La
Crisis en la Psicología:
Análisis
de la Contribución Histórica y Epistemológica de L. S. Vygotskiy
Lia da Rocha Lordelo
Universidade Federal da Bahia
En: Psicologia: Teoria e Pesquisa, 2011, 27 (4): 537-544
Traducción: Efraín Aguilar
RESUMEN - Este artículo busca rescatar la importancia
de L. S. Vygotskiy como historiador y epistemólogo de la psicología. Vygotskiy
diagnosticó una crisis y fragmentación de la ciencia psicológica en los años 1920s,
y destacó en el materialismo dialéctico una filosofia científica y una visión
del mundo que podrían realizar la integración metodológica que él hallaba necesaria
a la psicología, que tendría a la consciencia como objeto principal de estudio.
Para esto, son analizados textos de cuño metodológico de Vygotskiy, en especial
“El Significado Histórico de la Crisis en la Psicología”, de 1926. El análisis
de la propuesta vygotskiana nos lleva a pensar en el sentido de la crisis y de
la fragmentación que persiste en la psicología contemporánea, y a reflexionar más
cuidadosamente sobre la pluralidad metodológica que caracteriza a nuestra ciencia.
Palabras-clave: Vygotskiy, psicología, epistemología.
Este artículo tiene como objeto de estudio la
reflexión hecha por el psicólogo L. S. Vygotskiy a mediados de los años 20 del
siglo pasado. Conocido en los medios académicos por la elaboración de su teoría
histórico-cultural y por conceptos utilizados en la educación, por ejemplo la
noción de Zona Proximal de Desarrollo – ZPD, Vygotskiy dejó otro legado
teórico importante, el cual se refiere al estudio de la historia de la psicología
en cuanto ciencia y a la crítica de las ideas psicológicas en boga al inicio del
siglo XX. Este trabajo busca mostrar que, a pesar del gran impacto de algunos
conceptos vygotskianos en áreas como la educación y la psicología del desarrollo,
el autor tuvo gran importancia como epistemólogo y metodólogo. En este artículo,
esto se revela en el análisis de la psicología de las primeras décadas del siglo
XX hecho por Vygotskiy.
La reflexión aquí presentada se refiere al
artículo escrito por Vygotskiy, aproximadamente en 1926, titulado “El Significado
Histórico de la Crisis en la Psicología: una investigación metodológica”
(Vigotski, 1999a). En ese artículo el psicólogo emprende un análisis de la crisis
que, a su modo de ver, se instalara en la psicología de inicios del siglo XX y
propone las bases de una nueva psicología científica. Van der Veer y Valsiner
(1996) afirman que, en el artículo, Vygotskiy habría desarrollado, en algunos
aspectos, ideas parecidas a las de filósofos de la ciencia del siglo XX, por ejemplo
de Kuhn, Popper, Lakatos, Hanson y Feyerabend. Los autores también localizan en
este artículo el camino preparatorio a la concepción de la principal teoría de
Vygotskiy, la teoría histórico-cultural.
En nuestra opinión, “El Significado Histórico de la Crisis …”
(Vigotski, 1999a) constituye el texto más representativo de un Vygotskiy
preocupado por los fundamentos de la ciencia psicológica. El escrito se sitúa, en
palabras de Rivière (1985), en una postura intermedia entre sus primeros
escritos y los trabajos donde ya formulaba más claramente los primeros
postulados de una nueva teoría del origen social de las funciones psíquicas
superiores. La representatividad de este artículo se evidencia, para nosotros, en
el hecho de ser, entre los textos del autor dedicados al análisis de la
psicología de inicios del siglo XX, el de mayor densidad teórica y el que
aborda de modo más amplio los problemas metodológicos y filosóficos. También
diversos autores (Davydov & Radzikhovskii, 1985; Rivière, 1985; y van der
Veer & Valsiner, 1996), cuando buscan una reflexión teórica sobre las
contribuciones de Vygotskiy y no solo utilizan su referencia en una investigación
empírica, sitúan “El Significado Histórico de la Crisis …” como un texto
fundamental en el conjunto del pensamiento vygotskiano. Así, desde el punto de
vista metodológico, este artículo constituye un estudio teórico que toma este
escrito fundamental como principal objeto de análisis. La ruta analítica
partirá de la crítica de la razón psicológica emprendida por Vygotskiy; se dedicará
a la presencia del materialismo dialéctico y del marxismo en la concepción del
método del autor y, entonces, a la proposición hecha por él de una psicología
de orientación dialéctica, en la cual el concepto de consciencia es
fundamental.
Crítica de la Razón Psicológica3
3 La expresión “crítica de la razón
psicológica” es utilizada por Yaroshevskiy y Gurguenidze, en el epílogo de la
compilación de textos de Vygotskiy Teoria e método em psicologia (1999b).
“El Significado Histórico …” fue terminado, según
Valsiner y van der Veer (1996, pp. 25, 158) en el verano de 1926. Fue durante una
de las épocas que Vygotskiy estaba encamado a causa de tuberculosis; consta
inclusive que fue en el hospital que el psicólogo escribió el texto que, en la
edición en portugués de la editora Martins Fontes, tiene aproximadamente 200
páginas. El escrito publicado por la editora consta de una colección de textos
intitulada Teoria e Método em Psicologia (Vigotski 1999b), siendo “El
Significado Histórico...” el mayor y tal vez el más importante de estos. Este fue
uno de los escritos de Vygotskiy que más demoró para ser publicado
oficialmente; aunque citado por psicólogos soviéticos en los años 1930s, el
manuscrito fue perdido durante la II Guerra Mundial, encontrado en los años
1960s y publicado, finalmente, en 1982, en la entonces Unión Soviética.
Así, a pesar de ser tardíamente descubierto,
el texto es, de acuerdo con importantes comentaristas de Vygotskiy (van der
Veer & Valsiner, 1996), una valiosa forma de acercarnos a la postura de nuestro
autor en relación a los problemas filosóficos y epistemológicos que él
consideraba relevantes para la psicologia de inicios del siglo XX. Es curioso
saber que podemos delinear estas posiciones cuando conocemos el contenido del
artículo: Vygotskiy procura, en “El Significado...”, diagnosticar la crisis que
se instalara en la psicología de inicios del siglo y hace esto con el auxílio de
la historia de esta ciencia.
La crisis que Vygotskiy identifica en la ciencia
psicológica no es exactamente una novedad, dicen van der Veer y Valsiner
(1996), si prestamos atención a la historia de la psicología y atendemos a los
autores que, antes del psicólogo ruso, ya habían hecho tal diagnóstico. Específicamente
un importante autor trató este tema en un momento muy próximo al período en
que Vygotskiy elaboró el artículo: el alemán Karl Bühler publicó, en 1927, un
libro llamado Die Krise der Psychologie [La Crisis de la Psicología]. También
el pensador marxista Georges Politzer, muerto antes de terminar su proyecto de
crítica de las tres principales escuelas psicológicas y de reconstrucción de la
psicología, concluyendo solo el volumen de crítica al psicoanálisis (Politzer,
2004). Aunque nuestro psicólogo no había sido exactamente el pionero en el
diagnóstico de una posible crisis en la psicología, Yarochevskiy y Gurguenidze
(1999, p.497), en el epílogo a la publicación de los textos de carácter
metodológico del autor afirman, sin embargo, que fue Vygotskiy quien probablemente
contribuyó con el primer intento coherente de explicar la crisis de la ciencia
psicológica desde el punto de vista del marxismo; ellos afirman que esto es, de
hecho, una novedad. De cualquier forma, el hecho de diagnosticar una crisis en la
psicología sugiere, mínimamente, que Vygotskiy era un científico preocupado por
los orígenes y el futuro de su ciencia.
La teoría marxista está en la base tanto del diagnóstico
que el autor hace de la crisis cuanto de su propuesta de unificar la ciencia de
la psicología a través de una nueva metodología (marxista, a saber). También hablaremos
un poco más sobre esta fuerte orientación marxista; lo que es importante en este
momento, es comprender que Vygotskiy creía y defendía, en su artículo, que el
estudio de la historia de la psicología en cuanto ciencia demostraría la
necesidad de una nueva psicología, unificadora de una nueva metodología a ella
integrada.
La comprensión de que el estudio de la historia de la ciencia
estaría amparando una especie de diagnóstico metodológico se revela, en cierta
medida, desde el principio del artículo. Allí Vygotskiy afirma que pretende hacer
una investigación metodológica basada en el “estudio histórico de las formas
concretas que la ciencia fue adoptando y en el análisis teórico de esas formas
para llegar a principios generalizadores, comprobados y válidos” (1999a,
p.210). Habla, además, de analizar la situación de los sistemas psicológicos de
la época desde el punto de vista de la historia de la ciencia, es decir,
pensando en estos sistemas “como acontecimientos concretos, históricamente
vivos” (p.210). A partir de sus palabras, podemos ver que Vygotskiy de ningún modo
consideraba la historia como una colección de hechos passados; su visión de la historia
como algo vivo y en movimiento es no solo muy cara a los supuestos de su teoría
histórico-cultural, como también declaradamente inspirada en supuestos
marxistas. “(...) no reconocemos otra historia que no sea la marxista” (p.
415), afirma el psicólogo para, en seguida, ubicarse en cuanto a la relación
entre la psicologia y el marxismo: “(...) no podemos decir: ‘psicología
marxista’, en el sentido en que se dice: psicología asociativa, experimental,
empírica, eidética. La psicología marxista no es una escuela entre otras, sino
la única escuela verdadera como ciencia: otra psicologia, fuera de ella, no puede
existir” (p.415).
El argumento inicial de Vygotskiy es que no existe aún una
psicología general, unificada. En aquella época existían, sí, muchas corrientes
en psicología; y cada una de ellas elegía una categoría definida como su objeto
de estudio. El psicólogo toma como ejemplos tres grandes escuelas psicológicas:
la psicología subjetivista tradicional, la reflejología y el psicoanálisis. El
fenómeno psíquico, el comportamiento y lo inconsciente serían, respectivamente,
los objetos de estudio específicos de esas escuelas. En su opinión un hecho cualquiera
sería expresado por cada uno de esos sistemas de forma tan diferente que implicaría,
en verdad, hechos diferentes; ciertamente esto implicaría también
diferentes métodos de investigación. De esta forma, el cúmulo de hechos en cada
sistema daría origen, con el paso del tiempo, a tres generalizaciones y
clasificaciones distintas; y gradualmente veríamos nacer tres ciencias
diferentes (pp.213, 214) –un cuadro, a nuestro ver, de fragmentación de la
psicología.
Otros factores eran, aún, responsables de esa crisis y eso
fue señalado no solo por Vygotskiy. Otro problema era que la psicología no
parecía ajustarse al método de las ciencias naturales. Al contrario de estas
últimas, la psicología era, todavía, una “pseudociencia” con corrientes de
pensamiento diferentes que no dialogaban entre sí, y también no era posible
aplicar um método de investigación heredero, en cierta medida, del positivismo,
tradición importante al inicio del siglo XX. La objetividad y la neutralidad
eran imprescindibles en ciencia, y la psicología parecía no lidiar con fenómenos
que se sometiesen a estos criterios de cientificidad. Para Vygotskiy la
tradicional dicotomía filosófica entre mente y cuerpo era grandemente responsable
de este problema.
En este sentido, la crítica más severa de Vygotskiy
en relación a la ciencia y la filosofía de la época era justamente su “herencia”
cartesiana –o dualismo de substancia que, en su opinión, hacía que la ciencia
psicológica se fragmentara en corrientes teórico-prácticas que poco dialogaban
entre sí.4 Este dualismo era la perspectiva predominante en
la ciencia y en la filosofía tradicionales en occidente. En palabras del propio
autor (Vigotski, 1999a), la psicología había sido dividida entre una corriente
científico-natural materialista (de la cual eran parte, entre otras corrientes,
el conductismo y la reflejología) y una corriente espiritualista (por ejemplo, la
psicología descriptiva de Dilthey y el psicoanálisis, que creían en la irreductibilidad
del fenómeno psíquico). Esto significa que la división era, respectivamente,
entre una corriente que negaba lo psíquico o subjetivo (de naturaleza no material)
en favor de una supuesta neutralidad y objetividad, y otra corriente que, por creer
en la existencia de una substancia no material (la subjetividad, lo
inconsciente u otro fenómeno psíquico) no se sometía a los parámetros de una ciencia
empírica, que lidiase con hechos reales de forma objetiva y pudiese medirlos y
controlarlos. Para Vygotskiy, este era precisamente el cuadro de la crisis en
la psicología de inicios del siglo XX.
4 A pesar de que Vygotskiy de alguna forma
“responsabilizara” a la teoría de Descartes por los problemas diagnosticados en
la crisis, es casi unánime entre psicólogos que fue a partir del paradigma
cartesiano que la constitución del sujeto y, consecuentemente, del espacio
psicológico (Figueiredo, 1996), fue posible. Tal vez sea el caso de un hechizo
que se vuelve contra el hechicero cuando afirmamos que Descartes está en la raíz
de los problemas de un campo científico que él mismo había ayudado a instaurar.
Sabemos que es extremadamente complicado juzgar
un sistema filosófico de la magnitud del de René Descartes; lo que podemos hacer
es, con cierto cuidado, lidiar con el aspecto de su pensamiento que es más
comentado en la filosofía y en la ciencia occidentales hoy, ya que no es por
nada que nos referimos a un “paradigma” cartesiano. Podríamos arriesgarnos a decir
que la primera y segunda meditaciones de Descartes, provenientes de las “Meditaciones
sobre la Filosofía Primera” (Descartes, 1988), instauran algunos de los pilares
epistemológicos de la modernidad. Descartes argumenta, en sus meditaciones, en
favor de la distinción entre cuerpo y alma y, en seguida, acerca de la naturaleza
del espíritu humano, un “yo”, una instancia interior y privada que se conoce a
sí misma a través de la introspección. La instalación de la interioridad es
fundamental, epistemológicamente, para conectar la noción de conocimiento a la de
subjetividad, y el filósofo francés es uno de los principales responsables de
este enlace. Aquí nos interesa el aspecto de su doctrina que dicotomizaba mente
y cuerpo atribuyendo, a cada una de estas substancias, naturalezas diferentes.
Específicamente, en el artículo “El Significado Histórico…”, Vygotskiy no
responsabiliza a Descartes directamente por los problemas de la psicología, aunque
el dualismo mente-cuerpo fuese un problema que le interesó bastante
durante años (van der Veer & Valsiner, 1996, p. 157).
Después de este diagnóstico inicial, todavía en las primeras
secciones del artículo, Vygotskiy hace algunas reflexiones en cuanto al propio
funcionamiento de la ciencia. El psicólogo creía en el carácter dinámico del
conocimiento científico, en la regularidad del cambio y el desarrollo de las
ideas y también en la aparición y muerte de los conceptos (1999a, p.219). Eso es
explicado científicamente si relacionamos la ciencia con algunos factores
(p.219): (1) con el substrato socio-cultural de la época; (2) con las leyes y
condiciones generales del conocimiento científico; (3) con las exigencias
objetivas que la naturaleza de los fenómenos que son objeto de estudio, coloca
al conocimiento científico en el estadio actual de la investigación.
Van de Veer y Valsiner (1996, p.160) afirman que la visión
de Vygotskiy de los determinantes de la ciencia sería una mezcla de
internalismo y externalismo. Esas dos posturas filosóficas parecen, por lo menos, coexistir, pues de hecho Vygotskiy
llama la atención a la lógica interna de la ciencia y de las condiciones
objetivas que ella nos impone en el proceso de investigación, mas también nos recuerda
que la ciencia es una empresa que ocurre en el curso de la historia de la
sociedad. Entre tanto, sabemos que algunas de sus posturas epistemológicas lo
asocian directamente con algunos filósofos e historiadores de la ciencia. En “El
Significado Histórico...” (1999a), Vygotskiy afirmará, un tanto genéricamente,
que todo lo que es descrito como hecho ya es teoría y que, al mismo tiempo, por
más abstracto que sea un concepto ya encierra, en sí, un grado de realidad. Él
procurará, en este contexto, disolver y reubicar lo que veía como falsas antinomias,
como el ejemplo de “concepto versus hecho” o “realidad versus pensamiento”
(pp. 246-248). Ese tipo de reflexión epistemológica remite al filósofo de la
ciencia Thomas Kuhn (1987). Éste intentó deshacer lo que él pensaba era una
falsa oposición entre las nociones de descubrimiento (novedad de hechos) e
invención (novedad conciernente a teorías). Invención y descubrimiento no serían
eventos aislados porque el descubrimiento o asimilación de un hecho nuevo (en
el caso del proceso de investigación científica) presupondría un ajuste de la
teoría a éste, o sea, lo que tenemos como hecho es algo contingente a leyes y
condiciones generales de conocimiento científico y también a valores históricos
y culturales. Ciertamente, este pequeño punto de convergencia no es suficiente
para trazarnos un paralelo significativo entre Vygotskiy y Kuhn. Sin embargo,
para Yaroshevskiy y Gurguenidze (1999), esa aproximación se vería,
principalmente, en la propia idea de la naturaleza de las crisis en la ciencia y
el camino para solucionarlas. Vygotskiy decía: “La crisis es destructora, pero
benéfica: en ella se oculta el auge de la ciencia, su enriquecimento, su fuerza,
y no la impotencia y la quiebra” (p.324); para después añadir que “(...) la creación
de la psicología general no es una cuestión de acuerdo, sino de ruptura” (p.
336). Se sabe que Kuhn, en su clásica teoría sobre los paradigmas científicos, creía
que la transición entre un paradigma y otro se daría a través de una
“revolución científica”, generada por fenómenos no explicados por el paradigma
vigente –ocasionando una crisis. Es el concepto de paradigma y no el de crisis el
que parece ser fundamental para Kuhn, mas no deja de haber entre él y Vygotskiy
un punto de conexión. Angel Rivière (1985, p.34), a su vez, arriesga una
comparación entre el psicólogo soviético y el filósofo de la ciencia Paul
Feyerabend, cuando éste se refiere a sistemas científicos “inconmensurables” y lo
que Vygotskiy decía de escuelas como el psicoanálisis y la reflejología. Es probable,
sin embargo, que la semejanza termine ahí, ya que la “obsesión” de Vygotskiy por
el método, dialogaría muy poco con el antimetodismo del filósofo austríaco. En
su famoso Contra el método (Feyerabend, 1989), Feyerabend defendería
justamente que la empresa científica es demasiado compleja para que fuese guiada
por un conjunto de reglas metodológicas.
Específicamente, Vygotskiy buscaba reubicar las
dicotomías a las que nos referimos en el parágrafo anterior defendiendo una
relación de naturaleza dialéctica entre los términos. Eso nos remite a otra
orientación teórico-metodológica fuertemente presente en su obra: el marxismo.
Aunque este sea un tópico polémico en las actuales
reflexiones sobre la obra vygotskiana, la mayoría de los autores a los que hemos
tenido aceso (Bakhurst, 1991; Blanck, 2002; Newman y Holzman, 2002; van der
Veer & Valsiner, 1996; Wertsch, 1985) defienden una fuerte orientación
marxista del psicólogo. En el artículo “El significado...”, Vygotskiy ya deja
claro que la psicología general que él propone, en respuesta a la crisis por él
diagnosticada, es una psicología dialéctica,5
antes de todo: “La dialéctica abarca la naturaleza, el pensamiento, la historia:
es la ciencia en general, universal al máximo. Esa teoría del marxismo
psicológico o dialéctica de la psicología es lo que yo considero psicología general”
(p. 393). La idea era que el método marxista subyaciese a esa nueva ciencia
psicológica, rompiendo con el cuadro de fragmentación y crisis de la época.
5 La nomenclatura “psicología dialéctica”
es utilizada, por lo que vimos, sólo en el texto “El Significado Histórico de la
Crisis en la Psicología” (1999a); y pensamos que no era tan fundamental en cuanto
a las reflexiones metodológicas que Vygotskiy trajo. Su objetivo no parecía ser
fundar la Psicología Dialéctica, sino una ciencia psicológica conformada por
las preocupaciones metodológicas traídas por el materialismo dialéctico.
Marxismo y Materialismo Dialéctico
Tenemos una idea del peso que hay simplemente
en pronunciar la palabra “marxismo”. Este peso existe por muchas razones: por lo
que la Historia en cuanto disciplina nos mostró a lo largo del siglo XX y por
lo que nuestros propios ojos y oídos han sistemáticamente presenciado en términos
de ascensos y descensos, guerras, disputas e impases ético-políticos de un sinnúmero
de sociedades y de sus específicos modos-de-produción –para utilizar un término
marxista bastante familiar. Otra razón es los muchos sentidos, tendencias,
contradicciones y disidencias que son abarcados por el propio término
“marxismo”, que se torna impreciso justamente por la cantidad de significados
que guarda. Por eso, es necesario aquí distinguir, entre tantos “marxismos”,
aquél al cual nos estamos refiriendo.
Cuando hablamos de la influencia o de la relación
de Vygotskiy con el marxismo hablamos, primero, del marxismo tal como es interpretado
por intelectuales soviéticos a finales del siglo XIX e inicios del XX. Graham
(1993) nos recuerda dos grandes y diferentes interpretaciones de la escuela del
pensamiento fundada por Karl Marx: en occidente, habría sido interpretada
genéricamente como una teoría de la economía y de la sociedad; en
la Unión Soviética habría asumido dos sentidos complementarios: el materialismo
histórico, que es considerado una teoría del desarrollo social, y el
materialismo dialéctico, que sería, y es lo que nos interesa, una filosofía de
la ciencia. Tal vez esta clasificación de Graham simplifique la presencia del
marxismo en oriente y especialmente en occidente, donde autores de tradiciones
distintas como Gramsci, Sartre, Benjamin y Lukács, por ejemplo, desarrollaron
interpretaciones importantes del marxismo en el siglo XX. Sin embargo, tiene sentido
decir que el materialismo dialéctico en cuanto una filosofía de la ciencia es una
de las peculiaridades del marxismo ruso. El propio Vygotskiy, en su artículo de
1926, ya se ubicaba en cuanto a esos problemas: “No se debe llamar marxista todo
lo que se relaciona con el marxismo y, de hecho, en la mayoría de los casos, así
se entiende, sin más explicaciones” (1999a, p. 412). Sigue, en el mismo comentario,
afirmando además que algunos psicólogos tienden, erróneamente, a asociar inmediatamente
el marxismo al materialismo dialéctico.
Así, el marxismo al cual nos referimos tendrá, por tanto, en
el materialismo dialéctico su punto de tensión y su relación estrecha con el
trabajo metodológico de Vygotskiy. Aqui no lidiaremos con la doctrina
materialista dialéctica posterior a la Revolución Rusa y al dominio stalinista
en especial, ya que los textos de Vygotskiy a que hacemos referencia datan, en
su mayoría, de hasta mediados los años 20s. Cuando hablamos de dialéctica en la
tradición marxista, Bhaskar (1996) distingue tres sentidos básicos: el método,
ilustrando una dialéctica epistemológica; una dialéctica ontológica, o sea, un
conjunto de leyes que gobierna una realidad; y una dialéctica referente al
movimiento de la historia. A lo largo de nuestras reflexiones sobre Vygotskiy
vislumbramos, en algunos momentos, trazos de esos tres sentidos; mas parece que
el principal de ellos es el primero, el significado metodológico. En este
sentido, el autor defiende, en “El Significado Histórico...”, que “el conocimiento
de la metodologia e historia de las ciencias nos hace ver la ciencia como un
sistema vivo, en constante evolución o avance, de datos demostrados, leyes,
suposiciones, estructuras y conclusiones, que se completan sin parar, son criticados,
comprobados, rechazados parcialmente, interpretados y organizados de nuevo”
(1999a, p.318). Concluye referiéndose constantemente
a ésta como una comprensión dialéctica de la ciencia. Ahora, nos resta
esclarecer mejor lo que entendemos por materialismo dialéctico.
El historiador Loren Graham (1987, pp. 62, 63; 1993, p.
102) sintetiza los preceptos de lo que representaría una filosofía natural
para los rusos, y transcribimos6 aquí
aquellos que se aproximan más a la discusión filosófica dirigida a la psicología
vygotskiana: (1) El mundo es material; (2) El mundo material forma un todo
interconectado; (3) El conocimiento del hombre deriva de la realidad natural y
social de la existencia objetiva, y el ser determina la consciencia; (4) El
mundo está en cambio constante; (5) Los cambios en la materia ocurren de acuerdo
con determinadas leyes; (6) Las leyes del desarrollo de la materia ocurren a
diferentes niveles correspondientes a las áreas de interés distintas en la ciencia;
esto significa que es imposible explicar un organismo biológico a partir, por ejemplo,
de leyes físico-químicas; (7) El conocimiento del hombre aumenta con el tiempo y
por cuenta de su utilización práctica, este “progreso”, sin embargo, ocurre a través
de la acumulación de verdades relativas y no absolutas.
6 Transcribimos aquí los otros preceptos
formulados por Graham (1993, p. 102), en libre traducción nuestra, para
contextualizar mejor la filosofía del materialismo dialéctico. 1. El mundo es
material y hecho de lo que la ciencia actual denominaría como materia-energía.
2. La materia es infinita en sus propiedades, y por lo tanto el conocimiento humano
nunca estará completo. 3. El movimiento presente en el mundo es explicado por
factores internos, y por tanto ningún agente externo es necesario para realizar
este movimiento.
Esos postulados indicadores del conocimiento
del mundo natural forman de modo simplificado la fase del materialismo dialéctico
ruso, aunque muchos otros autores, afirma Graham (1993), utilizasen estos
principios en occidente sin que se declararasen marxistas o materialistas dialécticos.
Así, la creciente demanda soviética por una psicología de orientación marxista
está íntimamente relacionada con el pensamiento filosófico-científico que
acabamos de describir.
A partir de ese pensamiento, Vygotskiy propone
una especie de síntesis con la intención de articular un camino metodológico a
seguir por la psicología, nuevamente en el texto en cuestión (Vigotski, 1999a).
Marxismo, Vygotskiy y el Método
Al afirmar la existencia de una crisis en la
psicología Vygotskiy decía, además, que ese diagnóstico era solo el inicio de
un camino metodológico, y era extremadamente crítico de los psicólogos que intentaban
crear una psicología directamente a partir de los supuestos filosóficos
marxistas.
Uno de los argumentos de nuestro autor era
justamente ese: que la psicología de orientación marxista que ellos defendían
no disponía aún de su propia metodología, y querer encontrar en determinadas
obras una fórmula pronta de la psique sería como exigir “a la ciencia antes de a
la propia ciencia” (1999a, p. 358). Vygotskiy afirmaba, sobre marxistas como
Plejánov, 7 por ejemplo, que ellos “no sólo no disponen de una
metodología acabada, sino ni del mismo germen de ella: esos autores no
plantearon ese problema, y sus manifestaciones sobre el tema tienen antes que
nada un carácter no psicológico (...)” (p. 359). Vemos entonces, que es a
partir de los años 30s que Vygotskiy fue blanco de críticas por supuestamente
no adecuarse a las necesidades del régimen soviético. Tal vez esto ocurriese
justamente por negarse a hacer “ciencia antes de la propia ciencia”.
7 Guieórguiy Plejánov (1856-1918) fue un pensador
considerado el “padre” del marxismo ruso; fue inclusive el responsable de acuñar
el término materialismo dialéctico.
En lugar de eso Vygotskiy propone, a partir
de su diagnóstico de la crisis, la elaboración de una psicología general. La
existencia de varias escuelas psicológicas daba origen, como dijimos al inicio, a una lucha no entre tendencias dentro
de una misma ciencia, sino entre ciencias distintas, que se excluían
mutuamente. Esas escuelas, al intentar definir una psicología general, tendían
a “crear una sola psicología” (p. 326), o sea, a unificar la ciencia psicológica
desde el punto de vista exclusivo de su propio sistema teórico; y esto definitivamente
no era la salida para solucionar la crisis. Así, la psicología o metodología general
surgiría de la necesidad de dar coherencia al conocimiento científico, y
no de escoger uno u otro determinado sistema teórico. Una primera clave
comprensiva de esa afirmación es que Vygotskiy dejaba claro, en su artículo,
que el análisis de la crisis psicológica tenía un papel fundamental en la busca
de esa psicología general.
El nuevo modelo de ciencia propuesto por Vygotskiy es una
especie de anticipador de su principal teoría, la teoría histórico-cultural. De
cierta forma, es como si la teoría que él estaba gestando fuese la respuesta
para los problemas que veía en la psicología. En el artículo “Vigotski´s Uses
of History”, Sylvia Scribner (1985) afirma que Vygotskiy explora nuevas formas
de trazar una perspectiva histórica para el estudio de la naturaleza humana.
Scribner (1985, p. 120) incluso afirma que el análisis histórico es la clave del
sistema vygotskiano. Estudiar algo historicamente es, argumenta la autora,
justamente la esencia del abordaje dialéctico –en este caso, la dialéctica
marxista. Ella trae (1985, p.122) una afirmación fundamental de Vygotskiy: que los
procesos psicológicos superiores no pueden ser explicados por leyes de la naturaleza
ni por leyes del espíritu (subjetivas, podría decirse también), sino que sus
raíces deben ser buscadas en las regularidades de las leyes de la historia. Cuando
él dice “leyes de la historia”, estaría refiriéndose, en realidad, a la historia
materialista de Marx y Engels. Diversos autores a los que nos referimos resaltan
el método de Vygotskiy como el más marxista entre sus contribuiciones
científicas (Newman & Holzman, 2002; van der Veer & Valsiner, 1996;
Wertsch, 1985).
Es también por esa razón que seguimos a esos autores y
enfatizamos el papel que Vygotskiy daba al método: el sentido de creación de la
psicología general estaba en la metodología. Veía como una cuestión de carácter
metodológico la posibilidad de la psicología en cuanto ciencia. Vygotskiy
afirmaba, además, que la ciencia era filosófica hasta sus últimos elementos y
estaba impregnada de metodología. Él partía del supuesto de Marx y principalmente
Engels (el cual dejó inacabada una de las obras más representativas de la
aplicación del marxismo a la filosofía de la ciencia, Dialética da Natureza,
Engels 1985) de entender la dialéctica como una teoría de la ciencia general,
abarcando la naturaleza, el pensamiento y la historia. De esa forma, el
psicólogo ruso consideraba como psicología general precisamente la dialéctica de
la psicología, una “ciencia de las formas más generales del devenir tal como se
manifiesta en el comportamiento y en los procesos de conocimiento” (1999a,
p.247). Ciertamente, no se trataba de crear una psicología que simplemente
respondiese al marxismo; la cuestión era más bien compleja, decía el:
(...) el análisis de la crisis y de la
estructura de la psicología testimonia indiscutiblemente que ningún sistema
filosófico puede dominar directamente la psicología como ciencia sin la ayuda de
la metodología, o sea, sin crear una ciencia general: que la única aplicación
legítima del marxismo en psicología sería la creación de una psicología general
cuyos conceptos se formulen en dependencia directa de la dialéctica general,
porque esa psicología nada sería más allá de la psicología dialéctica; toda
aplicación del marxismo a la psicología por otras vías, o a partir de otros supuestos,
fuera de esa formulación, conducirá inevitablemente a construcciones
escolásticas o verbalistas y a disolver la dialéctica en pesquisas y pruebas;
(...) a una revolución simplemente terminológica. En resumen, a una tosca deformación del marxismo y de la
psicología. (Vigotski 1999a, p. 392).
En esta otra declaración fundamental, Vygotskiy reitera el contenido de
la anterior y termina con una frase ya bastante famosa, citada por diversos
teóricos en psicología:
Pero es preciso saber lo que se puede y lo que se debe
buscar en el marxismo. No se trata de adaptar el individuo al sábado, sino el
sábado al individuo; lo que precisamos encontrar en nuestros autores es una
teoría que ayude a conocer la psique, pero de ningún modo la solución del
problema de la psique, la fórmula que contenga y resuma la totalidad de la
verdad científica. (...) Lo que sí puede ser buscado previamente en los
maestros del marxismo no es la solución de la cuestión, y tampoco una
hipótesis de trabajo (porque estas son obtenidas sobre la base de la propia ciencia),
sino el método de construcción (...). No quiero quedar inmóvil, tomando aquí y
allá algunas citas, lo que es la psique, lo que deseo es aprender en su totalidad
[énfasis del autor] del método de Marx cómo construir la ciencia, cómo
enfocar el análisis de la psique. (Vigotski, 1999a p. 395)
En síntesis, era preciso un método, y el materialismo dialéctico (tal
como lo circunscribimos aquí) daría la metodología más integral y adecuada a la
psicología general. Aunque los libros de psicología dialéctica todavía no
hubiesen sido escritos, era este el camino de salida a la crisis en la ciencia
psicológica.
La Psicología de Orientación Dialéctica y la Posibilidad de
la Consciencia
“Cómo enfocar el análisis de la psique” (p. 395): este era uno de los
desafíos fundamentales dentro de la psicología de orientación metodológica
marxista para Vygotskiy. Él sabía y declaraba, inclusive, que el objeto de la
psicología -la psique, la consciencia- era lo más difícil del mundo y lo que
menos se dejaba estudiar (p. 390). Esto ayudaba a instaurar el problema que
caracterizaba la crisis: el fenómeno psicológico estaba en la encruzijada de la
batalla entre las dos corrientes psicológicas que describimos en la sección
anterior de este artículo, caracterizando la crisis en la psicología: si una
tendencia recurría a un polo científico-naturalista y rechazaba la idea de un
fenómeno psíquico irreductible a lo físico en términos de propiedades y substancias,
la otra se ubicaba en el polo opuesto: afirmaba la existencia de un fenómeno
psíquico formado por una substancia propia, y esto dificultaba su sujeción a
métodos de entendimiento y análisis rigurosamente científicos. En palabras más
simples, el dilema era la existencia de una ciencia que negaba lo subjetivo o la
existencia de una psicología que, aceptando el fenómeno psíquico, dejaba de ser
ciencia.8
8 El ya citado libro de Luís Cláudio Figueiredo (1996,
p. 22) también localiza este dilema de forma bastante semejante. El autor
declara que, para instituir la ciencia psicológica, la psicología se ve obligada,
al mismo tiempo, a reconocer y desconocer su objeto. Si no lo reconoce, no se
legitima como ciencia independiente, pudiendo ser anexada a otras ciencias,
como la medicina, la pedagogía, etc. Si lo reconoce, no se legitima como ciencia, ya que no es capaz de formular
leyes generales con carácter predictivo.
Vygotskiy
defiende la idea de una psicología objetiva que tiene la consciencia como
objeto primero de estudio no solo en “El Significado Histórico …”; en verdad,
esta es una discusión que se encuentra de cierta forma “pulverizada” a lo largo
del artículo, en la medida que es parte del argumento acerca del dualismo en la
ciencia psicológica y de la proposición de la psicología de orientación
marxista.
Algunas claves
de comprensión del concepto de consciencia9 para Vygotskiy son el tipo de substancia de
que ella estaría hecha (en más de una referencia al materialismo dialéctico) y la
idea de que el desarrollo de esta consciencia sería, de acuerdo con el filósofo
David Bakhurst (1991) entre muchos otros teóricos, constantemente mediada y
transformada por las relaciones entre el niño y el ambiente social (p. 78). El
legado de Vygotskiy más difundido en occidente es, sin duda, su teoría
histórico-cultural y algunos conceptos aplicables, sobre todo, al desarrollo y
educación infantiles (o de la zona de desarrollo proximal, por ejemplo); entre tanto,
algunos de los autores en occidente que se dedican a un estudio de carácter
teórico de la obra vygotskiana (Bakhurst, 1991, Robbins, 2001; Rivière, 1985;
Wertsch, 1985), muchos de los cuales están presentes en este trabajo, colocan
como prácticamente indiscutible la centralidad del concepto de consciencia. Esa
afirmación es importante, sobre todo cuando es oriunda de autores formados en la
tradición soviética y que desarrollaron sus programas de investigación en una
especie de desdoblamiento del sistema de pensamiento vygotskiano (Davydov &
Radzikhovskii, 1985; Zinchenko, 1985, 1998; Iarochevski & Gurguenidze,
1999). Para esos autores, Vygotskiy defendería que el problema de la consciencia
es un problema real y que, para ser estudiado, el concepto debería ser elevado
a un estatus metodológico diferente, colocado como un objeto de estudio
independiente (Davydov & Radzikhovskii, 1985, p. 46). Zinchenko (1985, p.
99) llega a afirmar que la importancia de la consciencia era tanta para Vygotskiy
que este acostumbraba avalar una teoría psicológica particular en términos de
su contribuición al estudio de este fenómeno; para Zinchenko, la consciencia siempre
fue el mayor objeto de estudio en la investigación del psicólogo.
9 Una discusión más profunda acerca del concepto de
consciencia fue hecha por nosotros en el artículo “A consciência na obra de L.
S. Vigotski: análise do conceito e implicações para a Psicologia e a Educação”
(Lordelo & Tenório, 2010).
Consideraciones
Finales
Una reflexión
importante y que debemos hacer en los días de hoy es acerca de la crisis
diagnosticada por Vygotskiy en los años 20s del siglo pasado. Pensamos que su
“diagnóstico” tenía razón de ser; prueba de ello es que Vygotskiy no estaba solo
en su argumento, habiendo seguido el camino de algunos otros pensadores –de la
psicología y fuera de ella, por ejemplo de Georges Politzer (2004) y Karl
Buhler (1927). Pero lo curioso es que ese problema de fragmentación y falta de
consenso parece acompañar a la psicologia hasta hoy. Giorgi, en su texto que
discute la articulación de la psicología como una ciencia coherente, afirma que
la crisis no es contemporánea, sino perenne (Giorgi, 1985). La crisis
permanente de la psicología es también un argumento de lo ya citado por Luís
Cláudio Figueiredo en Matrizes do Pensamento
Psicológico (1996); y Thomas Kuhn habría acusado a la psicología de ser una ciencia
pre-paradigmática, ya que no poseía un paradigma con el cual la comunidad
psicológica científica estuviese de acuerdo10 (Kuhn, 1987). De hecho, en
pleno siglo XXI, no tenemos un paradigma, para usar el término acuñado por
Kuhn, dominante o consensual.
10 Es verdad que las ideas de Kuhn fueron sufriendo
transformaciones considerables desde la década de los sesenta, y la propia idea
de paradigma no es la excepción. Los psicólogos están especialmente desactualizados
sobre esas transformaciones del pensamiento de Kuhn.
Entre tanto, si la crisis es de hecho permanente o perenne, algo bueno
ha de existir en eso. Fourez (2003), al discutir la crisis en la enseñanza de las
ciencias, nos recuerda que la palabra crisis, en idioma chino, está escrita como
la unión de dos ideogramas: uno que significa “peligro” y otro que quiere decir
“posibilidad” u “oportunidad”. Si tal integración entre corrientes psicológicas
planeada por Vygotskiy (y ciertamente por muchos otros psicólogos) no se realizó,
tal vez esta no sea una prescripción adecuada para la psicología del siglo XXI.
La socióloga de la ciencia Karin Knorr Cetina (1997) nos alerta de que la idea
de una unidad metodológica en la ciencia es una exigencia típica de las ciencias
naturales; una exigencia con la cual, sin embargo, ni esas mismas ciencias
pueden permitirse. Esta dificultad hace doblemente problemática la creencia que
las ciencias humanas deben guiarse por los mismos parámetros metodológicos que las
ciencias naturales; primero, porque las ciencias humanas poseen, sí,
necesidades y características singulares; y segundo porque, para Knorr Cetina,
dentro de las diferentes ciencias naturales hay también lo que ella nombra
diferentes “culturas epistémicas”, es decir, diferentes estrategias para crear y
legitimar conocimiento (1997, p. 260).
Relacionada con esta cuestión está la importancia metodológica de la
reflexión de Vygotskiy y su intención de integrar la psicologia a las ciencias
naturales (Vigotski, 1999a). Él cuida, sin embargo, aclarar que no debemos
confundir las ciencias naturales con las ciencias biológicas, estrictamente hablando;
en el concepto de natural, entra también la naturaleza social y consciente. Propone,
en seguida, que ampliemos el uso del término natural “a todo lo que existe en la
realidad” (Vigotski 1999a, p. 389). En otras palabras, la división tradicional
entre ciencias humanas y naturales no tendría sentido, pues todo el conocimiento
producido por la ciencia pertenecería a la naturaleza.
Como ya dijimos aquí, auxiliados por las afirmaciones de Knorr Cetina
(1997), la integración metodológica que Vygotskiy propuso tal vez no tiene tanto
sentido hoy. La crisis y la fragmentación epistemológicas que han caracterizado
a la psicología se encaminan a un cuadro no de unificación, sino de pluralidad
metodológica, o de convivencia entre diferentes culturas epistémicas, tales
como las definidas por la autora (Knorr Cetina, 1997, p. 260).
De todos modos, la pluralidad metodológica a que nos referimos requiere
cuidado y precisión, en especial en lo que atañe a la relación entre la naturaleza
del objeto de estudio y los modos de emprender el análisis de éste. Si,
conforme a Rogoff y Chavajay (1995), es preciso antes de todo formular una pregunta,
el trabajo del investigador no termina ahí; al contrario, está apenas comenzando.
Una larga historia se inicia cuando percibimos un fenómeno y nos
proponemos la investigación. Si el esfuerzo teórico de este trabajo todavía no
ilustra bien el carácter de esa reflexión, creemos que la mirada de Vygotskiy
sobre el método y sobre la ciencia psicológica es un ejemplo muy bueno de ello.
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