LA CONSCIENCIA EN VYGOTSKIY: APROXIMACIONES TEÓRICAS
Rafael Fonseca de Castro y Clarice Vaz Peres Alves – UFPel
Traducción: el mismo de siempre
Resumen:
El presente artículo -fruto de una tesis de doctorado- consiste en una investigación teórica sobre el concepto de consciencia en el pensamiento de Liev Vygotskiy, motivada por discusiones de un grupo de investigación de una universidad del sur de Brasil y fundamentada en obras relacionadas con el tema central y vinculadas a la Psicología Histórico-Cultural. Su realización se justifica por la creencia en la necesidad de una mayor profundización en los estudios de la obra de Vygotskiy, teniendo en cuenta su riqueza conceptual, contundencia científico-metodológica y potencial de aplicación en la Educación. A partir de las relaciones establecidas entre los estudios investigados, en este esfuerzo teórico se abre la posibilidad de establecerse dos formas de interpretar el concepto de consciencia en el pensamiento vygotskiano: 1. Como sinónimo de psiquismo humano, matriz del pensamiento (Soznanie, consciencia) y 2. Como toma de consciencia -función psíquica superior, consciencia y control (Osoznanie, discernimiento y control consciente del acto de pensar). Es muy evidente, también, que para Vygotskiy es por medio de la palabra, en la sociabilidad humana, que desarrollamos nuestra consciencia, con base en dos tipos de experiencia humana: la histórica y la social.
Palabras clave: Consciencia, Vygotskiy, Educación, Psicología Histórico-Cultural.
“La consciencia es lo humano vivo y real consciente”
(DELARI JR., 2000, p. 78).
Introducción
Este trabajo consiste en un estudio teórico (Gil, 1999) sobre el concepto de consciencia en el pensamiento del investigador ruso Liev Semiónovich Vygotskiy (1896-1934). Se basa en obras directa o indirectamente relacionadas con este concepto, vinculadas a la Psicología Histórico-Cultural -esencialmente en los estudios realizados por Lordelo (2007), Toassa (2006) y Delari Jr. (2000).
El presente estudio es fruto de intensas discusiones establecidas por un grupo de investigación de una universidad del sur de Brasil, compuesto por investigadores de maestría y doctorado y profesores universitarios. Su idealización y realización se justifican por la creencia en la necesidad de profundizar en los estudios de la obra de Vygotskiy, teniendo en cuenta su riqueza conceptual, contundencia científico-metodológica y potencial de aplicabilidad con resultados prácticos positivos en diversos niveles educativos.
El legado de Vygotskiy más difundido en occidente es, sin duda, su abordaje psicológico histórico-cultural y sus conceptos aplicables, sobre todo, al desarrollo y educación infantil -como los de zona de desarrollo proximal y mediación. Entretanto, algunos de los autores de occidente que se dedican a un estudio de carácter teórico de la obra vygotskiana, como David Bakhurst, Dorothy Robbins, Angel Rivière y James Wertsch, así como los investigadores brasileños destacados en este escrito, señalan como prácticamente indiscutible la centralidad del concepto de consciencia en la obra de Vygotskiy. Para Lordelo (2007), esta afirmación es importante sobre todo porque es oriunda también de autores formados en la tradición soviética y que desarrollaron sus programas de investigación en una especie de desdoblamiento del sistema de pensamiento vygotskiano, como Vasili Davydov, L. A. Radzijovskiy, M. G. Yaroshevskiy, G. S. Gurguenidze y V. P. Zinchenko.
Las biografías científicas de Vygotskiy, Alieksiey Leóntiev y Alieksándr Luria, por su parte, pertenecen a una de las más importantes páginas de la historia de la construcción de los fundamentos psicológicos y metodológicos soviéticos divulgados en los campos de la psicología y de la pedagogía. La teoría Histórico-Cultural, en los años 20s, dio inicio a la investigación sobre la condición social de la génesis de la consciencia del individuo. Sus investigaciones teóricas y experimentales llevaron la psicología a un nuevo entendimiento sobre el origen de la estructura de las funciones psíquicas superiores, diferenciándose radicalmente de la psicología idealista dominante –la Reflejología (Prestes, 2010) de la época.
A lo largo del artículo se busca, con base en escritos categóricos de Vygotskiy sobre el concepto de consciencia, tejer acercamientos entre los estudios postvygotskianos relacionados con ese concepto, buscando comprender su importancia dentro del constructo teórico de Vygotskiy.
La Psicología Histórico-Cultural
Fue bajo la dirección de las hipótesis del materialismo histórico y dialéctico que se desarrolló una psicología que, durante todo el siglo XX, produjo y continúa produciendo contribuciones de interés para los campos de la psicología y la educación. Se trata de la perspectiva Histórico-Cultural, que tiene como representantes más importantes a Vygotskiy, Luria y Leóntiev -que formaban la intitulada troika (Sacristán y Gómez, 1998). Entre los autores considerados como los más influyentes de esta corriente, Vygotskiy (1) fue el que más se destacó, debido a su riquísima producción desarrollada a lo largo de 37 años -de su corta vida-, que resultó en la producción de importantes ideas y conceptos aplicados mundialmente, sobre todo en los campos de la Psicología y la Pedagogía.
1 La formación intelectual de Liev Semiónovich Vygotskiy es bastante variada. Se graduó en Derecho por la Universidad de Moscú, en 1917. Cuando hacía su curso superior, llevó cursos de Psicología y Literatura en la Universidad Popular Shanyavskiy. Pocos años después, estudió Medicina en Moscú y en Járkov. Consiguió, en un corto lapso, acumular un vasto conocimiento sobre las más variadas áreas del saber y no limitado a los autores soviéticos. En la época en que hizo su formación, la ex-Unión Soviética mantenía intercambio intelectual con países de Europa Occidental y con los Estados Unidos (MOYSÉS, 1997).
Las ideas filosóficas de Marx y Engels ejercieron considerable influencia sobre toda la generación de jóvenes soviéticos de la época en que Vygotskiy vivió -en medio de la revolución rusa (Sacristán y Gómez, 1998). Moysés (1997) entiende que la teoría marxista fue utilizada por Vygotskiy en el sentido de buscar respuestas concretas a los problemas de la Psicología, para constituir una única teoría psicológica que se opusiese al conjunto de ideas dominantes en el inicio del siglo XX.
Al seguir la línea del materialismo histórico y dialéctico, Vygotskiy definía al ser humano como un individuo social, real y concreto, cuya singularidad se constituye en cuanto miembro de un grupo social, histórico y cultural específico (Pino, 2000). El desarrollo del psiquismo humano, desde el punto de vista de la perspectiva Histórico-Cultural, se realiza en el proceso de apropiación de la cultura, mediante la comunicación entre personas (Pino, 2000).
Desde las últimas décadas del siglo XX y el inicio del siglo XXI, la utilización de referencias basadas en la perspectiva Histórico-Cultural también va creciendo de forma considerable en investigaciones relativas a las diferentes áreas de la Educación, principalmente a partir de los experimentos desarrollados por Vygotskiy. Wells (2001) entiende que las ideas fundamentales desarrolladas por la troika están teniendo gran impacto en todos los niveles educativos, desde preescolar hasta la enseñanza superior y programas de postgrado. Según Freitas (2004) la llegada de la Psicología Histórico-Cultural a nuestro país ocurre al final de la década de 1970, el inicio de la difusión de sus hipótesis ocurre en los años 1980s y el esfuerzo de apropiación de sus conceptos al inicio de los años 1990s.
Como explica Freitas (2004), la teoría psicológica de Vygotskiy es también considerada como una teoría educativa, pues la educación, según ese constructo, es mucho más que el desarrollo de potencialidades individuales biológicas, implicando esencialmente la expresión histórica y el crecimiento de la cultura humana de la cual el hombre procede. La escuela, en este contexto, se configura como importante espacio social de exploración y desarrollo de la cultura y de registro y manutención del conocimiento históricamente acumulado por la sociedad.
Para el abordaje Histórico-Cultural, de esta forma, el desarrollo histórico de cada persona tiene elevado grado de relevancia en los procesos de enseñanza y aprendizaje, abarcando diversos proyectos educativos en diversos niveles. Desde el punto de vista de ese abordaje, el proceso de escuela vinculado a la voluntad es originado por la consciencia que, a su vez, deriva de las interacciones entre las personas –como será discutido en seguida.
Situar el concepto de consciencia en la obra de Vygotskiy
Leóntiev (1983) (2) afirmaba que Vygotskiy fue el primero en comprender la necesidad de estudiar la consciencia en el sistema de la perspectiva histórica y social marxista, pues él era uno de los mejor formados psicólogos marxistas de su época. Según Lordelo (2007), algunas de las claves para comprender el concepto de consciencia en Vygotskiy se refieren al tipo de substancia del que ella sería hecha (en una referencia al materialismo dialéctico) y a la idea de que el desarrollo de esa consciencia sería constantemente mediado y transformado por las relaciones entre el niño y el ambiente social.
2 Todas las citas referentes a esta obra de Leóntiev fueron traducidas por Prestes (2010).
De acuerdo con Leóntiev (1983) el desafío de Vygotskiy era penetrar en los estudios sobre la consciencia como una realidad propia de la psicología, develar la consciencia como una forma específicamente humana de la psique y presentar su característica substancial. Ya entonces, explica Lordelo (2007, p. 67), Vygotskiy “declaraba que el objeto de la psicología -la psiqué, la consciencia- era lo más difícil del mundo y lo que menos se dejaba estudiar”.
En 1925 Vygotskiy (1991) defendía que la literatura científica de la época escondía insistente e intencionalmente el problema de la naturaleza psicológica de la consciencia. Y, al percibir ese problema, alertaba que la psicología:
1. Cerraba para sí misma los caminos de la investigación sobre el comportamiento humano, viéndose limitada a explicar los nexos más elementales de los seres vivos con el mundo.
2. Construía un sistema psicológico que, sin este concepto, se constituía en una “psicología sin consciencia” (BLONSKI, 1921, p. 9, en VYGOTSKI, 1991, p. 40).
3. Privaba a los métodos de investigación de los medios fundamentales para la comprensión del psiquismo humano –no aparentes visualmente-, tales como los movimientos internos, el habla, las reacciones somáticas etc.
Según Lordelo (2007, p. 1), inspirado principalmente por el materialismo marxista, Vygotskiy sugirió como vía alternativa a la ciencia psicológica de la época una psicología basada en metodologías de orientación dialéctica que, “sin prescindir del fenómeno psíquico, tuviese criterios metodológicos adecuados a la hechura de un conocimiento verdaderamente científico”.
Para Vygotskiy (1991), el comportamiento del hombre y sus relaciones son determinados no sólo por reacciones condicionadas, manifiestas y totalmente explícitas, sino también por aquellas no reveladas externamente, las cuales no se pueden ver con facilidad. Y los reflejos no manifiestos, internos, inaccesibles a la percepción directa del observador (como el habla silenciosa), pueden ser metodológicamente investigados, indirectamente, de forma mediatizada, a través de reflejos accesibles a la observación, como la palabra [dicha o escrita].
Contra este contexto, con el objetivo de construir una psicología que tomara en cuenta esos movimientos internos y sobrepasara los límites de los “modestos” experimentos clásicos de formación del reflejo condicionado, Vygotskiy buscaba superar el dualismo reflejológico y ver, en la sociabilidad por el lenguaje, el origen de las interacciones que componen la consciencia humana (Toassa, 2006; Ratner, 1995).
Delari Jr. (2000) señala que en el texto titulado “El Problema de la Consciencia”, compuesto fundamentalmente de anotaciones hechas por Leóntiev y otros colaboradores del Instituto de Psicología de Moscú, a partir de las conferencias internas de Vygotskiy hallamos, al inicio, la afirmación de que aunque la psicología se hubiese definido a sí misma como la ciencia de la consciencia, su conocimiento al respecto de ésta es casi nulo (VYGOTSKI, 1991).
Vygotskiy tenía la intención de comprender el problema de la consciencia humana en el capítulo del Tomo I de sus obras completas dedicado a la “Consciencia como problema de la psicología del comportamiento”, y de que se pudiese entender tres definiciones incipientes para el concepto de consciencia (Vygotski, 1991):
1) “La capacidad que tiene nuestro cuerpo de constituirse en excitante (a través de sus actos) de sí mismo (y frente a nuevos actos) constituye la base de la consciencia” (p. 49).
2) “La consciencia de las propias sensaciones no significa nada más su posesión en calidad de objeto (excitante) para otras sensaciones. La consciencia es la vivencia de las vivencias” (p. 50).
3) “Estamos dispuestos a interpretar sus palabras [las de Pávlov] en el sentido literal y exacto y afirmar que la consciencia es la refracción múltiple de los reflejos” (p. 51).
Según Toassa (2006) inicialmente Vygotskiy atribuía al concepto de consciencia la interacción entre sistemas de reflejos (3), como puede ser observado en las “definiciones” de arriba y en la cita de abajo:
La propia consciencia o la toma de consciencia de nuestros actos y estados debe ser interpretada como sistemas de transmisión de unos reflejos a otros que funcionan correctamente en cada momento consciente. Cuanto mayor sea el ajuste con que cualquier reflejo interno provoque una nueva serie en otros sistemas, más capaces seremos de darnos cuenta de nuestras sensaciones, comunicarlas a los demás y vivirlas (sentirlas, fijarlas en las palabras etc.) (VYGOTSKI, 1991, p. 3).
3 Vygotskiy se apropió del, y utilizó el concepto de reflejo esencialmente en sus primeras obras, pues se trataba del concepto dominante de la psicología de su época. Poco a poco, como ya se percibe a partir de los escritos publicados en los Tomos II y III de su obra completa, Vygotskiy instituye sus propios conceptos para referirse a los procesos mentales humanos y sus relaciones.
En esta última cita, Vygotskiy distingue consciencia de toma de consciencia y ya establece una relación entre palabra y consciencia –como se detallará a continuación
De los sistemas reflejológicos a la consciencia como psiqué y como toma de consciencia
Como acostumbraba proceder en sus críticas, Vygotskiy procuraba señalar los puntos francos y fuertes de las ideas sobre las cuales fundamentaba sus tesis. Sobre la Reflejología, por ejemplo, Vygotskiy (1991) subrayaba la importancia del concepto de reflejo, al enfatizar que este poseía gran valor metodológico pero, al mismo tiempo, enfatizaba la importancia de superarlo, visto que el mismo no podría constituirse en el principal concepto de la psicología como ciencia del comportamiento del hombre.
Con relación a la utilización del término consciencia en la obra de Vygotskiy, Prestes (2010) utiliza una nota de los editores de The Collected Works of L.S. Vygotsky para destacar la diferencia entre las palabras rusas soznanie y osoznanie. En esta nota, los editores de la publicación observan que traducir ambos términos como consciencia es introducir una confusión que no existe en el texto original ruso. Soznanie, en ruso clásico, significa consciencia y, osoznanie, el despertar de la consciencia reflexiva. Tunes (2000) se refiere a este último como discernimiento y control consciente del acto de pensar. Partiendo de esta importante información y “sin perder de vista” los escritos originales de Vygotskiy, se abre la posibilidad de establecerse dos formas de “leer” el concepto de consciencia en su obra:
- Como el propio psiquismo humano;
- Como proceso de toma de consciencia.
Particularmente, este estudio se suma a esa postura y los vislumbra, efectivamente, como procesos distintos, pero íntimamente interrelacionados, no excluyentes y no concurrentes. El proceso mental toma de consciencia, en esta perspectiva, sería parte del sistema psíquico superior humano, la consciencia. Siendo la consciencia, como psiqué humana obviamente, más exhaustiva que el proceso mental toma de consciencia.
La idea de hacer toma de consciencia está presente, conforme a Toassa (2006), en los más variados contextos de la obra de Vygotskiy (1985; 1991; 1996), de los niveles más simples a los más complejos de la ontogénesis. Se trata de una acepción relacionada con el proceso de percibir algo que no se percibía antes. En palabras del propio Vygotskiy (1991, p. 50), “darse cuenta de algo”.
En el tomo III de sus obras completas (VYGOTSKI, 1995) y en otros pasajes a lo largo de sus escritos (como en VYGOTSKY, 1982), principalmente en la parte que aborda más específicamente las funciones psíquicas superiores, Vygotskiy vincula toma de consciencia a la función psíquica superior, consciencia y control (osoznanie) –razonablemente conocida por sus estudiosos. Según Vygotskiy (1995), al darnos cuenta –al tomar consciencia- de algo, como un error o una dificultad cognitiva, pasamos a tener más oportunidades de poder controlar (encontrar una solución para) este error, dificultad o determinada situación cognitiva.
Mas el concepto de consciencia, como núcleo del pensamiento humano, va más allá de darse cuenta de algo y se torna central en la teoría vygotskiana, visto por Vygotskiy como el propio psiquismo humano. Se suma a ese pensamiento Delari Jr. (2000), que así sentencia: Vygotskiy no podría abandonar el concepto de consciencia como principal objeto de estudio para su psicología.
Sobre los procesos de desarrollo de la consciencia, Toassa (2006) explica que Vygotskiy (1996) propone momentos distintos y no lineales. Para él, después del nacimiento, el psiquismo va conociendo los estímulos que influyen sobre el pensamiento, diferenciando cosas y personas, separando lo subjetivo y lo objetivo. En el bebé, por ejemplo, existen inicialmente manifestaciones bastante primitivas de estados conscientes, según Vygotskiy (1996). En los adultos, por medio de la utilización de los signos la consciencia sigue en desarrollo, en mayor o menor intensidad, de acuerdo con el grado de sociabilidad (4) de cada individuo (VYGOTSKI, 1985).
4 Cabe informar que la consciencia “social” de la psicología vygotskiana no coincide con la idea de consciencia política o moral (TOASSA, 2006), tampoco está relacionada con los preceptos de Emile Durkheim.
Al inicio de sus escritos sobre la consciencia, todavía bastante acoplado al concepto de reflejo (y a los excitantes desencadenadores de esos reflejos) y a la perspectiva pavloviana, en sus primeras discusiones sobre este concepto, todavía en el Tomo I de su obra, Vygotskiy ya propone un estudio del problema de la consciencia basado en las experiencias histórica y social del ser humano, como está problematizado en el próximo item.
Experiencia histórica y experiencia social: la consciencia por la sociabilidad humana mediada por la palabra
Todavía en el Tomo I de las obras de Vygotskiy es posible percibir la importancia de la palabra, para la consciencia humana, como unidad básica de los sistemas de reflejos de la consciencia. Según Toassa (2006), Vygotskiy propone una ciencia de los “reflejos” también aplicada al lenguaje. En esos términos, para la autora la consciencia resultaría de las relaciones de alteridad de la persona consigo misma y de las relaciones, posibilitadas por la palabra, de esta persona con los otros. Para Vygotskiy (1991), la utilización de la palabra es la puerta para el desarrollo de la consciencia.
Según Shotter (2006), en vez de explicar las cosas en términos abstractos, podemos enseñar a los otros nuestra manera de relacionarnos con el ambiente por medio de palabras proferidas en momentos cruciales de sus actividades, para tornarlos conscientes de sus modos de acción espontánea. Como observa ese autor (idem, p.16), a partir del punto de vista Histórico-Cultural, “es por medio de palabras, de enunciaciones de los otros, que actuamos de manera voluntaria, consciente, pasando a ser responsables de responder por nuestra propia conducta”. Vygotskiy (1982) explica esa idea por medio del ejemplo de las relaciones entre madres e hijos pequeños. Según Vygotskiy, las madres dirigen la atención de los hijos hacia determinados objetos o situaciones. Los hijos, a su vez, siguen las orientaciones de las madres, asumiendo, más tarde, la dirección de la propia atención y pasando a desempeñar, en relación a sí mismos, el papel que antes había sido desempeñado por las madres. Es de esta forma que, para Vygotskiy, nos liberamos de nuestras respuestas impulsivas, inmediatas y mediadas, y pasamos a ser conscientes y capaces de controlar nuestro comportamiento.
Por medio de la palabra, en la sociabilidad humana desarrollamos nuestra consciencia, nuestra psiqué, la matriz de nuestro pensamiento. Y este desarrollo, a partir de los presupuestos vygotskianos, se basa en dos tipos de experiencias humanas: la experiencia histórica y la experiencia social (VYGOTSKI, 1991; 1985).
Para Vygotskiy (1991), el hombre no se sirve únicamente de la experiencia heredada físicamente. Según él, toda nuestra vida, el trabajo y el comportamiento, se basan en la amplia utilización de la experiencia de las generaciones anteriores, esto es, de una experiencia que no se transmite de padres a hijos solo por el nacimiento. A esta experiencia Vygotskiy la denomina experiencia histórica.
Según Delari Jr. (2000), en este sentido, el lugar de la teoría de Vygotskiy es bastante relevante, pues la producción de este autor se sitúa en un contexto histórico en el que ya se colocan algunas importantes contradicciones en cuanto a las posibilidades para la libertad humana y para la capacidad de reflexión e intervención del ser humano en su historia. En esa perspectiva se tiene en cuenta, según Delari Jr. (2000, p. 51) “la posibilidad de cada ser humano para irse tornando más consciente con relación a sus propias determinaciones históricas, de modo a poder intervenir mejor sobre su propia vida”.
La búsqueda de una explicación para la cuestión de la consciencia en la obra de Vygotskiy puede estar permeada por una confrontación con la cuestión de las posibilidades para el papel del humano en la construcción de su propia historia (Delari Jr., 2000, p. 52-53).Al mismo tiempo, no se trata de ver al ser humano sólo como el resultado de un proceso histórico, sino también como un ser que solo existe en cuanto a su propio proceso histórico. De esta forma, enfatiza Delari Jr.:
El devenir humano sólo puede ser encarado como movimiento dialéctico, como génesis histórica, como proceso y acontecimiento. [...] No hay esencia anterior o superior al humano que lo defina en cuanto tal, porque él sólo se define como tal cuando se va tornando históricamente aquello que es. Mas aquello que el hombre es no es lo que se define un punto de llegada, sino el movimiento mismo por el cual se hace humano (idem, 2000, p. 58).Pero esa historia sólo es posible si estuviera abierta la posibilidad de rehacerse. Al mismo tiempo, y de vital importancia en Vygotskiy, la fusión entre aquello que el hombre “es” con aquello que “puede ser” ocurre mediante las relaciones sociales. El lenguaje verbal, por ejemplo, en cuanto signo, realiza una modalidad de relación social y es en esta relación que reside la posibilidad del humano de tornarse humano, tanto cuanto para avanzar más allá de sus propios límites (Delari Jr., 2000).
Como explicaba Vygotskiy (1991, p. 45) concomitante a la experiencia histórica debe situarse la experiencia social, “constituyendo un importante componente del comportamiento del hombre” y proporcionando
no sólo las conexiones encerradas en mi experiencia particular entre los reflejos condicionados y los elementos de transición del medio, sino también las numerosas conexiones que son establecidas en la experiencia con otras personas. Se conoce el Sáhara y Marte a pesar de no haber salido una sola vez de mi país y de no haber observado nunca por un telescopio, eso se debe evidentemente al hecho de que esa experiencia tiene su origen en la de otras personas que han ido al Sáhara o que han visto Marte por el telescopio (idem, p. 45).La relevancia de las relaciones sociales para el desarrollo de la consciencia, en la perspectiva vygotskiana, es latente. Pues la consciencia no es un movimiento que surge individualmente, sino que sólo se puede realizar en el individuo en la medida que éste pasa a relacionarse consigo mismo del mismo modo como se relaciona con los otros, en el contexto de una determinada cultura. Siendo así, según esta concepción, la consciencia no puede surgir para los seres humanos, si no mediante una relación social históricamente constituida y culturalmente determinada.
Sobre esta prerrogativa, Delari Jr. (2000) complementa:
La relación social, en el humano, es histórica y cultural, pues los seres humanos no se unen en grupos solo por “instintos gregarios”, ni por leyes instintivas tales como aquellas presentes en otras especies animales que viven en “grupos” y/o se organizan “colectivamente”. La relación social humana está constituida históricamente –mediante luchas sociales y relaciones de poder –y, de modo indisociable, culturalmente. [...] Las relaciones sociales propiamente humanas son mediadas por el lenguaje. Por tanto, la consciencia en cuanto proceso que no puede darse fuera de un ser humano individual particular, no es posible sino como función de relaciones sociales, las cuales, a su vez, también no son posibles sino en cuanto prácticas colectivas mediadas por el lenguaje (p. 62).Para Fontana (2000, p. 221), solo es por medio de las relaciones sociales que nos volvemos “capaces de percibir nuestras características, de delinear nuestras peculiaridades personales, de diferenciar nuestros intereses más allá de los objetivos y de formular juicios sobre nosotros mismos y sobre nuestro hacer”. Conforme explica esa misma autora,
en un mismo individuo se articulan dialécticamente dos lugares sociales distintos y complementarios –lo mismo y lo otro– que se afinan y se contraponen, se armonizan y se rechazan, configurando, en la tensión constitutiva de la subjetividad, composiciones singulares que se dejan a ver en la dinámica interactiva (Fontana, 2000, p. 221).Siguiendo esta línea de pensamiento, la perspectiva de consciencia histórica defendida por Vygotskiy sólo es posible mediante las relaciones sociales. Esas relaciones sociales, que se constituyen históricamente, son posibles esencialmente por el lenguaje [verbal], por la utilización social de la palabra. En el plano psicológico-diferencial, las personas se distinguen unas de otras porque sus estructuras caracterológicas se desarrollarán, en la ontogénesis, a partir de un sistema específico y singular de conexiones (VYGOTSKI, 1991), mediadas por la palabra.
Las estructuras de las funciones psíquicas superiores son semejantes a las estructuras de las relaciones colectivas entre los seres humanos. En estas relaciones, los trazos sociales y de clase se forman a partir de sistemas interiorizados que no son otros sino los sistemas de interacciones entre personas trasladados a la personalidad y a la consciencia de cada individuo, por el lenguaje.
Consideraciones finales
En el presente escrito se buscó establecer un diálogo entre investigadores que estudiarían el concepto de consciencia en la obra vygotskiana, fundamentalmente a partir de los estudios de Lordelo (2007), Toassa (2006) y Delari Jr. (2000), y a partir de los principales escritos de Vygotskiy en los cuales este concepto y sus implicaciones son por él abordados con mayor atención.
De este esfuerzo teórico, con vistas a la comprensión y discusión del concepto de consciencia en la obra de este importante autor ruso, se perciben evidencias que apuntan a una aproximación más precisa del término consciencia como sinónimo de psiquismo humano, matriz del pensamiento del hombre -Soznanie, en el término original ruso (PRESTES, 2010).
Al mismo tiempo, dentro del alcance de la consciencia como el propio psiquismo, también es posible reconocer el concepto toma de consciencia en Vygotskiy –acompañado de la función psíquica superior, consciencia y control (VYGOTSKI, 1985). En este caso, Vygotskiy (1995) subraya que cuando pasamos a tener consciencia de determinado proceso (psicológico) o situación podemos controlarlo -en ruso, osoznanie (PRESTES, 2010).
En la perspectiva de la Psicología Histórico-cultural, la consciencia, al ser movimiento del humano en el mundo, pasa a ser mediadora de la relación del humano con el mundo y consigo mismo, por medio de la palabra y a partir de sus experiencias histórica y social, en fin, en la sociabilidad de los individuos (RATNER, 1995).
La palabra, en cuanto signo desarrollado social e históricamente, es mediadora cuando se inscribe en un movimiento de producción social de significados y, consecuentemente, es promotora del desarrollo de la consciencia humana, según la arriba citada concepción teórica. La consciencia en Vygotskiy (1996, y también en LEONTIEV, 1983) será siempre consciencia mediada por la palabra: es la propia relación del niño con el medio y después consigo mismo. No es un sistema mecánico, tampoco estático, pues se relaciona con el desarrollo de la conducta voluntaria del individuo.
Pero se trata de una consciencia que también es parcial porque está atravesada por motivos y necesidades derivados de las vivencias singulares de cada ser humano (intra psicológicos). Las cosas no mudan simplemente porque alguien nos muestra la necesidad de cambiarlas o porque pensamos en ellas. Para Delari Jr. (2000), el pensamiento, solo, no es capaz de comandar las funciones psicológicas superiores, pues estas también están estrictamente ligadas a las emociones –afecciones del cuerpo debidas a objetos, personas o imágenes.
“La consciencia no es cosa, no es instancia, ni tiene vida propia, no existe aparte de la materialidad del ser: la consciencia es el ser humano consciente” (DELARI JR., 2000, p. 62).
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