teoría de la actividad, el
enfoque unidireccional de los fenómenos estudiados, se refleja en la idea del
autor de que el enfoque macrocultural debería preferirse por razones políticas.
Esta idea encaja perfectamente con la idea de la teoría de la actividad de que
los factores culturales moldean las mentes de las personas, incluidos los
científicos, pero pierde el principio más importante de que las elecciones en
la ciencia deberían basarse en argumentos científicos más que políticos.
Cuarto, los fenómenos cualitativamente diferentes,
conceptos culturales versus artefactos versus instituciones sociales, son tratados
como similares en el artículo citado. De esta manera, se ignora el papel
fundamental de los símbolos, cuyo uso puede estar en teoría directamente
relacionado con los cambios mentales cualitativos (véase también Toomela,
2003a, 2003b; Vygotsky, 1934/1996; Vygotsky y Luria, 1930/1994).
Finalmente, la naturaleza no evolutiva de la teoría
de la actividad se refleja en el artículo discutido en la idea de que un
fenómeno en desarrollo, la mente, puede entenderse mediante un método no evolutivo
de observación del comportamiento verbal.
Tomado en conjunto, resulta que la discusión de las
metodologías cualitativas en psicología cultural del artículo cuestionado es
completamente coherente y lógica. Pero solo en el contexto de la teoría de la
actividad. De inmediato, cuando se entiende las deficiencias fundamentales de
la teoría de la actividad, y se reconoce las mismas deficiencias del enfoque
elegido en el artículo analizado, los argumentos resultan ser teóricamente
débiles y las conclusiones no están justificadas. Es posible concluir que la
teoría de la actividad es un callejón sin salida no solo para la psicología
cultural-histórica (Toomela, 2000), sino también para la metodología de la
psicología cultural. Esta conclusión se deduce lógicamente del entendimiento de
que la metodología es una parte esencial de la teoría científica.
¿Dónde proceder con el pensamiento metodológico en
psicología cultural?
No quiero concluir con la idea de que no hay nada útil en el
artículo analizado. Al contrario. Ya es hora de poner la metodología en el
centro de la discusión. La crítica de las metodologías informales
proporcionadas en el artículo objetivo es convincente y debe tomarse en serio.
Después de analizar los argumentos, solo podemos dar un paso más y descubrir
que las metodologías formales cualitativas tal como son entendidas en el
artículo mencionado también deben ser rechazadas como inapropiadas para la
psicología cultural.
No estoy preparado para responder a la pregunta
sobre cuáles son las metodologías apropiadas. Sin embargo, me gustaría proponer
algunas instrucciones para continuar con las discusiones sobre metodología.
Primero, la discusión de la metodología de investigación no puede separarse de
la discusión de lo que se estudia. La metodología es una parte esencial de una
teoría científica. En psicología cultural primero necesitamos respuestas
teóricamente justificadas a las siguientes preguntas: 1) ¿qué es la cultura
para la psicología cultural, 2) cuál es el individuo (psicológico) para la
psicología cultural, y 3) cómo se relacionan la cultura y el individuo? Después
de responder estas preguntas, es posible proceder a la discusión de las
metodologías de investigación.
En segundo lugar, es necesaria una comprensión más
profunda de las metodologías cualitativas. Es un hecho fundamental que la
medición es una unidad de calidad y cantidad. Sin determinar la calidad, la
cantidad no puede ser determinada en principio (Hegel, 1831/1969). Para
construir una teoría cuantitativa significativa, primero debe desarrollarse una
teoría cualitativa (Koffka, 1935; Köhler, 1947; Lewin, 1935, 1936, 1940 /
1997b; Toomela, en prensa). Por lo tanto, la metodología cualitativa debe ser
la base para el desarrollo de la teoría.
Tercero, la psicología dominante moderna es
históricamente ciega. Los principios básicos de la psicología teóricamente bien
fundamentados son olvidados o ignorados hoy. Tomar la historia en serio
ayudaría a no perder el tiempo en "descubrir" estos principios
nuevamente y ayudaría a evitar mucho trabajo empírico y teoría sin sentido
(Toomela, 2007a, 2007b, en prensa).
Por último, parece justificado sugerir que la
teoría de la actividad no es una base apropiada para desarrollar más la
psicología cultural en general o la metodología de la psicología cultural en
particular. La teoría de la actividad es un callejón sin salida para la
psicología cultural.
Conclusiones
El análisis de la metodología de la psicología cultural, como se
representa en el artículo de Ratner, revela problemas fundamentales en su
enfoque, los que justifican el rechazo de las conclusiones hechas en el
artículo analizado, así como de un enfoque teórico de la actividad sobre la
metodología en general. Primero, sin definir lo que se estudia (cultura,
psicología y su interrelación), no es posible decidir qué métodos son
apropiados para la psicología cultural. En el artículo discutido se aplica una
definición de cultura que es teóricamente incoherente y no corresponde a las
elecciones metodológicas realizadas. En segundo lugar, los enfoques
microculturales son rechazados sin darse cuenta de que el enfoque macrocultural
preferido en el artículo objetivo es complementario del enfoque microcultural.
Tercero, la investigación cualitativa se entiende de manera limitada. Se ignora
las más complejas y ricas formas de investigación cualitativa utilizadas por
muchos estudiosos de la psicología europea continental antes de la Segunda
Guerra Mundial, que podrían ser más apropiadas para la psicología cultural.
Finalmente, todas las líneas de pensamiento teóricamente cuestionables que se
pueden encontrar en el artículo mencionado derivan de la teoría de la actividad
que representa Ratner. Por lo tanto, la teoría de la actividad resulta ser un
callejón sin salida para el pensamiento metodológico.
Las discusiones futuras sobre el pensamiento
metodológico deben tener en cuenta que: 1) la metodología es parte de una
teoría científica y, por lo tanto, lo que
se estudia debe definirse para encontrar métodos apropiados para los estudios;
2) la metodología cualitativa debería convertirse en el foco de la metodología
en psicología cultural; 3) la historia de la psicología contiene ideas
olvidadas pero teóricamente muy ricas; y 4) la teoría de la actividad tiene
problemas fundamentales que la hacen inapropiada para orientar el desarrollo de
la metodología.
Referencias
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