Revolución crítica* de la ciencia vygotskiana:
hacia la psicología Gestalt histórico-cultural
Antón Yasnitskiy
Introducción como editor invitado en:
Journal of Russian
and East European Psychology, vol. 50, no. 4, July–August 2012, pp. 3–15.
Traducción: Efraín Aguilar
*En el original es Revisionist revolution, pero
como la palabra revisionista en español posee una connotación histórica negativa, el
título ha sido sustituido por Revolución crítica.
Liev
Vygotskiy es probablemente el más conocido y el más citado psicólogo ruso en la
actualidad. Al menos esto parece cierto en la Rusia contemporánea1 y
Norteamérica (Aleksandrova-Howell, Abramson y Craig, 2012).2 La popularidad
de Vygotskiy en ciertos círculos anglófonos de Norteamérica es en realidad
enorme y a menudo descrita como un “boom Vygotskiy” (Cole, 2004; Garai y
Kocski, 1995) o, algo críticamente, como el “culto a Vygotskiy” (Yasnitsky,
2010, 2011b, 2011c). El inicio de este “boom Vygotskiy” se remonta a fines de
los 1970s y fue una década después, a fines de los 1980s, que un académico
contemporáneo observó con astucia:
En la actualidad el interés de los psicólogos
por el pensamiento de Vygotskiy es incluso paradójico. Por un lado, sus obras
parecen crecientemente populares entre los psicólogos del desarrollo en Europa
y Norteamérica. Por otro lado, sin embargo, el análisis cuidadoso y la comprensión profunda de los antecedentes
de las ideas de Vygotskiy son raros. … Vygotskiy parece cada vez más conocido
en la psicología internacional, mientras que permanece poco entendido. Las
raíces de su pensamiento en el discurso filosófico y psicológico internacional
permanecen bastante ocultas. Sus ideas rara vez han sido desarrolladas más allá
de las líneas teóricas o empíricas. (Valsiner, 1988, p. 117)
Esta
observación fue apoyada por otras voces relativamente raras, pero igualmente
críticas de aquellos que demarcaron con claridad una línea entre Vygotskiy como
tal y sus autoproclamados seguidores occidentales, los “vygotskianos” y sus
teorías “vygotskianas”, en particular aquellos de moda en Norteamérica (ver
Simon, 1987). Sin embargo las críticas a los “vygotskianos” no estuvieron
limitadas a los occidentales, y dentro de la psicología soviética de los 1980s uno
podía distinguir con claridad las relativamente raras voces disidentes de
aquellas afirmaciones de lealtad, totalmente escépticas, de algunos de sus
compatriotas a la tradición de Vygotskiy en psicología, más típicamente
ejemplificadas por el constructo de la “escuela
de Vygotskiy–Lieóntiev–Luria” (Lúchkov y Pievznior, 1981). Una serie de
constructos retóricos normalmente acompañaba a esta narrativa maestra de la
escuela “Vygotskiy–Lieóntiev–Luria”, tales como la historia de la “troyka y la
pyatiorka” o de los más devotos estudiantes y seguidores de Vygotskiy, y la
llamada “escuela de psicología de Járkov” de Lieóntiev. Para la historia de la
más reciente discusión crítica y deconstrucción de esta narrativa canónica ver
Yasnitsky (2011c). La crítica de los estudiosos rusos y occidentales “vygotskianos”
de los 1980s continúo a lo largo de los 1990s. Así, diferentes autores enfatizaron
las interpretaciones sesgadas y fragmentadas de Vygotskiy por los representantes de lo que fue
llamado “modas neo-vygotskianas en psicología contemporánea” (Van der Veer y
Valsiner, 1991, p. 1) o “tradiciones selectivas” en los estudios vygotskianos
(Cazden, 1996). De modo característico, la fraseología “vygotskiana” de moda y más amplia
circulación en el discurso académico y educativo occidental —como la “zona de desarrollo
próximo”— fue referida en la literatura crítica de este periodo como “uno de
las más usados y menos entendidos constructos que aparece en la literatura
educativa contemporánea” (Palincsar, 1998, p. 370), constructo que fue “usado más como una alternativa de moda a la
terminología piagetiana o al concepto de IQ para describir las diferencias individuales
de algún logro o potencial” (Mercer y Fisher, 1992, p. 342). Todas esas
críticas, sin embargo, parecen algo moderadas e inocentes ante la explosión de
literatura crítica que está saliendo con abundancia en el nuevo milenio.
Los
años 2000 abrieron con la publicación del libro de Valsiner y van der Veer La mente social, que explora
sistemáticamente la historia de la idea del origen social de la mente humana y calificó
las numerosas referencias a Vygotskiy en la literatura contemporánea como
retórica, hipocresía o, literalmente, meras “declaraciones de fe”:
A menudo es una cuestión abierta saber qué
función pueden tener tales declaraciones en la ciencia. Visto desde una postura
de análisis a profundidad, tales declaraciones parecen ser simplemente una
obviedad (comparadas con la declaración que la lluvia es húmeda o que el rico es
influyente). Así, tales afirmaciones generales acerca de la sociabilidad de la
mente humana son hechas con notable vigor y repetitividad. (Valsiner y Van der
Veer, 2000, p. 4)
Otros
autores han discutido y criticado de modo variado las “versiones de Vygotskiy”
(Gillen, 2000), los “conceptos e inferencias curiosamente atribuidos a Liev
Vygotskiy” (Gredler, 2007) o las “múltiples lecturas de Vygotskiy” (Van der
Veer, 2008). Es más, algunas de esas versiones, tales como la notoria “teoría
de la actividad” y, por extensión, su rama teórica —muy desarrolladas a nombre
y en el espíritu de la narrativa apócrifa de la “escuela de Vygotskiy–Lieóntiev–Luria”—
la “teoría de la actividad histórico-cultural” fueron referidas como un “callejón
sin salida” para la psicología histórico-cultural (Toomela, 2000) y, aún más, para
el pensamiento metodológico de la psicología cultural (Toomela, 2008). Algunos autores
se preguntan si alguien actualmente lee en realidad las palabras de Vygotskiy
(Gredler y Schields, 2004) y si es demasiado tarde para entender a Vygotskiy en
las aulas (Gredler, 2012). Sobre todo, han sido reveladas numerosas
inconsistencias, contradicciones y hasta defectos fundamentales en la
literatura “vygotskiana” dentro del océano de publicaciones críticas sobre este
tema, y están típicamente asociadas con —pero no limitadas a— el legado norteamericano de Michael Cole y
James Wertsch (para una crítica de esas dos tradiciones de investigación en
particular ver Miller, 2011). Así, en muchas ocasiones Miller menciona “distorsiones”,
“malas interpretaciones” y “malas representaciones” de las ideas de Vygotskiy en
las traducciones asequibles de sus trabajos en inglés y, aún más, en los
trabajos de sus autoproclamados seguidores occidentales. Como lo señala Miller de
modo correcto, “los textos que sobrevivieron y fueron traducidos al inglés, o
fueron abreviados y traducidos de manera inexacta, en el caso de Pensamiento y lenguaje (Vygotsky,
1962), o artificialmente traducidos en un libro a través de seleccionar pedazos
y piezas de varias fuentes, en el caso de Mind
in Society (Vygotsky, 1978)” (Miller, 2011, p. 2). Aún
más, los seis volúmenes de los Collected
Works de Vygotskiy publicados por Plenum de 1987 a 1997 incluyeron a lo
largo de los textos traducidos “varios comentarios en forma de prefacios, prólogos,
introducciones, postfacios y epílogos” (ibid.). Miller abiertamente acusa a los
editores de los traducidos Collected Works de “meterse con los textos originales en ruso cambiando su orden y
presentación” e “incluir una capa adicional de comentaristas ‘locales’”, todos
los cuales contribuyeron de modo significativo a la mala interpretación de Vygotskiy
en occidente. Como remedio, Miller propone regresar a las traducciones de Vygotskiy
a las que, de modo algo extraño, él continuamente se refiere como “los textos originales”,
y leerlos sin tomar en cuenta las voces de alrededor de comentaristas y
editores.
Todas
esas críticas han llevado a una posición bastante insegura a todo el que
intente afrontar de modo significativo y seguro los temas “vygotskianos”. Para
un resumen de los numerosos “desafíos de reclamar una perspectiva vygotskiana” ver
el capítulo 1 de un libro recientemente publicado (Smagorinsky, 2011). La
situación actual no es tolerable ni sana, y debe hacerse algo serio para
resolver los numerosos temas de la psicología vygotskiana contemporánea. Para
resolver el problema, primero éste debe ser identificado. Así, ¿cuáles son las raíces
de esta confusión general acerca del legado de Vygotskiy hoy?
Una de
las razones de los problemas con el legado vygotskiano podría pensarse que está
sobre todo relacionada con el tema de las traducciones de los textos de Vygotskiy
y de los estudiosos del “círculo de Vygotskiy” (Yasnitsky, 2009, 2011c), la
mayoría de los cuales —si no todos— hasta donde sabemos, fueron escritos
originalmente en ruso. Como lo señala Smagorinskiy en el libro mencionado
arriba, “a pesar de que yo he estado citando a Vygotskiy en mi propio trabajo
desde inicios de los 1990s, probablemente he estado basando mi conocimiento en
traducciones inadecuadas e incompletas” (Smagorinsky, 2011, p. 8). En efecto, la
calidad de las traducciones permanece en definitiva como un asunto que hace
poco ha sido sistemáticamente explorado y revisado en un artículo con el título
característico de “Vygotskiy en inglés: qué falta por hacer” (Van der Veer y
Yasnitsky, 2011). Sin embargo, incluso la mejor visión general y declaración
programática sobre “qué hacer” no pueden
sustituir a la acción. Así, el lector anglófono aún está en espera de que se
haga una gran cantidad de traducciones, comentarios, ediciones y
reinterpretaciones importantes, meticulosas, que requieran mucho tiempo.
Uno
también debe pensar que el tema principal es la accesibilidad y disponibilidad
de las obras de Vygotskiy. En efecto, la mayor compilación hasta la fecha, la
colección en seis volúmenes de las obras de Vygotskiy no contiene todos los textos
escritos por este autor, y para restaurar el conjunto completo de obras
publicadas aún falta por hacer mucho trabajo de archivo y biblioteca. Sin
embargo, con suerte un día de estos aparezcan nuevas publicaciones de la obra
de Vygotskiy; el proyecto más notable es el ambicioso “Vygotskiy completo PsyAnima” puesto en marcha
recientemente por el equipo editorial de la revista rusa internacional en línea
PsyAnima, Dubna Psychological Journal que sigue publicando obras extremadamente raras y virtualmente
inaccesibles de Vygotskiy que ya habían salido a la luz en vida del autor, pero
que desde entonces no habían sido republicadas.3 Una fuente complementaria
del legado de Vygotskiy es el archivo personal del erudito (de propiedad privada,
por lo tanto, inaccesible a los investigadores), cuya mayor parte está
constituida por una colección de fragmentos, notas en papel usado y manuscritos
infinitos. El contenido del archivo de Vygotskiy fue presentado de manera
bastante clara en una serie de publicaciones recientes en ruso e inglés por E.Yu.
Záviershnieva y colaboradores (Van der Veer y Zavershneva, 2011, 2012; Záviershnieva,
2007, 2008a, 2008b, 2009, 2010a, 2010b, 2010c, 2012; Záviershnieva y Osipov,
2010). Con base en esas publicaciones, queda bastante claro que los materiales
del archivo de Vygotskiy —tan emocionantes como invaluables puedan parecer a un
historiador de la ciencia— no son de mucho valor para la propia comunidad
psicológica y difícilmente añadirán algo completamente nuevo al legado de Vygotskiy
o serán lo suficientemente importantes para cambiar de raíz la imagen del Vygotskiy
erudito.
Y
sin embargo, las raíces del problema son más profundas que eso. El problema
principal parecen ser los textos de Vygotskiy per se, más precisamente, la
confiabilidad de los textos publicados de Vygotskiy como tales. En efecto, no
hay nada nuevo en reclamar la desastrosa calidad de las publicaciones
soviéticas posteriores a la segunda guerra mundial de las obras de Vygotskiy, que
han sido extensa y crecientemente criticadas por los numerosos errores, omisiones
y distorsiones (Brushlinskiy, 1996; Tkachenko, 1983; Tulviste, 1987; Van der
Veer, 1997a; Van der Veer y Valsiner, 1991; Van der Veer y Yasnitsky, 2011).
A
pesar de todas esas anteriores contribuciones importantes, la investigación
histórica de Záviershnieva abre una línea totalmente nueva de estudios en la
textología vygotskiana. En marzo de 1994, en la introducción de su “Prefacio y
agradecimientos del traductor”, del volumen tres de The Collected Works of L.S. Vygotsky, René van der Veer comentó sobre su acercamiento a la tarea de
traducir a Vygotskiy:
No he tratado de mejorar el estilo de la
escritura de Vygotskiy aunque a veces fue difícil abstenerse de hacerlo. Está
claro que Vygotskiy— a diferencia, por ejemplo, de William James— nunca re
escribió un texto en aras de mejorar su estilo y legibilidad. De ahí la
redundancia, la dificultad para seguir el hilo de su argumentación, las frases
difíciles, etc. (Van der Veer, 1997b, p. v)
Esta
notoriedad del discurso de Vygotskiy ha sido considerada una de las
características del estilo discursivo del genio e idiosincrasia del talento
creativo de Vygotskiy. Una posibilidad para una interpretación alternativa fue
sugerida, entre otros, por Borís Mieshchieryakov, el cual, en su precipitada revisión
de la bibliografía de las obras de Vygotskiy en la última década de su vida afirmó:
Muchos temas de esta década fueron escritos muy
rápidamente, en un estilo casi telegráfico. Algunas obras quedaron inconclusas.
Es muy posible que algunas de las obras publicadas póstumamente no estaban
destinadas a ser publicadas (desafortunadamente, los editores de las ediciones contemporáneas
no siempre advierten al lector sobre el estado y naturaleza de los textos
originales). (Meshcheryakov, 2007, p. 155)
Esta
afirmación parece bastante posible. Sin embargo, solo hasta después de que la
investigación pionera de archivo y textológica de Záviershnieva fue publicada
en ruso en 2009, en colaboración con Osipov
(2010), fue que recibimos una sólida confirmación de la sugerencia de que no
todos los textos que ahora conocemos como las obras fundacionales de Vygotskiy
fueron terminados por su autor, ni que él sugiriera enviarlos todos para su
publicación.
En
uno de sus estudios, Záviershnieva y su estudiante graduado y colaborador Osipov
escrutaron los infinitos manuscritos sobre la crisis en psicología que fue
publicada, sin análisis textológico apropiado y sin crítica, en 1982 bajo el
título El significado histórico de la crisis en
psicología. Como lo muestra Záviershnieva en su
análisis de varias obras de Vygotskiy, las
ideas más importantes sobre la crisis disciplinaria en psicología fueron de
hecho publicadas en vida de Vygotskiy en una serie de notables artículos cortos
que de modo sucinto presentan el argumento de la obra inconclusa sobre
metodología de la investigación psicológica. La investigación de Záviershnieva
sobre El significado histórico de la crisis en
psicología, junto con un trabajo muy relacionado sobre la
libreta de Vygotskiy de 1926 en el hospital Zajarino y uno de los artículos
metodológicos más cortos de 1928; son presentados por vez primera en inglés en
este número del Journal of Russian and East European
Psychology.
El
impacto de estos trabajos tempranos de Záviershnieva ha sido enorme. Para los
lectores occidentales, que hasta hoy tienen acceso a esta investigación
traducida, esta situación puede calificar como una instancia de “impacto retroactivo”
de un estudio temprano que, sin embargo, afectó de modo considerable el curso
de la investigación subsecuente publicada sin haber sido publicado el estudio mismo. Por
cierto, el análisis textológico meticuloso de Záviershnieva y Osipov de El significado histórico de la crisis en psicología (Záviershnieva,
2009; Záviershnieva y Osipov, 2010) ocasionó e inspiró mucho una serie de estudios
de seguimiento. Uno de esos estudios exploró y documentó diferencias en las
tres ediciones rusas de Pensamiento y habla de Vygotskiy de 1934, 1956 y 1982 (Mecacci y Yasnitsky, 2011). Un trabajo aún más
sustancial ha sido hecho por dos investigadores que estudiaron La herramienta y el signo [en el desarrollo
del niño] y compararon las versiones existentes en
ruso e inglés del texto. De modo inesperado, los dos estudios llegaron a
conclusiones radicalmente diferentes sobre la dirección de la traducción y la
cronología relativa de la creación de esos dos textos (Kellogg, 2011a, 2011b;
Kellogg y Yasnitsky, 2011; Yasnitsky, 2011a, 2011d, 2012e). La versión según la
cual, tan extraña como contra intuitiva pueda parecer, el texto en ruso de la
edición soviética de 1984 fue creado en algún momento a fines de los 1960s como
resultado de la traducción del único manuscrito sobreviviente en inglés de
origen poco claro, pero traducción en sí con toda probabilidad; recibió
confirmación en una serie de publicaciones posteriores que discuten la historia
de La herramiento y el signo como una “falsificación benigna” (Cole, 2012; Goldberg, 2012; Van
der Veer, 2012; Yasnitsky, 2012d).
El impacto
de todos esos estudios textológicos sobre el estado de cosas en la textología
de las obras de Vygotskiy es considerable, pero se extiende más allá de la
propia textología. Este corpus de estudios ha establecido una sólida base para
un movimiento revisor de los estudios vygotskianos y constituye la primera
contribución a este movimiento crítico. En otras palabras, la “revolución
archivística” que tuvo lugar hace unos años (Yasnitsky, 2010) superó su etapa inicial y se convirtió en una
hecha y derecha “revolución crítica” de la ciencia vygotskiana. Aparte de un
considerable trabajo textológico y de archivo, este movimiento revisor fue
precedido por estudios que se apartaron radicalmente del género tradicional de
la narrativa del “gran hombre”. Estos estudios interpretaron el proyecto Vygotskiy como una empresa colaborativa,
distribuida, de agentes múltiples enclavados en procesos a gran escala de la masiva
transformación social, económica y cultural de la Unión Soviética de
entreguerras (Shchedrovitskiy, 1980/2004; Stetsenko, 2003; Stetsenko y
Arievitch, 2004) y se llegó a un entendimiento de esta empresa de colaboración
como el “círculo de Vygotskiy” de varias docenas de colaboradores, asociados y
estudiantes de Vygotskiy y Luria
(Yasnitsky, 2009, 2011c). Es sobre estas bases sólidas de los estudios
tempranos que una nueva investigación se desarrolla en estos días. El movimiento
revisor comprende dos líneas de investigación algo distintas pero muy
interrelacionadas.
Primero,
la “línea crítica” explora sesgos antiguos, creencias por lo común sostenidas acerca
de la terminología de Vygotskiy, aspectos conceptuales, historia del desarrollo
de sus obras, etc. Por ejemplo, un estudio reciente de Keiler demostró que las expresiones
“funciones psíquicas (mentales) superiores”,
“psicología histórico-cultural”, “teoría histórico-cultural” y “escuela histórico-cultural”,
contra la creencia popular, nunca se dieron en las obras de Vygotskiy
publicadas en vida, sino que le fueron adjudicadas después de su muerte e
incorporadas en sus publicaciones póstumas (Keiler, 2012). Declaraciones más o
menos similares pueden hacerse acerca de otras frases “vygotskianas” famosas y
expresiones tales como “internalización” o la “zona de desarrollo próximo” (investigación
sobre la fraseología de Vygotskiy y del aparato conceptual en curso). Esta
investigación responde más directamente al problema que Daniels, Cole y Wertsch
describieron recientemente como sigue:
Una lectura atenta de la obra de Vygotskiy
muestra cómo sus ideas se desarrollaron y transformaron en un lapso muy breve. Es
difícil reconciliar algunos de sus escritos de inicios de los 1920s con los que
fueron producidos durante los últimos dos años de su vida. Estos rápidos
cambios, junto con el hecho de que su obra no fue publicada en orden
cronológico, hacen difíciles los resúmenes de su obra (Daniels, Cole y Wertsch,
2007, p. 2).
Además
del análisis textológico de la dinámica del desarrollo de la terminología y fraseología
del discurso de Vygotskiy, se ha hecho un trabajo sustancial sobre el análisis
comparativo crítico de varias bibliografías —típicamente muy conflictivas— de sus obras. Como resultado, otro estudio reciente de las
publicaciones de Vygotskiy identificó la lista de sus obras más importantes y
produjo una cronología de la composición de esas obras (Yasnitsky, 2011a,
2011d). Estos estudios de la “línea crítica” están más interrelacionados con
los estudios de la segunda línea dentro del movimiento revisor de la ciencia vygotskiana.
Segundo,
la “cadena constructiva” está compuesta de estudios que apuntan a una mejor
comprensión del verdadero desarrollo de la teoría de Vygotskiy, que solo hasta
ahora ha sido posible con base en la línea “crítica” de la erudición revisora vygotskiana.
Así, tal como lo muestra una serie de estudios “críticos” recientes, muchos de
esos textos largo tiempo considerados como centrales en Vygotskiy así como sus
obras más importantes, no fueron considerados como tales por Vygotsky. Por
sorprendente como pueda parecer, varias de esas obras nunca fueron publicadas
en vida de Vygotskiy, y jamás fueron preparadas para su publicación por el
autor y, aún más, ellas representan las etapas más tempranas de su edificio
teórico, las ideas que más criticó y rechazó en sus últimos escritos (para una
discusión de las autocríticas de Vygotskiy y el rechazo de sus puntos de vista
tempranos ver Yasnitsky, 2011b).
Esta
literatura crítica plantea una pregunta más obvia: ¿quién es el real Vygotskiy, el pensador
de su periodo más desarrollado y maduro? O, con más precisión: ¿qué tipo de
teoría del Vygotskiy de los dos últimos años de su vida podemos usar como fundacional
de la ciencia vygotskiana, quizá de cierta promesa en el contexto de la
investigación psicológica contemporánea, teórica y aplicada? Varios estudios recientes
discuten los contornos de esta teoría en su más madura forma y arguyen de modo
bastante correcto que, a diferencia de
la práctica experimental de Vygotskiy en su más temprano periodo “instrumental”
de los 1920s, su pensamiento de los 1930s se desplazó de modo considerable
hacia los procesos internos de la creatividad artística y del significado y
sentido de las decisiones (Miller, 2011; González Rey, 2011). Estos estudios importantes,
sin embargo, no toman en cuenta otro aspecto en extremo importante de la obra
de Vygotskiy de los 1930s, que es vital para entender su proyecto de
investigación completo en desarrollo
durante este periodo. Como lo muestra un estudio reciente de la historia
transnacional del círculo de Vygotskiy, los años 1930s pueden ser
caracterizados como un periodo de convergencia dramática entre dos grupos de
estudiosos: el grupo soviético de Vygotskiy y Luria, y, por otro lado, el grupo
alemán-norteamericano de los psicólogos de la Gestalt liderados por Max Wertheimer, Wolfgang
Köhler y Kurt Koffka. Es más, el grupo soviético fue muy influido por la obra
de miembros algo periféricos del movimiento de la Gestalt, tales como Kurt Goldstein, Adhémar
Gelb y, aún más importante, Kurt Lewin. Este ultimo estaba personalmente familiarizado
con los eruditos soviéticos (Vygotskiy, Luria, Bírenbaum, Zieygárnik y otros), y
su influencia —en gran medida por la obra de las estudiantes rusas de Lewin expatriadas
a Berlín, quienes más tarde regresaron a Rusia— fue particularmente fuerte. La
convergencia entre esos dos grandes grupos de eruditos es evidente por los
numerosos contactos personales y las estrechas interrelaciones, migraciones de
los estudiosos, publicaciones internacionales y proyectos de investigación en
colaboración, extenso intercambio intelectual y la circulación de ideas y
prácticas experimentales. Un estudio reciente describe y analiza estas
actividades bajo la bandera de la “psicología Gestalt histórico-cultural”, que
fue evolucionando desde inicios de los 1930s hasta el final de la década previa
a la guerra (Yasnitsky, 2012a, 2012b, 2012c).
Esta
“psicología Gestalt histórico-cultural” en realidad nunca se ha llevado a cabo,
debido en parte a la muerte prematura de la mayoría de los académicos clave
involucrados, y en parte debido a la inestabilidad política y a los disturbios
antes y durante la segunda guerra mundial. En todo caso, ya está claro que si
la mayor síntesis de las ideas de las dos escuelas de pensamiento tuviera
lugar, tendríamos una psicología en realidad sin precedentes que combinaría el
historicismo, el intelectualismo, el desarrollismo vygotskianos, y un enfoque de
la cultura con el holismo y organicismo de la Gestalt, y un agudo interés lewiniano
por los procesos psicológicos afectivos y volitivos. Al mismo tiempo, ambas
corrientes del pensamiento estaban en aparente sintonía al atender los
problemas sociales, los problemas de las artes y la creatividad, y los procesos
del sentido y significado de la toma de decisiones. Así, el trabajo en la reconstrucción
o, para el caso, la construcción de esta “psicología Gestalt histórico-cultural” es una
de las áreas clave del trabajo actual para la cadena “constructiva” dentro del
movimiento revisor en la ciencia vygotskiana contemporánea. Por lo tanto, una
vez más, como Vygotskiy lo reconoció hace unos noventa años, nos damos cuenta
que estamos tratando con la psicología del futuro:
Pero por supuesto esta psicología del futuro.
. . se parecerá a nuestra psicología contemporánea solo en el nombre o, como Spinoza
lo dijo tan magníficamente: non aliter scilicet
quam inter se conveniunt canis, signum celeste, et canis, animal latrans, esto es, como la constelación del Canis se parece a un perro, el
animal que ladra. . . . Es por eso que el nombre de nuestra ciencia es tan
querido por nosotros —el nombre sobre el que el polvo de los años se ha asentado, pero
al que pertenece el futuro. (Este volumen, p. 104)
Notas
1. Ver la lista de los
autores más citados entre 1988–2002 en la revista rusa más popular Voprosy
psijológuii (www.voppsy.ru/indx.htm); para una lista de
los autores más citados entre 1986–2005, ver
http://psyhistorik.livejournal.com/86054.html.
2. Aún cuando esta
publicación menciona a Vygotskiy entre otros eruditos rusos mayores de notoria
importación al contexto norteamericano (Biéjtieriev, Luria, Pávlov y Siéchienov), la afiliación disciplinaria (por
ej., fisiología: Biéjtieriev, Pávlov y Siéchienov) y la frecuencia de aparición
de esos nombres en el propio texto del artículo (sin exceder una docena de
veces para Biéjtieriev, Pávlov y Siéchienov; trece veces para Luria), sugiere el
predominio de Vygotskiy sobre el resto. En efecto, 28 citas del nombre de Vygotskiy
en el texto del artículo y el hecho de que un apéndice con “Lecturas
recomendadas (artículos) organizadas por campo” contiene una sección especial titulada
“Contribución de Vygotskiy”, son suficientes indicadores de la posición
destacada del erudito entre otros estudiosos rusos en el discurso contemporáneo
psicológico.
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