Este blog busca difundir algunas fuentes de la obra vygotskiana publicada en español, así como traducir algunos artículos editados en revistas y libros o bajados de la red; todo relacionado con Vygotski.

martes, 2 de diciembre de 2008

Calvo Tuleski


PARA LEER A VYGOTSKI: RECUPERANDO PARTE DE LA HISTORICIDAD PERDIDA
Silvana Calvo Tuleski
Universidad Estatal de Maringá - Paraná
Traducción: Efraín Aguilar
Si suponemos que es en el propio campo de batalla humana donde las ideas, los conceptos o teorías encuentran su pleno significado histórico, y que el campo concreto de lucha en que se transformó la sociedad rusa posrevolucionaria para tornarse diferente de lo que era, está vivo en las líneas y entrelíneas de las ideas, de los conceptos, en fin, de la teoría de Vygotski; la hipótesis de este trabajo es que la teoría trasladada a otro campo, sin considerar el campo que la hace germinar, sufre un proceso de asepsia neutralizadora que autoriza su divulgación sin amenaza o sospecha. Frente a eso uno se pregunta: ¿qué es de facto lo que sucedió para que la teoría revolucionaria de Vygotski hiciese tantos adeptos, fuese tan difundida entre psicólogos y pedagogos y tan divulgada sin contestación? ¿Qué significado tenía para la sociedad rusa y qué significado tiene para la sociedad contemporánea? Esas y otras cuestiones derivadas orientaron los estudios realizados sobre el tema de pesquisa que, a su vez, resultó en la disertación de maestría de la autora y que procura sintetizar en el presente texto.

La lectura contemporánea de Vygotski
Se constata de modo preliminar con base en la revisión de la literatura estudiada, la existencia, entre los autores, de más similitudes que diferencias en las interpretaciones sobre el pensamiento de Vygotski. La similitud comienza por las fuentes de pesquisa, esto es, que la gran mayoría de los estudios publicados sobre la teoría de Vygotski tienen por base dos de sus obras: Pensamiento y Lenguaje y La Formación social de la mente, ambas de traducción estadounidense. Además, no son traducciones literales del original en ruso, sino un "resumen" de sus ideas principales o una "colección" organizada por los traductores y editores. En el prefacio de Pensamiento y Lenguaje los propios traductores advierten que "una traducción literal no haría justicia al pensamiento de Vygotsky". Así, llegan al consenso de que la repetición excesiva de "ciertas discusiones polémicas" tendría poco interés para el lector contemporáneo y "deberían ser eliminadas, en favor de una exposición más clara". Explican, todavía, que la simplificación tiene el objetivo de tornar más claro el estilo de Vygotski y que, aunque la traducción compacta pueda ser encarada como una versión simplificada del original, según el entender de los traductores, la condensación aumentó la claridad y legibilidad del texto.
En el libro La Formación Social de la Mente encuéntrase la misma situación relacionada con la fidelidad de la traducción. En el Prefacio, los organizadores explican cómo hicieron, al reunir diversos textos del autor, acrecentar materiales provistos de fuentes adicionales y "omitir materias aparentemente redundantes", con el objetivo de tornar más claro el significado del texto: "(...) Tenemos, también, perfecta noción de que al meternos con los originales podríamos estar distorsionando la historia; entretanto, acreditamos también que, al dejar claro nuestro procedimiento y atenernos al máximo posible a los principios y contenidos de los trabajos, no distorsionamos los conceptos originalmente expresados por Vygotsky" (VYGOTSKY, 1989: X) .
La preocupación por no "distorsionar la historia" es relegada en nombre de la "claridad" de los conceptos, principalmente cuando se lleva a consideración la importancia que el propio Vygotski da, en sus trabajos, al significado de las palabras en relación con su contexto. Para él, las palabras son construcciones históricas, su significado no es abstracto y eterno, mas varía conforme varían las relaciones entre los hombres. Los conceptos científicos deben ser entendidos en el conjunto de las obras del referido autor y en relación al momento histórico vivido por él, condiciones puestas por Vygotski y que parecen ser ignoradas por los contemporáneos, a partir de la traducción de sus obras.
SÈVE afirma que los cortes realizados corresponden principalmente a las reflexiones marxistas de Vygotski, como si ellas tuviesen importancia secundaria para la comprensión de sus conceptos. En consecuencia, dice, las traducciones se presentan "asépticas", "limpias" de lo que parece ser considerada la "ideología comunista". Esta "limpieza", realizada por los traductores en relación con las reflexiones marxistas, da margen a la polémica existente de ser Vygotski marxista o no. La idea equivocada de algunos autores contemporáneos de que existía una imposición ideológica desde la revolución, que obligaba a los científicos a adoptar el materialismo dialéctico en todos sus trabajos, acabó por reforzar aún más esta polémica: ¿era Vygotski realmente marxista o adoptó el marxismo por imposición ideológica?
En verdad, esa controversia se debilita a medida que una lectura más extensa y profunda de las obras de Vygotski se enraíza en las grandes cuestiones que la sociedad rusa, y después la Unión Soviética, tenían que resolver.
Las críticas y represiones sufridas por Vygotski en la década de 1930, que culminaran con la prohibición de sus obras por el gobierno de Stalin, ayudan a entender su defensa por una "verdadera" psicología marxista, en oposición a aquella que se venía evidenciando.
Según DAVYDOV & ZINCHENKO (1994), la visión del mundo de Vygotski se desenvuelve en los años de la revolución y refleja las más avanzadas y fundamentales influencias socio-ideológicas relacionadas con la comprensión de las fuerzas esenciales del hombre, de las leyes de su desarrollo histórico y de su formación plena, en las condiciones de la nueva sociedad socialista, pensamiento que se manifestó plenamente en la filosofía materialista dialéctica que conocía a fondo y en la cual basó toda su teoría.
El deseo de Vygotski, por tanto, era abordar el estudio de la mente al utilizar el método de Marx, oponiéndose frontalmente a la utilización de citas y uniones eclécticas entre los clásicos marxistas y las teorías psicológicas occidentales, como tentativa de construcción de una psicología marxista.
Estudiar a Vygotski hoy, no obstante, parece tener que enfrentar dos problemas en un primer plano: romper con la censura burguesa referente a su formación marxista y su compromiso con la sociedad comunista, y romper con la censura comunista de sus propias obras, operada a partir de la década de 1930 por el estalinismo.
El primer problema se puede resolver con la utilización de las traducciones españolas que son las más fieles a la edición rusa de las Obras escogidas, en tanto que el segundo sólo seria posible de ser resuelto teniendo acceso a los manuscritos del autor, muchos de ellos desaparecidos o alterados durante el gobierno de Stalin.
En este contexto es posible comprender la crítica de Vygotski al uso de citas de Marx, Engels, Lenin, al puntualizar que una psicología verdaderamente marxista no se hace como una "colcha de retazos" de citas de los clásicos, sino a través de adoptar el método utilizado por Marx para el análisis de la sociedad capitalista. El énfasis metodológico está presente en todos sus escritos, como una negación implícita al eclecticismo burgués y al dogmatismo estalinista.
Existe, por tanto, una "lectura" específica hecha en la actualidad sobre la teoría vygotskiana, priorizando algunos aspectos en detrimento de otros, ignorando los aspectos que el autor intencionalmente debió evidenciar o reiterar en sus textos. Esta desconsideración del autor, como alguien históricamente datado y, por tanto, comprometido con los acontecimientos de su época, ha dado margen a muchas "interpretaciones" abstractas de sus conceptos y presuposiciones teóricas en la actualidad.
Así, sea por dificultades en el entendimiento del pensamiento dialéctico e histórico de Vygotski, sea por razones político-ideológicas o por peculiaridades del pensamiento actual que prima por la fragmentación, se acaba por traducir sus ideas linealmente, al retirar gran parte de las "cuestiones polémicas" abordadas por él y, consecuentemente, su historicidad. Eliminar esta singularidad de su pensamiento significa eliminar gran parte de su esfuerzo por construir una psicología marxista en circunstancias históricas determinadas. La forma y el contenido de sus textos son esencialmente dialécticos, están en sintonía, se complementan y forman un conjunto, uno afirma al otro constantemente.
Leer a Vygotski, por tanto, es ante todo admitirlo como marxista y comunista y todas las implicaciones resultantes de eso. Como dice Duarte, se comete un grave equívoco pretender depurar la psicología de Vygotski de su marxismo o apartarlo de la propuesta de una sociedad comunista: "para comprehender el pensamiento de Vigotski y su escuela es indispensable el estudio de los fundamentos filosóficos marxistas de esa escuela psicológica" (DUARTE, 1996:78).
Gran parte de las publicaciones nacionales, con base en la teoría de Vygotski, han enfatizado el aprendizaje, la interacción entre pares y la relación entre pensamiento y lenguaje. Se encuentra pocos estudiosos, inclusive extranjeros, que consideran las influencias societarias más amplias en el desarrollo de la psique humana. La organización social y las relaciones sociales de producción como constructoras de una psique determinada, no son analizadas. El énfasis en la escuela, en la interacción de pequeños grupos, en la relación aprendizaje y desarrollo con enfoque en la zona de desarrollo próximo, en la mediación, son destacadas sin que se avance en el significado que asumen en una sociedad capitalista, cuando el propio Vygotski estaba empeñado en la destrucción de esa forma de sociedad.
Estos autores no ignoran por completo lo social, mas lo "social" se diluye o, mejor dicho, se restringe a las interacciones individuales en pequeños grupos. Las relaciones sociales, en el sentido dado por Marx y adoptado por Vygotski, como productoras y transformadoras de los comportamientos, conductas y formas de pensar humanos en el curso de la historia, acaban por limitarse a relaciones interpersonales en esta forma de leer a Vygotski. Las interacciones y mediaciones, estudiadas de manera a-histórica, independientes del tiempo y lugar, adquieren un significado distinto de aquel pretendido por Vygotski.
Para los investigadores actuales, orientados por la Ciencia de la Historia, entender lo social de Vygotski significaría hacer las distinciones entre las condiciones objetivas presentes en la sociedad rusa de aquel período, que permitirán la revolución y la construcción del proyecto colectivo socialista, y las condiciones objetivas actuales de esta sociedad, donde se tiende a la globalización del capital, y cuyo proyecto colectivo es el neoliberalismo, para que se definan los límites de una teoría revolucionaria, desligada de la materialidad que la produce.
Se observa también, en esas interpretaciones a-históricas, la tentativa de integrar a Vygotski a los paradigmas de la actualidad, al clasificar su teoría de diversas formas tales como: socioconstructivismo, sociointeraccionismo, sociointeraccionismo-constructivista, constructivismo pospiagetiano, entre otras.
La necesidad de clasificar o crear "nuevas" denominaciones para la teoría de Vygotski es un hecho realmente curioso que merece mayores discusiones y profundización. Como el propio Vygotski dice, una revolución arranca los nombres viejos de las cosas y crea nuevos con significados nuevos. ¿Qué decir entonces de una teoría, que se pretende revolucionaria en su período histórico, "adaptada" a los viejos paradigmas existentes en la actualidad? ¿Por qué no respetar la denominación dada por los propios integrantes de esta escuela, de la teoría Histórico-Cultural?
Son pocos los autores que trazan la biografía del autor ligada con los acontecimientos de la URSS y el impacto de estos en su pensamiento. Cuando eso ocurre, ora de manera sucinta y, algunas veces, con interpretaciones político-ideológicas evidentes; se considera un avance, en el sentido de posibilitar la lectura de un Vygotski histórico en la actualidad, al rebatir gran parte de las "clasificaciones" que han sido realizadas de su teoría, ideas y conceptos.
Entre ellos, Shuare (1990) es la que traza un más completo panorama de la base filosófica de la psicología soviética y de las relaciones entre el desarrollo de ésta, después de la revolución, con las condiciones de la Unión Soviética, al enfocar a diversos teóricos del período y sus investigaciones sobre el desarrollo de la psique humana.
La cuestión, en este estudio, no es escoger una entre las varias lecturas presentadas, sino acentuar que, cuando se adopta el punto de vista histórico, significa admitir que no se tendrá lecturas de los textos de psicología, simplemente, sino que la lectura se construye a partir de las cuestiones puestas por los hombres históricamente determinados. Dicho de otra forma, las lecturas e interpretaciones encuentran sus límites en las formas de pensar e interpretar la realidad, producidas en la lucha por la organización de la sociedad. De ahí la dificultad, en la actualidad, para entender el pensamiento de Vygotski como él propuso que así se entendiese el pensamiento en general, esto es, históricamente.

En busca de una lectura histórica de la teoría vygotskiana
Con la Revolución de 1917, comienzan los problemas de la sociedad rusa que irían a sugerir la teoría de Vygotski. La lucha de clases, de intereses antagónicos (burgueses y proletarios), no desaparece con la abolición de la propiedad privada de los medios de producción; ella se metamorfosea en cada etapa de la construcción del socialismo ruso.
En los años que seguirán a la Revolución Socialista, no se puede decir que la apariencia de la sociedad soviética correspondiese a su esencia, o a la esencia del proyecto colectivo que ha impulsado, pues el hecho de haber sido abolida jurídicamente la propiedad privada, no garantiza que, automáticamente, las relaciones burguesas habían sido eliminadas. Esta contradicción, intrínsecamente ligada a la lucha de clases en el interior de Rusia en el período de reconstrucción de la sociedad, que ora imprimía características burguesas, ora socialistas a las relaciones de producción; será el hilo conductor para un análisis de la psicología vygotskiana.
Una de las cuestiones que llama la atención cuando se lee atentamente las obras de Vygotski es su contundencia e insistencia en superar la "vieja psicología", al postular una "nueva psicología" que fuese capaz de eliminar la dicotomía entre cuerpo y mente y realizar la síntesis. Esta dicotomía fue históricamente el punto de la discordia entre las teorías psicológicas, al justificar su clasificación entre idealistas y materialistas. Vygotski parece perseguir el objetivo de superarla, al trazar para la Psicología el método propuesto por Marx y Engels y construir el puente que eliminaría la cisura entre la materia y el espíritu.
Con esa perspectiva, Vygotski corrige las principales teorías ligadas a la "vieja psicología" al mostrar sus puntos positivos y negativos, y lo hace mostrando los avances y retrocesos, históricamente determinados, como una lucha que se despega del mundo real y se afirma en el mundo de las ideas y viceversa. Oponiéndose a los estudiosos de su época, él procura demostrar los elementos de la crítica y del análisis de las teorías existentes para construir una nueva psicología. Esta toma de posición es evidente en su texto El significado histórico de la crisis de la psicología. Una investigación metodológica de 1927:

La escisión existente en la psicología, entre dos posiciones aparentemente distintas muestra que la discusión es ideológica y no científica, en el sentido de buscar la verdad, o aprehender la naturaleza social de las ideas. En este sentido, la dicotomía entre teorías materialistas e idealistas no sólo representaría, en la sociedad burguesa, la división entre dos clases que se oponen, como ellas (las clases) expresan la división, en el proceso de trabajo, entre el pensar o el hacer, entre el interés individual y la realización social. La superación de tal escisión en el mundo de las ideas está condicionada a la superación de esa dicotomía en la realidad objetiva. Dicho de otra forma, el enfrentamiento de esta dicotomía en el nivel de las ideas, estaba puesto desde el siglo XIX; no obstante, apenas en la Rusia de inicio del siglo XX estaba siendo enfrentada concretamente: la superación de tal dicotomía era posible también en la práctica humana, a través del proyecto colectivo comunista.

Se puede decir que el análisis de Vygotski en relación con la crisis de la "vieja" psicología expresa la lucha concreta posrevolucionaria por la superación de las relaciones capitalistas de producción. La revolución socialista posibilitaba la construcción de una "nueva psicología", capaz de superar el antagonismo clásico entre materialismo e idealismo, de la misma forma que el capitalismo sería superado por el comunismo. No obstante, como aún permanecía la lucha de clases en el interior de la sociedad rusa, permanecía la lucha por la superación de la vieja psicología que asumía un carácter cada vez más agresivo en el mundo de las ideas, tal como se hacía en la vida práctica la expropiación de la burguesía.
Para él, la Revolución decretó la crisis de las explicaciones reduccionistas en psicología e impulsó la creación de la nueva pedagogía, por la necesidad de que la psicología dejara de ser una ciencia pura desligada aparentemente de las necesidades reales, y tornase a una ciencia capaz de solucionar los problemas puestos por la práctica social.
Así, las necesidades de la práctica social conducirían al desarrollo de esta nueva psicología, al unir teoría y práctica y crear una metodología única. Los resultados de esa nueva psicología en la educación, en el derecho, en el comercio, en la industria, en la vida social y en la medicina serían responsables del perfeccionamiento de la psicología y de sus concepciones teóricas. "La vida necesita de la psicología y de su práctica y a consecuencia de este contacto con la vida es de esperar un auge en la psicología" (VYGOTSKI, 1991, vol. I, p. 359).
Esta idea de aplicación práctica de la ciencia en la solución de los problemas enfrentados en relación con la construcción del socialismo se halla en varios autores que escriben sobre la Unión Soviética y en manuales de Economía Política rusa, demostrando que el desarrollo del socialismo estaría ligado a la revolución científico-técnica.
En la tentativa de entender lo que ocurre, a partir de su campo específico de conocimiento, Vygotski critica no sólo la psicología occidental que, por tener sus bases asentadas en la realidad burguesa, encuentra ahí los límites de sus interpretaciones. También critica la psicología marxista en proceso de construcción. Esta, en perspectiva, no pasaba de ser una colcha de retazos de citas de Marx y Engels superpuesta a los análisis de los fenómenos psicológicos realizados por la psicología occidental, o que acababa por desembocar en el eclectismo tan común a la psicología burguesa.
Coherente con sus concepciones, Vygotski postula que, al estar la sociedad comunista en construcción, no puede existir una psicología comunista acabada. Esta sólo será capaz de completarse con la existencia real de la sociedad comunista, con la concretización de esta forma de organización social y con la transformación de las relaciones sociales.
Nuestra ciencia no podía ni puede desarrollarse en la vieja sociedad. Ser dueños de la verdad sobre la persona y de la propia persona es imposible mientras la humanidad no sea dueña de la verdad sobre la sociedad y de la propia sociedad. Por el contrario, en la nueva sociedad, nuestra ciencia se hallará en el centro de la vida. "El salto del reino de la necesidad al reino de la libertad" planteará inevitablemente la cuestión del dominio de nuestro propio ser, de subordinarlo a nosotros mismos. (...) Será en efecto la última ciencia del período histórico de la humanidad o la ciencia de la prehistoria de esta humanidad. Porque la nueva sociedad creará al hombre nuevo (VYGOTSKI, Vol. I, 1991: 406).
En otros escritos él argumenta que, en la transición hacia una psicología comunista, la psicología burguesa debería ser utilizada con restricciones. La nueva psicología no podría existir, porque no existía el hombre nuevo en la realidad de la sociedad soviética. Las relaciones entre las psicologías se pautaban más por la práctica burguesa que por la práctica comunista, existiendo apenas la posibilidad de que este nuevo hombre emergiese con la consolidación de la nueva sociedad.
Para él, la psicología comunista sería la psicología general que unificaría todas las ramas particulares (psicología del desarrollo, experimental, vocacional, etc.) a través del método. Esta preocupación metodológica está presente en todas las obras de Vygotski, inclusive en sus primeros estudios sobre el arte. El libro Psicología del arte, según dice Leóntiev en el Prólogo, es un resumen de los trabajos de Vygotski de 1915 a 1922 sobre esta temática. En todo el libro, al analizar las teorías de diversos estudiosos del arte, Vygotski evidencia la importancia de un método unificador, para que el arte sea entendido en sus diversos aspectos y complejidades como una producción social.
En todas sus obras él enfatiza el método materialista-histórico, que debería ser tomado como general para el análisis de los fenómenos, capaz de unificar la ciencia psicológica. La condición para la construcción de una psicología marxista en el campo teórico, por tanto, era el dominio y la utilización del método propuesto por Marx, pues sin él ésta se transformaría en una colcha de retazos semejante a la psicología burguesa.
Construir una psicología compatible con las transformaciones históricas, no obstante, implicaba abandonar el determinismo biológico y hacer del hombre el sujeto de esas transformaciones. La idea que nace y se desarrolla con la sociedad burguesa, de que el comportamiento humano es determinado biológicamente, debería ser superada junto con las estructuras de esta sociedad ya adelgazadas por la Revolución. Tal concepción determinista no muestra la posibilidad de transformación de la naturaleza humana, pues ésta ya está dada "a priori" desde el nacimiento, eliminando la posibilidad de transformación, de revolución. Así, desarrollo, en la concepción de la psicología burguesa, es la emergencia de aquello que ya estaba en estado embrionario desde el nacimiento. Es una transformación más cuantitativa que cualitativa, que ocurre de forma regular, lineal y se repite en todos los individuos.
Romper con el determinismo biológico significaba, ante todo, crear la conciencia de transformación de la cual el hombre es sujeto y objeto y, para alcanzar este objetivo, Vygotski procuró trazar una línea divisoria entre hombre y animal, al demostrar sus puntos de convergencia y de divergencia, oponiéndose a la psicología fisiológica que reducía los comportamientos de ambos a reacciones instintivas y reflejas.
El camino trazado por Luria y Vygotski en el libro Estudios sobre la historia del comportamiento (1996) escrito a fines de los años 20 e inicio de los años 30, para demostrar que en el hombre el desarrollo histórico se sobrepone al biológico, sigue tres líneas principales: evolutiva, histórica y ontogenética.
Así, Vygotski parte de las ideas de Engels (1985) y desarrolla en sus estudios la importancia del lenguaje en cuanto sistema simbólico responsable para la transformación del pensamiento práctico en pensamiento verbal y para el desarrollo de las operaciones intelectuales responsables para el control del propio comportamiento. El desarrollo del comportamiento de animal a hombre ocurre para él, por tanto, a través de un salto cualitativo de lo biológico a lo histórico.
De la misma forma como lo hace con el análisis del comportamiento animal y humano, en sus semejanzas, pero sobre todo en sus diferencias, él procede con relación al hombre primitivo y al hombre moderno, puntuando las convergencias y divergencias. Al postular las características de cada uno de ellos en lo que respecta a las funciones psicológicas, echa por tierra la concepción de la uniformidad y de la universalidad de determinadas características psicológicas. Elimina la idea de que las funciones psicológicas son dadas desde el nacimiento y no sufren alteraciones cualitativas y que son comunes a todos los hombres, independiente del período histórico o de la sociedad en que viven. Al contrario, él demuestra cuánto la diversidad cualitativa de las funciones está intrínsecamente ligada a la característica de sobrevivencia, de organización y de las relaciones que cada tipo humano establece con los otros hombres y con la naturaleza.
Tales necesidades concretas de remodelación de la naturaleza humana para construir aquello que la propia revolución proyectaba de nuevo, circunstanciada por la fuerza de la tradición, condujo a Vygotski a la necesidad de entender cómo el niño se transforma en un ser sociocultural. En otras palabras, cómo un niño recién nacido, donde predominan al principio las funciones elementales y biológicas, se apropia de los instrumentos culturales y simbólicos puestos en sociedad, transformándose, cualitativamente, en un ser que se ve como unidad en relación con el colectivo en construcción, con el cual debe comprometerse.
Vygotski demuestra, experimentalmente, la transformación de las funciones psicológicas infantiles -memoria, atención, abstracción, adquisición de instrumentos, habla y pensamiento- de sus estadios más primitivos hacia aquellos considerados, por él, como más evolucionados culturalmente, esto es, mediados por signos, por la utilización de instrumentos psicológicos, adquiridos culturalmente.
Las tareas que la sociedad moderna exige al hombre son de gran complejidad en lo que respecta al dominio de la técnica y de los instrumentos existentes para la sobrevivencia. Apenas la convivencia en sociedad, la inserción en ambientes informativos informales espontáneos no garantizaría, por tanto, el desarrollo necesario para la integración futura en las actividades sociales productivas.
La tesis central de su teoría afirma que la psique es una construcción histórico-social, lo que constituye el elemento innovador de su psicología, conveniente con los caminos dados para la construcción de la conciencia comunista. La sociedad soviética estaba creando las condiciones concretas para el desarrollo de relaciones sociales auténticamente comunistas, al mismo tiempo que necesitaba alterar la consciencia de las masas, al eliminar las características burguesas y al transformarla, gradualmente, en consciencia comunista, volteada hacia la colectividad: esencia del "hombre nuevo".
En este sentido él critica la "vieja" psicología como incapaz de orientar el proceso educativo, por estudiar la psique en forma estática y no dinámica, en sus formas cristalizadas y no en el proceso de origen, formación y desarrollo: "Lo que describe y analiza, clasifica y categoriza, es una conciencia ya terminada con todos sus atributos y componentes, como si hubiera existido durante siglos tal y como nos la descubre la introspección" (VYGOTSKI, Vol. I, 1991: 146).
De esta forma, la "nueva" manera de enfocar al hombre debería ocupar un lugar central en el proceso educativo. La psique debería ser estudiada en su transformación, teniendo en cuenta los mecanismos capaces de acelerar o bloquear su desarrollo.
De ahí que la nueva psicología sea un fundamento para la educación en mucha mayor medida que lo era la psicología tradicional (...). El nuevo sistema no tendrá que esforzarse por extraer de sus leyes las derivaciones pedagógicas ni adaptar sus tesis a la aplicación práctica en la escuela, porque la solución al problema pedagógico está contenida en su mismo núcleo teórico, y la educación es la primera palabra que menciona (VYGOTSKI, Vol. I, 1991:144).

La escuela, por tanto, desempeñaría una importante función al eliminar los comportamientos ligados con la naturaleza burguesa. La nueva psicología y la educación comunista, tenazmente buscada por Vygotski, tendría un papel en la lucha de clases existente en la sociedad soviética, al tener como objetivo el transformar las consciencias burguesas en consciencias comunistas, por no haber conseguido superar la primera etapa del socialismo. En cuanto al interior de las fábricas, de las haciendas colectivas y en el propio partido, las relaciones jerárquicas se reproducían; las relaciones políticas y económicas de la Unión Soviética con otros países se constituían, cada vez más, en relaciones capitalistas; las concepciones capitalistas en la industria y en el campo, ligadas a la productividad, al desarrollo tecnológico y al desarrollo acelerado, ganaban terreno, la parte que cabía a la psicología, en esta lucha, era desarrollar una concepción del hombre comunista que fuese posible ser aplicada a la educación, en el sentido de combatir las tendencias burguesas, cada vez más presentes en las relaciones sociales.
El autocontrol individual, o sea, el autodominio para la gestión colectiva, tan perfeccionado por Vygotski, parecía ser el único mecanismo capaz de eliminar la existencia de las relaciones burguesas, permitiendo a los hombres contener sus impulsos egoístas, volcados a la satisfacción individual e inmediata, en pro de la ejecución de un proyecto colectivo de distribución igualitaria de la producción. Al mismo tiempo, a través de la autodisciplina, sería posible suplir las necesidades prácticas de desarrollo de la sociedad, las cuales exigirían a los hombres gran sacrificio, cuyo retorno y beneficio sólo serían alcanzados a largo plazo. Para Vygotski, esta era la directriz para substituir la coerción externa cada vez más presente en la sociedad soviética y, así mismo, facilitar el camino para el verdadero comunismo. El hombre debería ser capaz de controlar sus funciones psicológicas tanto como fuera capaz de controlar la naturaleza al desarrollar la ciencia y la tecnología.

Consideraciones finales
Aceptar la lectura histórica es un primer paso, mas para eso es preciso admitir que el hacer y el pensar son históricos y están íntimamente relacionados, lo que subentiende una determinada forma de existencia en proceso de transformación, tanto como comprender que una teoría no prolifera en alguna estratósfera semántica, alejada de las luchas que los hombres traban en la producción material de su existencia social.
Se lee con objetivos diferentes y, en este sentido, la idea de fidelidad de interpretación debe ser reconsiderada. "La lectura no es un proceso transparente y natural. Consideraciones ideológicas, genéricas y sociales entran en la lectura de psicologías. El objetivo de la interpretación fiel, por tanto, no es en lo absoluto, ser determinado para todo o siempre" (BURGESS, en: DANIELS, 1994: 40).
Así, en la actualidad, el investigador va a la obra de Vygotski para retirar lo que juzga importante de acuerdo con su especialidad, su visión de hombre y naturaleza. Encuéntrase, entonces, varios Vygotskis, algunos marxistas, otros no; unos preocupados con la crisis de la psicología (que diversos autores contemporáneos dicen ser actualísima) en primer plano, otros interesados en Educación Especial; otros preocupados con el desarrollo y el aprendizaje, con enfoque en la zona de desarrollo próximo; en fin, se observa una fragmentación de su obra, con la pérdida del significado de sus conceptos. Vygotski se presenta como Paidólogo, Metodólogo, Psicólogo, estudioso del arte, todos separados y nunca en comunicación con las grandes cuestiones de la sociedad de su tiempo.
De esta manera, se torna casi imposible abarcar la totalidad de su obra, el hilo conductor de todos sus análisis, o que efectivamente le dé base para discutir asuntos tan diversos sin perder de vista la perspectiva revolucionaria de la sociedad rusa. Se entiende que es imperativo superar estas formas de análisis del pensamiento vygotskiano, pues sus estudios sobre el pensamiento humano (cuando es entendido en su totalidad), uno de los intereses de la propia psicología vygotskiana, demostraron la imposibilidad de mantener una estrategia a-histórica de ese tipo.
¿Esto quiere decir que no se puede aprender a utilizar aquello que se produjo en el pasado? No, lo que se quiere decir es que, al aprehender lo que se produjo en el pasado, se debe considerar, en todo momento, las condiciones objetivas que permitieron su surgimiento, o su desaparición, así como su resurgimiento.
Se pregunta entonces, ¿es posible traer a Vygotski a la actualidad sin distorsionar el significado comunista de sus conceptos? O ¿la actualidad podría aprovechar la lectura de Vygotski sin abstraerlo, sin deshistorizarlo o descaracterizarlo?
Se entiende que, más allá de buscar soluciones o "recetas" para los problemas educativos actuales, al retirar a Vygotski del contexto histórico que le da significado y al fragmentarlo, se debe buscar en su teoría el método de análisis por él utilizado en la comprensión de los fenómenos psicológicos para una sociedad que se transforma por la acción consciente de sus hombres. La utilización de su método permitirá pensar soluciones para los problemas de la actualidad, al considerar el psiquismo humano individual como producto de las relaciones sociales más amplias. Para que eso sea posible, es importante el conocimiento de la organización social vigente y de las implicaciones de ésta en el comportamiento de los individuos en la conciencia social. Es como dar cuenta del fenómeno de la globalización donde se rompen todas las fronteras económicas entre países y naciones, generando una vulnerabilidad también globalizada, con el conocimiento de sus interferencias y determinaciones en el ámbito individual y particular.

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