El pensamiento en la esquizofrenia*
L. S. Vygotski
L. S. Vygotski
* Trabajo publicado en los Archives of Neurology and Psychiatry 1934, 31(5):1063-77, con una nota de J. Kasanin, quien tradujo el artículo del ruso y que al pie de página dice: "Durante los últimos cinco años Vygotski, junto con el profesor Luria, ha venido haciendo un trabajo interesante sobre la psicología de la esquizofrenia, al utilizar la técnica experimental de la psicología Gestalt. El artículo fue escrito debido a mi solicitud hace unos tres años, y desde entonces han realizado bastante más investigación".
Traducción: Efraín Aguilar
Sin duda el desarrollo más significativo en psicología es la tendencia reciente de hacer investigaciones conjuntas en varios campos, para descubrir los principios comunes involucrados en esas investigaciones. Esto es cierto especialmente para la psicopatología y la psicología genética o infantil. Ellas se han desarrollado de manera independiente, y sólo hasta hoy los resultados obtenidos han sido elaborados ocasionalmente para su comparación.
Mientras tanto, cada vez más investigadores piensan que las leyes psicológicas son las mismas y no importa dónde sean observadas. Como ejemplo de la creciente integración de los distintos campos de la investigación psicológica, y del creciente sentimiento de unidad de las leyes psicológicas a pesar de la variedad de sus manifestaciones, uno puede referirse al estudio comparativo de la escisión del pensamiento, al fenómeno de la hipobulia1 en psicopatología, y al fenómeno del pensamiento sincrético en psicología infantil. En la hipobulia existen fenómenos que antes fueron considerados como resultado de la esquizofrenia o de la histeria; ahora, a la luz de los resultados de nuevas investigaciones, tales fenómenos aparecen presentes en los estadios de realidad de la organización normal de la consciencia, como un paso ontogenético necesario en el desarrollo de la personalidad normal. Tales observaciones indudablemente son verdaderas: los fenómenos del pensamiento en desarrollo del adolescente están en general relacionados evidentemente con ciertos aspectos del pensamiento patológico.
Es más, existe una tendencia creciente a investigar los procesos psicológicos mediante la observación y comparación de sus diferentes periodos en desarrollo, siendo usado este procedimiento como un medio para llegar a las leyes que determinan las características de tales procesos. Esta aproximación la he encontrado muy útil en el trabajo clínico y experimental. Mientras que previamente la elaboración conjunta en psicología genética y psicopatología consistía solamente de una comparación de las conclusiones alcanzadas, ahora he intentado desde el inicio introducir el método comparativo de estudio en mi propio trabajo experimental. No llevó mucho tiempo encontrar que bastantes problemas, concebidos así, aparecían con una claridad totalmente diferente.
Existe un añejo intento de unir la psicología de la adolescencia con ciertos síntomas de la esquizofrenia. Esta unión está implícita en el término "dementia praecox", lo cual ha impulsado muchos estudios del adolescente y a comparar la vida mental del niño con la de pacientes con esquizofrenia. Kretschmer en Alemania y Blonski (2) en Rusia, insistieron que hay una asociación entre ambos. Ellos basaron su juicio en el hecho que a veces resulta imposible diferenciar un periodo tormentoso de adaptación sexual entre la adolescencia y la esquizofrenia incipiente. Mis investigaciones, sobre las que haré comentarios más adelante y que dieron origen a ciertas ideas sobre la naturaleza de los procesos psicológicos en la esquizofrenia, me llevaron a conclusiones bastante diferentes. El punto crucial en mi análisis comparativo ha sido el proceso de formación del concepto tal como se observa en el niño y en el paciente con esquizofrenia.
Objetivo de la investigación
Mis investigaciones han sido bilaterales. Han abarcado el desarrollo del pensamiento en el niño hasta la edad de la pubertad, por un lado, y el deterioro del pensamiento en la esquizofrenia por el otro. También las conclusiones han sido bilaterales. He visto que el desarrollo más importante del pensamiento en la adolescencia es el cambio de los tipos "complejos" (3) del pensamiento a los tipos conceptuales -un cambio que no sólo revoluciona el proceso intelectual sino que determina la estructura dinámica de la personalidad-, es decir, la consciencia del sí mismo y del medio ambiente. También he hallado, por el contrario, que el deterioro más importante del pensamiento en la esquizofrenia es un trastorno, un deterioro, en la función de la formación de los conceptos. La fragmentación y la ruptura de aquella parte de la psique involucrada en el proceso de la formación de los conceptos es justamente una característica de la esquizofrenia, así como el desarrollo de la función de la formación de conceptos es característico de la adolescencia. De ahí es obvio que tanto en la esquizofrenia como en la adolescencia puedan encontrarse ciertas similitudes, especialmente en la transición del pensamiento complejo (4) o asociativo al pensamiento conceptual.
Cuando ambos son abordados de una manera formal, estática, durante los estadios transicionales puede encontrarse un gran número de puntos en común. Pero al utilizar un método de aproximación más dinámico se verá que los procesos psicológicos en la esquizofrenia y la adolescencia se relacionan de manera inversa y se asocian más por sus diferencias que por similitudes. Esto es verdad porque en la adolescencia uno tiene que ver con fenómenos del crecimiento y el desarrollo, mientras que en la esquizofrenia uno trata con la desintegración y el decaimiento de la vida psíquica. Tales principios prevalecen para los procesos mentales generales de la persona, pero son especialmente aplicables en la función de la formación de conceptos. Estudiando esta función, uno se convence de que la psicología de la adolescencia da una clave para entender la esquizofrenia, y al contrario, que el pensamiento esquizofrénico ayuda a entender la psicología de la adolescencia. En ambos, lo más importante es el entendimiento apropiado de la función de la formación de conceptos.
Método
Mis experimentos consistieron en ofrecer a los pacientes una situación que requiere de la formación de conceptos artificiales. Esto se acompañó de dar al enfermo lo que al principio parecían ser palabras sin sentido y escogidas al azar. La formación de los conceptos debía basarse en elementos especialmente seleccionados y relacionados. Así, en la serie de experimentos, los pacientes tenían que aprender a asociar sílabas sin sentido con ciertos conceptos definidos, por ejemplo, "bik", significando grueso y pequeño; "lag", grueso y alto, etcétera. Es decir, el enfermo era confrontado con el problema de la formación de un concepto nuevo, que no encontraría en ninguna parte excepto en el diseño de un experimento de laboratorio.
Debo establecer, entre paréntesis, que este método de la formación experimental de conceptos mediante palabras especialmente seleccionadas, tiene una larga historia en la cual no me detendré por el momento. Basta con decir que tal método ha sido muy utilizado por Ach (4) y colaboradores. Mi método de investigación se basó en los principios desarrollados por Ach, pero como yo los he utilizado para propósitos diferentes han debido ser modificados considerablemente.
Con los métodos desarrollados por mi colaborador L. S. Sájarov (5) pudimos observar el deterioro en la facultad de formación de conceptos, no sólo cuando el trastorno del pensamiento era bastante aparente, sino también en los casos donde no se podía demostrar un trastorno formal del pensamiento. El hecho importante aquí no es que el paciente con esquizofrenia, confrontado al problema experimental, no sea capaz de resolverlo sino que, en el intento de hacerlo, exhibe formas de pensamiento características y significativas.
Observaciones
Sin considerar a quienes se rehusaron o cooperaron a medias durante los experimentos, observaciones, en todos los casos donde los resultados fueron definidos y claros, ciertas formas características de asociación que resultaron en la formación de cierto tipo de ideas que tomaron el lugar de los conceptos. Podríamos aducir una gran variedad de esas formas de asociación, pero creemos esencial por el momento describir las características comunes de tales procesos asociativos. Enumeraré las estructuras asociativas más frecuentemente encontradas: 1) pensamiento colectivo, en el cual varios objetos son agrupados como si formaran una colección compuesta de objetos diferentes unidos unos a otros por ciertas relaciones -tales como una colección de cosas u objetos de varios colores o varias formas; 2) pensamiento complejo en cadena; 3) pensamiento complejo asociativo; 4) pensamiento en cadena pseudocomplejo. Los tres últimos serán explicados más adelante. Estos cuatro tipos de pensamiento implican un todo constituido por partes unidas orgánicamente, siendo la diferencia entre tales asociaciones y conceptos que, en las asociaciones, la unión es concreta y mecánica, mientras que en el concepto hay un principio general y abstracto con base en el cual se forma la asociación conceptual.
Un complejo es más parecido a una gran familia en la cual se agrupan, bajo el mismo nombre familiar, un gran número de gente por completo diferente. Un paciente con esquizofrenia mira la palabra estímulo común nombre familiar para un grupo de objetos con base en la proximidad física, a la similitud concreta de ciertas partes o alguna otra relación no abstracta entre ellos. Un ejemplo típico serían las llamadas asociaciones en cadena de los pacientes con esquizofrenia. El paciente responde a una palabra estímulo, que denota cierto objeto, nombrando igual a otro objeto similar sólo en un rasgo; entonces nombra un tercer objeto escogido con base en alguna similitud con el segundo objeto, después de modo similar agrega un cuarto al tercero, etcétera.
El resultado es un número de objetos muy heterogéneos conectados remotamente unos con otros. La cadena asociativa se construye con tales asociaciones de modo tal que hay una conexión entre nexos separados pero sin un simple principio que unifique todas las conexiones. Así, en mis experimentos el sujeto debe seleccionar un grupo de objetos, todos los cuales tienen un nombre común, siendo guiados en el principio de agrupamiento mediante un ejemplo que se les muestra. El ejemplo puede consistir en un pequeño triángulo azul, después una gran figura circular verde, luego un paralelogramo verde, etcétera (la cadena del complejo de colores); o se le puede mostrar el mismo triángulo y puede escoger otro triángulo bastante diferente del primero en color y tamaño (complejo asociativo). Surge así un agregado de varios objetos que semeja una gran familia en la cual el lazo es de un carácter, grado y principio de lo más heterogéneo. Tal método de asociación es común a los niños antes de la adolescencia. A pesar de todas las diferencias del proceso de pensamiento en el niño y en el paciente con esquizofrenia, hay una similitud fundamental en las características más esenciales. Así, en personas con esquizofrenia el pensamiento es realmente regresivo.
Surge así un agregado de varios objetos que semeja una gran familia en la cual el lazo es de un carácter, grado y principio de lo más heterogéneo. Tal método de asociación es común a los niños antes de la adolescencia. A pesar de todas las diferencias del proceso de pensamiento en el niño y en el paciente con esquizofrenia, hay una similitud fundamental en las características más esenciales. Así, en personas con esquizofrenia el pensamiento es realmente regresivo.
Comentario
El deterioro en la formación de conceptos nos remite al pensamiento complejo, y aunque los conceptos que fueron formados previamente sean bien usados y de manera bastante automática, la formación de nuevos conceptos se vuelve extremadamente difícil. Hay una conclusión importante derivada de tales observaciones. La comparación del pensamiento en esquizofrénicos con los varios estadios genéticos del pensamiento complejo establece un criterio psicológico, un medio para evaluar el grado de escisión y regresión del paciente con esquizofrenia. La desintegración de los conceptos y la regresión a las formas concretas, factuales, complejas del pensamiento, han sido observadas por otros investigadores sin apreciar los factores genéticos involucrados en la diferenciación entre el pensamiento complejo y el abstracto. Esta deficiencia encuentra su expresión en el hecho que la comparación del pensamiento alterado con las formas filogenéticamente tempranas del pensamiento, es usualmente hecha con base en criterios negativos más que positivos, sobre todo en cuanto a la ausencia de conceptos en el pensamiento. Esta comparación, basada en un criterio negativo, es errónea porque trata como aproximadamente equivalentes a formas de pensamiento que desde el lado positivo no tienen nada en común, las cuales están, en efecto, separadas por muchos millones de años en el desarrollo genético. El siguiente ejemplo explicará esto.
Algunos autores comparan el pensamiento complejo de personas esquizofrénicas con el pensamiento de poblaciones primitivas, con el pensamiento en los sueños, y finalmente con los procesos intelectuales de animales inferiores, especialmente con los procesos de pensamiento en arañas tal como ha sido demostrado por Volkelt. Este ha descrito que la araña efectúa movimientos precisos cuando trata de llevar su presa de la red al nido, pero estos se pierden cuando la misma presa es retirada de la red -esto es, de la situación compleja total a la cual está acostumbrada la araña- y situada directamente en el nido. La consciencia selectiva de una araña no percibe tanto las sensaciones aisladas como percibe la totalidad de las situaciones emocionales condicionadas. En estas condiciones la transición al pensamiento asociativo está representada como un paso al pensamiento visual, pictórico. Aunque hay una tendencia evidente, todas estas comparaciones padecen de menospreciar los grados del desarrollo psicogenético gobernante. Entre el pensamiento abstracto en la forma de conceptos y el pensamiento como es exhibido por la araña, hay una gran cantidad de pasos en desarrollo, difiriendo unos de otros no menos que el pensamiento asociativo de los esquizofrénicos difiere del pensamiento de una persona normal.
Y así como no es admisible hacer una comparación genética del pensamiento tal como ocurre en los sueños, con el pensamiento como ocurre en el hombre primitivo o en las arañas -simplemente porque tales formas de pensamiento están debajo del estadio de pensamiento conceptual- tampoco tiene uno el derecho de asumir que el pensamiento del paciente con esquizofrenia inmediatamente cae al abismo de millones de años o que para su entendimiento necesita de analogías con la araña, la que no reconoce a su presa cuando esta ha sido removida de la red y ubicada en el nido.
Mis observaciones muestran que el pensamiento complejo observado en pacientes con esquizofrenia es el paso más cercano al pensamiento conceptual y de inmediato le precede genéticamente. Por lo tanto hay alguna similitud, aunque de ninguna manera una identidad, entre el pensamiento del paciente con esquizofrenia y el pensamiento de un niño. La base común que permite una comparación directa entre los dos tipos diferentes de pensamiento es que el proceso de pensamiento del niño y el de un esquizofrénico en los estadios iniciales de la enfermedad, son meramente pasos en el desarrollo genético del pensamiento; esto es, ellos representan el peldaño que precede inmediatamente al estadio de la formación del concepto, y no pueden ser comparados con el proceso de pensamiento de la araña del cual están separados por millones de años de desarrollo. Uno sabe que incluso en la edad adulta persiste una tendencia al pensamiento complejo en ciertas áreas. Un examen superficial no revelará la transición desde un modo de pensamiento a otro, a menos que se empleen métodos de investigación especiales.
Una segunda conclusión importante, derivada de los experimentos, se relaciona con el hecho que en la esquizofrenia existe una destrucción de los sistemas psicológicos que subyacen a la base de los conceptos. Expresando esta idea de otro modo, podemos decir que en la esquizofrenia temprana el significado de las palabras cambia. Estos cambios algunas veces son difíciles de observar a menos que uno utilice métodos especiales, pero pueden ser demostrados. La vía para entender este fenómeno se apoya en el estudio del pensamiento del niño. Un niño piensa diferente del adulto; en consecuencia las palabras para él tienen también diferentes connotaciones en su estructura psicológica. La pregunta que naturalmente surge es: ¿Si las palabras tienen diferente significado, cómo se entienden un niño y un adulto? A manera de ejemplo citaré el hecho paradójico establecido por Piaget que los niños con la misma edad y desarrollo no se entienden unos a otros tan bien como los adultos. Así el pensamiento de los adultos es gobernado por leyes bastante diferentes de aquellas que determinan el pensamiento de los niños. Esto, como se verá, involucro el problema que describí al inicio de este artículo. Si, como dije, el significado de las palabras comienza a cambiar tempranamente en el curso del proceso esquizofrénico, ¿cómo permanece el hecho sin ser observado, y cómo es posible que una persona normal y una esquizofrénica se entiendan?
La respuesta a tales preguntas, como lo indican mis investigaciones, se apoya en el hecho que los "complejos" pueden coincidir, y en ocasiones lo hacen, con los conceptos en su referencia a los objetos, pero no necesariamente en su significado. Cuando uno habla de Napoleón como el vencedor de Jena y el perdedor de Waterloo, las dos frases coinciden en su referencia a Napoleón, pero son muy diferentes en el significado. Así, cuando un concepto y un complejo se refieren al mismo objeto, puede hablarse del complejo como un pseudoconcepto. Los pseudoconceptos, que son elementos básicos en el pensamiento de un niño, pueden coincidir con los conceptos del adulto, pero esto no significa que necesariamente coincidan con otras particularidades. Cuando un niño dice "casa" o "perro", puede estar hablando de las mismas cosas que un adulto, pero piensa en ellas de otra forma. El niño las agrupa y combina de una manera bastante diferente a los adultos.
El hecho que, en su referencia a los objetos, el lenguaje de un niño coincida con el lenguaje del adulto puede ser explicado por el desarrollo del lenguaje del niño. El lenguaje infantil no se desarrolla libre y espontáneamente; el niño no crea las palabras y su significado. El niño las encuentra hechas en su medio ambiente, y adquiere algo que ha sido preparado para él. En su medio ambiente ciertos nombres están definitivamente relacionados con ciertos objetos. Cada objeto tiene su nombre distintivo y el niño, adquiriendo estos nombres, los agrupa mediante el único método que conoce, es decir, por asociaciones. La asociación consiste no de objetos escogidos libremente por el niño, sino que se hace con base en conexiones y relaciones existentes entre los objetos, relaciones en parte establecidas previamente por el adulto. Tan pronto como se elimina esta presión externa, las asociaciones del niño y los conceptos del adulto comienzan a diferir, no sólo en sus connotaciones sino también en sus relaciones con los objetos. Mi estudio del pensamiento de los sordomudos muestra que ellos tienen pensamiento asociativo e incluso recurren a más tempranas formas de pensamiento -las formas sincréticas de hacer conexiones.
Así, en el lenguaje mimético del sordomudo el gesto que denota dientes también puede significar "blanco", "piedra", y "hablar", dependiendo de la oración completa. Los gestos adicionales, tales como señalar el labio superior, o la indicación de rechazar el señalamiento, hacen posible la diferenciación de varios significados unidos todos con base en el complejo asociativo, del cual ya he dado ejemplos. Pero como su lenguaje mímico se desarrolla sin el sistema fijo de las limitantes rígidas asociadas con el lenguaje verbal, sus asociaciones no coinciden, en relación a los objetos, con los conceptos de los adultos normales. Esta misma situación se da en la esquizofrenia. Las palabras del paciente esquizofrénico coinciden con las nuestras en sus relaciones de objeto, pero no en su significado.
El proceso del pensamiento en la esquizofrenia
Dos influencias determinan tal fenómeno. El primero es que (con la excepción de los neologismos) el paciente con esquizofrenia usa en su lenguaje el sistema de los nombres fijados que aprendió en la infancia. Cuando comienza la desintegración, él retrocede hacia los complejos en lugar de los conceptos, y no libremente, sino predeterminado por la adhesión previa de ciertos nombres a ciertas situaciones y objetos. Una mesa es una mesa para nosotros y para un esquizofrénico, pero de manera diferente pensamos acerca de ella. Él coloca todas las mesas diferentes dentro de un complejo, y la palabra mesa sólo es un nombre familiar para esta asociación. Nosotros usamos un concepto general, y el nombre sólo es mencionado como un símbolo de este concepto. En otras palabras, el esquizofrénico posee un sistema de palabras confeccionado que permanece en relación definida con los objetos denotados. En consecuencia, como no ve el principio que forma las bases de esta asociación, su asociación es invariablemente un pseudoconcepto.
La otra influencia, involucrada en el hecho que las palabras del paciente con esquizofrenia coinciden con las de la persona normal en su referencia de objeto, pero no en su significado, surge de la vía en la cual se desarrolla el pensamiento conceptual. He dicho antes que un niño escolar atraviesa el estadio de pensamiento complejo como un periodo en su desarrollo que precede inmediatamente al pensamiento conceptual. En consecuencia, durante la ontogénesis, los complejos preceden a los conceptos y forman realmente la capa interna o la subestructura antigua bajo la nueva capa de los conceptos, si utilizamos la expresión gráfica de Kretschmer para las más viejas y nuevas formas de pensamiento.
Hay razones para creer que el desarrollo de los conceptos, en tanto apariencia de otras funciones psicológicas superiores, se acompaña de la formación de nuevas capas sobre las antiguas, con la preservación de la vieja capa de pensamiento a manera de función subordinada. Esta ley, recientemente descubierta en el desarrollo del sistema nervioso central, también es cierta para el desarrollo de varias funciones psicológicas, así motoras como centrales. Kretschmer ha demostrado que la hipobulia, esto es, el estadio temprano en ciertas ejecuciones motoras, se preserva en todas las actividades del organismo asociadas con la ejecución de impulsos volitivos. La hipobulia se preserva de una manera latente, subordinada, y ocasionalmente es exteriorizada y se expresa independientemente cuando los procesos superiores del deseo están deteriorados o alterados.
Algo parecido debe tener lugar en la esquizofrenia. Las asociaciones, como una forma primitiva del pensamiento, son retenidas como una subestructura en el desarrollo de las formas superiores del pensamiento, pero son exteriorizadas y comienzan a actuar independientemente de acuerdo con sus propias leyes cuando la personalidad total, por algún motivo, se altera. Hay razón para creer que el pensamiento complejo no es un producto específico de la esquizofrenia, sino simplemente una manifestación de las antiguas formas de pensamiento, que siempre están presentes de manera latente en la psique del paciente y sólo se hacen aparentes cuando los procesos intelectuales superiores se alteran por la enfermedad.
También la regresión a formas antiguas de pensamiento se observa en otras enfermedades donde hay interferencia con el pensamiento conceptual. Entonces el proceso de pensamiento deviene bastante similar al pensamiento de la esquizofrenia, y esto quizá suceda con la reacción esquizofrénica en el curso de enfermedades físicas. La otra prueba de que se trata de formas tempranas del pensamiento puede hallarse en el hecho que el pensamiento asociativo está latente en todos nosotros, y sale a la superficie en conexión con los choques emocionales súbitos y en circunstancias de fatiga, sueño y ensoñaciones.
No es nada imposible, entonces, asumir que la regresión de los pacientes con esquizofrenia al pensamiento complejo sólo es un retroceso a formas tempranas del pensamiento. Cada uno de nosotros lleva la esquizofrenia de manera latente, esto es, en los mecanismos de pensamiento que cuando se descubren devienen la figura central en el drama del pensamiento esquizofrénico. Así, la historia del desarrollo del pensamiento debe usarse como un medio para alcanzar el entendimiento de las peculiaridades del pensamiento complejo en la esquizofrenia.
Alteraciones en el significado de las palabras
Cualquiera que sea la causa, y lo paradójico que pueda parecer, el hecho justamente bien establecido es, no obstante, que los significados de las palabras están patológicamente alterados en la esquizofrenia, aunque tales alteraciones no son aparentes durante mucho tiempo. Los complejos que reemplazan a los conceptos en el pensamiento esquizofrénico sin embargo coinciden en sus relaciones de objeto con los conceptos que ellos reemplazan. Son así pseudoconceptos, pero la transición total hacia formas de pensamiento más primitivas no es aparente porque el paciente retiene su capacidad para la comunicación verbal, aun cuando las palabras no tienen el mismo significado para él, como lo tienen para nosotros. Como ilustración concreta, puedo citar mis investigaciones experimentales acerca del grado en que los pacientes con esquizofrenia, en el mismo estadio de la enfermedad y con el mismo tipo de pensamiento, se entienden unos a otros en comparación al grado del entendimiento mutuo entre un esquizofrénico y una persona normal. Como era de esperarse, los experimentos indicaron un mejor entendimiento entre pacientes con esquizofrenia y personas normales, que entre personas esquizofrénicas. Una situación análoga se ve en los niños, quienes se entienden mejor con los adultos que entre sí. La solución a este problema se presenta más adelante.
Una cuestión importante, que para mí es un problema central de la esquizofrenia, surge en esta conexión. Si en realidad es cierto, como lo propongo, que en la esquizofrenia hay una desintegración de los conceptos con cambios en el significado de las palabras, aun cuando esto no sea aparente superficialmente, debe haber algunas pruebas de que esos fenómenos realmente suceden. La prueba es simple. Si las palabras tienen diferente significado para un esquizofrénico del que tienen para nosotros, entonces tal diferencia debe expresarse funcionalmente, esto es, en la conducta del paciente. Aun cuando exteriormente un complejo puede parecer un concepto, tiene no obstante sus propias leyes de funcionamiento. Así como el pensamiento asociativo de un niño se expresa en varias direcciones, así el pensamiento de un esquizofrénico debe revelar sus características distinguibles cuando se sujeta a prueba, esto es, en la conducta real. Esta fue la base de mis experimentos, y encontré que en su función real estas asociaciones revelan los cambios en el significado de las palabras que postulé previamente.
A partir de diferentes métodos he seleccionado las pruebas relacionadas con la capacidad para la expresión metafórica, esto es, la transferencia de términos que originalmente denotan una cosa para expresar otra (Un barco surca el mar). Primero utilicé tal prueba en casos de afasia asociados con pérdida de memoria, en los cuales pueden verse trastornos tanto del pensamiento categórico (Gelb y Goldstein) como del pensamiento conceptual. (En esta relación puede notarse que el trastorno del pensamiento categórico, que Gelb y Goldstein encontraron como un síntoma cardinal de la afasia amnésica, también lo encontraron en un paciente que presentaba amnesia para varios colores. Cuando le pedían igualara los colores de objetos, este paciente en vez de hacerlo de acuerdo al color designado, los pareaba de acuerdo con el tamaño, o de acuerdo a la brillantez de la pintura, y sólo ocasionalmente de acuerdo al color, manifestando así el tipo complejo de pensamiento previamente descrito.)
En mis pacientes encontré un marcado trastorno análogo tanto en la capacidad de usar palabras en sentido metafórico, como para entender las palabras utilizadas. Ellos no podían comprender el significado de las palabras más simples a menos que fueran usadas en sentido directo y literal. Tampoco podían contender con la prueba de Piaget que requiere del sujeto parear un proverbio específico a otro de similar significado. Para mi sorpresa tales fallas ocurrían a pesar de una preservación aparente del lenguaje y otras funciones intelectuales. Después descubrí que Kurt Schneider también había encontrado trastornos en la capacidad de entender palabras usadas en sentido metafórico, como una característica frecuente de la esquizofrenia. Fue más notorio el hecho que yo encontrara trastornos en el entendimiento de palabras usadas en sentido figurativo, aun cuando no había un aparente trastorno de la vida intelectual en general. Esta dificultad era más obvia cuando se usaban palabras o conceptos especiales. Mientras que la mente normal no tiene dificultad en usar palabras dadas en sentido metafórico o figurativo, el mismo problema parece una insorteable dificultad para el esquizofrénico a pesar de haber retenido desde la infancia el hábito de usar figuras de palabras, proverbios, etcétera.
Así, muchos de mis pacientes no tenían dificultad en ver las múltiples ramificaciones y generalizaciones cuando se les daba el proverbio ruso "Si vas despacio al final llegas mejor", pero no podían dar un significado general cuando se les daba la traducción rusa del proverbio francés "Cuando no está el gato juega el ratón". Este último fue interpretado en sentido limitado, y solo podían ver literalmente que el ratón juega cuando no está el gato. Esto es, no podían ver en una situación descrita concretamente, otros significados más abstractos que aquellos directamente significados por las palabras usadas para describirla. Este hecho sirve como una diferenciación importante entre el pensamiento simbólico visual de los sueños, y el pensamiento simbólico metafórico basado en los conceptos. La identificación de unos con otros carece de una sólida base psicológica.
Formación de nuevos conceptos
Hallé también otro hecho que ilustra un deterioro en el significado de las palabras usadas por los pacientes con esquizofrenia. Mis experimentos no pararon en el estadio del desarrollo de los conceptos experimentales. Estudié cómo esos nuevos conceptos se expresan a sí mismos. Los incluí como parte de las pruebas de asociación en las cuales las respuestas fueron cuidadosamente delineadas. A los sujetos se les pidió hacer juicios que incluían tanto los conceptos antiguos como los formados recientemente, y se les animó a extender la aplicación de los nuevos conceptos y llevarlos del laboratorio a la vida diaria. En otras palabras, quise rastrear tanto como fuera posible el curso de los conceptos recientes en el pensamiento de los pacientes. Sin caer en detalles, puedo establecer que se observó una desintegración latente de los conceptos. También observé que los pseudoconceptos ubicados en el lugar de los verdaderos conceptos eran bastante diferentes de estos en conducta y expresión. Como ejemplo de pseudoconcepto expondré el concepto de causalidad en el niño. Como el lector recordará, un niño comienza bastante temprano a usar palabras que denotan relaciones causases, tales como la palabra "porque"; pero tal como lo demostró Piaget, el significado que los niños dan a esas palabras difiere del que le dan los adultos.
Un niño conectará causalmente las ideas más inconsecuentes, hecho que condujo a Piaget hablar de cierto estadio en el desarrollo del niño como estadio precausal. Uno precisa de métodos especiales para demostrar tales pseudoconceptos porque pueden parecer verdaderos conceptos en su apariencia externa. Los pseudoconceptos son lobos con piel de cordero. Son asociaciones que parecen conceptos. Cualquiera que trabaje con ellos encuentra rápidamente cómo trastornan las formas del pensamiento conceptual. Para demostrarlo, sin embargo, uno debe considerar otras funciones psicológicas. Como ejemplo de las consecuencias más remotas que resultan del trastorno de la función de la formación del concepto, me referiré a experimentos de percepción y respuestas afectivas en la esquizofrenia. El estudio de las percepciones de un paciente con esquizofrenia indica que para tal paciente varios objetos perceptuales comunes pierden fácilmente sus características. Las variaciones ligeras en la luz o en la posición del objeto descubren respuestas del paciente, similares a las de una persona normal ante las manchas de tinta sin sentido de la prueba de Rorschach. Tal como un sujeto normal ve personas, paisajes, caras, duendes y hasta lo que no, así un esquizofrénico, en su percepción de objetos, les adjudica los más extraordinarios significados si hay un cambio mínimo en su habitual apariencia.
La clave para entender el fenómeno recae en la psicología genética, la cual enseña que las percepciones categóricas se adquieren a través de un proceso complicado, en el cual los perceptos y conceptos son coordinados dentro de nuevas formas de pensamiento visual, al jugar los perceptos un papel subordinado y dependiente. Como ejemplo de tal fusión de concepción y percepción, en el sentido estrecho de la palabra, me referiré a las ilusiones, de las cuales no se puede separar el significado de el objeto (fantasma, por ejemplo). Se sabe también a partir de la psicología experimental que es imposible, bajo condiciones normales, captar percepciones absolutas sin asociarías con significados, entendimientos y apercepciones.
Es por eso tan difícil captar la percepción en la cultura pura; también por ello los objetos no pueden servirnos como lo hacen las manchas de tinta de la prueba de Rorschach. La percepción es una parte integral del pensamiento visual y está íntimamente ligada con los conceptos que la acompañan. Por eso cada percepción es realmente una apercepción. Pero esto no es cierto para el pensamiento complejo. Con la desintegración de los conceptos y su regresión a las más primitivas formas de pensamiento, la relación total entre percepción y apercepción viene alterada de una manera que es típica de la esquizofrenia. Tal cambio está emparentado estrechamente al fenómeno que aparece en la vida afectiva de los pacientes con esquizofrenia.
Aquí los factores significativos no son la torpeza emocional ni la desaparición de la riqueza y variedad de la expresión emocional, sino la separación de estas expresiones emocionales de los conceptos con los cuales ellas están estrechamente asociadas. Desde luego, esos hechos son bien conocidos clínicamente. Mi contribución está en demostrar que la alteración de la vida emocional sólo es parte del más amplio y fundamental trastorno, esto es, del trastorno en el campo de la formación de conceptos. Mi postulado es que la alteración intelectual, así como las alteraciones en los campos de las percepciones, emociones y otras funciones psicológicas, está en relación causal directa con el trastorno de las funciones de la formación de conceptos. Esta hipótesis se basa en los resultados del estudio del desarrollo individual, esto es, en datos ontogenéticos.
Comentario general
El estudio sobre el desarrollo de las funciones psicológicas de la infancia y adolescencia brinda una oportunidad para observar el nexo entre el desarrollo de la capacidad para la formación de conceptos y el desarrollo de la personalidad. En la adolescencia uno encuentra un reagrupamiento fundamental de esas variadas funciones, un cambio completo de sus interrelaciones, llevando a la aparición de sistemas psicológicos totalmente diferentes de mucha mayor complejidad y orden. Una desintegración de esos nuevos sistemas, una escisión de esas funciones superiores, es lo que encontrarnos en la esquizofrenia.
Pero las investigaciones aportan otras conclusiones. La capacidad para la formación de conceptos es en realidad el tercero de tres estadios en el crecimiento intelectual del niño. El primero involucro el desarrollo de ideas de causalidad física. El segundo consiste de cambios secundarios en otras funciones psicológicas. El tercero, íntimamente relacionado con la formación de conceptos, también involucro el desarrollo de la personalidad y una perspectiva del mundo, esto es, la cognición de sí mismo y su medio ambiente. La aparición de una personalidad formada con una perspectiva del mundo, en la adolescencia, es el resultado del más alto desarrollo intelectual en ese periodo de la vida. El proceso ha sido discutido en otra parte de mi trabajo sobre la psicología de la adolescencia. Al observar el trastorno de la percepción de sí mismo y del medio ambiente por el paciente con esquizofrenia, no puedo dejar de creer que hay cierta participación del tercer estadio en el desarrollo de la personalidad, asociado con la función de la formación de conceptos. Y en verdad, una percepción de sí mismo y del mundo exterior está íntimamente relacionada con los conceptos por medio de los cuales son representados. Uno sabe que los conceptos de los niños acerca de sí mismos y de su medio ambiente son bastante diferentes de aquellos del adulto. Sabemos qué tan cambiadas están las percepciones de sí mismo y del ambiente durante los sueños, y es razonable suponer que los cambios en la personalidad y en la percepción del mundo exterior observados en la esquizofrenia, están causados por el desplome del intelecto a partir del nivel conceptual hacia el nivel de las asociaciones.
Ésta sólo es una hipótesis, pero es una hipótesis tentadora, no sólo porque toma en cuenta los hechos del desarrollo de aquellas funciones que están fuertemente afectadas en la esquizofrenia, sino también porque le permite a uno reducir los datos a un denominador común y estudiar la esquizofrenia a la luz del desarrollo psicológico de la personalidad.
Hay un mal entendido que invariablemente aparece en cualquier discusión sobre la esquizofrenia, y que me gustaría aclarar aquí. Utilizando la función de la formación de conceptos como un punto de partida en la investigación, y encontrando también que es el centro psicológico o núcleo del drama total de la enfermedad, uno ve sin embargo que nada tiene que ver con la etiología de la esquizofrenia. Los trastornos en la función de la formación del concepto son el resultado inmediato de la esquizofrenia, pero no su causa. No estoy del todo inclinado en tratar la esquizofrenia como un trastorno psicogénico.
Cualquiera que sea la causa orgánica de la enfermedad, sin embargo, la psicología tiene el derecho de estudiar el fenómeno asociado con los cambios de la personalidad desde un punto de vista psicológico. La desintegración de la personalidad sigue ciertas leyes psicológicas, aun cuando las causas directas de este proceso puedan no ser psicológicas por naturaleza.
Aún más, las observaciones clínicas y fisiológicas forman un puente hacia la especulación psicológica. Me refiero particularmente a las observaciones clínicas que llevan a concluir que en la base de la esquizofrenia hay una pérdida de la energía psíquica. Jung fue el primero en deducir el paralelismo entre los sueños y la esquizofrenia. Él estableció con perfección que si una persona pudiera caminar y hablar en sus sueños, su conducta total de ningún modo sería diferente a la de un paciente con esquizofrenia. El habitus asténico ha sido enfatizado como un factor constitucional. Recientemente tuve la oportunidad de estudiar en niños la esquizofrenia dentro de un marco de fatiga y sueño acentuados. Se observó que uno de mis pacientes caía frecuentemente en sueño. Estaba dormido casi toda la tarde, y en el estadio agudo de la enfermedad la tendencia a quedar dormido era más acentuada. Siento que debe haber algún germen de verdad en la vieja observación clínica al comparar el estupor con el sueño. Aunque el sueño y la esquizofrenia no son idénticos, tienen algunos puntos en común.
Este punto de vista encontró más tarde su expresión en el trabajo de Pávlov "La excursión de un fisiólogo en el campo de la psiquiatría", donde estableció la idea de que la más probable causa fisiológica de la esquizofrenia es el sobredesarrollo del proceso de las inhibiciones internas, las cuales también están sobredesarrolladas en la hipnosis y el sueño (6). Hace algún tiempo Pávlov pensaba que las inhibiciones corticales y el sueño eran idénticos; ahora cree que las inhibiciones internas y la esquizofrenia tienen mucho en común. Desde luego es una teoría fascinante. Lo que a mí me interesa en esta teoría es que une la brecha entre la hipótesis psicológica y los datos fisiológicos en la esquizofrenia. Si uno dirige su atención a que la función biológica y el propósito de las inhibiciones internas, incluido el sueño, consiste en el cese de los contactos con el mundo exterior, resulta claro que el autismo, el retiro y el cerrarse uno mismo ante la realidad son resultado directo del estado especial del sistema nervioso central de los pacientes con esquizofrenia. La pérdida de contacto con el mundo exterior asume un significado biológico. No es un resultado de la esquizofrenia, sino una expresión de las fuerzas protectoras del organismo que reaccionan mediante las inhibiciones internas ante la debilidad del sistema nervioso central. Si esto es así, y parece haber toda la razón para creer que esto es un hecho, pueden obtenerse conclusiones importantes.
Todas las funciones psicológicas superiores, incluidas el habla y el pensamiento conceptual, son de origen social. Surgen como medios para brindar ayuda mutua, y gradualmente devienen parte de la conducta diaria de la persona. Es significativo que en los sueños haya un cese de los contactos con el sí mismo social que forma la base de la personalidad normal. Esto aparentemente viene a ser también la causa del deterioro del intelecto en el campo de los conceptos; todos los demás síntomas de la esquizofrenia, como he demostrado, provienen de este origen. De cualquier modo, mis datos experimentales, interpretados a la luz de la psicología genética, permiten formular algunas teorías que aquí he presentado.
Notas
1. "El tipo hipobúlico de la volición es el estadio inferior ontogenético y filogenético, de la volición propositiva" (Kretschmer, E. Hysteria. Washington D. C.: Nervous and Mental Disease Publishing Co., 1926).
2. Blonski, P. Pedologuia. Moskvá: Rabotnik Prosveschenie, 1926.
3. Por pensamiento complejo Vygotsky entiende no el significado usual del término "complejo" en psicopatología, sino un tipo de generalización elemental simple observado en los procesos del pensamiento de un niño, un hombre primitivo o de un paciente psicótico. Este tipo de pensamiento quizá pueda expresarse en términos de la psicología inglesa corno pensamiento asociativo o "pensamiento de grupo", significando por "grupo" una unidad cuyos miembros son diferentes, esto es, un tipo de pensamiento en el cual los grupos de diferentes elementos son relacionados unos con otros (Domarus).
4. Ach, N. Ueber die Begriffsbildung. Untersuchungen zur Psychologie und Philosophie. Barnberg, Ach, 1921, vol. 3.
5. Sajarov, L. S. The methods for study of concepts. Psychologia 1930, 3: 1
6. Kasanin, J. Pavlov's theory of schizophrenia. Arch Neurol Psychíat 1932, 28: 210.
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